>>Todo Sea Por Mi Hermanito<<
Siempre había sido así.
Él siempre había sido su favorito.
Él siempre procuro por él.
Asi como él cuido de él.
Su dulce hermanito.
La luz de sus ojos.
La cura de sus males.
La estabilidad mental qué requería para no tocar fondo y perderse en el abismo.
Lo único que necesitaba desde que su padre fue asesinado y desde que su madre murió ahogada.
Siempre habían estado juntos.
Inseparables.
Pero llegó él.
Y se robo el cariño que por derecho le pertenecía.
Le quito de sus manos al encantador niño que el protegía de todo, aunque tuviera que perder uno que otro diente por ello.
Aunque no se podía quejar.
Su hermanito se veía tan feliz y tan enamorado de aquel ladrón.
Y él quería que su hermanito adorado, fuera el más feliz del mundo.
Y él mismo se encargaría de ello.
Aunque eso causará que se retorciera de coraje y sintiera que la bilis subía por su garganta a causa de sus celos.
Su hermanito era primero.
Y eran sus deseos, sus órdenes.
Lo que él le pidiera, lo conseguiria.
No importaba que tan difícil e imposible fuera.
Lo tendría y se lo daría de regaló a su niño.
Por eso, se lleno de cólera cuando un día su lindo hermanito llegó a su casa llorando, el imbecil de su novio lo había botado porque había conseguido una beca para irse a Europa a estudiar, así que se iría del país dejando a su familia, y el Corazón de su hermanito hecho pedazos.
Eso sí él lo permitía.
Aun recordaba las palabras de su hermanito mientras lo consolaba, le pedía que hiciera algo, que él no quería dejar a su novio, que lo quería mucho y que deseaba tener el corazón de su amado.
Es por ello que ahora se encontraba caminado, tranquilamente hacia la casa del novio de su hermanito.
Era tarde y estaba oscuro, más no lo parecía ya que las luces de esas adineradas calles iluminaban perfectamente y por lo que notaba aún había residentes que lo miraban despectivos por sus humildes ropas.
Con sus tenis azules gastados, sus pantalones de poliester rasgados y su camisa verde descolorada de cuello de tortuga debajo de su chaqueta negra, se veía a leguas que él no tenía la pocisión económica como para vivir allí, parecía más un vagabundo con la mochila vieja que cargaba en su espalda, además de que sus cabellos cortos negros en punta cubiertos por el gorro de la chaqueta se miraban mal arreglados y sucios, su piel se notaba morena por la suciedad que había adquirido, era muy guapo se atrevía a decir, aunque fuera muy común tener cabello y ojos negros, pero su aspecto actual no le favorecía en ello, pero a él no le importaba, no estaba allí para preocuparse por lo que esa gente con dinero pensara, si no, para arreglar cuentas con aquel muchacho que cometió el peor error de su vida.
Caminado un poco más llegó a su destino, una casa realmente grande, muy bonita, se miraba que enserió costaba mucho dinero.
Siguió su camino, pasando de largo su objetivo, para adentrarse a un callejón que se encontraba a aún lado de la Construcción, para después sentarse en el suelo a un lado de un contenedor de basura.
Pocas personas pasaban por allí y lo veían, unos simplemente lo ignoraban y otros le daban una mirada despectiva antes de continuar con sus asuntos.
Él ignoraba aquello, necesitaba tiempo, a quién quería ver no se encontraba en casa, si no que llegaría un poco más tarde.
Si, había investigado al chico y se sabía toda su rutina, al igual que la de su familia.
Eso había tomado mucho tiempo y algunos días más para que pudiera coinsidir el horario de todos los integrantes de su familia. Necesitaba a todos reunidos.
Una hora después de permanecer en ese lugar ve pasar a un joven. Alto para ser un adolescente, de cabellos lacios de color lilas, largos hasta un poco más arriba de los hombros, su piel estaba bronceada y parecía muy bien cuidada, era atractivo, no notaba ninguna imperfección en la piel de su rostro e incluso sus ojos azules parecían joyas, que combinaban con el elegante traje que conformaba el uniforme de su escuela.
El chico caminaba ignorante de todo a su alrededor, viendo vaya a saber que en su teléfono móvil que al igual que su ropa, era costoso y moderno, miéntras en su otra mano cargaba un maletin.
Sonrió un poco, para después subirse al contenedor, teniendo cuidado de no resbalar, dando un salto para alcanzar la muralla que limitaba la propiedad de la casa. Con cuidado, avanzo por el borde cubierto de alambre con púas hasta un pequeño hueco por donde entró sin problema.
Sabía que la mancion tenía seguridad, tanto por delante como por detrás, pero el problema es que parecía no tener problemas en no tener que poner más que una cerca de alambre de púas y cámaras.
No le fue problema esquivar las cámaras por el punto ciego que había entre ellas, bajo de un salto silencioso al otro lado, observando lo poco luminoso que se encontraba el patio, tenía entendido que ellos casi no usaban su patio trasero aunque este fuera grande, y que también las cámaras no enfocaba la orilla de la muralla por completó, así que sigiloso y pegado a la pared, se acercó a su siguiente objetivo.
Cerca de una cámara de seguridad y de la casa se encontraba un centro de carga, una caja de metal que contenía los cables y enchufes de las cámaras junto con el de las pocas lámparas del patio.
Tomo su mochila y de ella saco unos guantes de hule, colocándoselos en sus manos, para después sacar un destornillador, con el cual abrió con un poco de fuerza la caja, después saco una linterna de luz agustable. La encendió dejando una luz opaca pero lo suficiente fuerte para iluminar lo necesario sin llamar mucho la atención.
Miró muy bien los cables, ubicando los que serían necesarios, saco de su mochila un pequeño dispositivo, parecido a un teléfono, el cual encendió, rápidamente desconecto los cables justos y los conecto de vuelta al pequeño aparatito, el cual después de unos segundos respondió correctamente a la coneción
Voltio un momento a la cámara de seguridad que se encontraba cerca, el cual tenía una pequeña luz roja, la cual se apago un momento para al segundo volverse a encender.
Sonrió por ello, él era muy bueno con la tecnología, muy inteligente y por ello consiguió su beca en su escuela, permitiéndole trabajar para poder cumplir los caprichos de su lindo hermanito.
Bien. Con la cámaras listas con las grabaciones falsas que se había tomado la molestia de tomar en días anteriores, camino con tranquilidad y sin esconderse hacia la puerta tracera, la cual conducia hacia un pequeño pasillo que daba entrada hacia la cocina, sirviendo de atajo a los cocineros para tirar la basura en el contenedor de basura que le había ayudado a subir la muralla.
Principalmente, había tomado de opción la puerta que conducia al callejón para entrar, pero esta estaba moritoriada por los guardias, así que la descarto.
Llego a la entrada de la cocina, se asomó un poco solo para ver a los sirvientes correr de un lado a otro tratando de hacer la cena de la Familia.
