Elecciones
Wei WuXian estaba estupefacto, escuchando lo que había pasado de parte no de Jiang Cheng sino de otro discípulo de la secta.
一 El líder atacó a Wen Zhu Liu dejándolo herido. Wen Chao logró escapar cuando vio que su mejor guardia había sido lastimado. Luego, se dio cuenta que afuera sus hombres no podían con nuestros compañeros. Se retiraron rápidamente. No pudimos seguirlos.
Así que así había sido. Wei Wu Xian se alegraba que no hubieran tomado la secta, pero podía imaginar cómo se encontraba esta.
Madam Yu...
Jiang Cheng frente a él fruncía el ceño muy profundo, la rabia podía sentirse saliendo de él.
一 No hemos ganado, 一 dijo entre dientes, 一 tenemos que tomar venganza.
Jiang Cheng tenía la mirada lejana. Todo su cuerpo exudaba rabia, deseos de muerte y sangre. Wei WuXian podía verlo fácilmente. Él también lo sentía. Madam Yu nunca lo trató bien, siempre ninguneando y tratando a como dé lugar de deshacerse de él. Pero era una presencia constante en sus vidas, en la de él y sus hermanos. Mirando a su alrededor, podía ver que la fría y mandatoria Madam Yu también fue apreciada por los demás discípulos. Aunque sentía ese vacío y dolor latentes dentro suyo, Wei WuXian sabía que no se comparaba con los de Jiang Cheng.
Había muerto su madre.
Jiang Cheng tenía el cuerpo lastimado, su cara llena de sangre y su cabello despeinado, sus ropas arrugadas y algunas partes cortadas. Era la clara representación de un sobreviviente del infierno.
Y a pesar de eso Wei WuXian sabía que debía detenerlo. No podía dejarlo ir así. Sería pan comido para los discípulos vigorosos y sin cansancio que reposaban en Qishan.
—Jiang Cheng.—llamó. Jiang Cheng volteó y lo miró. —No puedes, no ahora.
El rostro de Jiang Cheng se enfureció.
—¡Tú no sabes! ¡Claramente no puedes decirme algo así!
—¡Jiang Cheng! No digo que no vayas nunca solo que...
—¡Cállate! ¡Mi madre murió, Wei WuXian!
La voz de Jiang Cheng se elevaba fuerte y en un punto mientras mencionaba a su madre se quebró. Wei WuXian no pudo más y aunque Jiang Cheng intentó alejarlo, lo abrazó fuertemente.
—La vengaremos juntos, Jiang Cheng, ahora no estás en condiciones de ir.—Jiang Cheng se movió, queriendo enfrentarse a Wei WuXian pero este no le dejó.—¡Ella te obligaría a usar la cabeza y no las emociones, Jiang Cheng! ¡No hubiera arriesgado su vida por sus hijos si los quisiera muertos!
Jiang Cheng dejó de moverse. Su cuerpo estaba rígido.
—Volvamos a Yunmeng.
Jiang Cheng posó su cabeza en el hombro de Wei WuXian.
.
La vuelta a Yunmeng fue silenciosa. Wei WuXian tenía demasiados pensamientos en la cabeza. Estaba preocupado por Wen Qing encerrada en esa cueva en el estado en el que estaba, por Wen Ning que no estaba por ningún lado. Su cabeza iba a reventar. Todo se nublaba cuando levantaba la cabeza y observaba a Jiang Cheng que caminaba con la cabeza gacha.
Madam Yu...
Shijie debe estar mal, tío FengMian...
¿Habría cambiado algo si él hubiera estado ahí? ¿Si él hubiera ayudado en ese enfrentamiento entre los líderes de la secta y Wen Zhu Liu? ¿Y si el lastimado hubiera sido él? ¿No hubiera sido todo mejor si él hubiera estado junto a Shijie y la hubiera mantenido a salvo? Así nadie que no tuviera la suficiente destreza hubiera estado sin protección, los líderes y Jiang Cheng se hubieran centrado en derrotar a los Wens sin ninguna baja...
Tantos hubieras, tantos escenarios.
Él estaba salvando a una Wen mientras un Wen en Yunmeng amenazaba a su hermana y mataba a Madam Yu. Pero no era algo por lo que lamentarse, ¿verdad?
No eran cualquier Wen... eran quienes los habían salvado.
Wei WuXian no podía imaginar el nivel de destrucción que hubiera pasado si Wen Ning no les hubiera avisado con tiempo.
Wen Ning.
Wei WuXian se detuvo. Los discípulos de Yunmeng lo notaron pero siguieron caminando, la figura primeriza de Jiang Cheng se alejó mucho. Él seguía parado mientras los veía irse.
Wen Ning.
Sus pies ansiando volver a la cueva y ver a Wen Qing y buscar a Wen Ning.
—¡A-Cheng!
El grito de su shijie lo sacó de su diatriba. A lo lejos podía ver a una Jiang YanLi demacrada, con los ojos rojos que corría hacia Jiang Cheng.
—¡A-Cheng! ¡No debes irte así, aún esto no se ha acabado, debemos protegernos!
Sus manos temblaban mientras abrazaba a Jiang Cheng.
Wei WuXian avanzó.
Aunque duela, aunque esté dejando atrás a personas valiosas, aunque esté rompiendo una promesa, aunque esté perdiendo un amigo.
Avanzó.
—¡A-Xian!—YanLi corrió hacia Wei WuXian abrazándolo con fuerza y comenzando a llorar.
Mientras Wei WuXian levantaba las manos y correspondía el abrazo se preguntaba, no sin dolor, si esta elección momentánea no volvería a traer más desgracias a su vida.
.
.
.
.
.
Notas de autora: Volví, :D. Espero traer nuevo capítulo pronto. Gracias si es que aún leen este fanfic.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro