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Capítulo 6: Y, ¿Qué sigue? Un nuevo comienzo para ambos. (Parte 2)

El radiante sol cayo sobre mí obligándome a despertar. Mis ojos me pesaban un poco, pero hoy lo valía. Estaba ansiosa y ya tan solo faltaba dos horas para que comenzara. Recordé lo qué pasó hace unas horas atrás y los nervios se me pusieron de punta, tanto así que no sabía si era por el sol que mi rostro sentía arder, en menor grado. Seguramente, es por la montaña rusa de emociones que nuevamente se hacía presente.

Anoche me desvelé un poco. Me detuve a sentarme en la silla de mi escritorio, justo después de haber cenado y haberme ido a mi habitación mientras recargaba mis codos sobre la mesa y estos a la vez me brindaban apoyo, donde posteriormente sostuve mi mentón sobre las palmas de mis manos visualizando con detenimiento a través de la ventana que se encontraba frente mío. Esa noche no pude conciliar el sueño fácilmente y más cuando sabía que el día siguiente sería largo y cansado. Era raro, pero tampoco es que tuviera muchas ansias de tocar la cama inmediatamente, solo necesitaba meditar.

Ranma...

Sin notarlo estaba suspirando su nombre, sin permiso alguno.

¿Tanto así había llegado como un intruso tocando las puertas de mi terco corazón? Era irremediable. Era simplemente inevitable el no pensar ni un solo día en él y pues no solo porque lo mirara todos los días paseándose por la casa, dojo o calle, solo era porque... ya. Era demasiado. Mucho estaba profundizando. Debía hacer algo en ese entonces que me hiciera olvidar un minuto la imagen de su rostro en mi mente. Realmente que la mente era muy traicionera.

Mi cuarto se encontraba a oscuras puesto que solo tenía el plácido ambiente de la noche reinando mi habitación. La luz que brindaba la luna era la única que ingresaba por mi ventana sin permiso alguno.

Poder observarla desde donde estaba era hermosa, pero mejor era captarla y desde afuera y sentir la brisa del viento chocar contra mí, con una respiración lenta, absorbiendo su pureza inigualable; era simplemente inolvidable. Era lo mejor que podía hacer por mientras hasta olvidarme, por lo menos, algunos minutos, de lo que me estaba atormentando o mejor dicho, de aquel susodicho que rondaba en mis pensamientos.

Me había puesto indecisa por un momento. Transcurrieron unas horas suficientes de las cuales esperé, calculando, que todos se hallaran en los brazos de Morfeo. Sabía que era momento de poder escapar de mi habitación y subir al tejado para sentir lo que tanto estaba ansiando. Cuando me encontraba allí, me di cuenta que yo no era la única en tener esos deseos de sentir ese panorama que brindaba la naturaleza.

¡Había sido un golpe de suerte que me haya encontrado con la persona menos indicada y en la que justo esperaba no verlo! Y yo que me había ilusionado estar libre, en esos instantes...

—¿Akane? P-pero, ¿Qué haces aquí?

Era Ranma quien iba a ser esta vez mi acompañante en explorar el cielo azulino. Estaba sorprendido, al igual que yo. ¿Sería esta la primera vez que él sube al techo para visualizar tal esplendor del astro hallado encima nuestro?

—No pude conciliar el sueño. Y, ¿tú? —seguramente me mintió.

—Lo mismo. —le seguiré la corriente.

—¿Puedo sentarme aquí? —estaba a un lado suyo y solo quería también que me acompañara en esos momentos. Asintió y me acomodé cerca de él. Luego de un gran periodo de tiempo en absoluto silencio, liberó aire acumulado de sí mismo. Sabía que algo tenía en mente, pero se le hacía un poco difícil poder explicarlo.

—Akane... yo... bueno, mañana... tengo un pequeño presentimiento. La verdad, no sé si sientas lo mismo, pero va a pasar algo... entre los dos.

—No eres el único, Ranma. ¿Te inquieta algo más, cierto?

Me observó con un poco de angustia y confusión. Devolvió su mirada al frente y luego la bajó a sus brazos, donde yacían en forma de jarra encima de su piernas encogidas. Un leve sonrojo brotó en sus mejillas. Aunque era de noche, lograba verlo perfectamente. En ese momento, mi corazón se aceleró por verlo tímido al ruborizarse, tanto que llegó a ponerme de la misma manera ya que sentí mi rostro quemarme levemente.

Había soltado otro suspiro cansado y esta vez, comenzó a hablar.

