MELANIE DASHTON

Las cosas de alguna u otra forma, han mejorado con el paso de los días.

Pero no todo fue color de rosas.

Hubieron tropiezos.

Sin embargo, Allison y yo nos las arreglamos para salir adelante. 

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—Ya me voy —avisé en mi casa.

—Que te vaya bien —dijo mi madre. —Ah, y antes de que te vayas, ven para acá.

—Ay ama —dije con flojera. Si, ya lo sé. Todos los años tengo flojera.

—Te voy a dar la bendición.

Por más que me opuse, porque ya soy toda una mujerzuela, mi mamá aún así me dió la bendición.

—Ahora sí, que te vaya bien —dijo finalmente.

Salí por la puerta, pero afuera estaba Allison en su carro. Al verme, sonrió y que les puedo decir... Amo tanto su sonrisa.

Estoy tan feliz de verla de nuevo.

—Hey —me dijo Allison. Traía puestas unas gafas negras.

—¡¿Allison?! —dije sorprendida. No esperaba volver a verla tan pronto, ni menos de esta manera. Ya llevaba varias semanas sin ver a Allison.

Posteriormente me subí a su auto negro y la abracé fuertemente. Como si no quisiera soltarla jamás. Allison, correspondió un segundo después, y dejamos que los minutos pasarán, de esta manera; abrazadas.

—Me alegro de que te gustará mi sorpresa —dijo con una tímida sonrisa. —¿Y cómo estás, bonita? —me preguntó cuando nos separamos.

Me acomode un mechón rubio y pronuncié:

—Bien, todo bien, estoy bien... Y ay, dime que no dije bien tres veces.

Allison se rió dulcemente y me besó.

—¿Y tú? ¿Cómo estás, amor? En verdad te extrañe... Estar sin ti... Fue terrible.

—Estoy mejor —respondió Allison. —Ahora que vivo con mi tía Eugenia, estoy muchísimo mejor que a comparación de antes. Y estar sin ti... También fue terrible...

—En serio te extrañe... —susurre cerca de sus labios.

—Yo también te extrañe, Mel...

Su aroma era tan embriagante...

Acto seguido, la bese y ella correspondió. Nos besamos por varios segundos, que me supieron a eternidad.

—Bueno, ¿nos vamos a clases, amor? —dijo Allison un momento después.

—Sure.

  ***

Llegamos al bachillerato y salí del auto de Allis, después de que ella me abriera la puerta.

Conversabamos felizmente de su regreso, hasta que encontramos carteles que decían: "Si la ves, reportala". Eran de Allison, pero no solo era eso, también había gente murmurando cosas sobre nosotras. Lo cual me inquieto.

—¿Qué demonios es esto? —habló Allison cogiendo un cartel.

—No le prestes atención —le dije.

—Tienes razón. 

No les prestamos atención, y nos mantuvimos en esa postura, hasta que llegamos al aula.

—¡Tías! —exclamó Lucía. 

—¡Lucía! —dijimos Allison y yo al mismo tiempo.

—Maldita cornuda —dijo Logan. —Aparte de ser una hija de puta, todavía tienes el descaro de aparecerte después de embarazar a Ana. Y todo para estar con esa zorrona, de Dashton.

—Maldito imbécil —dijo Lucía cabreada. —¡Atrévete a insultar de nuevo a Melanie y a Allison y te partire la jodida cara gilipollas!

—¡No te atrevas a insultar de esa manera a Melanie, maldito infeliz! —habló Allison fastidiada.

—Ja, ja —apareció la persona más indeseable de todo el bachillerato... Samantha Hoffman. —Yo siempre supe que Rodríguez se estaba follando a Dashton. Para mi no es ninguna novedad.

—¡¿Otra vez tú, cabrona?! —repuso Lucía claramente disgustada. —Píllate de una puta vez, antes de que yo te saque a rastras, estúpida.

—¡Jodete Hoffman! —maldijo Allison. —No nos importan tus mierdas. Ni tampoco las tuyas, Logan. ¡Así que larguense ya!

