En Multimedia - Rewrite The Stars

ALLISON RODRÍGUEZ

Mi decisión era muy clara.

Casarme con alguien que no amo y que nunca amaré, solamente será en un millón de años.

—Si quieres que Dashton y sus amigas salgan de detención —empezó a hablar esa señora que no es mi madre—. Asistirás a la boda sin rechistar. Solamente así, las perdonaré.

Apreté los puños furiosa. Por mucho que odiará todo esto, esta era la única salida.

—Lo haré solamente si prometes que no les harás nada más —le dije.

—Así será, cariño.

—Y no me llames cariño —espeté malhumorada.

—Pero qué genio. —repuso con una divertida sonrisa.

Pero ellas no contaban con algo.

Y ese era mi plan.

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El camino al altar, me es infinito.

Mi mente divagaba.

A quien imagino y anhelo con ese vestido blanco, es a Mel.

—Prepárate para el infierno que vivirás por el resto de tu maldita vida —me dijo la jodida de Ana.

—Lo mismo digo.

Ella chasqueo la lengua y posteriormente entramos al altar.

Allí, nos miraban muchas personas de renombre.

Tranquila. Todo estará bien.

Entre tantas personas, divisé a los amigos de Ana.

Lo que me espera...

Seguimos caminando, pero el camino hacia el altar no fue nada tranquilo. Pues un amigo de Ana, sin que me diera cuenta, me puso el pie y en consecuencia, me caí. Y todos se rieron.

—Ay, ja, ja pero qué pies tan torpes tienes el día de hoy —me dijo burlesca Ana y yo la miré con mala cara. 

—Me parezco a ti —le dije y ella me miró fulminante.

Posteriormente llegamos con el reverendo de la iglesia. Él nos regaló una sonrisa y procedió a hablar:

—El día de hoy estamos aquí reunidos para unir en cuerpo y alma a estas dos jovencitas —tragué saliva, todo en mi gritaba: "no me quiero casar con ella"—. Ana Chávez, ¿aceptas en cuerpo y alma, como tú legítima esposa a Allison Rodríguez? 

Ana no dijo nada durante cinco largos segundos.

Tanto así, que pensé, que diría que no.

—Sí, acepto —dijo finalmente.

No...

—¿Y tú Allison Rodríguez, aceptas en cuerpo y alma, como tú legítima esposa a Ana Chávez?

—¡No, no puedo!

Todos emitieron un "¡Oh!" de sorpresa.

—¡¿Has perdido la cabeza o qué?!  —espetó mi madre furiosa.

—¡Si! ¡Si la he perdido! ¡Jamás me casaré en contra de mi voluntad! ¡Ni con alguien que nunca amaré! —respondí.

Tú puedes, Allison. Persigue tu sueño. 

Me dije mentalmente, y en ese mismo momento, alguien gritó: —¡Yo me opongo a esta boda!

¡Era Mel!

La ví a la lejanía. Ella portaba un ouftit demasiado bonito, característico de ella. Llevaba puesto un top holgado blanco, con unos jeans rasgados azules, y sus característicos Converse negros. Al verla, sonreí aliviada.

—¡Melanie! —grité su nombre, soltando lágrimas de felicidad.

—¡¿Pero qué demonios?! —dijo Lisbeth confundida—. ¿Cómo es esto posible? ¡Si yo pagué para que te metieran a prisión!

—Eso quisiera bruja —dijo Lucía apareciendo con Camila.

—¡Chicas! —grité feliz.

—¡Ahg! —dijo muerta del coraje esa señora que desearía que no fuera mi madre—. ¡Les dije que no tendrían su final feliz juntas! ¡Padre, caselas ya! ¡Es una jodida orden!

—¡Alto! —dijo Ivonne apareciendo. —¡Yo también me opongo a esta boda!

—Y yo —dijo Paúl, junto a Saúl.

—No solo ellos se oponen, yo también me opongo —comentó Jeremy.

Sonreí con los ojos húmedos.

—¡Chicos! —dijimos yo y Mel al mismo tiempo.

—¡Allison! —gritó mi nombre Mel y yo corrí hacia ella tras exclamar su nombre. Aunque Ana me cogió del brazo y me impidió irme, terminé por zafarme e ir con el amor de mi vida.

—¡Mel! ¡Te extrañe tanto! —le dije reconfortada, abrazándola.

—Y yo a ti, mi vida —contestó Mel, correspondiendo y acariciando mi rostro con amor.

Yo sonreí, correspondiendo a su caricia.