Teniendo la agenda de la familia, sabia que la señora de la casa era científica, muy dedicada a su trabajo, tanto así que se encerraba en su laboratorio que estaba en la parte baja de la casa todo el día, y solo salía cuando tenía hambre, necesitaba asearse o cuando tenía una junta importante. Su marido eran un hombre de poca fe, que se metía en peleas callejeras y que logró engatusar a la mujer después de que su anterior esposo la dejara, eso la dejó despechada, pero no porque amara a su anterior marido, si no porque el hombre era sumamente rico y muy poderoso, le obligó a casarse con ella para tener su dinero y financiar sus inventos, pero no contó con que él fuera gay y en todo el tiempo que estuvo casado con ella mantuvo una relación con un hombre, solo esperando el momento para dejarla sin que saliera perjudicado por ello. Eso no le gustó para nada a ella, le dio en el orgullo no poder quedarse con el sustento que quería para sus investigaciones sin gastarse su propia economía. Así que ahora su actual esposo aprovecho eso para quedarse con la linda millonaria.
Para mala suerte de ella, cuando se dio cuenta que las intenciones del hombre era vivir de la buena vida, ya estaba embarazada, y no dejaría sin padre a su hijo.
Y no podia hacer nada por deshacer de el hombre, sus hijos, si porque tuvieron dos con la buena suerte del bastado, le querían. Y no era mal esposo, puede que no trabajará y fuera muy zorro, pero no había echo nada realmente malo como para pedirle separase.
Miro su reloj dijital, el cual era cubierto por la manga de su chaqueta, aún faltaba mucho para que la mujer saliera de su madriguera, para poder cenar con sus hijos y su inútil esposo.
Tomó la mochila, sacando de ella un tablón de madera, como los que tienen los asistentes, y se adentro por completo a la cocina.
Los sirvientes pararon con lo que estában haciendo para verlo, seguramente preguntándose que hacia allí.
.-¿Quién es usted?.- pregunto uno de los cocineros, viéndo algo disgustado, seguro era por su vestimenta.
.-Soy el nuevo asistente de la señorita de Briefs.- contestó con prácticada voz educada.- Vengo a cumplir las instrucciones que me encomendó esta mañana.- agregó después mientras veía la tabla en sus manos. La cual tenía anotadas "las instrucciones" de su "jefa". Lo cuál no podía ser más falso.
.- ¿Enserió es usted el nuevo asistente?.- pregunto el sirviente que parecía tener más edad y por consiguiente, ser quien llevaba más años trabajando en aquella mancion, sin parecerle extraño que su señora cambiará de asistente cuando el anterior apenas tenía menos de un mes trabajando para ella.
.-Si, mi nombre es Gohan, es un gusto.- se inclino en una reverencia.
Gohan sabía de que la mujer cambiaba de asistente como cambiaba de zapatos, ninguno tenía la paciencia suficiente para aguantar su carácter, sus asistentes eran los que más cambiaban, los demas trabajadores duraban más tiempo porque no tenían que pasar tanto tiempo con ella.
.-Bien, por petición de la señorita Briefs, ustedes tiene permitido salir temprano a sus hogares hoy. La señorita Briefs saldrá en un viaje de negocios por un tiempo, se llevará a los jóvenes amos y a su esposo, así que pueden retirarse, no se preocupen por nada y si me hacen el favor de avisar a los demás laboradores me ayudaría mucho.- dijo sacando de su lugar a los trabajadores, que eso pasara si era extraño, pero no imposible, así que sin ganas de ganarse un regaño de su señora, decidieron hacer caso al chico de ropas humildes, para que no sonará más despectivo.
Admiro como todos salían de la cocina, dejando a medias la comida que se proponían a preparar, espero un poco y sin mucho atrasó todos los sirvientes abandonaron la mancion. Sonrió, ya estaba la primera parte del plan. Dejó su mochila en la entrada de la salida tracera, no quería que se le olvidara o perdiera. No llevaba nada relevante allí después de todo, pero necesitaba su mochila.
A paso calmo regreso por la cocina, adentrándose a la sala, entro en una de las puertas más simples que había de color blanco que allí se encontraba, hallando unas escaleras, bajo hasta el fondo, donde estaba el cuarto de seguridad.
Abrió la siguiente puerta para poder entrar a la habitación de cámaras, se asomó un poco, cuidando de no hacerse notar, sonrio al ver que los dos guardias que allí se encontraban estaban dormidos. Cerró la puerta nuevamente para abrirla de golpe, asustando a los que estaban adentro, despertandolos igual de golpe.
.- ¿Se puede saber que diablos hacen?.- pregunto en voz autoritaria, sorprendiéndose gratamente de que salio como esperaba y sobresaltando a los otro.
Los guardias lo voltearon a ver, aún algo aturdidos por el susto y por despertar tan de repente.
.- ¿Quien eres tu?.- le pregunto uno de ellos, que tenia al lado derecho.
.- Soy el nuevo encargado de sistema, la señorita Briefs me llamo para ayudarla con la seguridad de su casa, ya que descubrió un topó en su sistema.- se acercó diciendo eso a los otros dos para acerce lugar y tomar una de las computadoras allí colocadas para un mejor manejo de las cámaras y los códigos de seguridad de los cuartos protejidos.
.-La señorita no comentó nada de eso.-dijo el guardia a su izquierda, viendo extraño al chico que usaba con libertad la computadora central como si fuera suya.
.-Me llamó hace un par de días, me dijo que descubrió que alguien entró a su laboratorio e intentó hakear su computadora, pero no pudo hacerlo porque parece que su hijo entró y el sujeto se dio a la fuga, después de eso, le dejó todo encargado a su sistema de seguridad y guardias, pero el sujeto lo volvió a intentar y no hubo resistencia ni avisó de ello. Eso quiere decir que ustedes no se enteraron que hay alguien que intenta inflitarse a su red de seguridad.- hablo firme, sin despegar la vista de la pantalla de la computadora, abriendo varias ventanas y cambiando códigos.
Mientras los guardias lo miraban pasmados, en realidad, aquel joven tenía razón, no sabían nada de lo que acaba de decir, si se habían enterado de que habían intentado entrar a la red de la señorita Briefs, pero no que lo habían intentado nuevamente. Eso los hizo sentirse avergonzados, y temerosos por perder su trabajo.
El joven miraba de reojo a los guardias, viendo como se tragaban su mentira a costa del temor, sonrio un poco, preparándose para su siguiente acto.
Abrió una cuantas ventanas de información, poniendo su mejor cara de irritación y sorpresa.
.- Valla, toda la red está infestada de virus, esto no es bueno. Si alguien quisiera, pudiera entrar a esta red y llevarse todo, no, tenemos que cambiar todo el sistema y los códigos completamente, adquirir un nuevo régimen de seguridad y una conexión de red limpia.- dijo mientras borraba todos los códigos, número y símbolos que encontraba, agregando nuevos comandos.- Voy a requerir que se vallan, no me sirven de nada aquí, yo remplazare la seguridad y ya mañana ustedes lleguen a primera hora para indicarles como funciona el nuevo sistema.-ordenó haciendo una seña, indicando que quería que se fueran.
Los guardias lo miraron, no sabiendo si confiar en él.
.- Pero...- Trato de replicar uno, aunque no pudo al no saber que decir realmente.
.- Bueno, si desconfían de mi, pueden ir con total libertad a preguntarle a la señorita Briefs, creo que esta en su laboratorio, estoy seguro que quisiera saber el porqué no se entero de la infiltración, y ustedes como personas honestas, le contestarán que estaban dormidos mientras ocurría.- se volteo a ellos, mientras hablaba duramente y se cruzaba los brazos, aparentando estar molesto.
Los guardias, nerviosos, se miraron entre ellos, no sabían como debatir eso, no querían hacerlo, porque si lo hacían, perderían su trabajo.