—Ja, ja —se burló aún más la jodida zarigüeya. —Tal vez, yo ahora parezca la mala de la historia, pero miren bien todos —expresó Hoffman—. ¡Aquí está Rodríguez follandose a una Omega sin ningún pudor en un salón a solas!

JODER.

Me comencé a inquietar.

Y Allison se dió cuenta.

—No me hagas reír, Hoffman —comentó Allison fulminante. —Tú tampoco eres una blanca paloma, mi mucho menos santa. No soy la primera que hace algo así. Tú lo has hecho más veces que yo y sin ninguna vergüenza. Pero quiero que sepan todos, que yo no me siento feliz ni mucho menos orgullosa de mi pasado. Cometí errores, de los cuales me arrepiento. Entre ellos, está este error... Sé que no hice bien. Pero estoy dispuesta a enmendar mis errores y mejorar cada día. Por eso, les pido mis más sinceras disculpas...

Yo sonreí.

—Todos cometemos errores —dije buscando hacer razonar a los presentes en el salón. —Y el de Allison fue ese; pero eso no significa que no se pueda cambiar. Allison se está esforzando por cambiar y dejar su pasado atrás. Es por eso, que les pido que no la juzguen. Sé que es muy fácil juzgar a las personas, pero les pido de corazón, que comprendan a Allison.

—Yo no la perdonare —dijo Alexa. Una compañera de clases.

—Allison jamás embarazo a Ana —agregué—. En realidad, fue una mentira que dijeron para perjudicar a Allison.

—No te creo ni una mierda —añadió esa misma compañera, llamada Alexa.

Me preparé para hablar nuevamente, pero en eso Allison, me miró fijamente.

—Dejémoslo así —dijo Allison.

—Pero... —dije yo.

Allison me miró con una sonrisa y yo terminé por aceptar...

—Buenos días, jóvenes —dijo repentinamente la profesora que da educación física—. Sé que hace mucho frío, pero ni modo, jóvenes. Salgan a trotar todos. Pero ya.

Maldición... Lo que me faltaba.

.

.

.

—¿Es verdad que Allison y tú están saliendo? —me preguntó la rubia teñida.

—¿En dónde escuchaste eso?

—Tiffany me lo dijo.

—Ay... —suspiré. —No te voy a mentir Ivonne, sí, si estoy saliendo con Allison.

Ivonne me miró con una mueca.

—¡¿Qué?! —espetó enojada. —Dime que no es cierto...

—Lo siento... Pero lo que te estoy diciendo es la verdad —le dije.

—¡Quítate! —me dijo empujándome con los ojos rojos.

—¿Estás bien? —le pregunté.

—¡No me hables!

Ivonne estaba apunto de llorar, por lo que me acerque con ella, pero en eso la profesora de educación física nos habló.

—Señorita Dashton y señorita Hadson, vengan para acá.

Ay, no.

Fui con la profesora, a excepción de Ivonne y le dije: "Dígame".

—Únase al equipo.

—Pero...

—Yo tomaré su lugar —dijo Lucía.

—No pueden tomar los lugares de los demás, todos van a jugar o, sino, tendrán cero en automático.

A duras penas, entré al partido, y entré al mismo equipo de Lucía.

En el equipo contrario, estaba Allison. Y al verla, sonreí tímidamente.

Allison correspondió a mi sonrisa. Y posteriormente, comenzó el partido de fútbol.

Debo decir, que no soy buena para el deporte.

Siempre, pero siempre, no logro darle a la pelota, ni una sola vez.

Pero algo que nunca he entendido, es a los que si saben jugar. Osea, ¿cómo diablos le hacen?

—¡Ahí viene la pelota! —dijo Casandra.

Yo me aleje de la pelota como si fuera lava ardiendo, y todas me lo reprocharon.

—El fútbol y yo, no nos llevamos bien —dije en mi defensa.

Allison me miró y yo me sonroje.

Sentí mis mejillas arder.

Y sin más, comenzó el partido.

Me pasaron el balón, y en un momento dado, me resbale doblandome el pie al intentar patear el balón.  

Fue tan repentino el golpe, que no me percaté, hasta que me comenzó a doler el pie.

—¡Auch! —me quejé adolorida. Allison y Lucía, junto a Camila, corrieron hacia mi.

—¡Mel! ¿Estás bien? —me preguntó Allison preocupada.

—C-Creo que si... Aunque me duele mucho el pie...

—Ay, Melly... —dijo Lucía afligida. —¡¿Estás bien?!

—Che, ¡¿cómo te sentís?! —me preguntó Camila.

—Ay... Les iba a decir que bien... Pero me duele mucho... —contesté.

—¡Vayamos a la enfermería! ¡Rápido! —dijo Allison.

—¿Qué es todo este escándalo? —dijo la profesora. —Ay, Dios mío. ¿Qué te pasó?

—Me caí con el balón  —respondí mientras sentía un gran dolor punzante en mi tobillo.

—Yo la llevaré a la enfermería —Allison en un gesto tan repentino, me cargó en forma de princesa y yo me ruborice.

—Vayan rápido. —sentenció la profesora. 

***

En el camino, Allison me preguntó que cómo me encontraba.

A lo que yo respondí con dolor, que no me sentía muy bien.

—Ay, mi vida... —dijo Allison afligida. —Todo estará bien.

—Eso espero, amor... —le dije adolorida.

—Ay, pero en serio, como me puede cariño...

—No te preocupes, estaré bien —aseguré con una sonrisa.

—Está bien, dulzura. —respondió Allison con una tenue sonrisa.

Posteriormente llegamos a la enfermería y yo toque la puerta aún siendo cargada por Allison. Un instante después, la enfermera abrió la puerta y dijo: "Pase".

—Buenas tardes —saludamos Allison y yo.

—Buenas tardes — respondió la enfermera—. ¿Qué se les ofrece?

—Melanie se cayó mientras jugaba fútbol —dijo Allison—. Y le duele mucho el pie.

—Sientala allá.

Con sumo cuidado, Allison me coloco en la camilla, y acto seguido, la enfermera se levantó y me examinó el tobillo.

—¿Puedes moverlo? —me preguntó.

Intenté moverlo, pero el solo acto, me dolió muchísimo.

—No puedo... Me duele mucho... —respondí con dolor.

—Parece que es un esguince —dijo la enfermera. —Te haré una férula.

—¿Ella estará bien? —cuestionó Allison preocupada.

—Sí —respondió. —Sólo necesita reposo.

Fruncí los labios cuando el vendaje tocó mi pie.

Me dolía...

Allison me miró preocupada mientras sujetaba mi mano.

—Con esto estaría listo —dijo la enfermera, tras ponerme el vendaje.

—Gracias —agradecí y después me dió unas muletas.

—Vuelve en la salida para darte otra pastilla.

—Sí —dije y posteriormente Allison me ayudó a caminar con las muletas.

—¡Mel! —exclamaron Lucía y Camila. Yo miré hacia la puerta, y ahí me encontré a mis amigas.

—¡Chicas! —respondí yo.

—¿Cómo estás? —agregaron. 

—Ya mejor —respondí.

.

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Posteriormente salimos de la enfermería y regresamos a la cancha.

Y después, nos fuimos al aula porque se terminó la bendita clase.

—¿Te sientes mejor? —me preguntó Allison preocupada, dándome una bebida.

—Sí, ya estoy mejor —respondí con una tenue sonrisa.

Todo marchaba bien.

Hasta que, Lucía corrió hacia nosotras y dijo: —¡Tías, Ana está aquí!

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NOTAS DE LA AUTORA

Wenasssss mi gente, ¿cómo están?

Antes que nada, quiero desearles una feliz navidad. ♡

Espero que se la hayan pasado muy bien en este día. <3

Les mando un fuerte abrazo desde México. ❤️✨ Y  si se puede, mañana hay actualización sobre "Todo Por Una Apuesta" uwu.

Lxs amo mucho. <333

Besos.