Capítulo 4: Firmas, un casi beso y algo más.
No quería decirle frente a frente que me gustaba tal y como era, con o sin maldición. De todas formas, era el hombre del que me enamoré, luego de haber desechado el amor que sentía por Tofú. Por eso, escapé de él por tan solo unos minutos antes de que se reuniera nuevamente conmigo.
Aunque ya se lo haya dicho una vez, no creo que lo recuerde. En ese momento, en el que caíamos del precipicio en la isla y destruyó la fuente por protegerme. Fue todo un alboroto ese día cuando lograron secuestrar a todas las mujeres de la isla vecina, donde quedamos varados. Ese día, lo recordaré por siempre. Fue una casi segunda declaración por parte suya. La primera, cuando patinamos con Asuza y Mikado Sansenin; en medio de la locura, decidió decir aquello que en ese momento no había esperado que dijera. Todos esos intentos de confesión que exclamó abiertamente para con los rivales que teníamos, siempre lo guardaré en mi corazón.
Nuestra relación por ahora sigue igual o tal vez haya cambiado para mejor. Nuestras peleas seguían intactas. Ya no era tan frecuente, pero en algún momento teníamos que madurar en ese sentido.
La verdad es que la competencia cayó como anillo al dedo. Ambos teníamos vacaciones de la universidad y fue un milagro que haya ganado nuevamente un boleto para dos personas a la carrera. En ese momento supe que tenía que hacer algo que quería desde la primera vez que sucedió lo mismo, que era decirle que vaya conmigo, pero no sucedió y tal vez haya pensado que era otra cosa por la que lo buscaba.
Ya tan solo era mañana la competencia y eso en parte me alegraba. Sabía que podían pasar muchas cosas y solo espero que sean buenas. Ranma ni siquiera sabe que iré con Mousse y seguro que Ryoga habrá hablado con Ukyo. Ya quisiera saber pronto en qué han quedado ambos.
Jejeje la sorpresa que se llevará tanto Shampoo y Ranma al ver que Mousse será mi pareja para esa ocasión.
Te todas formas va ser algo normal ya que se va a volver a repetir lo mismo de hace unos años. ¿Cierto?
Sonreí al haber recordado eso. Estaba aún dentro de mi cama puesto que recién había despertado y ya era un nuevo día. Me levanté y me cambié a mi ropa de deporte para salir a correr como todas las mañanas.
Cuando salí de mi habitación cambiada, bajé al primer piso hasta el comedor y me topé con la tía Nodoka preparando la mesa para el desayuno.
—Buenos días, tía Nodoka.
—Oh, buenos días Akane querida. ¿Ya vas a ejercitarte?
—Sí. Ya regreso pronto para desayunar.
—Está bien. Cuídate. Oh, espera un momento. Akane. —me detuve ante su llamado—. Recién me acabo de acordar. Ha llegado una correspondencia de la universidad. Cuando vuelvas puedes revisarlo con tranquilidad. Nabiki puede dejarlo en la facultad de la carrera ya que ella hará unos papeleos en la misma universidad a las 10 am.
—Gracias tía. Si aprovecharé que Nabiki se va y lleve la correspondencia. Tengo que ordenar lo que deba llevar para mañana para la competencia.
—Está bien, Akane.
—Ya nos vemos.
—Cuídate.
Y así, salí de la casa a hacer mis ejercicios del día.
***
Había escuchado que Akane ya había salido a hacer sus ejercicios matutinos de cada mañana. Espero que todo salga a la perfección.
Al bajar al comedor, tía Nodoka llevaba en sus manos algunas tazas y la vajilla con el desayuno hasta acomodarlo en la mesa en los diferentes lugares de cada uno de los integrantes de la casa. Al verme, me sonrió.
—Buenos días, tía. ¿Pudo creérselo? —dije con voz baja cerca de ella lográndome escuchar.
—Sí. No ví ninguna reacción por parte suya. Lo aceptó con normalidad y dijo que lo revisaría al llegar.
—Perfecto.
—¿Crees que este bien hacer esto, Nabiki?