Lo más conveniente sería que ellos arreglaran el problema, pero no sabían nada de informatica, solo habían tomado el trabajo de veladores, así que solo terminarían empeorando el asunto.
Resignados, obedecieron a al muchacho que allí se encontraba, el se encargaría de arreglar las cosas, si lo había contratado su jefa, era porque él sabía de estas cosas, así que se retiraron.
Gohan sonrio, viendo como de a poco su plan tomaba forma. La segunda parte de su plan estaba echa, así que seguiría con la parte tres.
Se volvió a la computadora de nuevo, restaurando todo lo que había borrado, solo eran unos archivos básicos que la computadora no requeria para funcionar y no había problema para recuperarse.
Se conecto a una nueva red, la cual era implantado por el pequeño aparato que conecto a los cables de las cámaras con anterioridad, abrió varia carpetas y las paso a la memoria de la computadora principal, eran códigos que podian codificar las cámaras, así aunque estuvieran gravando no tomarían enfoque de nada en realidad. Solo sería una imagen que se repetiría constantemente.
Su rostro tomó una expresión suave al ver como la computadora empezaba a funcionar con ese comando. Desconecto la red del aparato, después se encargaría de ir por aquel dispositivo.
Salio del cuarto de vigilancia, notando el silencio en la mancion. Miró nuevamente la hora en su reloj, solo serían unos cuantos minutos más en los que la científica saldría, luego unos 20 minutos después llegaría su esposo, de quien sabe donde, talvez de una pelea, pero eso no le importaba ahora, 5 minutos después de eso, saldría el hijo mayor y por último la niñera de la niña, la traería para que cenara.
Aprovecho ese momento para acomodar sus guantes debajo de las mangas de su chaquetas.
Debía ser cuidadoso.
Fue a la cocina, buscando entre los estantes algo que le sirviera, saco también varios de los cuchillos con diferentes tipos de corte y los puso sobre la mesa. Soltó un suspiro de alivio cuando encontro un sartén de granito, pesado y duro. Perfecto.
Escucho pasos por sobre el silencio del lugar, y ¿Como no escucharlos?, si los malditos tacones de aguja resonaban en todo el lugar.
Prefirio guardar silencio, se posicionó a un lado de la puerta de la cocina, escuchando como la mujer llamaba a sus trabajadores.
.- ¿Ya está lista la cena?.- pregunto sin recibir respuesta.- ¿Hola? ¿Donde están?.- solo silencio.- Maldita servidumbre estúpida, debería de despidirlos a todos, mira que dejar el trabajo así.- Gohan oía todo lo que la mujer decía, el como maldecía a sus empleados, soltando improperios de todo lo que se le ocurría.
La mujer pasó por la entrada de la cocina, observandola abandonada, lo que la hizo fruncir el seño.
.- ¿Donde están estos bastardos?.- soltó molesta, sin molestarse en adentrarse más.
.- Se fueron.-
La peliazul no espero que alguien le contestara, se giro molesta para recriminarle al inútil el porque la asustó de esa manera, pero no pudo decir nada porque al momento, sintió un golpe, y luego todo se vivió negro.
Gohan al ver a la mujer voltearse a él, no dudó ni un segundo en golpearla con el sartén, provocando un sonido sordo por el golpe, dejándola inconciente en el momento.
Tranquilamente rodeo el cuerpo en el suelo, y se acercó a su mochila, sacó unas cuerdas y regreso con la mujer. La tomó de una pierna, arrastrándola sin cuidado y la llevó a la sala, golpeándola en el proseso con un mueble que allí se encontraba, pero le dio igual, no hiba a cuidar que no se golpeara.
La sento en el suelo, y amarro sus manos tras su espalda, pasando la cuerda por su torso, sujetando también sus brazos, pasó nuevamente por las manos y bajo amargando sus piernas y sus pies, procurando que le fuera difícil el soltarse del amarre.
Sonrio satisfecho.
Regreso a la cocina, tomando los utensilios que había encontrado, además de una cinta gruesa, también la necesitaría, no quería alertar a ninguno de los niños aún. Fue de vuelta con la peliazul. Y tomando un buen pedazo de cinta, le amordazo.
Ya con eso listo, solo era cuestión de esperar.
Los minutos pasaban y lo único que podía hacer gohan era acomodar lo que utilizaría en esos momentos, logro encontrar un pequeño desván donde consiguió unas cuantas cosas que le serían útiles.
Estaba sentado frente a la científica, con la silla al revés, cuando escucho la puerta abrirse. Se paro de su lugar para acercarse a la puerta, teniendo en mano el sartén que utilizo con la de pelo azul, escucho un sonido ahogado, se volteo a la científica, se estaba despertando.
La mujer abrió sus ojos con pesadez, miró hacia los lados desconcertada y su rostro mostró una mueca asustada cuando cayó en cuenta que estaba atada. Cuando su mirada cayó en él, solo poso su dedo índice sobre sus labios, sonriendo, haciendo que la mujer temblará. Asustada.
La puerta se abrió y él escondió la sartén detrás de él. Y entrando a la mancion, era un hombre alto, tanto como él, de complexión delgada, de cabello negro en punta con un mechón callendo por su cara. De piel morena, clara y con una cicatriz en su mejilla y otra que atravesaba su ojo derecho.
El hombre entro y paro al verlo a él allí parado, le sonreía de la manera más amistosa que podía.
.- ¿Quien eres tu?.- pregunto algo interesado, talvez intrigado de que este alli.
.- No importa quien sea, yo ya me hiba.- contesto a la vez que le sedia el paso.
El hombre lo miró estrañado, pero continuó con su camino, se dirija hacia la cocina, iría a robar algo que comer o que tomar antes de que sirvieran la cena.
Pero se tropezó con algo.
Dirijio su mirada hacia abajo, vio a su esposo atada y amordazada en el suelo, quien la miraba asustada.
Sintió un fuerte golpe en su nuca, que lo tumbo al suelo, aturdido y adolorido pudo escuchar el espantado grito ahogado de Bulma, quien empezaba a desesperarse y a querer llorar.
Aun algo confundido trato de levantarse, pero de nuevo volvió a sertir el mismo golpe. Ahora así, dejándolo en el suelo, no noqueado pero si aturdido.
Gohan al ver que el hombre sí poseía resistencia tuvo que golpearlo dos veces para que no le causara molestia. Ya con el quieto, en la misma posición boca abajo, lo ato de igual forma que a la peli azul.
Pero no midió el tiempo.
.- ¿Papá?.- la voz lo hizo voltear, encontrándose a su objetivo principal, quien lo veía algo asustado.
.- ¡¡TRUNKS CORRE!!.-
El grito desconserto al joven, aunque si obedeció a la advertencia y corrió de nuevo hacia el segundo piso.
Gohan soltó un gruñido molesto, tomando uno de los tantos cuchillos que tenia a la mano, para correr tras el joven, talvez lo necesité. Maldijo el no acordarse del tiempo y no amordazar al sujeto.
Corrió por las escaleras saltando escalones, tratando de alcanzar al joven quien las subía delante de él con torpeza. Las escaleras estaban largas, pero logró alcanzarlo en la sima, lo tomó de la parte baja del chaleco de su uniforme, pero el joven al verse atrapado, le propinó un codazo en el estómago, haciendo que lo soltara por inercia. Trató de tomar carrera nuevamente pero no pudo, ya que Gohan, molesto por el golpe, no dejó que avanzará mucho y lo tomó del cuello de su vestimenta jalandolo hacía atrás, esto causó que Trunks callera por las escaleras, lo jalo lo sificiente para hacer que callera por ellas.
