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Contemplaciones y advertencias


Wei WuXian se encontraba despierto, descansado sobre su cama. Su mirada vagaba por su habitación. Escuchaba a la lejanía las fuertes respiraciones de los discípulos de la secta que practicaban. Podía oír también la voz autoritaria de Madam Yu. Las demandas incansables de la mujer se hacían cada vez más fuertes mientras los agitados jadeos de los jóvenes también aumentaban. Wei WuXian sabía que él debía también estar junto a sus compañeros. Pero no le daba la gana. Hace dos semanas que habían vuelto de QiShan Wen junto a Jiang Chen y los demàs. Aún tenía los músculos adoloridos y estaba totalmente desganado. Además, Jiang Chen no iba a estar junto a él. Jiang Chen había sido llamado por el líder de la secta. Desde hace una hora que Wei WuXian no sabía nada más de él. Pensaba que padre e hijo debían de ponerse al día sobre los logros que hayan obtenido frente a los Wen en nombre de Yummeng Jiang.

Y sentía que algo faltaba.

Sus aventuras en QiShan siempre tenían como protagonistas a él y a Jiang Cheng. Pero con la incorporación del eternamente tímido y amable Wen Ning.

Wei WuXian se cansó de su posición echada en la cama y tomando almohadas las colocó detrás de su espalda para estar semi sentado. Ahora la vista del gran patio lleno de espadas y ropas moradas eran visibles para él.

Recordó, mientras miraba una nueva maniobra con la espada de un discípulo, cómo oía siempre en la mayoría de las prácticas conjuntas a una persona disculpándose por dejar caer en varios momentos su espada.

El maestro no podía enseñar alguna lección sin que este chico no dejara caer la espada en algún punto. Sus maniobras eran débiles y temblorosas.

Wen Ning no tenía la habilidad. Después de clases, Wei WuXian lo llevaba al patio y le enseñaba. Claro que a veces solo lo hacía para poder reírse de lo torpe que podía llegar a ser Wen Ning.

Cuando iba a pescar o simplemente a descansar en uno de los prados de QiShan siempre arrastraba a Wen Ning. Especialmente por la destacable habilidad de Wen Ning con el arco. Wei WuXian se sabía bueno con las flechas, pero no era ningún rival para su amigo. La manera de ser de Wen Ning cambiaba con una flecha y arco en las manos. La determinación iluminaba su mirada, haciendo imposible no mirarlo.

Wei WuXian se sorprendía a sí mismo asombrado cuando Wen Ning acertaba a frutas lejanas en altos árboles. Muchas veces le pedía a Wen Ning que disparara sin más razón que ver aquella mirada hermosa a su parecer.

Siempre era detenido por un Jiang Cheng enojado que repetía su cansancio y su deseo de ir a sus habitaciones a repasar las prácticas del día. Siendo ignorado descaradamente por Wei WuXian que continuaba molestando a Wen Ning con que dispare flechas y más flechas.

Las veces que eran atrapados, cuando Wei WuXian no podía usar su gran habilidad de escapar de los problemas, Wen Ning acababa junto a él. Ambos atrapados en largas noches limpiando los trastes sucios. Jiang Cheng mofándose de ellos al día siguiente.

Wei WuXian le gustaba esos momentos pasados junto a su amigo. Era reconfortante tener una persona más dispuesta a su lado, que lo siguiera y gustara de compartir las sensaciones de nuevas aventuras por descubrir.

Sonreía al recordar, sin saber que desde hace un momento Jiang Cheng había llegado y lo miraba extrañado.

- ¡Wei WuXian! -gritó Jiang Cheng, cansado de ser ignorado por su hermano.

Wei WuXian giró su rostro, centrándose en Jiang Cheng que lo miraba con un ceño fruncido.

- ¡Jiang Cheng! -exclamó Wei WuXian.

- ¿En qué tanto piensas? -preguntó Jiang Cheng. No era sorpresa que Wei WuXian a veces se perdiera en sus pensamientos, eran pocas las veces, ya que su hermano era más de estar activo todo el tiempo que pensando tan calmado. - No pensarás en hacer algo desastroso, ¿verdad? -incriminó con conocimiento Jiang Cheng.

Wei WuXian abrió la boca indignado. Él solo estaba en su habitación rememorando, aunque extrañamente sobre su amigo de la secta Wen, pero eso no era por estar pensando en alguna nueva aventura -travesura, en opinión de Jiang Cheng- nueva.

-Claro que no, Jiang Cheng -respondió.

