Los diferentes colores que distinguían a cada secta se apreciaban en la entrada de QiShan. El líder de secta, Wen Ruohan, se encontraba al frente de todos. Los líderes de las sectas Yummeng Jiang, Gusu Lan, Qinghe Nie y Lanlin Jin estaban frente a él, a respetuosos pasos lejos de ellos, sus discípulos esperaban ansiosos la vuelta a sus tierras.

Wen Ning, desde lejos, miraba el encuentro de todos los líderes con pena. Desde ese día ya no vería más a Wei WuXian. Sus caminos se separaban. Él sabía que esta amistad tenía fecha límite. Al menos pasó buenos momentos junto a su primer amigo. Las aventuras pasadas junto a Wei WuXian se repetían en su cabeza. Aumentaban su pena. Recordar sus experiencias solo lo hacía sentirse triste.

Tenía grabado a fuego las últimas palabras compartidas con Wei WuXian.

"Nos volveremos a ver, A-Ning".

La mirada amorosa que vio Wen Ning en los ojos de Wei WuXian lo hizo temblar por dentro y fuera.

Él esperaba que fuera cierto pero sabía que no podría ser. Pocas veces podrían discípulos de diferentes sectas visitarse o verse seguido, no sin un motivo especial. Además que jamás le permitirían salir. Solo por el placer de negarle algo.

Pero al menos pudo conocer a tan hermosa y esplendorosa persona, pensó Wen Ning, con un calor en su pecho que trató de interpretar sin un resultado.

Pronto todos se fueron.

El corazón de Wen Ning dolía mientras observaba a los jóvenes vestidos de morado sobrevolar con sus espadas.

.

Todo volvió a la normalidad.

Wen Ning era maltratado por sus compañeros de secta. Cuando su hermana veía aquello se molestaba, ahuyentando a los jóvenes y luego regañando a Wen Ning por dejarse hacer.

Lo tomaría de su brazo para llevarlo con ella. Así pasaba sus tardes junto a su hermana ayudándola a preparar brebajes o cuidar enfermos bajo su cargo.

Su hermana era magnifica. Ningún sanador se comparaba en habilidades. Desde pequeña había destacado. Por ello, era muy apreciada en la secta. Incluso fue muchas veces parte de los sanadores de Wen Ruohan. Ese aprecio se traducía en dejarlos vivir cerca de la casa del líder.

Wen Ning muchas veces se sentía mal consigo mismo. Él veía como su hermana llevaba las riendas de su pequeña familia, todo el peso de mantenerlos vivos y en buena posición. El temor de ser enviados a un asalto a otra secta siempre estaba presente. Wen Qing era sanadora, no tenía destreza suficiente y dudaba que su hermano menor pudiera sobrevivir. Ella lo amaba pero sabía ver la verdad. Por eso, Wen Ning siempre trataba de pasar desapercibido y cumplir en todo lo que su secta pedía.

La llegada de Wei WuXian a su vida había sido extraordinaria. Wei WuXian estaba lleno de confianza, lealtad y compañerismo. No excluía y defendía su manera de pensar. Wen Ning agradecía fervientemente su existir y que haya podido conocerlo.

.

Una noche cualquiera llegó.

Wen Ning cuidaba de un discípulo de la secta junto a su hermana. Este discípulo era un guardia de Wen Chao y se había enfermado al seguir la instrucción de su maestro, que le había pedido atrapar un animal conocido por su veneno, pero que Wen Chao ignoró tal detalle debido al dicho sobre su carne milagrosa. Como se puede predecir, el discípulo acabo con el veneno en su cuerpo y un Wen Chao molesto y despidiéndolo de su guardia personal.

Cuando su hermana oyó lo sucedido apretó los labios y lo mandó a conseguir muchas hierbas y pergaminos. En el camino, Wen Ning no pudo evitar pensar que su secta iba a terminar en ruinas si seguían con líderes tan despiadados.

Al regresar al dormitorio, Wen Ning observó a su hermana con un cuenco de agua en las manos. Ella se levantó al verlo llegar. El joven enfermo sudaba en abundancia en la cama.

-Yo traeré más agua, cuídalo un momento, Wen Ning- y salió apresurada.

Wen Ning apagó algunas velas que ya estaban acabándose. La habitación se oscureció un poco. Pronto Wen Ning escuchó unas risas lejanas. Se acercó a la ventana donde observó a unos altos mayores de la secta. Rápidamente se escondió.

No deseaba ser despreciado esta noche.

-La próxima toma será de las más fuertes-dijo uno de ellos.

La oscuridad fuera de la habitación no le permitía observar sus expresiones pero por el tono usado, Wen Ning sabía que a esa persona le divertía lo que decía.

-Sí, ellos se creen mejores que nosotros, una palabra o acto más y el ataque será un hecho, ¿Cuánto tiempo le das?- preguntó el segundo hombre.

-¿Vamos a necesitar siquiera eso? Sucederá porque sí, ¿viste a sus discípulos? Son unos indisciplinados que necesitan de un hijo de sirviente para sobresalir- el hombre soltó un bufido disgustado-. Bajo el mando de la secta Wen serán mejores cultivadores.

Las risas burlonas continuaron y Wen Ning no pudo escuchar más ya que ambos hombres se alejaron demasiado de su lugar.

¿Quién iba a ser el siguiente?

Hace dos asedios pasados su padre había perecido. No deseaba alguno más. Sus vidas dependían mucho de su puesto en la secta y en la actualidad serían los primeros, junto a su hermana, en ser enviados para ayudar. Wen Ning odiaría ir nuevamente a uno. La muerte se respiraba en el aire. La desesperación de varias personas que iban a ser sacrificadas por su secta. Su hermana siempre le había advertido solo obedecer para sobrevivir pero nada quitaba la sensación de impotencia dentro de él. Esa gente no merecía sufrir.

¿Quién iba a ser ahora?

Cuando Wen Qing regresó con más agua y hierbas, observó a un pálido y nervioso Wen Ning.

Al interrogar a su hermano por su estado, supo que el terror se acercaba.

.

Nota de autora: Gracias por el apoyo, no pensé que iba a recibir muchos comentarios y estrellitas :')

Nuevo capitulo, algo corto pero necesitaba escribir para despejar mi mente. En fin, espero que les guste y disculpen si hay faltas ortográficas, lo revisé pero seguro que se me pasó algo. 

Ahora si pronto se acerca el drama jeje

Gracias por leer!