50. Celos ☘️
MELANIE DASHTON
Nuestra cita se baso en ir a cenar a Mcdonald's.
Comíamos y platicábamos de nada relevante, hasta que Allison me llevó hasta mi casa.
Allison se bajó más rápido de lo que pensé y me abrió la puerta del copiloto.
Segundos después, me dió su mano y la sujete. Se sentía cálida.
Con su ayuda, llegué hasta la puerta de madera oscura de mi casa y toque la puerta. Y posteriormente, cuando abrió mi mamá la puerta, Allison la saludó con un abrazo y se fue.
Mi madre me dió unas muletas, para que subiera las escaleras y subiera hasta el segundo piso. Así que lo hice a duras penas, con su ayuda, y llegué a mi cuarto.
Entré y para ese momento, mi madre ya se había ido. Suspiré contra mi puerta y sonreí como una completa y sin remedio enamorada.
Solo faltaba una cosa y es que debo decirle a Allison toda la verdad. Sobre que yo y mis amigas, hicimos una tonta apuesta... No puedo mentirle.
ALLISON RODRÍGUEZ
Ya habían finalizado todas las clases.
Miré la hora en mi celular. Y me percate, de que eran las doce en punto.
Posteriormente salí del aula y llevé a Mel, al hospital »Central«.
—¿Te parece si saliendo te invito a conocer a mi tía Eugenia? —le pregunté.
—Sure —respondió emocionada. —Pero Allison... Yo... Tengo algo que... Decirte.
La notaba inquieta.
—Dime, corazón.
Mel, aclaró su garganta y dijo: —Verás... Lo que tengo que decirte... Es muy importante. Pero... Siento que este no es el lugar más apropiado para... Para decirlo. Así que te lo diré después, ¿si amor?
Acaricié el cabello de Mel y respondí: —Por mi está bien, cariño.
***
Llegamos a la plantilla dos y al consultorio. Al llegar, ví a Michelle mirar con brillo en sus ojos a Mel.
Rápidamente se acercó para ayudar a Mel a caminar, pero se estaba pasando de contacto físico.
No soy tonta.
Está más que claro que le gustó a primera vista.
Dudando de si decir algo o no, las miraba a la distancia. Hasta que... Cuando me decidí...
—Entonces, ya vengo —me dijo Mel sacándome de mi estado.
Michelle miró enternecida a Mel y yo la miré sin ninguna expresión en mi rostro. Posteriormente, ella me miró y sonrió con... ¿Satisfacción?
—Deberías cuidar mejor a Mel —dijo ella.
Me preparé para hablar, pero justo en ese preciso momento, Michelle rodeo con su brazo, el cuerpo de Mel y me quedé perpleja.
—¿Qué haces, Michelle? —le preguntó Mel.
—Nada. Solo me estoy asegurando de que estés bien.
Enarque una ceja y arrastre a Mel conmigo.
—A-Allison —susurró mi nombre.
Michelle sonrió y le dijo a Mel que pasará.
—Espera, Mel —dije yo deteniendola.
MELANIE DASHTON
—Espera, Mel —me llamo Allison. Con lo cual, detuve mis pasos.
—¿Qué pasó, amor?
Y sin más, Allison me rodeo con sus brazos.
—¿A-Allison? —pregunté confundida.
—Ahora sí, ve corazón.
Un segundo después, se separó lentamente de mi y yo sonreí feliz por su gesto tan repentino.
—Ya vengo —dije con una tonta sonrisa surcando de mis labios.
Posteriormente entré al consultorio después de Michelle.
Olí un aroma peculiar, salir de mi cuerpo. Era de manzanas.
Abrí los ojos aborchonada y sonreí tímidamente.
Allison... Me impregnó de su aroma.
Para algunos será algo estúpido emocionarse por esto, pero para mí es... Lindo.