—¡Si yo no soy feliz, tú tampoco lo serás! —dijo la jodida de Ana. —¡Logan!

¿Logan?

Y sin más, apareció Logan con todo el grupito de populares que en algún momento fueron mis amigos.

—¡Separenlas, carajo! —gritó Logan y un momento después, corrieron todos los populares sin neuronas hacia nosotras.

—Mel, amor mío, ¿huirías conmigo a San Lucas? —le pregunté con una sonrisa.

—Por siempre lo haría, corazón.

—Te amo —susurré—. ¡Eh, chicos! ¡Vámonos! —grité. 

—Subid —dijo Lucía salvandonos la vida.

Y sin previo aviso, empezamos a correr hacia el auto rojo de Lucia.

Nos subimos Mel y yo al auto, y después se subió Paúl y Saúl a otro auto. Y Lucía arrancó el motor.

—¡No se irán! ¡Joder! ¡Hagan algo! ¡Pero ya! —gritó desesperada Lisbeth.

—¡Se arrepentirán, malditos hijos de perra! ¡Se arrepentirán! ¡Se los juro! —maldijo la jodida de Ana.

Y sin más, dejamos atrás la iglesia.

Hasta hacernos perder por la ciudad y llegar a una playa.

—Chicos —dije yo feliz, mientras sujetaba las manos de mi amada Mel, ya en la playa—. Gracias por venir. Gracias por no dejarme sola... Gracias por ayudarme... Yo... Les estoy eternamente agradecida por esto. En serio gracias...

Las lágrimas salían de mis ojos como cascadas. 

—Haríamos lo que fuera por ti, tía —dijo Lucía mientras yo me secaba las lágrimas.

—Así es —dijo Camila. —Por vos lo que sea. Sos nuestra amiga.

—No íbamos a dejar que esa ogra hiciera lo que quisiera contigo, darling. —se sumó a la conversación Paúl.

—Ja, ja gracias chicos... En serio gracias... Yo no quería casarme —me salieron más lágrimas y Mel, mi amada, me arropó en sus brazos. —Fue tan jodido... Pero gracias chicos... Por idear este maravilloso plan. Sin ustedes, nada de esto habría sido posible.

—Tú sólo llámanos y ahí estaremos. —dijo Lucía sacándome una sonrisa.

—Pero bueno, esto ya parece un funeral —dijo Jeremy. —Anímense. Ya terminó la tormenta.

—Tienes razón Jeremy, ya terminó la tormenta —dije yo con una sonrisa.

—Tienes razón tío —comentó Lucía—. Eh, vayamos a pasar el rato en la playa.

Todos accedimos.

Era gratificante saber que la lluvia ya había pasado.

MELANIE DASHTON

Había algo especial en este día.

Algo que no podía terminar de explicar.

Pero todo se debía a ella. La chica que más amo.

Porque todo es más especial si ella está conmigo. 

Que curioso, ¿no?

Antes, Allison Rodríguez para mi era solamente una casanova. Pero ahora ella significa todo para mi. Nunca imaginé que aquella casanova, escondería tantos secretos, pero sobre todo un corazón noble y herido. El cual, anhelaba ser reparado con amor y cariño. Jamás me imaginé que ella y yo terminaríamos siendo novias.

La vida da muchos giros inesperados. Y puedo decir, con toda la certeza del mundo, que amo eso.

—Mel, ¿puedes venir conmigo? —me dijo Allison.

—Claro. —respondí.

Nos alejamos de la multitud y fuimos a un lugar a solas.

Allí, Allison sujetó mis manos y me dijo:

—Melanie, desde que llegaste a mi vida, todo cambió. Soy más feliz por ti —yo sonreí enternecida. —Me enseñaste a curar mi pasado, y a ver que existen las segundas oportunidades. Cuando estoy contigo, me siento más fuerte... Y más llena de vida. Eres la persona con la que quiero amanecer y anochecer todos los días de mi existencia —acto seguido, beso mis manos y yo me volví un tomate—. ¿Te gustaría regresar conmigo, Mel?

—Ay, Allison... —la abrace fuertemente. —¡Claro que quiero regresar contigo! Lo ansiaba mucho. Tú me has enseñado que se puede amar por segunda vez, y que el amor es algo maravilloso. Te amo tanto, amor mío... Te amo tanto. Yo... Soy tan feliz por ti. Me haces tan feliz.

Allison sonrió y esbozó una tierna sonrisa.

—¡Te amo tanto! —me dijo ella segundos antes de besarme.

Yo correspondí y cuando nos separamos, susurré un: "Yo también" desde lo más profundo de mi corazón.