—Tía, es por el bien de ambos. Van a demorar en hacerlo cuando tengan valentía y eso pueda ser posible en unos años o tal vez será tarde cuando ocurra y en eso podría haber problemas para perjudicarlos. Nosotros sólo estamos ayudando a que ellos hagan el resto y eso es lo que tú, tío Genma y mi padre desean. En verdad, son demasiado testarudos y por su orgullo podrían transcurrir demasiado tiempo para que se den cuenta de lo que se quieren aunque se hieran verbalmente.
—Sí y sabemos que enserio se quieren demasiado, por más que ellos no quieran admitirlo cara a cara. Ya tan solo quiero verlos juntos.
—Yo sé que va a ser muy pronto. Además esto va a ayudar mucho en su relación.
—Demasiado diría yo. No podemos hablar normal porque ya sabes Ranma se encuentra arriba y no se sabe si ya despertó.
—Exacto. Bueno, Nabiki ¿Puedes ayudarnos a traer los demás platos?
—Sí, claro. Usted y Kasumi no podrán con todo. Los hombres de aquí son un barril sin fondo.
—Jajaja, por supuesto que si. Vamos. Luego, continúas.
—Sí. —aunque habláramos en clave para las dos era un poco difícil ocultar el pequeño secreto que se escondía en la casa. Todos los habitantes sabían del plan —exceptuando al maestro Happosai que venía de vez en cuando, ya que iba de ladrón por la ropa íntima y obviamente los tórtolos— pero a como vamos, está yendo bastante bien con lo propuesto.
Enserio, esto me agrada mucho. Menos mal tenemos el secreto totalmente encubierto.
***
Ya había transcurrido 45 minutos, por lo que ya estaba de regreso a la casa. Debía ducharme y cambiarme a una ropa de diario. Ahora lo que me faltaba es que me digan que vaya a despertar Ranma. Con lo que parece un tronco difícil de mover, siempre tienen que dejármelo a mí. Aunque después de todo, ya estoy resignada a hacerlo y en parte ya no me molesta del todo levantarlo. A veces, me apaciguo viendo su rostro calmado mientras duerme.
Si tan solo fuera así de tranquilo cuando pasa algún problema entre nosotros, ya habríamos llegado a algo mejor en nuestra relación. Aunque, solo fuera un compromiso arreglado por nuestros padres. Además, no me imagino a otro que esté acompañándome que no seas tú.
Como era de esperar, todo eso había ocurrido. Ya mismo estaba cerca suyo, a regañadientes para que eso creyeran mi papá, hermanas y tíos. Me alegraba poder estar ahí acompañándolo mientras estaba en los brazos de Morfeo y lo más gracioso, es que él se quejaba de mis posiciones para dormir. Si tan solo supiera que, en vez de quejarme me daba risa como se encontraba. Negué con una sonrisa.
***
Sabía que vendría a hacerme levantar. En realidad, seguía teniendo sueño, pero me sentía incapaz de hacerlo. Solo quería sentir qué es lo que trataría de hacer.
Capté su presencia más cerca, al parecer se había puesto de cuclillas. Sentí acariciar mi coronilla, acomodándome mi cabello despeinado. Su respiración me picaba la nariz. Estaba más que cerca. Traté de mostrarme lo más sereno posible, aunque mis nervios estén a flor de piel.
Comenzaba a resistirse, pero sabía que sus intenciones eran otras.
Quería hacerlo así como yo. ¿Era momento de hacerlo? Estaba capaz de hacerlo. De robarle un beso, no me importaba si así costara después un golpe suyo.
Tenía celos. Esos celos que me están carcomiendo por dentro, era realmente agonizante. Quería saber si de verdad iría a la competencia aunque no sea conmigo y sea lo más seguro con Ryoga. Dejarle un recuerdo de mi parte, sería algo difícil de olvidar, seguramente. Tengo el presentimiento de que me ama como yo a ella.
Pensando en eso... soy un maldito egocéntrico.
¿Será cierto lo que presentí o es una ilusión mía? Sí, eso debe ser. Una ilusión.
Abrí poco a poco los ojos y Akane había vuelto en su lugar, intentando no ser distinguida sobre mí. Sabía lo que había hecho. Pero, ¿Será que en verdad me quiera o es sólo una prueba? Je. Prefiero ya ni pensarlo.
