Episodio 2. Tetas verdaderas.
No puede creerlo, debe de fingir estar escribiendo a mil por hora para poder observar a su jefe. Katsuki Bakugo no luce como un hombre común, definitivamente no lo es. Los varones suelen tener un aspecto más plano que voluminoso, pero su jefe no cumple con la normativa, en realidad su físico es más delicado con suaves curvas que resaltan en dos sitios; pecho y cadera. ¿Hará ejercicio? Su padre lo hace y por eso es pechugón, quizá de esa manera él lo ha conseguido, de otra...
—Todoroki-chan, ¿Qué estás escribiendo?
Deja de teclear cuando su compañera de junto le habla, haciéndola sonrojar. Vuelve a observar a su jefe un par de segundos, lo suficiente como para darse cuenta que ahora su atención está devuelta en ella.
¿Qué se supone que debía de escribir? No lo recuerda, algo de... ¡corrección de textos! Es eso.
Sus dedos parecen echar fuego porque a la velocidad que va escribiendo definitivamente es inhumana, sorprendiendo a su jefe que da un paso hacia atrás.
—¿Tiene algún problema, Todoroki? —qué voz, es grave y parece un susu... ¡está muy cerca, a un lado de su oído! Listo, agresión sexual, debe de ir a recursos humanos porque esa falta debe de notificarla para que no se repita.
—¿Usted es demasiado cercano a sus empleadas? —Se cubre el pecho, aunque hay una voz en su cabeza que le dice que no hay nada que ocultar, con el mismo maldito tono que el de Touya. Desgraciado, hasta en su mente la atormenta.
—Estuve hablándole y no contestó, no quise interrumpirla con gritos.
Desvía la mirada, abulta los labios inconforme. Bueno, resulta ser su culpa—. No tengo problemas.
Él la observa desde arriba, haciéndola sentir como un conejo debajo de un lobo que está a nada de destripar. Olvida que ese hombre tetudo es su jefe, no puede tener la cabeza llena de tonterías como cuánto medirá su pecho, si siempre ha sido tetón o si serán suaves. ¡Maldita sea, su falta de tetas hace que sólo piense en ellas!
El rubio ríe suavemente, como si se burlara de ella en silencio—. Así que no tiene problemas.
—No los tengo.
—¿Qué se supone que hace?
—Mi trabajo.
—¿Y cuál es su rol en el equipo?
Espera, no recuerda que la hayan presentado, en realidad aun no sucede. Después de haber chocado con el jefe, este tuvo que atender a su superior con otro asunto mientras que ella se quedó sentada en la primera silla que vio... perteneciente a un lugar de trabajo que simplemente tomó.
Quiere morir de vergüenza, esto le pasa por estar pensando en tetas.
Un momento, ¿Qué diablos empezó a hacer al llegar al edificio y cómo sus compañeros saben su nombre? ¡Ni siquiera se ha presentado! Oh, Dios, en serio sólo estaba pensando en su meta de tener tetas.
—Me gusta su entusiasmo, pero deje de adelantar el trabajo de Yaoyorozu para que pueda presentarla como es debido. —Sujeta su mano, ¿es un caballero o un depredador sexual? Aun recuerda haber impactado en su pecho, eso no pasa en el primer día de trabajo.
—Lo siento, creo que me dejé llevar por la emoción —comenta en voz baja, mirando al suelo—. ¿Aun es tarde para hacer la presentación oficial?
—Falta una hora para salir a comer y dado que avanzaste la parte de Yaoyorozu diré que no.
Es amable.
***
No se acostumbren a este Katsuki
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