- ¿Entonces? - inquirió Jiang Cheng.

Wei WuXian tenía más curiosidad sobre qué habían estado conversando Jiang Cheng y Jiang FengMian. No sobre sus buenas ideas de aventuras.

-Mejor dime, qué conversaban tanto tú y tio FengMian.

Jiang Cheng dejó de mirarlo con el ceño fruncido para adquirir una mirada sombría.

-GusuLan fue atacada- dijo, apretando sus puños y volteando hacia dónde su madre gritaba a los discípulos de su secta.

- ¡¿Eh?!- gritó Wei WuXian sorprendido. Levantándose apresuradamente de la cama.

Jiang Cheng asintió.

-Llegó un mensaje hace una noche. Padre me lo ha contado recién hoy. Ha regresado de una reunión apresurada entre Jin GuangShan y Nie MingJue. No se sabe mucho sobre la situación en Gusu. Solo que el padre de los Dos Jades falleció y Lan Xichen está muy herido.

Wei WuXian se sintió mal por la gente de Gusu.

- ¡Quien!

-Wen -respondió con frialdad Jiang Cheng. -Bajo el mando de Wen Xu, primogénito de Wen RuoHan.

Wei WuXian pensó entonces, ¿por qué la secta Wen hizo que todos fueran a sus tierras para estudiar y aprender más sobre la cultivación si después de dos semanas iban a atacar a uno de sus invitados? A Gusu Lan de todos. Ellos eran lo más alejado a una posible competencia para obtener poder que hubiera entre todas las sectas. ¿Eso era lo que querían los Wen? ¿Poder? La secta QiShan Wen eran los que tenían más tierra y más discípulos de todas las sectas grandes. Entonces, en su camino hacia el poder que habían comenzado, ¿quiénes seguían?

Wei WuXian miró preocupado a Jiang Cheng, que al parecer esperaba que comprendiera la situación.

-Debemos defendernos -soltó.

-Es lo que haremos- respondió Jiang Cheng.

.

Wen Ning estaba formado en línea. Muchos discípulos, cientos, estaban formado como él. La secta Wen se preparaba.

Hasta aquí llegaba.

Iba a ser enviado junto a muchos otros discípulos a un asedio a la secta Yummeng Jiang.

Wen Ning quiso morir cuando se enteró a dónde lo enviaban. A la secta de Wei WuXian. A la secta y hogar de su mejor amigo. El único que tenía.

A eso se sumaba el tener que matar a gente de otra secta, o simplemente cualquiera otra persona. Él no podía.

Cuando su hermana se enteró de que Wen Ning iba a ser enviado, soltó una lluvia de indicaciones mientras sus ojos se tornaban llorosos.

Aquella noche no durmió.

Ahora, solo esperaban la llegada de Wen Chao y todos partirían. Este asedio iba a ser el estreno del segundo hijo de Wen RuoHan.

Él apareció con una sonrisa arrogante y pretenciosa. Frente a todos expresó su insano deseo de obtener el mando de Yummeng Jiang a como dé lugar. Nada de cautivos, si no se rendían el único resultado sería la muerte.

A un grito de acuerdo, todos subieron a su espada y partieron.

Wen Ning fue el último en subir a su espada. Observando cómo sus compañeros se dirigían a destruir a una secta solo por el ansia de poder de su líder.

Mientras sentía el aire mover sus cabellos, suplicó el perdón de Wei WuXian.

Él nada podía hacer.

.

En el camino, debían hacer una parada. Una noche a la intemperie.

Pronto todos los discípulos bajaron descuidadamente a tierra. Armando fogatas y tirando mantas al suelo. Solo le daban una noche y media tarde a Yummeng Jiang.

Wen Ning se alejó de los demás, llegando a un pequeño espacio debajo de un árbol. A lo lejos, oía las risas bajas de jóvenes. Pronto la comida fue repartida. Wen Chao tenía una carpa de mantas, que ni bien arribaron al lugar unos guardias habían armado para él.

Las risas y charlas se apagaron. Wen Ning se echó en su incomoda cama improvisada. Mirando el cielo que no tenía estrellas. Recordó entonces, una noche junto a Wei WuXian, en la cual los dos habían estado tirados de la misma manera. Solo que esa noche el cielo estaba lleno de estrellas y la luna brillaba. Wei WuXian contaba historias disparatadas sobre sus días en Gusu Lan. Wen Ning lo observaba de reojo, su rostro iluminado en azul por la luz de la luna.

