La primera caída
La noche pasó lenta. Wen Ning se durmió apoyado en Wei WuXian. De vez en cuando se removía inquieto, por lo que Wei WuXian no tuvo más remedio que quedarse despierto para tranquilizarlo. En algún momento de la madrugada, el fuerte sonido de la lluvia se detuvo. Al fin pudo escuchar claramente los tímidos sonidos de los animales. Tenía que tener mucho cuidado. Especialmente en la noche.
Su mente aún estaba en caos. Se dividía preocupándose por la inminente invasión a Yunmeng y por rescatar a Wen Qing.
Pero dentro de él sabía que estaba haciendo algo bueno, justo. No se arrepentía.
Cuando ya se disponía a despertar a Wen Ning, este se levantó sobresaltado.
― ¡Jie jie*!
Wen Ning respiraba agitado. Su mirada centrada en una pared de la cueva. Wei WuXian lo miró pero rápidamente le dio la espalda. Estaban en la misma situación, suponía que Wen Ning no quisiera que lo vean de esa manera. Él no lo haría.
Wei WuXian tenía presente que su shijie estaba en esos momentos en Yunmeng, que iba a ser atacado. Él conocía lo despiadado de la secta Wen. En especial si el líder de ese ataque es Wen Chao. Wen Ning estaba aquí, junto a él, muy lejos de su hermana; cuando se enteraran del aviso que les dio, la vida de Wen Qing tendría un final. No habría manera de detenerlo.
Ambos tenían a la persona que más querían en peligro.
Sintió cuando Wen Ning se calmó, su respiración estaba más tranquila. Sus jadeos disminuyeron hasta dejar de oírse.
Wei WuXian le dio el tiempo necesario. Dejando de lado sus preocupaciones por un momento, se giró para mirar a Wen Ning. Aunque todo se derrumbara, él seguiría intentado sonreír.
Aún tenían cuatro días por delante.
― Wen Ning-ah―llamó con voz melodiosa. Wen Ning le prestó atención al instante. ― ¡Vamos! Tenemos mucho que recorrer.
Wen Ning asintió y se levantó veloz. Wei WuXian le sonrió débilmente. Pronto retomaron el camino.
.-.
Wen Ning caminaba apresurado al lado de Wei WuXian. De vez en vez, miraba de soslayo a Wei WuXian. El joven a su lado no abría la boca. Se notaba que estaba sumido en pensamientos.
Wen Ning recordó de pronto cuan hablador era Wei WuXian en su tiempo en Qishan. No dejaba de contar anécdotas o inventar maneras de divertirse.
Toda la seriedad de la situación y el peligro en el que se encontraban le inundaban ahora al ver su expresión apesadumbrada. Quería distraerlo pero era tan malo con las palabras. No tenía nada bueno. No sabía cómo consolar a Wei WuXian. Cómo hacerlo si él mismo necesitaba consuelo.
Mejor no digo nada.
De pronto escuchó el sonido de una flecha acercándose pero no pudo moverse rápido. Wei WuXian lo empujó hacia un lado y luego el también cayó para protegerse. Wei WuXian se paró de inmediato y se escondió detrás de un árbol. Wen Ning se le quedó viendo.
Cuando Wei WuXian lo miró, sus cejas se fruncieron para luego tomarlo del brazo y jalarlo. Wen Ning recién reaccionó. No tuvo tiempo de avergonzarse por su reacción cuando otra flecha pasó a un lado suyo.
Las pisadas sobre el pasto, fuertes y apresuradas, y no solo una, muchas, comenzaron a escucharse. Wen Ning y Wei WuXian se miraron.
Wei WuXian señaló una rama del árbol en el que se ocultaban y comenzó a treparlo. Como un rayo, Wei WuXian ya estaba arriba mientras Wen Ning aún seguía debajo.
Wen Ning se apresuró a intentar trepar pero, como la última vez en Qishan, no pudo hacerlo. Sus manos resbalaban y temblaban. No podía subir. Las voces y pisadas estaban más cerca.
― ¡Wen Ning!― le gritó Wei WuXian. ― ¡Vamos, sube!
Wen Ning lo intentó aún más, rodeando el árbol y aferrándose con las uñas y saltando pero no lo lograba. De pronto, Wei WuXian bajó de un salto para ayudarlo. Lo tomó de las piernas y empujó. Wen Ning gritó asustado.
― ¡Coge bien esa rama e impúlsate!― Wen Ning lo intentó y al fin pudo sostenerse de la rama aunque ahora colgaba como ropa secándose. Pero nuevamente Wei WuXian lo ayudó. Él se subió a la rama y desde arriba tomó sus brazos y lo alzó. Wen Ning al fin pudo sentarse como pudo. Wei WuXian respiraba agitado a su lado. Se quedaron estáticos al oír el primer grito.