—Vi algo sospechoso en una hoja que Nabiki me entregó.

—Y... ¿De qué trataba esa hoja, si se puede saber?

Noté su nerviosismo, pero lo dejé a un lado. Luego, en algún momento, lo sabré.

—Son algunas deudas que tengo con ella que... ya sabes, algunos daños que se provocó en la casa por pelear con el maestro. Ella lleva las cuentas.—no puedo negar que es cierto. Nabiki es la que ayuda mayormente con las reparaciones y el diario de la casa, ya que mi padre se lo dejó porque ella quiso... en fin, eso es historia. Sin embargo, todavía lo dudo—. En la hoja que me dió, vi algo extraño en una parte arrugada. Le resté importancia en ese momento, pero había algo ahí que no me cuadraba.

—Qué extraño...

—Eso mismo pensé. Solo te digo, que si vez algo raro, solo dímelo y veremos qué hacemos para desenmascararlos.

—Está bien, Ranma. Quizás lo más seguro es que posteriormente lo sepamos.

—Seguro que sí, siempre sucede lo mismo. Cambiando de tema, ¿Por qué has subido al tejado? Vas a pescar un resfriado. —está vez su mirada apuntó a mi rostro y se notaba preocupado por mí.

—Creo que podría decir lo mismo de ti. —no podía quedarme atrás, él también pasaría por lo mismo, aunque yo era la más propensa en enfermarme. ¿Qué cosas, no?

—Ya sabes. Necesito ordenar mis ideas y a veces prefiero ir a un lugar tranquilo.

—Pero... ya, ¿Cuántas veces has venido a sentarte aquí? —volvió a mirar al frente, sin borrar su rostro calmado, que ya hace bastante tiempo tenía luego de haberse sonrojado.

—Sinceramente, ya perdí la cuenta. —relajado me explicó brevemente, extendió sus piernas y luego, se apoyó contra sus brazos a sus espaldas, poniéndose más cómodo. Mientras, yo, simplemente abrazaba mis piernas. Podía sentirme avergonzada, pero al igual que el, me sentía en las mismas condiciones, ¿Cuando había cambiado esa incomodidad a lo contrario? Una de las razones por las cuales, que no podría objetar, bueno, en realidad dos, serían: la madurez y que ya llevamos unos años viviendo bajo el mismo techo y con eso quiero decir, que confianza, no faltaba. Eso estaba más que claro, fuera de la relación casi indiferente y distante que llevábamos día a día.

Lo observé con una sonrisa queriendo reprocharle en el proceso, pero me contuve. En ese momento, me acerqué un poco más a él y apoyé mi cabeza sobre su hombro e instintivamente, al parecer, no lo había negado. Accedió rodearme con su brazo por mi hombro. Realmente era hermoso ver el lugar despejado, solo para nosotros dos. En resumen, habíamos vuelto a la burbuja imaginaria que, con muchas ansias, rompieron los demás integrantes de la casa. Había sido, en ese instante, un mal momento para templarnos el uno al otro, pero valió la pena porque supe que el de ambos sentimiento se había hecho más fuerte, aunque lo negáramos muchas veces frente todos. Fue mágico.

—Me gustaría quedarme así contigo un tiempo más. Sin embargo, debemos descansar. Ya dentro de unas horas más, tenemos que estar listos para partir hacia la competencia.

Cuando reaccioné, me sorprendí bastante por sus palabras. Tampoco me podía negar. Si no dormía bien, me pesarían más los ojos al despertar.

—Tienes razón. —Ranma dejó de abrazarme para levantarse antes que yo y ofrecerme la mano, para que me pusiera de pie. Solo sonreí más al aceptarle.

—Vamos. Te acompaño a tu habitación.

Ambos nos habíamos derivado a mi cuarto. Mi ventana estaba abierta de par en par, exactamente salí por ahí para llegar con facilidad al tejado.

Al entrar, Ranma, solo se despidió de mí con una sonrisa de ¿Ternura? ¿Eso le estaría provocando? Estaba extasiada por todo lo que había pasado y las palabras me sobraban para explicar lo sucedido.

Se había comportado como un caballero. Eso, para nada, es habitual en él, por eso estoy boquiabierta. Trataba de explicarme que es lo que había pasado allí.

Traté no pensar más en él, pero a veces la mente es traicionera.