—Buenos días, Ranma.
¿Qué tiene de buenos? Me incorporé hasta sentarme en el futón, tallándome los ojos al poco tiempo de hacer la primera acción.
—Hola, Akane. —suspiré y luego bostecé hacia el otro lado vacío. Mi voz parecía el de un desilusionado o solo es por lo que sigo adormitado.
—Vamos. El desayuno ya está listo. —mientras se ponía en pie, soltó un aroma dulce que tanto me agradaba mientras su cabello se agitaba cuando realizaba sus movimientos o intentos de levantarse hasta lograrlo.
—Pensé que me gritarías como siempre. —había caminado algunos pasos hasta la puerta de la habitación y se detuvo al terminar de hablar, dándome las espaldas.
—Ya no estamos para esos juegos, Ranma. Estamos grandes para hacer algo como eso. Vamos, nos están esperando abajo.
Esta no era la Akane que conocía. Quería actuar de otra manera, pero no le salía. Es muy mala intentando ser algo que no es. Suspiré y solo la seguí hasta el comedor.
Parecía cansada y resignada. Solo eso creo entender.
***
—Toma, Nabiki.
Akane estaba frente mío extendiéndome el sobre de la carta. Por dentro de mí, mentalmente salió una sonrisa malévola en mi rostro. Muy bien hecho, hermanita.
—Ok. Dentro de 5 minutos ya voy a irme.
—Sí, gracias Nabiki por ir a dejar la correspondencia.
—De nada, hermanita.
—Bueno, entonces me iré a preparar lo que llevaré para mañana.
Estaba apunto de irse. Por un segundo, miré a algún extremo de la habitación ideando algo.
—Por cierto, Akane. Yo creo que esta vez puedas ganar. —se detuvo y volteó a verme.
—¿Enserio, eso crees?
—Akane, eres muy habilidosa para los deportes. Seguro que sí. Confía en ti misma. Es sólo un consejo.
—Jamás creí oírte eso. —expresó sorprendida.
—Oye, tú sabes que siempre apoyo a mis hermanas, aunque tenga algunas salidas.
—Eso ya lo sabemos muy bien, Nabiki.
—Claro. Oh, mejor me voy adelantando. Akane, de repente Kasumi va querer hacer algunas compras y tal vez vaya a necesitar tu ayuda ya que quizás va a estar haciendo limpieza con la tía Nodoka de la casa.
—Ok. Ya me dirá, por ahora voy a ir a ver lo que tengo que hacer. Seguro eso será por la tarde, siempre suele hacerlo.
—De acuerdo. Nos vemos. —saqué conmigo mi cartera y dentro de la misma ya tenía la mitad del proyecto. Sonreí ladina al ver como dejaba atrás a Akane con el objetivo.
Ahora, solo faltas tú, cuñadito.
***
Al terminar lo que dije que iba a hacer luego de qué Nabiki se fuera, bajé las escaleras y fui directamente a la cocina donde Kasumi yacía preparando algo en el horno. Al percatarse que había entrado me sonrió cariñosa.
—¡Pequeña Akane! ¿Te dijo Nabiki que necesitaría ayuda?
—Sí, vine porque me dijo que querías hacer unas compras.
—Desde luego. Hoy quiero hacer una cena especial, pero hay ingredientes que me hacen falta. En la tarde, ¿Crees que puedas ir por mí? Debo entregarle al doctor Tofú el libro que me prestó y darle como agradecimiento unas galletas recién hornadas.
—Por eso, olía demasiado bien. Oh, entonces... ¿Puede ser que durante la preparación de la cena, pueda ayudarte? Sé que la cocina no se me da muy bien, por no decir fatal, pero creo que ha llegado momento de aprender.
—Por supuesto que sí, Akane. Realmente estás dando un gran paso. Descuida, vas a ver que lo harás muy bien. Solo necesitas ser cuidadosa en lo que le agregues y estará bien. Yo te voy a ayudar diciéndote lo que deberás hacer también procurando el tiempo de cocción y listo. Así que, prepárate que esta va a ser la primera comida que hagas sin que sepan que tú lo hayas hecho y sorprenderlos. La práctica hace al maestro.
