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ALLISON RODRÍGUEZ

—Eres una vergüenza y deshonra para nuestra familia —me dijo esa señora que no considero para nada mi madre. —¡Una completa deshonra y vergüenza!

—Me importa un carajo lo que pienses —le dije. —¡¿Dices qué yo soy una deshonra?! Pues prefiero serlo, antes que cumplir todos tus chantajes.

—¡Por eso nunca serás por completo una Alfa! —alzó la voz. —No tienes lo que se necesita para ser una alfa de verdad.

—¡¿Y tú si?! —repuse con gracia. —No me hagas reír.

—¡No te atrevas a responderme así! —espetó. —¡Soy tu madre y me debes respeto! ¡¿Oíste, mocosa?!

—Lo único que oí es; bla bla bla me creo mucho, porque soy la dueña de una empresa.

—¡Mide bien tus palabras! —antes de que pudiera decir algo más, me dió una cachetada y me sobé la mejilla adolorida—. ¡De ahora en adelante harás todo lo que te digamos! —espetó furiosa. —¡¿Entendiste?!

Me burlé.

—Ni estando muerta lo haré —le dije.

Y sin más, salí azotando la puerta, pero no contaba con que afuera estaría Jace.

—¿A dónde vas? —me dijo.

—No te importa —respondí a la defensiva.

—No puedes irte. Tienes que asistir a los preparativos de la boda —dijo esa señora que es mi madre, pero que odio con toda mi alma. —Jace, prepara el auto.

—A la orden.

—¡No me casaré con ella, entiende de una puta vez! —espeté hecha una furia.

—¡Atrévete a levantarme la voz de nuevo y...!

—¡¿O sino qué?! —la interrumpí—. ¡¿Me golpearas de nuevo?!

—Es una discusión familiar, pero nada más, no se preocupen —habló ella, confundiendome—. No hagas un escándalo en la calle. Sino quieres que le haga la vida miserable a Dashton. —finalizó cerca de mi oído. —Nosotras ya nos íbamos, ¿verdad cariño?

Había gente mirándonos a la distancia. Con eso comprendí su actitud.

—Te odio. Eres una maldita sínica —le dije en un susurro apenas audible con todo el odio que le tenía.

—Ya está encendido el auto —dijo Jace.

—Vámonos. —dijo ella subiéndose al porsche y colocándose unas gafas de sol con una sonrisa de autosuficiencia.

Sin más opción, me subí al auto destrozada.

No quiero... Mel...

.

.

.

—¡Oh, señora Rodríguez! —dijo la madre de la maldita de Ana. —¡La estaba esperando! Y hola, Allison —me saludó y yo me hice de la vista gorda.

Esa señora que no considero mi madre, me dió una mirada de advertencia que supe interpretar muy bien. Por lo que chasqueé la lengua y la saludé a duras penas.

Mi actitud de desagrado era muy evidente.

Me crucé de brazos mientras miraba a la nada. Y un momento después Ana se acercó hacia mi y yo maldije por lo bajo.

—¿Y ahora qué demonios quieres? —le dije frustrada.

—Que me ayudes a escoger mi vestido —estaba a nada de explotar, y ella se dió cuenta—  Y no hagas un escándalo aquí mismo. Tu madre está mirando.

—Estaré loca si te ayudo a escoger tu jodido vestido. Búscate a otra persona.

—Pasa que... —se acercó hacia mi, mirándome divertida. —Eres la única persona que puede ayudarme. Y lo harás sin rechistar.

—Ja —me burlé—. Éstas loca. Jamás te ayudaré. Como ya TE dije.

—Como yo no soy como tú —dijo alejándose. —Te ayudaré a escoger tu traje. Oh, perdona. Ya lo escogimos y no te preguntamos. 

Ella se dió cuenta de mi molestia y sonrió con maldad.

Ya basta...

Quiero irme de aquí y estar con Mel...

Apreté los puños y la miré con odio. Y un segundo después, dije:

—Dí algo más coherente, oh, se me olvidaba, no tienes cerebro.

—¡Ufff maldita perra! —dijo la maldita hija de puta, largandose por fin.

Posteriormente me escondí en un salón completamente solo lleno de ropa y saqué mi celular.

Le escribí a Mel mientras sentía como todo en mi temblaba.

Mel... Todo es una mierda.

Seguí escribiendo con tristeza e impotencia.

Mi madre... No, esa maldita señora no es mi madre. Me obligó a venir a los...

No pude seguir escribiendo. ¿Cómo podía decirle que me obligó a venir a los preparativos para la boda...? No soy capaz...

Me dejé caer contra el suelo rota en mil pedazos.

Mi Mel...

***

Pasados unos cuantos minutos salí del cuarto y miré con mala cara a todo el mundo.

—Qué cara mas lamentable tienes —me dijo la jodida de Ana. 

—¡¿Ah, si? ¿Y tú qué? ¡Lárgate de una puta vez! —alcé la voz.

Ella se rió cuál cabra loca.

—Alza la voz un poco más y les diré a todos que intentaste agredirme.

Apreté los puños y me fui frustrada.

—Allison, ven —me habló Lisbeth.

—Estoy ocupada —respondí.

—Ven. —repitió.

Rechisté y finalmente fui.

Me llevó a un cuarto a solas donde ahí cerró la puerta.

—¡Yo trato de ser buena contigo! —alzó la voz. —¡Lo trato, Allison! ¡Pero tú no pones de tu jodida parte! ¡Te lo dije!, ¡¿No?! Que si hacías otras de tus estupideces, yo le haría la vida miserable a tu noviecita. Y lo conseguiste, Allison. Bravo.

Posteriormente aplaudió y yo la miré con rabia.

—¡Solo atrévete a hacerle algo a Melanie! —le dije. —¡Atrévete y...!

—¿O qué?

—Solo... Alejate de Melanie y haré todo lo que quieras. —dije sin más opción.

—¿Ves que no era tan difícil? —dijo acercándose a mi—. Ahora sal y finge ser feliz con Ana. Y yo no le haré nada a Melanie.

Apreté los dientes y salí del cuarto y al salir, fingí tal y como me había ordenado ella.

Haré lo que sea por Mel.

MELANIE DASHTON

Me encontraba leyendo un libro, pero mi mente estaba en Allison.

La extraño tanto...

Y de pronto, recibí un mensaje de ella.

Mel... Todo es una mierda.

Ay...

Escribí pulsando las teclas y le dije:

¿Por qué lo dices, Allis? ¿Qué pasó?

No obtuve respuesta.

Por lo que volví a escribir.

Allison, ¿está todo bien?

¿Allison?

Pasaron dos horas aproximadamente y finalmente recibí un mensaje de ella.

Mel... Disculpa.

Tuve una discusión con mi madre. Pero no te preocupes ya pasó.

Te amo. ❤️

Sonreí aliviada.

Yo también te amo. <3

Jsjsjs. <3

Y con ese mensaje se desconecto.

Seguido de eso, le escribí un: "¿Y cómo estás?", Y posteriormente cambie de canción. Puse "Story Of My Life" de One Direction mientras miraba las estrellas. Pues ya había anochecido.

Tienes razón, Allison, todo va a estar bien.