Cerré la ventana, ya que corría viento frío y por lo visto, pronto habría una leve llovizna. Prendí la luz de mi habitación y me senté nuevamente en la silla de mi escritorio, recogiéndome con ambas manos, mi rostro, pensando por enésima vez lo ocurrido.

La lluvia caía impetuosa sobre el vidrio, pero no dejaba de mirar a través de ella, buscando tal vez en ella algo que tuviera respuesta de su reacción.

—Menos mal, regresamos a tiempo a nuestras habitaciones, sino hubiéramos terminado con algún resfriado.

Me jacté de lo que había hablado. Por poco y en realidad, ocurría eso.

***

No entendía la razón del porqué había reaccionado yo de esa manera. Se veía hermosa tanto que no pude negarme. Cada vez sentía mis sentimientos, más claros. Estaba desde mi habitación observando la ventana por donde había entrado hace un rato. La lluvia comenzó a caer, pero no dejaba de ver su exterior, por lo menos, que hiciera recordarla más a ella.

Una ventaja de un cuarto separado de tus padres, era que por fin estaba en mi libertad de poder salir sin que sospecharan a dónde iba.

Construyeron una habitación más en la casa, ya que Soun quiso hacer remodelaciones en ella y decidió comenzar por eso. Al fin y al cabo, éramos dos familias viviendo en una casa, donde obviamente el que tenía potestad sobre ella, era mi futuro suegro. Seguramente, planeaba algo para un futuro. Se me hacía raro para mí decir eso, pero podía acostumbrarme, aunque no muy a menudo lo expresara conmigo mismo referirme a alguien que sería tu futuro familiar.

La lluvia comenzó a caer al terminar de cambiarme el pijama que opté ponerme por el ambiente casi helado que comenzaba a tornarse. Antes de poder pegar el ojo por completo y mecerme en los brazos de Morfeo, unos minutos fueron suficientes para ver el exterior y sentir ya el calmante sonido de las gotas de agua estrellarse contra el techo de la casa y ver, posteriormente, la ventana que comenzaba a empañarse en el trayecto.

En realidad, este clima me hacía pensar en ella. Podría ser testaruda y terca, como la lluvia al no querer dejar de caer. Fastidiosa, algunas veces, pero agradable. Verla a los ojos, era como si fueran las gotas cayendo estrepitosamente sobre alguna superficie, buscando la más anhelada paz en medio del escándalo. Dentro de todos esos defectos y más, como cualquier persona lo tiene, para mí, era única.

Compararla con el clima, sobre todo si es preferentemente la lluvia, podría seguir explayándome con más similitudes suyas. Realmente nunca me puse a pensar de esa manera a cerca de una persona, pero como dije, era especial ante mis ojos. Con esto puedo asegurarme que mis sentimientos hacia ella, se habían hecho más fuertes a cuando simplemente nos hallábamos en preparatoria.

Suspiré. No sabía si lo hacía por estar cansado o porque estaba... enamorado, creo que esa es la palabra correcta para expresar como me siento. Optaría por ambos, ya que, si bien en el primero sí sentía que quería cerrar mis ojos, los cuales ya me pesaban y el segundo, por una sensación que claramente sentía que era muy notorio para mí y no podía lograr engañarme a mí mismo por algo que ya sabía que tenía desde que la conocí. En ese entonces, podía sentir pasar por desapercibido ese sentimiento por todos los ajetreos que se presentaban (diciéndolo por todos los locos que habitaban en el barrio y ponían a todos del alrededor de cabeza) Feh... En fin, darle vueltas a ese pequeño asunto era agotador pensarlo aún más, que solo actuarlo.

Cuando desperté los rayos del sol se encontraban sobre mí sofocándome en el transcurso de mi plácido sueño. Estaba tan cómodo que ni siquiera sabía cómo es que mi almohada había llegado entre mis brazos, apretándolo, como si alguien se encontrara en vez de ella. Al ponerme a pensar sobre "quien sería" me sonrojé furiosamente. Avergonzado, con una mano frotándome con pesar el rostro por el cansancio que todavía habitaba en mí y también por lo vergonzoso de la situación, que si alguien me viera en esta casa de locos, estarían haciéndome burlas seguramente por lo pervertido que me vería. Un ejemplo claro, sería el de Nabiki; La más odiosa de todos los demás integrantes de la casa.

Con un sacudón de cabeza de un lado a otro, quise borrar todos esos pensamientos que me atormentarían sino hacía algo pronto, si es que trataran de despertarme en estos momentos. Me levanté del futón y con un suspiro cansado, me dispuse a ordenar mi ropa mientras el sonrojo tratara de desaparecer en el transcurso y así, no pasar vergüenza frente los demás.