—Enserio, muchas gracias Kasumi. —y fui a abrazarla por tantas palabras de su parte que me han dado inspiración por hacer aquello que tengo la certeza de que saldrá comestible.
Recibió mi abrazo y luego nos separamos.
—¿Vas a salir a visitar a Ukyo?
—Sí. Regreso para el almuerzo.
—Ok. Después de la comida, te daré la lista.
—Está bien, Kasumi. Por cierto, ¿Cuando saldrás con Tofú?
—Bu-Bueno... yo...
—Anda, ya dime picarona...
La estaba poniendo nerviosa. Ambos hacían una bonita que ya quería verlos tomados de la mano, formalizándose como tal. Se puso la mano en su mejilla avergonzada. Tal vez pensó que no diría algo como eso.
—Ya he salido con él una vez, pero fue a ver un acuario. Esa vez fui porque nos encontrábamos paseando cada uno por distintas direcciones, y al encontrarnos decidimos hablar de cosas triviales, hasta que fuimos a ese lugar.
—Sinceramente, ya quisiera verlos como una pareja como tal.
—Y, ¿Qué hay de ti, Akane?
—La verdad, nada.
—Solo dime una cosa, Akane. Pero, con la verdad. ¿Tú quieres a Ranma como para estar juntos hasta el resto de tu vida?
Esa pregunta fue me cayó como un balde de agua fría. Tal vez la respuesta que le diga, es lo que pueda estar esperando de mí.
¿Cómo hago para esquivar una pregunta de esas?
—Jejeje, creo que quieres empatar por lo que te dije, ¿Cierto? En realidad, a ti no puedo mentirte. —suspiré—. Ya son como tres años desde que nos conocimos. No fue de una manera amable cuando lo conocí como chico por el incidente que hubo, pero desde luego no pensé que llegara a sentir algo por él. ¿Estás aprovechando que no hay nadie en la casa para hablar de estas cosas, no?
—Por un lado, sí. Pero, solo quería confirmar lo que tú sentías por él, porque sé qué hay algo más que ustedes sean más que amigos. Lo he podido notar. Seguro llegaron a percibirlo papá, Nabiki y los tíos, como de solo gustarle a alguien, pero yo creo que quisieras compartir tu vida con él. Solo, piénsalo bien. Bueno, ya no te quitaré más tiempo. Ve antes de que se haga tarde.
—De verdad, gracias Kasumi. —y solo me regaló una de sus tantas sonrisas, como si se tratara de mí propia madre quien hubiera estado hablando conmigo.
Suspiré recomponiéndome y salí corriendo al restaurante de Ukyo.
***
Estaba sin palabras en la boca.
Sin querer, llegué a escuchar algo que ni por el asomó pensé que escucharía.
En realidad, ya había regresado a la casa cuando sentí murmullos en el cuarto de la cocina y claramente podía descifrar que era Kasumi y... Akane, quien la acompañaba.
"...cuando lo conocí como chico por el incidente que hubo, pero desde luego no pensé que llegara a sentir algo por él. ¿Estás aprovechando que no hay nadie en la casa para hablar de estas cosas, no?
—Por un lado, sí. Pero, solo quería confirmar lo que tú sentías por él, porque sé qué hay algo más que ustedes sean más que amigos. Lo he podido notar. Seguro llegaron a percibirlo papá, Nabiki y los tíos, como de solo gustarle a alguien, pero yo creo que quisieras compartir tu vida con él..."
Estaba realmente seguro que el primer diálogo era la voz de Akane y Kasumi fue la que siguió. Fue una coincidencia que pasara por detrás de la casa solo porque me daba flojera pasar por la puerta principal, que estaba al otro lado de la cuadra.
Buen tiempo para cruzarte por ahí, Ranma.
Aunque a pesar de lo que hice, sentí que había una oportunidad y no evité sonreír. Estaban hablando de mí, de nosotros.
