6.
Año nuevo
Año nuevo se colaba por las paredes del treinta y uno de diciembre, el calor infernal te calcinaba, pero las preciadas vacaciones llegaron con una noticia inesperada.
- Es año nuevo, estamos embarazadas y nos iremos a la playa, ¿Qué tal? – me dijo ella sonriente mientras tocaba mi vientre, porque sí, yo era la madre que portaba al conjunto de nuestro amor (por no decir un conjunto de esperma y ovulo.), llevaba cuatro meses de embarazo y los meses de riesgo se pasaron volando entre cajas, cajas y más cajas de almendras. Fue el reemplazo para el café, y aunque engorde un poco, por lo menos el pequeño o pequeña estaba nutrido. Se me notaba un poco la panza por el embarazo (o los kilos de más) pero la idea de ir a la playa, terminar llena de arena hasta dentro de tu boca no era algo que me apeteciera tanto pero era San Bernardo y quería tener recuerdos embarazada en la playa. Así que acepte sin problemas, el problema fue cuando llegamos a la casa donde alquilaríamos la semana completa. El primer día (cuando realmente era año nuevo) mi amante fue coqueteada por cinco hombres, llegándome a dejar de lado, aunque realmente ellos bloqueaban nuestras miradas, y el segundo día, harta hasta los huesos con los celos injustificados por hombres marcados e idiotas sin cerebro, la llene de chupones y me la pasaba a su lado como perro guardián, claro que ella no se quejaba, es más, se reía por mi situación y me lo compensaba por las noches con besos repartido entre el pequeño y yo.
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