***

Los minutos transcurrieron demasiado rápido; hablar con Ukyo, la hora se pasó muy veloz, ya que sin darme cuenta, un Ranma llamaba de mí desde las gradas para irnos al establecimiento en donde se realizaría la competencia.

Lo ví serio en su sitio, con los brazos cruzados. A continuación, pensé que me reprocharía por impuntual, sin embargo, su serenidad, me descompuso.

—Vamos. Tenemos que irnos.

Asentí con la cabeza. Por detrás nuestro, la familia se hallaba con una sonrisa de extremo a extremo en sus rostros. Por un momento, se me pasó por la mente que se les iba a caer la cara, ni siquiera sé porqué tanta alegría.

Hay algo que me inquieta de ellos... su reacción parece ser la misma, pero hasta ahora es más forzada... No, seguro debo estar mezclando las cosas, es una ilusión mía... aunque todo puede pasar...

Ranma por el rabillo de su ojo, se encontraba estudiándolos. Apuesto a que no soy la única que los notó.

—Ranma, cuida muy bien de Akane.

—Descuida Kasumi, es sólo por un día. Además, vamos a estar cada uno con nuestra pareja respectiva. No hay de qué preocuparse. —expliqué la verdad, aunque eso me inquietara desde el fondo de mi corazón.

—Tiene razón Akane. No nos vamos de una luna de miel, vamos a una competencia con nuestras parejas de concurso. —lo ví asombrada y algo raro. No sé qué tramaba con decir eso, pero fue suficiente para que la familia se incomodara, no obstante, siguieron de igual manera. Creo que más sorprendida no puedo estar.

—No lo niego, creo que sería bueno si es que pasara algo más entre ustedes. Si es que ganan, no me vendría mal tener a un sobrino corriendo por los pasadizos de la casa y el dojo.

—¡Nabiki! —le reprochó Kasumi a mi hermana tremenda ambiciosa.

El rostro me ardía levemente. Quería ponernos en ridículo hasta en el último momento.

—No entendieron. —negamos ambos al entender que son demasiado cabezotas. Estaba más que claro, algo tramaban.

—¡Bueno, nos vemos!

Y así ambos partimos al ansiado lugar.

***

—¡Sí! ¡Van a transmitir por televisión nuestra victoria, Ranma! ¡Soy muy feliz! —se restregaba de pecho voluptuoso contra mi brazo, como si tratara de hacer algo para que reaccionara realmente. Revoloteé los ojos hacia un lado en el que Shampoo no lo viera.

Mi pequeña marimacha, estaba con sus celos hasta al cielo por más que tratara ocultarlo. Mi atención más estaba en ella, que en cualquier otra mujer que tratara de sobre pasarse conmigo.

—Mi amado Ranma, ¿Qué te gustaría hacer después de la carrera una vez ganemos? —en tono meloso, atenta sobre lo que pueda decir, no me sacaba de encima su mirada... ¿Sensual? Akane, parecía que estaba echando chispas, ya que volteó a mirarnos furiosa y optó por mostrarse indiferente con lo que pasara con los dos. No podía dejarlo así, tenía que hacer algo.

—Y, ¿Si perdemos? La verdad no hay mucho que quiera hacer después luego de la competencia, cualquiera sea el resultado. —le lancé una breve mirada hasta chocarme con la suya, hasta hacer una sonrisa disimulada, hasta que me lo devolvió con escepticismo aunque la china no se diera cuenta de lo que cada uno hacía. Si estaba contrariada, me atrevo a decir que sea encontraba aún más, tal vez descifrando lo que trato de hacer.

—¡Ah no! ¡Eso no! Somos muy fuertes como para no dejarnos en el abandono.

—Shampoo, tiene razón. —está vez Akane se interpuso fastidiada por todos los comentarios que daba ella, mientras llevaba un buen rato sin tomarle en cuenta, a pesar de que los tres llevábamos tiempo caminando hasta el campo donde se realizaría la competencia.

En verdad, desde que llegó hasta nosotros, fue un gran molestia tener que soportarla. No debería hablar así, pero después de que metimos la pata en China, me arrepiento y demasiado. Todo por habernos comido su premio, sin haber probado alimento por culpa de mi padre... odioso.