Ya mañana es la competencia y siento que mi pecho duele de ansiedad a que ya llegara mañana. Sé que algo entre los dos va a mejorar y para bien. Solo puedo decir que con lo que escuché me ha motivado a sentir esto. Es como si también mi corazón haya dado un vuelco de alegría de que tenía oportunidad de estar con ella y dejar en el pasado lo que éramos.
Entonces, lo que quería hacer mientras dormía, era lo que hace mucho tiempo deseaba hacer. Fue la primera vez que decidí quedarme estático y con los ojos cerrados, para sentir la reacciones de mi amada Akane, aunque en mi subconsciente estuviera sospechándolo desde un principio que no fue la única vez que me vió dormir plácidamente en el futón así de tranquila, ya que hace tres años era totalmente opuesta a como reaccionaba al levantarme.
Realmente me sorprendes, Akane.
Al terminar de escuchar la conversación ajena, me fui a la habitación que compartía aún con mis padres, con ese pensamiento. En ese momento, no me percaté cuando Nabiki había regresado a la casa y quería entrar a su habitación, pero me observó y de la nada, me habló.
—Ranma, necesito hablar contigo. Ya voy a tu cuarto. Dejo mi bolso e iré. Solo espérame.
Ahora estaba con una incógnita, ¿Por qué querría platicar conmigo? Yo ya la esperaba dentro de la recámara echado en medio del mismo con los brazos cruzados debajo de mi cabeza y una pierna sobre la otra. Al cabo de unos minutos, Nabiki entraba cerrando en sus espaldas la puerta. No sé qué se traía en manos, pero algo iba a pasar para que haya venido de esa manera. Me incorporé hasta sentarme con las piernas entrelazadas.
—¿De que se trata, Nabiki? —expresé con desconfianza, había algo en ella que me daba un poco de miedo. Que venga hacia a ti de repente, no es de todos los días. Solo era porque posiblemente necesitara algo. Vi como se sentaba al frente mío con una hoja y un lapicero. Atiné en arquear una de mis cejas, confundido.
—Ranma, vengo a hacer un contrato contigo. ¿Sabes? Por ahora, estoy corriendo con gastos elevados por la carrera que escogí y como te habrás dado cuenta estoy trabajando en algunos proyectos a pesar de estar en vacaciones. Por eso, debido también a las cantidades de dinero que te logré prestar para algunos obsequios que le regalaste a mi hermanita en diferentes fechas especiales, supuse que para no perder cuentas, podemos formalizar eso en una hoja con firma y todo. No querrás que sepa que lo estuviste haciendo por ella, ¿Verdad? —divisé una pequeña sonrisa malévola en su rostro.
—Es una forma de chantajeo lo que estás haciendo, ¿Cierto?
—Digamos que es algo que a los dos nos convendría.
¿En qué lío me he metido? Cuando venga iré por un trabajo nuevo de medio tiempo y recuperar el dinero prestado.
Suspiré resignado.
—¿En dónde debo firmar?
—Es un placer tratos contigo, cuñadito. —me ofreció la lapicera y en la hoja vi pequeñas aberturas por el lado de la firma. Seguro debo estar alucinando. Al terminar de firmar, le ofrecí el papel y el lapicero conjuntamente y ella lo tomó de buena forma.
—Sísi lo que tú digas. —dije restándole importancia.
—Bueno, te dejo. Voy dónde Kasumi.
—Claro. —por un momento lo que ví se me hizo algo raro, seguro debió ser por lo que arrugué la hoja un poco.
No le tome importancia y luego, me eché nuevamente a tratar de descansar un poco, hasta que se hiciera la hora del almuerzo.
***
Ya estaba en casa de Ukyo, pero creo que por ahora no podré hablarle sobre lo que platicamos Kasumi y yo.
Sí, necesitaba respuestas en definitiva, pero creo es mejor dejar que el tiempo lo diga todo y las acciones que haré en cualquier momento a largo plazo. Estaba de alguna forma emocionada por lo de mañana. Pero, lo único que voy a hacer por el momento es hablar con ella sobre lo que pudo suceder cuando me fui dejándola con Ryoga.
Por lo pronto, aunque sea unos minutos, dejaré de pensar en eso.
—¿Akane? ¿Me estas escuchando?
—¿Ehh? S-Sí...