― ¡El joven líder pidió ir a buscar más refuerzos! ¡Yunmeng estaba preparada!
― ¡Vamos, rápido!
― No puedo creer que hayan estado listos, ¿cómo pudo pasar?―dijo un discípulo joven de los Wen. Su cara tenía un gran morado y de su boca brotaba sangre cada que hablaba.
Otro Wen a su lado pero que estaba sobre una espada lo golpeo con su pie en su espalda haciéndolo casi caer.
― ¡Avanza! Tenemos que llegar y con refuerzos vencer a Yunmeng Jiang, ¡y hacer pagar al traidor!― con ese último grito se fue volando sobre su espada con más velocidad. Los demás se apresuraron a seguirlo.
Varios discípulos Wen volaban sobre sus espadas pero había algunos que tenían carruajes con heridos dentro. Se movían rápido.
Desde su posición, Wen Ning observaba asombrado las heridas en los cuerpos dentro del carruaje. Eran horribles. Solo podía imaginar la batalla que se desarrollaba en Yunmeng. Pero lo que enfrió su sangre fue lo que dijo el último discípulo.
Su tiempo estaba contado.
Cuando se alejaron lo suficiente, Wen Ning y Wei WuXian bajaron del árbol. Wen Ning de nuevo necesitó ayuda de Wei WuXian para lograr bajar.
― ¡Ya lo saben, ya lo saben!
Wen Ning comenzó a temblar fuertemente mientras negaba con la cabeza. Su hermana, solo pensaba en ella. ¡Debió ser más cauteloso, más rápido, más todo!
Sintió unas manos que sostenían sus hombros y abrió sus ojos. Wei WuXian lo observaba con una cara seria.
― Cálmate― le pidió. Wen Ning tardó un momento pero se tranquilizó, aunque su mirada preocupada que tenía no cambio ni un poco.
Vio a Wei WuXian soltarlo y quedarse un momento pensando. De pronto lo miró fijamente y Wen Ning supo que tenía un plan. Él aceptaría lo que sea con tal de salvar a su hermana.
.-.
Wei WuXian ideó un plan simple, o al menos eso pensó. Él, como tenía a Suibian consigo volaría, volaría para intentar llegar antes que los Wen que casi los habían atrapado. El viento le golpeaba el rostro mientras volaban incluso en la noche. Cuando la luna estaba llena en el cielo nocturno al fin llego a Qishan.
Bajo de su espada y la guardó. Desde aquí debía buscar una manera de entrar en el gran palacio de Wen RuoHan. No debía ser visto por nadie. Caminaba por las calles en absoluto silencio. Le sorprendía que no hubiera ninguna tienda abierta pero pensó todo estaría cerrado. No sabía el tiempo que era. Aunque bien pudiera ser por el fuerte control que los Wen tenían sobre todos. Incluso controlando a su propia gente. Pasando por una zona bien iluminada Wei WuXian vio al primer guardia. Se escondió detrás de una casa. Wei WuXian, mientras esperaba que pasara el hombre, se dio cuenta de su vestimenta. Tomó una túnica negra colgada en el tendedero de la casa y nuevamente salió cuando el guardia pasó.
Llegó a una parte apartada fuera del gran palacio de Wen RuoHan. No pudo evitar pensar de la opulencia de esta.
Así de grande tienen su orgullo y ganas de ser los tiranos del mundo.
Moviendo la cabeza con disconformidad, siguió su camino en la oscuridad.
¿Dónde podría estar Wen Qing? ¿Ellos ya sabrían de la identidad del traidor? No lo sabía y no saberlo era fundamental. Wei WuXian no tenía manera de saber dónde comenzar a buscar.
Sorpresivamente, mientras se movía sobre unas caballerizas escuchó unas voces. Se detuvo sobre el techo.
― ¡Ella era la mejor! Pobre, ahora no tiene manera de salvarse.
― Eso le pasa por tener un hermano traidor, ¡no te imaginas la vergüenza que le hicieron pasar!
Wei WuXian no escuchó más y siguió su camino. ¿Hablaban de Wen Qing? ¿Ella era?
Si la mujer que de la que esos hombres menospreciaban era Wen Qing solo significaba algo.
La secta Wen ya sabía de la traición de Wen Ning. Los lugares donde ella pudiera estar se redujeron a uno en la mente de Wei WuXian. Él se dirigió a los calabozos. No había otro lugar.
Ya era tarde.
.-.