—Después de todo, no tendrían problemas en pasar los obstáculos que se interpongan en su camino. Al final, es suerte al fin y al cabo. Solo digo que gane el mejor, eso es todo. Por cierto, ya nos falta una cuadra. Mi compañero ya debe estar esperándome, así que me adelanto. ¡Nos vemos allá! Debo prepararme.

Corrió dejándonos atrás. Como ya era más aquel chico que le importaba nada lo que pasaba, podía percibir ahora mismo como se sentía. Alejarse, era una señal de irritación totalmente para ella, así que no tuvo más remedio que irse antes de reaccionar como una inmadura ya que primero era su dignidad y en eso, estamos de acuerdo.

Mala hora que escogí a Shampoo como compañera para la carrera de obstáculos. Aunque ella me lo hubiera propuesto, debí decirle que no y aceptar el de Akane mucho antes de que Shampoo me lo dijera. Soy un reverendo idiota.

Aunque era tarde para arrepentirse, tal vez haya algún medio para resolverlo. Ojalá y así sea.

Ahora mi gran duda que volvió a carcomerme el cerebro, ¿Quien era con el que competería?

Al llegar, en el lugar habían más de 100 parejas que competerían. Recuerdo que al ir la última vez que atravesé esto, mi ego andaba entre los cielos o hasta lo más infinito, no sabía hasta donde más cabía todo. A veces por culpa de eso, es que no me salían las cosas como quería y por eso me frustraba queriendo lograr lo que me proponía, hasta en el último segundo de poder ganar, se truncaban las cosas. Sigo en perseguir lo que deseo hasta conseguirlo, pero ya no de la misma forma a como era antes.

***

—¿Estás lista?

—Totalmente, Mousse. Vayamos por el premio. Además lo que planeamos para durante la carrera sigue en pie, así que descuida.

—De acuerdo. Ojalá haga pareja con mi hermosa Shampoo. Por cierto, ¿Ryoga y Ukyo? ¿No participarán?

Negué con la cabeza.

Continué.

—Ryoga no tenía con quién ir y si fuese con Ukyo, ella me dijo que estaba al pendiente de su restaurante y tenía demás asuntos que atender. Así que no pudieron. A menos que haya cambiado de opinión Ryoga y haya venido, pero no lo veo por ningún lado.

—Lo dudo. Bueno, hubiera sido divertido volver a competir todos juntos como los viejos tiempos.

—Sí... ¿¡Cómo no olvidarlo!? —reí. Noté que alguien por detrás me comía con la mirada y solo sabía que ese alguien puede ser nadie más y nada menos que...

—Oye, Saotome está frunciendo el ceño desde lejos. Me da risa ver su cara así. Si supiera que ya tenemos todo arreglado para separarlos.

—Ni que lo digas.

—Aunque no dejo de pensar que me irrita que Shampoo esté cerca suyo. Realmente me molesta demasiado.

—Tranquilo, terminemos primero a lo que llegamos ahora.

—Tienes razón, ¡hagámoslo! —le sonreí.

En pocos minutos nos avisaron ponernos en la línea de partida. Por fin, lo más esperado llegó.

De lejos los ví posicionándose en sus lugares y Ranma no quitaba su vista en mí. Algo también quiere hacer. Eso para después lo sabremos. Tenemos que estar cerca de ellos para poder cambiar.

Ojalá Shampoo no se resista a lo que hagamos, a menos que no se diera cuenta pero era muy habilidosa, así tenemos que tener cuidado.

***

La cuenta regresiva ya se escuchaba desde lejos. Todos se encontraban nerviosos a nuestro alrededor. Una vez dadas las indicaciones, escuchamos que la carrera no sería para nada fácil y eso, no sería inconveniente para ninguno de las dos parejas. Nosotros cuatro, no permitiremos ganar a nadie más.

Continuará...

Lamento mucho no poder actualizar muy seguido. La verdad, mi inspiración estaba hasta al suelo y nada se me podía ocurrir, seguro porque estaba demasiada estresada con esto de la pandemia que a todos nos tiene encerrados.

Gracias a todos los que esperaron por esta próxima actualización. Fue más largo de lo planeado, pero aquí lo tienen. Ojalá lo hayan disfrutado bastante. Solo espero que la inspiración no se me vaya de la noche a la mañana, para no dejarlos colgados así como lo hice para hacerlos esperar hace unos cuantos meses atrás. Enserio, lo siento 😐😓

Bueno, eso es lo qué pasó. Muchas gracias por su atención!!! Cuídense bastante!!!

¡Nos leemos en la próxima!

✨❤️❤️❤️❤️❤️✨

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