—Hay algo que te inquieta, ¿Verdad? —dejó de hacer la mezcla para los panes japoneses y lo puso a un lado fuera de la barra caliente.
—Enserio, solo en la mente se me vino que más tarde tengo que hacer unas compras para la casa y no voy a poder volverte a verte hasta después de la competencia.
—Es cierto. Ya lo había olvidado. Discúlpame.
—No te preocupes por eso. Por favor, vuélvemelo a repetir lo que estabas diciendo.
—Claro. Ryoga me dijo que quería proponerte ir con él a la carrera. Resulta que también había ganado un ticket para participar y quería usarlo contigo. Realmente me entristecí que no fuera yo esa persona que quería que lo acompañara.
—La verdad, es que yo no sabía de ese dato. De todas formas, creo que no hubiera aceptado. ¿Cómo podría sí sé que tú lo quieres? Además, no te lo voy a negar es lindo y guapo, pero solo lo quiero como amigo.
—Solo duró la noche aquí y luego por la mañana del día siguiente tuvo que irse a encontrarte. No le dije nada, porque no quise decepcionarlo. Aún así, ni siquiera me ofrecí porque tengo muchas cosas que hacer.
—Yo pienso que sólo lo hizo porque tal vez quería ir conmigo y pasarla bien en el sentido de tener una relación amorosa, pero no puedo corresponderle. Tú bien sabes que no quiero hacer eso.
—Eso lo sé. Yo aproveché en lo que me iba para que pudieras hablar con él en cuanto despertara, pero creo que no funcionó. Lo más seguro es que solo no vaya a competir y quedarse por estos lares, vagando. Si en ese caso crees que pudiera ayudarte sería desilusionarlo, aunque le haga daño, como su amiga debería decirle.
—Quería que afloraran las cosas naturalmente, pero eso está muy difícil.
—Va a tardar en darse cuenta qué hay alguien más que está interesada en él y tú lo eres. Como te digo, al encontrarlo, me armaría de valor y le diría eso, para retroceder las esperanzas que tenía conmigo.
Solo me observó por un segundo y desvió su mirada con señal de tristeza en sus ojos.
—¡Vamos! No te pongas así, ni te logres estresar. Tengo que hacer eso si se me cruzara en el camino o hacer que la situación fluya como quieres, porque no voy a estar en la casa mañana durante todo el día. Tenemos que esperar qué sucede. ¿Qué te parece si dejamos eso de lado y hacemos otra cosa? Todo va a estar muy bien, Ukyo, te lo aseguro.
—Gracias, Akane.
—De nada, estoy para apoyarte.
—¿Quieres practicar con algo en la cocina? Podemos intentar hacer arroz graneado. Es simple que no te puede fallar.
—Jejeje Bueno al menos sé hervir el agua antes de que se me consuma.
—Es un gran paso que haz hecho, Akane. Hagámoslo.
—Ok. Manos a la obra. —y así ya me estaba remangando los puños de suéter. —Por cierto, esto me ayudará como una práctica, porque Kasumi me dijo que hoy voy a hacer la cena según lo que ella me indique.
—¡Muy bien, Akane! Seguro lo harás.
—Gracias, U-Chan.
—¿Ya vez? ¡Ambas nos damos apoyo en lo que podemos!
—Claro que sí. —ambas reímos.
***
—Ya lo tenemos, sin si quiera falsificar firma alguna. —expresé segura—. La de Ranma fue la que era más difícil, pero aún así ya la tenemos plasmada junto con la de Akane.
—Muy bien hecho, Nabiki.
—Muchas gracias, tía por ayudarme a hacer esto posible. Ahora sí los tórtolos son marido y mujer.
—Lo mejor es que vayas ahora a Registro Civil y lo entregues. Ranma vi que estaba durmiendo y Akane se fue con Ukyo, según dijo Kasumi. Aprovecha que también la comida no está lista aún porque dijo tu hermana que Akane llegaría para esa hora.
—Entonces, me iré rápido. Si alguno de los dos apareciera, en caso extremo, y no me encuentran diles que fui a dejar una segunda parte del trabajo en casa de una amiga.
