Pov Sehun

No eran ni las 10 y mi mañana ya iba realmente mal, por culpa de aquella discusión telefónica con luhan termine chocando con el auto de enfrenté y llegué tardé al trabajo, aunque por suerte aún pude entrar a la Junta.

- Para este nuevo proyecto necesito que alguno de ustedes lo supervise de cerca y por supuesto esa persona tendra que mudarse a Daegu. - Menciono mi jefe

Esa es mi solución

- ¡YO IRÉ!

Grite al unísono con otro compañero.
El jefe meditó unos minutos y después anuncio que yo era una mejor opción para el trabajo, si tan solo el estúpido de Min Ho no le hubiese lloriqueado.

- Señor, por favor. Acabo de divorciar me, no me queda nada. Necesito empezar de Nuevo y este trabajo me ayudará.

Suplico Min Ho, yo realmente no creía que el jefe fuera tan manipulable, pero al parecer si lo era pues término dándole el puesto a el e invitandonos unos tragos para hacerlo sentir mejor.

Después de acabarnos unas cuantas botellas de Soju, aún sobrio, regrese a mi infierno.

- Llegás tardé y ni siquiera respondiste mis mensajes

Me reclamo luhan en el jardín

- Lo siento, Minho acaba de divorciarse y fuimos a tomar unos tragos para animarlo.

- No me sorprende, ese tipo es un idiota. Engañaba a Taemin desde hace tiempo, tardó en descubrirlos.

- El no es un mal tipo, sol..

- Sabes hoy fui a visitar a mi prima Irene

- Luhan, yo estaba hablando primero.

- Conoció un tipo en una app para citas, me habló sobre amor y destinó por dos horas. Esta embarazada, pronto cumplira 2 meses

- Que bien por ella.

- Lo se, yo también la felicite pero.. No perdió la oportunidad para preguntarme por nosotros, que cuando tendremos hijos.

- Eso no es importante.

- ¿Por qué siempre dices esto cuando hablamos del tema?

- Vamos luhan, no sólo porque ella vaya a tener un hijo significa que nosotros debemos.

- Tráeme mis cigarrillos

Rode los ojos y solté un suspiro. Luhan seguía fumando como si su vida dependiera de ello, sin importarle lo mucho que yo odió el humo de cigarrillo.

- Quita esa cara, puedo dejar los cigarrillos cuando yo quiera.

- No he dicho nada

El solo me fulminó con la mirada y entró a la casa. Estaba tan harto, las peleas no sólo se hacían cada vez más rutinarias si no también desgastantes.

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- Por favor, Minho debes dejar que me quedé con este empleo. Tu ahora lo tienes todo, estas divorciado y de nuevo tienes libertad.

Le suplique a penas me lo tope en la Oficina pero el seguía caminando e ignorando me

- Por favor, estar con el es como una prisión. Me avergüenza y nunca cierra la boca, ES DESESPERTANTE.

- Entonces divorciate.

-No puedo, ¿sabes como reaccionara?
Comenzará a hacer miles de preguntas, a llorar, a reprochar y comenzara a amenazarme.

La imagen de luhan es ese estado vino a mi mente, el tan solo imaginarlo era escalofriante.

- Entonces... ¿Porque no haces que el quiera divorciarse? Ya sabes, que el te lo pida primero.

La idea de Minho no era mala, de hecho sonaba muy bien.

- Dame más detalles, ¿como hago eso?

- ¿Que es lo que haces normalmente cuándo llegas a casa?

- Me cambio, me lavo y ceno.

- Entonces has todo lo contrario, no te cambies, no te laves y no comas.

Llegué a casa emocionado por poner en marcha el plan de Minho, deseaba tanto que funcionara.

- Ya llegaste, ¿Que tal tu día?. La cena esta casi lista, vete a cambiar

- No me voy a cambiar

Dije seguro, luhan se acercó a mi sin ninguna expresión con el cuchillo en la mano, por un segundo me asuste pero de pronto el tocó mi frente preocupado.

- ¿Estas enfermo?

- No, estoy bien - respondí temeroso

- Entonces vete a cambiar y siéntate para cenar

- Pero...

El regreso a la cocina mirándome fijó

- Hice spaghetti, es tu favorito

Y así, de una manera tan simple terminé en la mesa,  como cada noche, repitiendo el platillo mínimo dos veces, pues Luhan jamás me dejaba comer solo un plato, por muy lleno que me sintiera.

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— Por favor, señor.  Se lo suplicó,  ¡tengo que comer hasta cuándo "lo hacemos" !

Si,  ese era yo ; nuevamente me humillaba frente a mi jefe y compañeros,  suplicando por el trabajo y la oportunidad de respirar,  de estar lejos de el.

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— Lo siento ,cariño. No puedo hacer nada,  me necesitan allá — exprese tratando de no mostrar mi alegría,  porque sí,  había conseguido el Empleo a kilómetros de aquí.

— Pero... ¿Por qué?,  es decir,  ¿de que sirve trabajar tanto si sacrificas tu felicidad?  - refutó.

— Hago esto por nosotros,  por nuestra felicidad...  Luhan,  todo estará bien. Te amo

Y eso fue suficiente,  el sonrió levemente para después lanzarse sobre mi, terminando aquella disputa con una larga sesión de sexo en la mesa.