Trunks rodó por todo el largo de las escaleras, golpeándose mucho y en varios lugares, pero el golpe de suerte, fue el que se dio en la cien de la cabeza con una mueble que sostenía un garrón.
El golpe fue lo suficientemente fuerte para noquearlo y hacerle una herida que empezó a sangrar.
Estando en lo más alto, Gohan suspiro, tanto como para recuperar la respiración perdida como de alivio. Se había asustado un poco, pensando que su plan se echaría a perder.
Bajo hasta donde estaba y lo arrastro hasta los adultos, quienes ya temblaban del miedo y la mujer ya estaba llorando.
Amarro al pelilila y lo amordazo, antes de pasar con él de la cicatriz haciendo lo mismo.
Tomó a los dos varones y los puso en la misma posición que a la mujer, aún lado de ella.
Los adultos lo miraban asustados, miéntras que se alarmaban al ver que se acercaba al más joven. Quería asegurarse que no estuviera muerto, sería una verdadera pena que muriera así, su plan se iría por el caño si eso pasa.
Se relajo al saber que si estaba vivo, solo inconsciente y con una gran herida sangrante a un costado de su cabeza.
Pasó de largo a los prisioneros, llegando a la pequeña mesa donde tenía los cuchillos y una que otra cosa que había encontrado, tomó un cuchillo regular para cortar verdura, tocó el filo con las huellas de sus dedos, asegurándose de que cortara bien, cuando estuvo conforme, acercó el cuchillo a la garganta de la mujer, quien empezó a llorar haciendo su cabeza hacia atrás, tratando de huir del arma cortante.
Gohan lo acercó más, rozando la piel sensible del cuello, sonriendo un tanto sicotico con la situación, pero no pudo hacer nada más. Ya que escucho pasos en las escaleras detrás de él.
Un joven bajaba de ellas, llamando a sus amos.
El joven cuando lo vio en aquella posición se exaltó pero no pudo ni gritar cuando, con una precisión y puntería asombrosa, le lanzó el cuchillo, encajandolo en su frente entre sus ojos, lo que lo mato al instante.
Escuchó el grito espantado de la mujer y el quejido del hombre, aterrado de lo que acababa de hacer. Pero a él le importaba poco, solo pensaba en hacer una cosa.
.- El es el niñero de su hija ¿No es así? Creo que iré primero por ella.- soltó una risa maliciosa, sabiendo que eso exaltaria a los dos adultos.
Ignoró los quejidos que soltaban los presos, sabiendo que trataban de hacer que desistiera de su decicion.
Subio las escalera, pasando de largo el cuerpo que se desangraba al principio de ellas, pasó por el largo pasillo buscando a la pequeña, hasta que escucho una risilla risueña.
Siguió la risa divertida hasta que dio con ella, entró a la habitación de la niña. Se encontró con una habitación enorme llena de juguetes pintada de rosado en todas sus tonalidades. Peluches hasta reventar la habitación, muñecas y juguetes de castillos, todo una habitación para una niña que sueña ser una princesa.
En una esquina, donde se encontraba un castillo de plástico a escala enorme en donde un niño pudiera jugar, se encontraba la pequeña, sentada en la torre de aquella cosa, la niña lo miró curiosa. No pasaba de los 4 años, así que aun era ignorante de muchas cosas.
.- ¿Quien eres tú?.- le pregunto curiosa, cuando lo vio acercarse a ella.
Él sólo pudo sonreír enternecido.
.- Soy amigo de tu hermano, me llamo Gohan.- le dijo ya cerca de ella, posando sus manos en la orilla de la estructura de plástico.- El me contó que por aquí había una linda princesa y quería conoserla. ¿Tu sabes donde esta?.- susurro, fingiendo que le contaba un secreto que nadie debía escuchar.
La pequeña, de cabellos largos de un tierno color turquesa, ojos azules y piel lechosa, sonrio encantada con el joven frente a ella, que parecía quiere saber si ella era una princesa.
.- Soy yo, yo soy la princesa Bra Briefs, princesa del reino de caramelo y dulce.- le dijo entusiasmada, levantándose, ya que estaba sentada, tomando una pose de realeza poniendo su bastón de la realeza de fantasía, que no había notado hasta hora, frente a ella.
.- Oh, perdone su majestad, debí reconocer que usted era una princesa, por ser tan bella y llevar tan glamuroso atuendo.- fingió su mejor cara asombrada, para segirle el juego a la pequeña, quien no dejaba de sonreír feliz, porque alguien si creía que era una princesa de verdad, aparte de su padre. Quien la consentia mucho.
El chico, miró mejor a la niña. Era muy bonita, estaba seguro que se hubiera convertido en una bella jovencita, llevaba puesto un vestido color rojo carmín, con las mangas caídas y con muchos olanes, llenos de decoraciones tanto de telas brillosas como de pequeñas piedras que figuraban ser diamantes. La falda le quedaba corta, no era el atuendo adecuado para una infante que imagina ser una princesita de cuantos de hadas.
Sonrio, dejando que la pequeña le contará de todo lo que ella quiso. Siguiéndole el juego para que confiara en él. A los pocos minutos se permitió hablar.
.- ¿Quieres ir a la cocina por una malteada princesa?.- le pregunto, tomando su mano en una invitación.
La pequeña encantada, no dudo en decirle que si, ansiando por algo rico antes de la cena, y tener que comer las verduras que tanto le disgustaban.
Gohan la llevo por el camino contrario al donde tenía a sus prisioneros, para que la pequena Bra no preguntara porque sus padres y hermanos estaban atados, echando todo a perder.
Cuando llegaron a la cocina, él la levantó en brazos para sentarla en el mesón que servía para picar los ingredientes antes de prepararlos. Fue a su mochila para rebuscar un poco en ella y luego a volver a con la pequeña, la cual empezaba a volver a hablar de todo lo que se le ocurriera, él la dejo hablar, mientras preparaba la malteada.
Ya teniendo todos los ingredientes en la licuadora para un licuado de fresa, sabor escojido por la menor, sin que ella lo viera, vacío también al aparato un poco de un polvo gris, tapando el aparato para no manchar y prenderla.
Había agregado un poco de un polvo que había sido muy difícil de conseguir, que causaba a quien lo inguiriera, grandes cantidades de sueño, sin ser consciente de que, mientras los afectados dormían, los químicos en esa droga, infectaban todos los órganos vitales, haciendo que quedaran inutilizables por su portador, sin dolor y sin siquiera enterarse de que morían. Sin dolor, sin sufrimiento.
El podía estar apunto de lastimar a toda una familia, pero no le haría daño a una pequeña niña. La dulce e inocente Bra, le recordaba a su hermanito adorado, cuando aún era pequeño y lo necesitaba a él, y no a un estúpido que le rompería el corazón a penas tuviera la oportunidad.