—Está bien, ve tranquila. Por si acaso iré arriba a revisar que aún todavía esté dormido. Ranma es muy perspicaz. Ojalá no haya intentado pensar qué hay algo extraño en todo esto.
—Descuida, se lo creyó rotundamente. Ahora sí, me voy.
—Cuídate, hija.
Último paso... a dejar él acta de matrimonio.
***
Ya la hora del almuerzo se había acercado y ya debía irme. Estaba feliz de que mis "Artes culinarios" estén mejorando.
—Lo hiciste demasiado bien, Akane. Con cuidado y paciencia, lograste hacer lo que te propusiste. Solo necesitas más días de práctica y listo. No fueron bastantes días después de todo.
—Sí y todo gracias a ti, Ukyo. Ahora, debo ya regresar a mi casa.
—Está bien. Cuídate bastante y de regreso me cuentas qué pasó, ¿De acuerdo?
—Claro, no lo voy a dejar pasar. ¡Nos vemos luego!
Y así, con una sonrisa más grande, salí del establecimiento de Ukyo.
Era momento de sorprenderlos, Akane. Por ahora, solo confía en ti.
***
—¿Nabiki salió? —pregunté ya que solo ella faltaba en la mesa.
—Fue a dejar la segunda parte de un trabajo que tenía pendiente. Esto de la universidad y su carrera, la tiene ajetreada. —explicó mi madre poniendo la mesa con ayuda de Kasumi.
—Y, ¿Akane?
—¡Ya regresé! —gritó desde la entrada Akane y luego vino hasta el comedor.
—Uy, ¡Qué bien se ve! Muero de hambre.
—¿A qué viene esos ánimos, Akane? —pregunté desinteresado reposando mi barbilla en la palma de mi mano, mientras mi codo se apoyaba en la mesa. Se sentó a mi lado como siempre, pero noté que tenía un brillo especial en sus ojos. Algo pasaba.
—Por nada, siempre soy así.
—No lo creo.
—Que sí, Ranma.
Luego de unos minutos que transcurrieron como si nada, Nabiki regresó y se unió ya a la comida, así como el tío Soun, mis padres y Kasumi. El maestro... ¿Quién sabe dónde esté? Mejor si ni se le invoca.
***
Ahora sí, Ranma y Akane son oficialmente esposos ante la sociedad. Solo tenemos que esperar que ellos procedan hacer el resto.
En medio de la comida, una mirada fue suficiente para las demás mujeres de la casa y luego la mayor se dirigió con lo mismo a los hombres, percatándose mi padre y luego, el tío Genma.
Por mientras, ninguno de los tórtolos, se dieron cuenta de nuestras acciones ya que andaban ocupados en sus platós de comida.
Ahora si comienza lo bueno.
***
Al acabar de almorzar y ayudar con los trastes, me dispuse a retirarme al cuarto de baño. Salí y ya era momento de dirigirme a hacer las compras.
—Akane, ¿A dónde vas a ir?
—De compras, papá. Kasumi me dijo que vaya para la la cena de hoy.
—Bien.
—Sí, ya regreso.
***
Transcurrieron dos horas aproximadamente de lo que salió Akane y mientras me fui a pasear si en el camino no me la encuentro si ya estaba regresando. Por andar en mis pensamientos Akane cargaba dificultosamente las bolsas que traía consigo.
—Realmente te vez como marimacho cargando esos bultos grandes del supermercado.
Me dió risa el ver su rostro de puchero y su ceño fruncido.
—Yo puedo sola.
—Sabes que no. —le arrebaté dos de las tres bolsas que cargaba. Encima, como pretexto, la tomé de la mano. Mi rostro me quemaba por lo que había hecho. Era una mezcla de estar avergonzado y ruborizado por lo que hice.
Aunque me saque de quicio algunas veces, siempre la querré. Y sí, a mi me gustaría pasar mi vida junto a la suya. Digan lo que digan, no me separaré de ella.
Continuará...
Osi osi... capítulo largo, pero bonito <3 valió la pena cada maldito segundo hacerlo!!
Ojalá les haya gustado!!
Pronto lo más esperado!!!
7u7r
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro