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El comienzo del fin


Wen Qing aspiró fuertemente al verlos antes que Wei WuXian. Ella lo empujó y se tiró nuevamente al piso. We WuXian se sorprendió al caer y aún más cuando observó como Wen Qing caía sobre su pie. Cuando estaba a punto de levantarse, escuchó a los guardias. Con los labios apretados, se fue hacia el lado más oscuro de la celda para esconderse.

Uno de ellos se paró fuera de la puerta de la celda, esta tenía una pequeña abertura por donde el rostro del sujeto se podía ver. Este miró por el lugar pero su mirada cayó principalmente en Wen Qing. Ella, temiendo que viera a Wei WuXian, comenzó a quejarse fuertemente.

―¡Hasta que al fin muestras algo de debilidad, traicionera! ―, gritó el guardia. Mirando con burla hacia Wen Qing.

Wei WuXian temió que intentara entrar a la celda para continuar su burla pero después de reírse se fue. Esperó hasta que los pasos no se oigan más y salió de la oscuridad, acercándose a Wen Qing. Ella tenía la mirada gacha, el cabello negro tapándole el rostro.

Wei WuXian no hizo ningún comentario. Sabía lo que pasaba. Wen Qing estaba avergonzada. Aunque él casi no la hubiera tratado, recordaba perfectamente su postura firme mientras se llevaba a su hermano, hace ya muchos días. Verla ahora le recordaba lo despiadada que podría llegar a ser la Secta Wen, sin importar si pertenecían a la familia principal o no. Una mujer así, aun en los peores momentos, mantendría su orgullo, sin creerse una traidora, con fuerza y esperando ante todo que su hermano este bien.

Wei WuXian podría imaginarlo. Él sentía lo mismo por sus hermanos en Yunmeng.

Con su ayuda, Wen Qing se estabilizó nuevamente y salieron después que Wei WuXian pateara la puerta, siempre con un pergamino que les ayude a ser silenciosos.

La salida fue mucho más fácil a partir de ahí. Wen Qing nunca disminuyó sus pasos, ella tenía solo en la mente ver a su hermano otra vez.

.

Aún a pesar de la determinación de Wen Qing, se detuvieron un momento en la noche de regreso hacia donde estaba Wen Ning.

Wen Qing estaba demasiado pálida. En la oscuridad de la noche Wei WuXian no podía ver el pie de ella. Este estaba morado y verde, totalmente hinchado. Wei WuXian se quedó sentado en un roca algo alejado de ella, pero siempre atento. No habían pasado ni diez minutos cuando ella comenzó a levantarse. Wei WuXian aunque no sabía realmente la gravedad de las heridas de Wen Qing, las podía intuir.

― ¡Espera! ―, gritó, acercándose a ella. Wen Qing lo miró. Wei WuXian se sorprendió al ver sus ojos rojos desesperados. Había tanto dolor dentro. Pero no podía dejarla seguir caminando, parecía que en cualquier momento ella caería. ― Sé que debemos apurarnos, pero así como estás no puedes avanzar, déjame cargarte.

Wen Qing hizo una mueca. Varios pensamientos pasaron por su cabeza, no era una doncella débil, jamás lo fue, desde la muerte temprana de su madre ella había cuidado de su padre y hermano. Ahora, como estaba, no podía ni sostenerse de pie. Viendo a Wei WuXian y entendiendo la ayuda de este quiso aceptar pero tenía una duda.

― Soy de la secta Wen, ¿aún así me ayudarás?

Wei WuXian se quedó un momento en silencio, viendo los ojos cuestionadores de Wen Qing.

― He venido a sacarte de ese lugar, ¿sabes por quién? Wen Ning, tu hermano, alertó a Yunmeng sobre el ataque. Estoy pagando una deuda.

Ella bajó su mirada.

― Ahora yo tengo una deuda contigo.

Wei WuXian quiso decir algo, pero no supo qué. En cambio, se sentó frente a ella, esperando que subiera a su espalda. Una vez sintió su peso, tomó a Suibian y subió, partiendo esta vez más rápido. El cielo estaba aclarándose.

.

Estando ya cerca de la cueva donde había dejado escondido a Wen Ning, Wei WuXian observaba el camino.

Sangre.

Cortes grandes a árboles y varios arbustos aplastados. La pelea había llegado al bosque también. Su mirada se desvió hacia el camino contrario, unas ganas tremendas de ir hacia Yunmeng para saber cómo estaba todo. Un pequeño quejido lo hizo concentrarse nuevamente en subir hacia la montaña, para llegar a la cueva. Suibian sujeta a su cadera. Estaba cansado.

Después de llevar a Wen Qing en su espalda hizo una pequeña parada al comienzo de la pequeña montaña, para comenzar a caminar. Sabiendo que este lugar estaba cerca de la pelea entre Yunmeng y Qishan, temiendo poder ser visto por cualquiera.

Wen Qing ya no respiraba de manera normal, su respiración era entrecortada. Wei WuXian temía que no lo lograra.

Después de un tiempo, llegó a ver la entrada de la cueva.

Aceleró sus pasos para llegar.

Estando ya cerca comenzó a llamar a Wen Ning pero nadie contestaba.

Wei WuXian se asustó, recordando que la pelea había llegado hasta cerca del lugar corrió hacia la cueva. Una vez dentro comenzó a mirar por todos lados. Dejó a Wen Qing en el suelo para luego comenzar a llamar a Wen Ning. El ruido de su voz comenzó a ser más fuerte hasta que Wen Qing se despertó. Ella estaba delirante.

Wei WuXian se arrodilló para verla. A la luz del día su estado se veía espantoso. Teniendo casi la cara entera con sangre negra seca y el pie de un color irreconocible. Ella estaba en verdadero peligro.

― ¿A-Ning? ― con pocas fuerzas, Wen Qing intentó levantarse sin poder. Wei WuXian la detuvo. ― ¿Dónde está Wen Ning?

Wei WuXian temía. La pelea había llegado hasta el lugar. Cualquier bando es un peligro para Wen Ning. Los Wen lo asesinarían por traidor y los Jiang por simplemente ser un Wen.

Wen Ning no estaba.

Wei WuXian no contestó, levantándose para poder buscar hierbas para ella. Estaba preocupado. Su cabeza dolía y su corazón rogaba por irse a ver si Jiang Cheng y Yan Li estaban bien pero no podía dejar a Wen Qing sola.

Decidió entonces quedarse a cuidarla. Primero se aseguraría que Wen Qing no muera y después la tendría que dejar para poder ir a buscar a Wen Ning.

Era difícil elegir en ese momento. Existía el miedo de en dónde estaba Wen Ning, si estaba seguro, qué había sucedido para que no esté ahí en la cueva, esperando por ellos.

¿Había sido atrapado? ¿Por los Wen o por su secta? No creía que Yunmeng lo matara a la primera, al menos ellos esperarían. Pero si había sido atrapado por los Wen...

Wei WuXian se apresuró a buscar agua cercana y llevarla corriendo a Wen Qing. Con un pedazo de su propia túnica exterior, la mojo y comenzó a limpiar las heridas principales sobre el cuerpo de la joven. Ella se mantenía murmurando el nombre de su hermano. La luz del día ayudaba mucho a Wei WuXian. Él se mantenía en total alerta por si alguien lo veía, estaban dentro de la cueva pero no tanto, si se acercaban lo suficiente podrían ser notados. Wei WuXian intentaba limpiar rápidamente a Wen Qing para moverla más profundo en la cueva y dejarla para ir por Wen Ning.

Muy pronto había podido quitar la sangre de la cara de Wen Qing, descubrió su rostro hinchado, con golpes fuertes. Tenía que salir nuevamente por agua para poder limpiar el pie, que era al parecer la zona con mayor daño. Wei WuXian se levantaba para poder ir hacia el arroyo cercano cuando escuchó gritos lejanos.

Asustado, se quedó petrificado por unos segundos antes de reaccionar. Volviendo a tomar a Suibian que había dejado en el suelo, lo recogió e iba a salir pero se detuvo. Miró a Wen Qing tirada y tomándola despacio la movió más profundo en la cueva, dejándola detrás de una roca grande. Entonces salió y con cuidado fue alejándose de la cueva hacia el sonido. Wei WuXian rezaba porque sean la gente de Yunmeng, así podría llevar a Wen Qing hacia la casa para que pueda ser curada. Su corazón latía fuertemente mientras avanzaba sigilosamente. Temía que no fueran sus compañeros de secta, porque eso también significaba que Yunmeng había sido realmente tomada.

A lo lejos pudo ver a un pequeño grupo de túnicas moradas.

Wei WuXian comenzó a correr. Cuando llegó más cerca escuchó una voz muy familiar.

― ¡No habrá ningún descanso hasta obtener la venganza! ¡¿Escucharon?!

Wei WuXian al fin llegó hacia ellos, conociendo aquella voz fuerte y demandante se hizo espacio entre las personas para llegar a estar frente a su hermano, Jiang Cheng.

Estaba muy demacrado, se notaba cansado y sus túnicas estaban igual o peor que las del mismo Wei WuXian. Cuando sus miradas se encontraron, Jiang Cheng se sorprendió hasta que de pronto su expresión se oscureció.

― ¡Jiang Cheng!

― Hasta que apareces.

Wei WuXian se extrañó por las palabras.

― ¿Qué tanto te tomó ayudar a tu amigo? ¿Tanto como para olvidarte de tu propia secta? ―mientras hablaba sus palabras se llenaban de más y más odio, acercándose hasta casi tocarse. ― ¿O ya te olvidaste de nosotros?

― ¡Qué dices, Jiang Cheng! ¿Cómo están? ¿Shijie, el tío y la tía, están todos bien? ¿Qué pasó?

― ¿Bien? ― la mirada de Jiang Cheng se apagó. Se alejó de Wei WuXian. El ambiente se hizo más oscuro, Wei WuXian echó una mirada a los demás demacrados discípulos que los rodeaban. Todos tenían la cabeza gacha. Las siguientes palabras realmente lo dejaron estático.

― Los Wen mataron a mi madre.

nota: volví. :) perdón cualquier falta ortográfica, es actua doble por no haber actualizado tanto tiempo, si alguien aún me lee...gracias TT 

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