Ya con la bebida lista, le puso un sorbete y se lo tendio a la infante, quien contenta y sin saber que estaba contaminado, lo bebió rápido y con ganas. Hablaron un poco más, ofreciéndole a la niña, pocos minutos de felicidad, mientras terminaba su última bebida. En poco tiempo empezó a presentar lo síntomas del sueño, entre cerrando sus ojitos azules y tallandolos con sus pequeñas manos. Gohan la tomó en brazos y la mecio un poco, para que terminará de dormirse, por lo que no paso mucho tiempo para que la pequeña peliazul callera rendida sin saber, a su último suspiro.
El joven sonrio, caminado hacia la sala donde se encontró con cierta escena.
Los esposo estaba dándose la espalda, siendo el hombre él que trataba de quitarle los nudos a su esposa y con el joven pelilila que lloraba asustado, frunció el seño, soltando una tos falsa, que asusto a los susodichos, se acercó a ellos, teniendo aún a la niña en brazos.
.- Les traigo una sorpresa..- dijo en voz cantarina, mirando a la que tenía en brazos, acercandola a sus padres.-... Es tan linda estando dormida, sin saber nada de su alrededor.- comentó, mirando a los padres, la mujer lo miraba asustada y desesperada, al igual que el pelilila, que tenía una mueca de terror al ver a quien le había amenazado con su hermana en brazos, mientras el hombre de la sicatriz, le lanzaba una mirada foribunda, enojado, asustado, impotente y desesperado, se sintio satisfecho de haberlos alterado tanto.- lástima que ya no despertara jamás.- terminó por decir, viendo como algo se rompía en los ojos de la mujer, empezando a derramar lágrimas y llorar en silencio. Algo parecido pasó en el par de varones frente a él, pero ellos pareciera que quisiera guardarse el dolor.
Alejo a la niña de los adultos y la acomodo mejor contra él, para poder cargarla con un brazo, con su mano libre, tomó de los cabellos a la peliazul, quien aún lloraba desconsolada y se quejó un poco por el tirón, la arrastró así hasta un extremo del lugar, donde la dejo a su suerte. Luego hizo lo mismo con el pelilila, arrastrándolo hasta otra esquina, ya con ello listo, se asegura de que no tratarán de escapar mientras el iba y dejaba a la niña.
Subió de nuevo para ir a la habitación de Bra, donde la acostó en su cama, quitandole ese vestido, poniéndole algo mas cómodo, ya cambiada, la arropó y le beso la mejilla, deseándole felices y eternos sueños.
Regreso a la sala, donde con satisfacción miro como sus presas estaban a su merced, disfrutando que su plan había salido tal y como lo planeo.
.- Bien, ya todo está listo. Ahora, de tin marin de don pingue~. A quién mataré primero esta vez~.- cantureo de forma tétrica para los apresados.
A paso calmado, fue hasta la mesa donde tenía los cuchillos y las demás curiosidades que encontró. Tomó un par de cuchillos grandes y se dirijio hasta el hombre mayor, lo desató, a lo que el hombre intento defenderse, pero Gohan fue más rápido y le encajo uno de los cuchillos en el brazo con el que lo golpeó, el de la sicatriz se quejo, distraído, Gohan logró empotrar lo de nuevo contra el suelo, se subió sobre él quedando sobre su estómago y antes de que el hombre pudiera reaccionar, le encajó el otro cuchillo en el otro brazo, justo antes del pliegue del codo.
El hombre se quejo de nueva cuenta, y trato de liberarse del que estaba sobre él, pero no podía usar ya ninguno de sus brazos, ya que Gohan aún sostenía los cuchillos, enterrandolos en la piel y haciéndolos girar cuando miraba que el mayor quería moverse.
La sangre borboteaba de las heridas del de la sicatriz, quien ya sólo emitía sonidos ahogados por sentirse débil y mareado por la pérdida de sangre. Miró a su atacante, quien le miró sonriendo, tomó el resto de los cuchillos y los fue enterrando lentamente en diferentes partes del cuerpo del contrario, tomándose el tiempo que gustase en torturar la sección escojida, moviendo el arma corto punzante de una manera tan natural, que parecía no estar enterrada en piel, desgarrando la carne en cada movimiento.
Se levantó, mirando su obra, satisfecho de que el hombre apenas y podía mantenerse conciente gracias al dolor y a la pérdida del líquido vital, que ya formaba un charco debajo del herido. Con cuchillos enterrados en sus brazos, cuatro en cada uno, en sus piernas, cinco en la derecha y tres en la izquierda, en su torso, dos en cada costado, cuatro en el estómago y uno en el medio del pecho, Gohan sonrio de nueva cuenta, mirando como poco a poco se le escapaba la vida al de la sicatriz debajo suyo, tomó un último cuchillo que le quedaba y se acercó al rostro del hombre, quien apenas respiraba con trabajo, escupiendo sangre por la boca, por los pulmones y estómago perforados, y antes de que lo anterior lo matará, encajo el cuchillo a la mitad de su cuello, enterrandolo lo más profundo que pudo, dejando que el hombre se ahogara con su propia sangre y saliva, muriendo en pocos segundos.
En realidad, él no le impartaba en absoluto, pero si lo dejaba vivo, sería un problema.
Gohan se alejo del cuerpo sin vida del hombre, mirándolo ahora sin interés. Un sollozo se escucho del otro lado de la estancia, volteo la mirada, hasta dar en la esquina donde la dejo anteriormente, a la mujer de pelo azul llorar desconsolada, frunció el seño.
Que maldita hipócrita era aquella mujer, solo por parecer bonita se cree que puede hacer lo que le venga en gana, primero no quería al hombre, dudaba que alguna vez le allá amado, siempre lo insultaba, y ahora le está llorando como fiel devota esposa a su marido.
Enojado con la mujer, fue hacia la mesa, donde tomó una tijeras de jardinería pequeñas, que no abarcaban ni la mitad de su brazo, también una llave inglesa y se dirijio a la cocina, llendo hacia la estufa, prendió el fojon y con el fuego en alto, dejo la llave sobre ella, aún con las tijeras regreso y se acercó a mujer, quien al escucharlo trató de retroceder a como podía arrastrándose, pero choco contra la pared. La mujer claramente estaba asustada del joven frente a él, Gohan le sonrio de forma tétrica, haciendo que los bellos de la nuca de la mujer se erizaran. Retiro la cinta de su boca, ya que esta empezaba a caerse
.- S-si no, me ma-matas, te doy, t-todo el d-inero que qu-ieras.-le ofreció la de pelo azul, temblorosa y tartamuda, haciendo que el joven le mirara seriamente.
.- no quiero dinero.- le contestó, cortante y seco.
.- no im-porta, lo que quieras, te lo d-oy.- sonrio nerviosa, tratando de convencer al asecino que tenía las tijeras de forma amenazante contra su rostro.
.- lo que quiero no se consigue de manera fácil.-
.- no importa, yo te lo consigo. ¿Que quieres?.- la mujer tomó un poco más de confianza, viendo que tal vez convenceria al joven.
.- un corazón.- murmuró, mirando directo a los ojos azules de la mujer, quien se sintió inquieta por ello.
La de pelo azul no noto como las tijeras que antes amezaban su rostro, pasaban cuidadosamente tras ella, como estaba de lado eso fue fácil, abriéndo las afiladas cuchillas oxidadas sobre su mano, cerrándose con fuerza cuando el joven lo creyó conveniente.
La mujer soltó un alarido adolorido, mientras más lágrimas estancadas en su ojos salian sin parar, la fuerza con que las afiladas cuchilllas que conformaban la tijera, había arrancado un dedo y cortado solo un poco el resto. La sangre fluyo de esa pequeña herida que no convenció al atacante. Siguió cortando las manos de la mujer hasta arrancar cada uno de sus dedos, dejando sus manos destrozadas hasta la parte de la muñeca.
Despues de un tiempo dejo en paz a la mujer, se retiro de enfrente de ella y dejo las tijeras a un lado, la sangre caía por su espalda baja de lo que antes eran las estremidades superiores de la mujer. Quedó satisfecho, con los sollozos ahogados de la mujer.
Gohan regreso a la cocina, apagando el fuego y tomando la llave que dejó sobre ella, claro, no sin antes tener un guante de cocina bien colocado, la cabeza de la llave brillaba a rojo vivo. Regreso a con la mujer, ella seguía llorando adolorida y sin pensarlo le golpeó con lo que tenía en mano el rostro.
La mujer volteo la cabeza por la fuerza del golpe, además el metal caliente había quemado parte del lugar golpeado, dejando una zona en rojo, sonrio, la de peli azul se notaba aturdida por el golpe, coloco la llave aún caliente sobre su ojo izquierdo, dejando que consumiera la piel, la mujer grito, raccionando al dolor, se removió, queriendo evitar el utencilio que le lastimaba de forma lenta y agónica, pero no pudo, su atacante le tomó del cuello, ahorcadola en un agarre firme para que no moviera para nada la cabeza, miéntras encajaba más la llave caliente sobre el rostro de la fémina.
Dejo que pasara los minutos lentamente, mientras que la llave perdía calor. La mujer lloraba quedamente, apenas pudiendo emitir sonido gracias al agarre en su cuello que no disminuyo en ningún momento, además de que estaba aturdida por el dolor y la pérdida de sangre. El joven retiro el objeto de tortura del rostro de la de cabellos azules, para ver como la piel alrededor del ojo estaba quemada, cocinada por la alta temperatura, en algunos lugares se miraba viscoso y burgujeba, causándole asco al atacante quien decidió soltarla, dejándola caer al suelo.
Boqueo la mujer buscando algo de aire. La garganta le ardía pero el dolor en su rostro aún era peor. Su párpado se cerraba gracias a lo maltratada que se encontraba la zona, dificultando su vista, pero aun así, pudo ver como el joven toma una pinzas de electricista y nuevamente se acercaba a ella, lloriqueo, sabiendo que no tenía escapatoria.
Con una mirada tranquila, Gohan cerró los dientes de las pinzas sobre los mechones en el cabello de la mujer, dando un galón fuerte de ellos, lo cual provocó que esta levantara la cabeza sin voluntad y se quejara. Dejó que la cabeza vuelva a bajar y en un agarre más fuerte, volvió a subir, esta vez, lograndro arrancar los cabellos de la mujer. Repitió lo mismo una y otra vez, arrancando el cabello de la mujer de distintos lugares, mirando como en algunos se llenaban de sangre por el brusco arranque, la mujer lloraba desesperada, ya no sabía si era por el dolor o por saber que pronto ella moriría.
Quedando casi calva, la dejo llorar amargarmente en paz, mientras iba y tomababa uno de los cuchillos que tenía el cadáver del hombre en el otro extremo, regreso, para proceder a hacer lo mismo que al hombre y arrancarle la piel de la garganta a la mujer, quien trató de gritar, pero le fue contraproducente, ya que se terminó ahogando con su propia sangre. Terminó muriendo a los minutos.
Suspiró agotado, estaba empezando a cansarse, claro, era tarde y el no acostumbraba a dormir tan tarde, pero todo valdría la pena, todo tendría su recompensa al final.
Grio para ver a su objetivo principal, pero se encontró con el joven desmayado donde lo dejó, sus ojos rojos y inchados le decían que había estado llorando todo este tiempo, pero parecía que no pudo soportar tantas emociones negativas juntas y terminó por secer su conciencia a un desmayo.
Bufo molesto, el queria al chico despierto, así sería mejor su venganza.
Fue a con el de pelos lilas, y lo levantó, solo un poco para poder verlo mejor, tal vez sea bueno que se allá desmayado, ya que así le sería mejor moverlo.
Fue a la mesa y tomó cuatro destornilladores grandes, también un mazo de hierro, luego despejó la sala, movió el cuerpo del hombre a la esquina donde estaba el cuerpo de la mujer, importandole poco el como terminaría al dejarlo caer como bolsa de basura, movió el sofá y la mesa, abriendo espacio suficiente.
Tomo al chico y lo desató, para luego colocarlo en el espacio que había echo en el suelo, extendiendo sus brazos y piernas a forma de cruz, coloco los destornilladores a unos centímetros de sus manos y piernas clavandolos en el suelo con el mazo, ya con cada uno en su lugar, tomó de nuevo la cuerda, le ato las manos y piernas nuevamente pero a las estacas improvisadas que hizo.
Se levanto para mirar al chico, juzgando si estaba bien, cuando estuvo satisfecho fue nuevamente a los cuerpos, para poder quitarle un unos cuantos cuchillos al cuerpo muerto del de la cicatriz.
Luego fue a la cocina, donde en un pequeño cazo de plástico tomó agua del fregadero, regreso a la sala y dejó caer el líquido sobre la cara del menor, quien al sentir el líquido despertó.
El pelilila giro su rostro a todos lados, tratando de enfocar su cansada e irritada vista, hasta que callo en los pies de su agresor, alertando, trató de moverse al sentirse fuera de las ataduras de sus brazos y piernas, pero le fue imposible gracias al nuevo amarre. Se asusto, más de lo que ya estaba, ya que estaba en una pocicion en que estaba totalmente al merced de su atacante, quien le miraba de manera curiosa desde su lugar, para después sonreírle, pero en vez de que esa sonrisa lo tranquilizara, hizo que se estremeciera en nervios.
Gohan, suspiro tranquilo al ver que todo marchaba a la perfección, tenía a sus pies a quien quería, había callado a todos aquellos que lo pudieran incriminar, solo faltaba terminar el trabajo, borrar sus huellas y conseguir el regalo de su adorado hermanito.
Con ello en mente, se sento sobre el cuerpo del menor, estando pocicionado en su regazo, con uno de los cuchillos desgarro la camisa que el menor portaba, descubriendo su plano pecho y abdomen.
Miro al rostro del de pelo de color, mirando sus ojos llorosos, llenos de miedo y desesperación, que lo miraban a él suplicante de que lo dejara ir, que no le hiciera nada. Le recordaban a los ojos de su hermanito, llenos de vida y sentimientos, que le suplicaba cada vez que podía el que no lo dejara, dudo un poco en hacer lo que tenia en mente, pero, había un pequeño problema...
Aquel chico no tenía los ojos del mismo color que su hermanito.
Si hubieran cumplido ese pequeño capricho de tener los mimos ojos que su hermano, tal vez lo había pensado mejor, pero, no fue igual.
.- Te arrepentirás de haber dejado a mi dulce hermanito, mi adorado Goten no volverá a sufrir por tu causa y recibirá lo que tanto quiere. Su hermano mayor lo obtendrá para él.- la voz salió en un murmullo tétrico, como si que lo dijera fuera un mantra, una ley divina, y el único culpable de mancillar esa ley, era aquel chico que lloraba debajo de él.
El chico quería replicar, pero en ningún momento perecia haberle quitado la mordaza de la boca, que amortiguaban sus quejas y llanto.