Su corazón latía fuerte y rápido, y Wen Ning deseó que Wei WuXian fuera de su secta para que días como ese se repitieran infinitamente.

Pero Wei WuXian era de Yummeng Jiang. Y él al día siguiente iba a atacarlos. Wen Ning se asustó. No quería.

Si tan solo Wei WuXian lo viera atacando a personas de su secta. Nunca soportaría que Wei WuXian lo viera con odio.

Negó.

"No atacaré su secta, no lo permitiré".

Aún no sabía cómo, pero tenía que hacer algo.

Se levantó, tomando su espada, subió a ella y partió. Esperaba que el sol de su secta no llegue antes que él.

Si no podía detener a los suyos, al menos podía advertir a Wei WuXian, a Jiang Cheng, a los líderes de Yummeng Jiang.

Se disculpaba con su hermana, se disculpaba con su padre, aún si moría, debía defender a quienes quería.

.

La mañana llegó llena de una tensión respirable. En la mesa dentro de la casa del líder de Yummen Jiang. Padres, hijos y Wei Ying desayunaban en un silencio agobiante. Solo la noche anterior había sucedido una discusión entre Madam Yu y Jiang FengMian. Wei WuXian sabía que había sido de nuevo por él.

Este ambiente fue cortado por un discípulo que entró apresurado sin anunciarse.

Madam Yu abrió su boca dispuesta a reprender severamente a aquel muchacho cuando se percató de su mirada desesperada.

El joven tomó aire antes de mirar a su líder.

-Hay un joven de QiShan Wen, advierte algo importante, señor. Los Wen se acercan- dijo, asustado.

Todos los presentes se levantaron preocupados. Madam Yu fue la primera en despertar.

- ¡Tráeme a ese chico ahora mismo!

El joven discípulo asintió para salir rápido y regresar con un tímido Wen Ning.

- ¡Wen Ning! -gritó Wei WuXian asombrado.

Wen Ning no respondió a su llamado, inclinando su cabeza aún más.

Jiang FengMian se acercó a él.

- ¿Es verdad? ¿Tu secta viene a nosotros? -pregunto despacio y con una mirada penetrante hacia el chico nervioso frente a él.

Wen Ning asintió.

-Ya deben estar muy cerca, lo siento, no pude llegar antes que el sol- Wen Ning se agachó desesperado.

Madam Yu lo miró pasmada, para luego gritar indicaciones a sus doncellas.

Jiang FengMian seguía delante de Wen Ning.

-Dímelo a los ojos.

Wei WuXian se asombró de la petición de su tío al igual que Jiang Cheng. ¿Qué quería ver el líder de la secta?

Wen Ning subió su mirada lentamente hasta que se topó con Jiang FengMian. Mordiéndose los labios nerviosamente y una mirada de profundo arrepentimiento. FengMian no esperó más de Wen Ning. Volteó para mirar a Jiang Cheng, sorprendiendo a su hijo por la ferocidad en la mirada de su padre.

-Toma a este chico, y junto a tus hermanos sal de aquí -mando y se apresuró a reunirse con Madam Yu que lo esperaba en la entrada del lugar.

- ¿Eh? ¡Padre! - gritó Jiang Cheng siguiéndolo. Jiang YanLi también siguió sus pasos.

Wei WuXian, en cambio, se quedó junto a Wen Ning. Se acercó a su amigo y lo tomó de ambos brazos para enderezarlo.

Aun así, Wen Ning se negaba a mirarlo. Su cabeza estaba gacha.

-Wen Ning, mírame.

Wen Ning se asustó. No quería ver ninguna emoción negativa de Wei Ying hacia él.

La mano de Wei WuXian tomó la suya. Eso hizo que elevara su mirada hacia él.

Su corazón latió al ver la mirada de agradecimiento en el rostro de Wei WuXian.

-Gracias -y sonrió, - ahora, vamos a prepararnos, no tenemos tiempo que perder.

Wei WuXian corrió soltando su mano. Wen Ning se quedó parado en el mismo lugar con un cosquilleo en su mano y una pequeña sonrisa.

Había hecho algo.

.


Nota de autora: Gracias por sus comentarios pasados TwT me pone feliz.

Este capitulo es largo porque sí que me atacó la inspiración. 7u7r Lo siento si hay alguna falla ortográfica, lo revisé pero siempre se pasa algo.

Si les gusta la pareja y así recomienden el fic, así llegamos a más gente que gusta del NingXian. <3 Muchas gracias por las estrellitas <3

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