Llego al lugar. Estaba fuertemente custodiado. Wei WuXian contó a cada uno de los guardias fuera. Eran al menos cinco. Con un movimiento, tiró uno de sus sellos y los encerró para que no escuchen ningún sonido fuerte. Tenía que ser muy cauteloso, no quería que lo escucharan. Estaba en territorio enemigo, luchar no podía ser su primera opción.
Entró haciendo una abertura al techo. Saltó dentro.
De inmediato sintió mucho frio. Wei WuXian se sorprendió. Fuera no hacía mucho frio pero aquí dentro sentía su cuerpo congelarse. Comenzó a buscar. Las celdas eran muy oscuras, ninguna luz se filtraba, solo por donde había hecho el agujero en el techo entraba algo de luz.
Con rapidez fue de celda en celda intentando ver en el interior alguna figura. Conocía a Wen Qing. Alguna vez la vio en sus interminables tardes junto a Wen Ning cuando estuvo en la secta Qishan. En aquella ocasión ella resondró a su hermano, sin aparentemente notar su presencia, y se lo llevó. Wei WuXian no pudo ni detenerla. Al día siguiente Wen Ning le contó que aunque él estaba entrenando con ellos, su especialidad era cuidados curativos. Se había convertido en aprendiz de ella. Sonrojado, su amigo le confesó que tenía mucho que aprender si quería lograr ser como su hermana algún día.
Wei WuXian pensó que ella era una figura de temer.
Siguió buscando hasta llegar a la última celda y detenerse. Era crucial encontrarla ahí. Aunque conocía lo despiadado que eran los Wen, Wen Qing era parte de ellos, no podrían haberla asesinado.
Cuando llego y pudo ver algo dentro de la última celda dudo de su pensamiento. La persona dentro no se movía. Apoyada en una pared estaba Wen Qing. Wei WuXian solo podía ver su posición pero el olor de la sangre era fuerte.
Rápidamente pateó la puerta de madera que la encerraba. Por el ruido, Wen Qing se movió. Sus movimientos eran bruscos y temblaba fuertemente, ella intentó apegarse a una esquina de la celda.
― ¡No, por favor, no!― gritó mientras retrocedía arrastrándose.
Wei WuXian se quedó un momento parado. Aquella voz era de una mujer que estaba aterrorizada. No era la voz de la Wen Qing que él vio una sola vez. Esa voz era de alguien crítica y severa. Esta era la de una persona asustada a morir.
No pensó que los Wen iban a dejar a uno de los suyos así tan rápido. Él voló por medio día y toda una noche. Al parecer, la crueldad de ellos no medía si eran parte de su secta o no.
Se agachó y levantó una mano.
― Soy Wei WuXian, vine para rescatarte, Wen Ning...
― ¡Wen Ning!― ella se arrodillo e intentó acercarse a él pero unas cadenas la detuvieron.
― Sí, Wen Ning está conmigo.
Wen Qing se sentó como pudo. ― ¿Esta bien? ¿Mi hermano está bien? ― preguntó. La luz al fin la alcanzó. Su rostro estaba rojo y negro. Sus mejillas tenían cortes con sangre seca y su frente varios raspones. Sus ojos estaban rojos y de su nariz también caía sangre. Pero cuando lo escuchó, su mirada se volvió desesperada y un brillo apareció.
Esperanza.
― Él está bien, nos está esperando. Te sacaré de aquí.
Wei WuXian observó cómo Wen Qing movía su cabeza hacia abajo. Supo que no quería que la viera. Él se acercó cuando observó cómo ella volvía a levantar su mirada, pero esta vez con firmeza.
Wei WuXian se apresuró a cortar la cadena pero pronto se dio cuenta que no podía.
― Está hechizada. Debe ser rota manualmente― le dijo Wen Qing.
Wei WuXian comprendió. Sacó a Suibian y cortó las cadenas. Ayudó a Wen Qing a levantarse, la vio cerrar los ojos cuando se levantó. Miro sus pies, y se sorprendió al verlo torcidos, especialmente el derecho. Wen Qing al parecer se dio cuenta de su mirada.
― No importa, debemos salir.
― ¿Puedes...?
― Sí puedo― y Wen Qing lo miró con decisión.
Wei WuXian quería protestar, esa torcedura debería doler mucho, pero viendo a Wen Qing asintió y caminó junto a ella hacia la salida.
Fueron sorprendidos por dos guardias.
.-.
*jie jie: hermana mayor
Nota de autora:
Holi, lo siento por no actualizar, ya estoy de vacaciones y he puesto en orden todo referente a este fic, por eso también está actua sorpresa! Me pondré a escribir :3
¿Están viendo The Untamed? ¿Notan los pequeños momentos XianNing? ¿Solo soy yo? ¿Estoy loca?
Gracias por leer ><
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