El mayor sonrio, tan grande que incluso le empezaba a doler las mejillas. Con el cuchillo en mano empezó a desgarrar la piel del pecho de quien tenía debajo, abriendo la carne y enterrando cada vez más hondo el cuchillo, quitando la carne que quedaba floja en su camino.
El chico lloraba, por el dolor insoportable que se alojaba en su pecho, sentir como desmembraban su piel tanto de pecho y parte del abdomen, le era insoportables. Gritar no le era una opción, no podía, sus ojos apenas veían más allá de su agresor gracias a las lágrimas que se estancaban y caían libremente por su rostro, quería que esto acabará ya. Deseaba que esto no estuviera ocurriendo de en verdad.
Llego al hueso de las cosillas, esas que protegían su diafragma, con todos aquellos valiosos órganos que aún funcionaban de manera trabajosa a su vista, el chico ya debía de estar colapsando por la falta de sangre y el dolor, tenía que apresurarse en terminar.
Con una de sus manos tocó el hueso de la costilla superior, lo sujeto, enterrando sus dedos bajo la carne aún viva que había, para hacer fuerza hacia afuera, rompiendo con poco esfuerzo la costilla, el chico chilló adolorido, sintiendo como es que lo desgarraba, siguió así hasta deshacerse de un par más costillas y dejar el pecho lo suficientemente abierto para poder ver.
El menor, ya no podía mantenerse conciente, sus ojos se cerraban, su respiración era dificultosa y no podía gritar como tanto lo ansiaba, veía borroso y sentia que en cualquier momento daría su último suspiro.
Gohan sabía ya todo esto, el chico bajo él, apenas y se movia, ya estaba al borde de su límite, así que adentro nuevamente su mano dentro del pecho abierto, tomando en su palma el corazón del muchacho. Sentía como débilmente aún latía, mandando la sangre que quedaba al cuerpo.
Sonrio, apretando el agarre y jalando en un movimiento, desprendiendo el órgano de su lugar, el chico, solto un último alarido adolorido de agonía, amortiguado por la mordaza, para después quedar en un letardo y caer tal pesó muerto, sin vida.
Frente a sus ojos, miró como el joven murió en sólo segundos al ya no tener corazón y como el órgano aún tibio latió un par de veces para luego detenerse.
Suspiro satisfecho. Todo había acabado.
Se levantó, para dirigirse a la cocina, donde guardo sus pocas cosas. Se quito los guantes que nunca se quito, sacó de su mochila un cambio de ropa que había traído consigo y cambió las ropas manchadas por ellas. Con cloro que encontró por allí, se lavo los brazos para eliminar todo rastro de sangre que mantenía en ello, nuevamente se coloco unos guantes como los anteriores.
Fue al almacén donde guardaban todas las cosas del gardin, en donde encontró varios litros de gasolina. Sonrio, como había echo toda lo noche, estaba feliz de haber cumplido su cometido y salir hilezo de ello, pensó que sería más difícil, pero valla sorpresa se llevó.
Tomo los recipientes de gasolina y los esparció por toda la mancion, por el segundo piso y los cuartos. Dejo que callera líquido por la escalera. Esparció por la sala, por todo el piso y sobre los cuerpos tambien, junto a todas las habitaciones conectadas al salón. También por la cocina y el pasillo. Con ello listo, tomó su mochila y se la coloco, salió de la casa, no sin antes prender un cerillo que dejó caer en el final del camino de gasolina. Prendiendo está al instante, siguiendo el recorrido.
Camino por el medio del patio, donde no le importo ya las cámaras. Estas seguirían funcionando hasta que alguien le quitara el comando y si no era un experto en informática, no sería posible.
Se dirijio a la caja metálica que era el centro de carga, en donde lo abrió y sacó su pequeño aparato, más no lo desconecto, sino que con ayuda de él, apago todas las alarmas de la casa. Ya con ello, lo desconecto y guardó, borrando así todo rastro de que un aparato del exterior había entrado al sistema.
Salio de la casa por donde entró, por ese hueco entre el alambre de púas. Callendo suave sobre el contenedor de basura. Ya afuera, se coloco la capucha del suéter nuevo que cargaba, saliendo tranquilamente del callejon.
La gente del vecindario no se enterarían del incendio si no pasadas las horas, donde ya el fuego habría cosumido la mayor parte de la casa y habria llegado al laboratorio de la mujer, donde ocurrirían varias explosiones gracias a los químicos y aparatos que allí se encontraban. Todo se habría perdido y no abría forma de descubrir al culpable.
Todo salió justo a como estaba planeado.
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Llego a su hogar, una pequeña casa de un solo piso lo suficientemente grande para cuatro personas. Ubicada en una zona de clase media baja. No se quejaba, ganaba buen dinero así que solo era capricho de su hermanito el quedarse en la antigua casa de sus padres.
Entro, siendo recibido por una sala de estar por demás elegante, muy diferente a la fachada de la casa. Muebles por demás caros, anchos y a la vista cómodos, el suelo alfombrado por tela sueve para andar descalzo, y una televisión de pantalla plana de última generación, frente a una mesita de café de cristal y cerámica. Hubicada al centro de tres sillones a juego color carmín. Donde en el más grande se encontraba su delirio y adorada posesión.
Un joven de estatura promedio, de cabellos negros que llegaban a la altura de sus hombros, de ojos grandes oscuros, como brillante noche sin estrellas, piel lechosa y suave, de labios carnosos y rosados. Faciones infantiles aún para su adolecente rostro. De complexión delgada, de vientre plano y tierno, pecho sobresaliente un poco más de lo normal en un joven, cintura fina y caderas medianamente anchas, de piernas largas y torneadas. Una belleza de juventud que es su adorable hermanito, lindo, tierno e inocente.
Su hermanito tenía puesta su piyama de tela de seda azul, que el mismo le había comprado hace ya algún tiempo, miraba una película de acción en la televisión mientras abrazaba uno de los cojines del sillón. Su hermanito era toda una ternura. Pensaba a la vez que sonreía enternecido.
Cerro la puerta, quitándose sus tenis y llendo hacia su hermanito.
.- Goten, bebé ya llege.- aviso acercandose al menor sonriendo tierno.
.- ¡Gohan!, Bienvenido hermano mayor.- le resivio su hermanito, sonriendo de manera tan tierna, haciendo a su corazón palpital con fuerza. Se levantó para poder abrazarlo, colgandose de su cuello y llenándolo más de felicidad y ternura.
.- Te traje algo hermanito.- aviso, feliz, haciendo que los ojitos de su hermanito resplandecieran en emoción.
.- ¡¿Encerio?! ¡¿Que es?!.- pregunto entusiasmado, dando brinquitos en su lugar después de soltar a su hermano mayor.
.- Sientate y cierra los ojos hermanito.- pidió, pasando su mochila al frente, dando a entender que allí tenía el regalo del menor.
El menor, emocionado, hizo caso, sentándose en donde antes se encontraba, tapando sus ojos con sus manos, sonriendo en grande y emocionado.
Gohan sonrio lleno de cariño, no entendía como aquel joven pudo haber dejado a su dulce hermanito, si el era toda ternura y belleza.
Apago la televisión, creando un silencio espectante e impacientando más a su hermanito, quién temblaba de la espectativa. Se arrodillo frente a él, sacando de su mochila una cajita de cristal, que el reflejo de vidrio no dejaba ver su interior. La coloco frente a su hermanito, preparado para dar la sorpresa.
.- Ya puedes abrir tus ojitos bebé.- le dijo, son dejar de sonreír feliz.
El menor quito sus manos de sus ojos y los abrió, quedando impactado por lo que tenia enfrente.
.- ¿Una caja de vidrio de fantasía?.- pregunto con cierto deje de tristeza, el esperaba otra cosa.
El mayor río, creando curiosidad en el menor.
.- Tienes que abrirlo, hermanito.-
Su hermanito le miró curioso una vez más, para luego abrir la cajita decorativa. Quedando imprecionado por lo que tenia dentro.
.- ¿Esto es...?.- hablo bajo imprecionado, asombrado.
.- Lo que tu querías hermanito.- contesto el mayor, sonriendo con emoción por su cometido.
Dentro de la caja decorativa, estaba el corazón que en su asesinato anterior le arranco al joven pelilila. Lo había puesto en hielo en un recipiente antes de salir de la mancion, pasando antes de llegar a su casa por una tienda donde compro la cajita de cristal de fantasía, colocando allí el órgano junto con el hielo.
Se lo había traído a su hermanito, ya que se lo había pedido, y él le cumplía todo sus deseos en realidad.
.- ¿Me trajiste el corazón de Trunks?.- pregunto en una mueca más seria que las anteriores. Llamando la atención del mayor.
.- Tu me lo pediste.- contesto, borrando de apoco su sonrisa,. Tal vez había echo mal y hacer sentir triste a su adorado hermanito.
El menor agacho la mirada, comenzó a temblar, pequeñas lágrimas empezaron a aparecer en sus mejillas.
Gohan se alarmó, tal vez eso no era lo que quería su hermanito, sino seguir siendo el novio del muchacho con quién había compartido con tanto tiempo juntos. Estaba por retirar la cajita de enfrente de su hermanito, decaído, triste por haberle fallado, cuando este tomó la cajita en sus manos.
.- Me encanta, es exactamente lo que quería.- dijo, soltando lágrimas de emoción y dejando ver una hermosa sonrisa en su rostro.
Gohan recupero toda la alegría que había perdido en esos escasos segundos, complacer a su adorado hermanito era su felicidad.
.- Gracias hermano mayor.- agradecio, mirando el interior de la caja decorativa, para luego cerrarla con cuidado.- ¿Sabes que?, te ganaste un premio.- dijo, dejando la cajita a un lado de él, para luego mirar a su hermano mayor, con una sonrisa.
El mayor amplio su sonrisa, conténto con lo que le decia su adoración.
.- Ponte sobre ambas rodillas y ambas manos en mis piernas.- pidió, acercandose un poco más al mayor.
Este hizo caso, se puso sobre ambas rodillas y se acercó más a su hermanito, colocando cada mano en cada pierna del menor, quedándose quieto esperando su premio.
El menor sonrio por lo obediente de su hermano mayor, se inclinó un poco tomando con ambas manos el rostro más maduro, acercandose a él, hasta finalizar en un beso en los labios.
El beso fue casto, nada profundo pero si duradero, con movimientos de labios al control del menor, quien con toques coordinados besaba al mayor, quién solo se dejaba hacer gustoso. El menor se fue alejando de a poco, viendo como el mayor perseguía su boca hasta que ya no pudo inclinarse hacia arriba y alcanzar esa boquita deliciosa y eso suaves labios.
Abrio los ojos de forma pausada, embobado por ese toque que lo dejo encantado y con ganas de más, miró a su hermanito, aún en trance, teniendo enfrente esa sonrisa cariñosa que solo él tenía derecho de ver en esa boquita dulce y de ensueño que tenía su hermano adorado.
.- Eres el mejor hermano mayor de todos, Gohan.- susurro el menor, pasando sus brazos tras el cuello de su hermano, dándole un tierno abrazo.
.- Haría todo por ti, Goten. Todo Por Mi Hermanito.- contesto, enredando sus propios brazos en el torzo del menor. Acercandolo a su cuerpo, sonriendo dulce y contento.
Se separaron del abrazo y el menor se levantó del sillón para tomar la cajita que le dio su hermano.
.- Hoy te dejaré dormir conmigo, hermano mayor.- sonrio, tomando la mano de su hermano para ir a sus habitaciones.
Gohan sonrio por ello y se dejó guiar por el menor.
Todo valdría la pena si tenía a su dulce y tierno hermanito con él.
>>Extra.<<
Abrió una puerta, que revelaba al otro lado una escalera que llevaba abajo de la casa.
Al sotano.
Bajo sin hacer ruido por las escaleras hasta llegar al fondo, donde encontró otra puerta, pero esta era de metal he iradea un aire frío que hizo que se le pusiera la piel de gallina.
De un lado de la enorme puerta, tomó un chaleco que lo protegería de temperaturas altas. Tomó la palanca y abrió con ella la pesada puerta, dejando que un aire frío saliera como neblina.
Entro y cerró tras de sí. Para luego voltear y ver el enorme congelador que era la habitación fría.
Camino entre los grandes estantes que había allí. Que mostraban varias cajitas de cristal de diferentes formas y tamaños, también había de diferentes colores y texturas. Una colección variada de esas lindas cajitas que su hermano mayor recolectada para él, con lo que él simpre le pide.
Frente a cada estación de cada cajita decorativa, que estaban debidamente separadas, había una fotografía enmarcada en plástico grueso, cada una de una persona diferente, sobre una pequeña placa donde había un nombre.
Llego al final del estante de metal que exponía todas aquellas cajitas, en donde coloco la cajita que tenia en manos, en uno de los pocos lugares que tenia disponible.
En el pequeño apartado que tenía coloco la fotografía de su antiguo novio, aquel chico que hoy anunciaban en las noticias, en un atentado de asesinato, destazado y quemado junto a toda su familia.
También coloco la placa con su nombre. Dejando todo en perfecto estado.
.- Al fin tengo lo que tu me prometiste amor mio. Y no te preocupes, que si el siguiente no me lo entrega, mi hermano mayor me lo consiguiera si se lo pido.- dijo, besando la fotografía.
Todo era tan simple de ver, el mantenía su fachada de niño lindo e inocente con su hermano, aunque ya fuera un adolescente. Su hermano estaba tan mal de la cabeza que le era fácil de engañarlo.
Su doctor le dijo que el mayor estaba tan obsecionado en cuidar de él y complacerlo, que su vida estaría rondando a costa de él.
Eso le venía como anillo al dedo, él conseguía lo que quería y su hermano mayor se lo daría con solo unos ojitos tiernos que le diera, su obsecion era tanta, que adquirió un extraño sentir con él, pero no avanzaria si él no se lo permitía. Total, su hermano suele conformarse con unos cuantos besos.
Todo estaba bien, por que gracias a su hermano, él tenía todo lo que quiera....
Y si él queria el corazón de sus novios, su hermano mayor se los traería de regalo.
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Creo que esta historia me salio más larga de lo que pensé.
Aunque estoy satisfecho de haberla terminado.
Si no entienden algo pueden preguntarme sin problema. Creo que en algunas partes no me explique bien.
Por favor perdonen si encuentran alguna falta ortografía. Lo hice a teléfono ya que no tengo computador.
Espero les guste.
Firma.
Son Veku Sayan.
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