—Veo que se pone celosa muy fácilmente —dijo Michelle con una suave risa y yo la miré frunciendo el entrecejo. —Incluso te impregnó de sus feromonas de Alfa. Si no te molesta voy a abrir la ventana.
Iba a decirle que simplemente así no se iba a ir el olor, pero en ese mismo instante, ella abrió la ventana esperando que así se fuera el olor.
—Bien, hoy intentaremos lo siguiente...
***
Cuando finalizó la terapia, finalmente salí y percibí que caminaba mejor que el día anterior que vine a la consulta.
—¡Estás avanzando mucho! —me dijo Michelle. —Felicidades, Mel.
—Gracias —le dije.
—Dejame ayudarte a caminar —dijo ella de pronto acercándose lo más posible a mi, y abrí los ojos. Al parecer le gustó a Michelle... Sé que el amor es difícil de ocultar... pero aún así, ella sabe que tengo pareja. Entonces... ¿Por qué llega tan lejos?
—De hecho... —dije y en ese mismo instante, apareció Allison.
—No te preocupes, puedo ayudarte —agregó.
Tras decir eso, Allison termino por mirar con cara de pocos amigos a Michelle.
—No hace falta —dijo Allison, tomandonos por sorpresa a mi y a Michelle—. Será mejor que escuches Michelle, lo que tiene que decirte mi Mel.
—Gracias Allison —dije yo. —Bueno, verás... Michelle... Como decirlo... Yo... Siento que estás intentando... —sentí que me atascaba con mis propias palabras, pero terminé por hablar. —Ligar... Conmigo. Y yo... Tengo pareja. Y la amo mucho. Pero si no es así, entonces perdóname por malinterpretarlo y...
Michelle sonrió acariciando mi cabello.
—No te preocupes. Entiendo, que estés confundida por mis sentimientos, en verdad me gustas, Melanie y...
Con esas palabras, pareció, que Allison, quien parecía que llevaba aguantando mucho en silencio con esta situación, dijo sujetando la mano de Michelle.
—Ah no hermana, consigue la tuya.
Parpadee varias veces y Allison se mantuvo firme.
Y Allison sin esperar una respuesta, sin más, sujeto mi mano y nos saco del hospital, dejando ahí a Michelle mirándonos a la distancia con... ¿Sorpresa?
—A-Allison... —la llame, porque parecía como si estuviera fuera de si.
—Parecía como si Cawthon estuviera provocandome todo el jodido tiempo —habló Allison enfadada y molestada. —Si bien que sabía, que tú eres mi novia. ¡Y a pesar de que te impregne con mi aroma! ¡Ella aún así ella se atrevió a hacer todo eso! ¿Cuál es la jodida manía, Mel?
—Ay, Allis —la mire preocupada. —Yo creo que voy a cambiarme de fisioterapeuta y...
—Pero no importa —dijo Allison juntando nuestras frentes. —Porque nos pertenecemos la una a la otra. Y eso es lo único que importa. Somos tú y yo contra el mundo, cariño.
Sonreí cerrando los ojos.
—Tienes razón, amor. Tienes mucha razón.
Entramos al auto y Allison me besó con necesidad.
Yo le correspondí el beso y cuando nos separamos, nos miramos en silencio durante varios segundos.
—Aún me sigue pareciendo un sueño que seas mi novia —le confesé con el corazón en los labios.
—¿De verdad sientes eso...? —me preguntó acariciando mi rostro con amor.
—Sí... A veces me preguntó si estoy soñando o si todo esto es real.
—Eres tan linda, Mel. —dijo Allison dandome un corto beso en mis labios. —Estar contigo es como un sueño hecho realidad.
—Puedo decir lo mismo amor —le dije con una gran sonrisa.
Allison correspondió la sonrisa y nos volvimos a besar.
—¿Te parece bien si conoces a mi tía Eugenia ya?
—Sip, pero antes, Allison... Tengo que decirte lo otro pendiente.
—Dime, mi vida.
Aquí vamos...
Que nervios.
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