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38 - Cena familiar 🌙

MELANIE DASHTON

—¿Me veo bien? —les pregunté a mis amigas por videollamada.

—Te ves mona, Melly —me dijo Lucía chiveandome.

—Te ves bien, y por favor recordá, mantenerte alejada de los desastres —me recordó mamá Camila.

—Si, claro que sí. —dije y segundos después me estrelle contra la puerta de mi habitación.

Lucía me mostró el pulgar con una gran sonrisa, mientras que Camila se tocaba la frente, casi que diciendo, "Ay esta pelotuda".

—Bueno, ya me voy —me despedí de ellas con una gran sonrisa.

No sabía lo que estaba por venir...


***




Ya enfrente de la casa de Allison, toqué la puerta, y segundos después, Allison me abrió la puerta. Me acerqué para abrazarla, y Allison correspondió. Pero no la veía feliz.

—¿Está todo bien, amor? —le pregunté.

—Sí...

Iba a decir algo más, pero en ese momento, llegó la mamá de Allison. Ella portaba un vestido elegante y demasiado bonito. Hasta me sentí nerviosa por mi vestimenta. Pero Camila me dijo que me veía elegante con este vestido azul.

—Te ves preciosa, querida —me dió un beso la mamá de Allison y yo la saludé con un abrazo.

—M-Muchas gracias señora, usted también.

—Pero qué formal eres —dijo la señora Lisbeth con una sonrisa abierta. —Pasa, por favor. Mi casa es tu casa —dijo una vez que pasamos.

Dios mío.

Ya he venido antes a la casa de Allison, pero esta vez, está decorada y adornada de cosas caras por doquier. Los sillones, la televisión, e inclusive la lámpara, se ven demasiados lujosos. Allison por otro lado, porta un vestido negro, pero en su expresión, solo se ven unos ojos vacíos...

—Ella es Jace —dijo la señora Lisbeth—. Mi esposa. 

—M-Mucho gusto —le dije extendiendole mi mano.

—El gusto es mío —dijo la señora Jace.

Sonreí y después me fijé en Allison, quien nos miraba con los brazos cruzados.

—Oye, Allison... —dije y me acerque con ella, pero fue entonces, que la mamá de Allison me tomó del brazo.

—Ven conmigo, querida. Necesito hablar contigo.

Miré a Allison por una última vez y me fui con la mamá de Allison.

—Dígame señora —hablé, mientras miraba hacia la sala, donde se encontraba Allison.

—¿Te gustan así los Waffles? —me preguntó amablemente la señora Lisbeth.

—Si, muchas gracias señora.

—Me alegro —agregó con una sonrisa amable.

¿Que esta señora es mala? Para nada.

Nunca antes había conocido a una señora tan amable y sofisticada como ella.

—Mi hija Allison te quiere mucho —empezó a hablar la mamá de Allison—. Basta con verle los ojos cuando estás con ella para deducirlo. Pero mi Allison tiene la obligación de hacerse cargo de mi empresa y casarse con una bella chica de nuestra preferencia. Tú —me señaló con la espátula. —Simplemente no eres buena para mi hija. Todo lo que deseas, lo puedes tener. Puedes ser la mejor diseñadora de gráficos, si así lo prefieres. Todo lo que deseas, está al alcance de tu mano. Pero lo único que tienes que hacer es simple; alejarte de Allison para siempre. No la contactes y no la busques. Olvídate de ella para siempre.

—P-Pero señora... —dije sin palabras—. Allison y yo... Somos muy felices juntas y...

—Creo que no me estás entendiendo niña —me interrumpió la mamá de Allison—. Te lo diré de nuevo; aléjate de Allison. Ella no sabe lo que quiere. Está pasando por una etapa de niña rebelde, pero yo, sé mejor que nadie, lo que es mejor para mi hija. Y tú simplemente no puedes ofrecerle lo que quiero para mi hija.

—P-Pero... Señora... No comprendo lo que me pide...

—Es muy simple —se acercó a mi—. Solo aléjate de mi hija para siempre. Y todo lo que quieras, lo tendrás en la palma de tu mano. Es demasiado fácil. Ella y tú, simplemente son de diferentes mundos. Mi hija pertenece a un mundo diferente al tuyo.

—Pero señora... Yo amo a su hija... ¿Cómo podría dejarla?

—Si en verdad la amas, entonces déjala ir.

La miré con tristeza durante unos instantes en silencio.

—¿Debo interpretar ese silencio como un si? —dijo ella.

—Yo...

—¡Ya basta! —y de pronto apareció Allison...—¡¿Por qué carajos tienes que hacerle esto a Melanie?! ¡Una cosa es que quieras controlar mi vida! ¡Pero otra muy distinta es que te metas con las personas que amo! Esto no te lo voy a perdonar. Melanie lo es todo para mi, y no dejaré que te metas más en mi vida. Vámonos, Melanie.

Allison sujetó mi mano y nos sacó de la casa. Y ante eso, su mamá gritó: "¡Allison vuelve aquí y deja esa rabieta infantil!" Pero Allison y yo nos subimos a su auto y un momento después, Allison arrancó hasta hacernos perdernos por la ciudad mientras sonaba en la radio la canción de: "San Lucas" de Kevin Kaarl.

Allison me miró de reojo y yo la miré sin saber que decir.

—Allison...

—Mel, en serio lo lamento, mi madre es así... —dijo Allison entre enojada y triste a la vez—. Ella... Quiere imponer sus ideales así te guste o no. Y yo... No voy a caer más en sus chantajes. Ya tuve suficiente de sus mierdas. Por eso... No tienes que forzarte, Mel.

Cuando pasamos la siguiente calle, el semáforo se puso en rojo y Allison se giró sobre si misma y acarició mi rostro con su pulgar.

—Ay, mi vida. En serio perdóname —dije apenada—. Yo... Pensé que podríamos llegar a un acuerdo, pero me quedé sin palabras, no sabía que decirle... En serio, discúlpame... Yo...

—Mel, está bien. —aseguró antes de besarme.

Correspondí el beso y Allison, profundizó aún más el beso.

Posteriormente el semáforo se puso en verde, y Allison regreso su mirada a la carretera.

—¿Quieres comer algo, mi vida? —me preguntó Allison.

—La verdad es que si, tengo algo de hambre...




***



Finalmente llegamos a una pizzería, y Allison se estacionó enfrente de la pizzería.

Nos bajamos y entramos al local.

Un segundo después, nos sentamos en una mesa de color café. Y una muchacha llegó y nos dijo: —¿Puedo tomarles su orden?

—Si, mira, ponme una pizza familiar de Pepperoni —habló Allison mirando el menú—. ¿Y tú, Mel?

—Oh, yo quiero una mexicana.

—Y una mexicana —dijo Allison.

—En seguida se las traigo. 

Miré a Allison en silencio y sujeté su mano por encima de la mesa.

—Amor acerca sobre lo que dijo tu mamá... Yo no pienso renunciar a ti —dije firme—. Te amo demasiado. ¿Cómo podría alejarme de ti? No lo haré. Y ni lo pienso hacer. Eres todo para mi.

Allison me mostró una bella sonrisa. Y yo la miré enamorada.

—Yo tampoco renunciaré a ti —dijo Allison. —Te amo demasiado. Eres la chica de mis sueños.

—Eres tan linda... Estoy tan feliz de tenerte en mi vida, Allis.

—Digo lo mismo, Mel —dijo Allison besando mi mano y ante eso, me sonroje.

No voy a renunciar a Allison.

Pese a lo que digan, ella es mi felicidad.



ALLISON RODRÍGUEZ






Comíamos y conversabamos entre risas Mel y yo. Hasta que finalmente terminamos de comer, y después, fuimos a la playa.

Solo quería mirar el mar al lado de mi amada.

—Es tan preciosa la vista, pero cariño, todo es mejor si tú estás aquí conmigo —confesé acariciando su cabello rubio.

—Allison, en serio te amo demasiado —dijo la chica que me robó el corazón.

—Y yo a ti, robadora de corazones.

Sonrió tímidamente y nos besamos.

El atardecer llegó más pronto de lo esperado. Y un momento después, nos separamos por la falta de aire.

—Mira corazón —dije yo. —No hay nada más lindo que ver esto contigo.

—Ay, tienes razón mi amor.

Sonreí.

.

.

.

—¿A dónde te gustaría ir, corazón? —le pregunté a Mel.

—A donde sea, pero contigo.

—Eres tan jodidamente tierna —le dije mientras acariciaba su cabello rubio.

—¡Ya sé! —dijo repentinamente Mel—. ¿Puedo escucharte tocar una canción en tu piano?

—Todas las veces que quieras.

***

Fuimos al bachillerato en mi auto, pero como era de esperarse, no nos dejaron entrar.

—Supongo que tendrá que ser el lunes... —dijo Melanie desanimada.

Fruncí mis labios, y la bese tiernamente.

—Lo lamento mucho, amor —le dije. —El lunes te lo recompensare.

—No te preocupes, ¿si? —dijo Mel—. Yo puedo esperar.

—En serio me encantas.

Después de eso, nos fuimos a la casa de Mel. Y entramos a su departamento, y la familia de Mel, me recibió de buena manera, lo que me achico el corazón. Pues es la primera vez que me siento en un hogar de verdad.

—Muchas gracias por la hospitalidad señora —le dije a mi suegra. —No quería estar más en mi casa, por lo que le pido disculpas, por interrumpir en su casa así sin avisarle...

—No te preocupes mija —dijo la mamá de Melanie—. Nuestra casa es tu casa. No te preocupes por eso, ansiaba conocerte. Últimamente veía a mi hija muy contenta, por lo que supuse, que era porque estaba enamorada. Y ya que estamos aquí... ¿Te gustaría ver el álbum familiar? Tengo fotos de Melanie cuando era bebé y se chupaba los dedos.

—¡Mamá! —gritó Melanie completamente sonrojada hasta las orejas.

Yo me reí y Melanie se sonrojo aún más.

—Me gustaría verlas, pero ya es muy noche señora... —dije mirando la hora en mi celular—. Son las diez y media. Me quedaré en casa de unos amigos. Gracias por todo, señora. Me dió gusto verte, Mel. Y...

—Nada de eso, mija —dijo firme la mamá de Melanie—. Te quedarás aquí. Ya esta muy oscuro como para que salgas, así a estas horas.

—Pero señora...

—Puedes quedarte, Allison —habló Melanie calidamente.

—Está bien, me quedaré. Gracias por la invitación —finalicé con una sonrisa.

La mamá de Melanie, quien se llama Martha, me dijo que me acercará con ella.

Me acerqué con ella y me mostró el álbum familiar.

En una foto salía Melanie tocándose las patas.

—¡Mamá! —dijo Melanie completamente roja como un tomate—. Esa foto no.

—¡Y aquí está diciendo su primera palabra! —agregó la señora Martha señalando una foto ubicada en la izquierda.

—Aw. Qué tierna —dije yo conmovida.

—¡Estas fotos no son nada cool! —dijo Melanie completamente avergonzada intentando quitarle el álbum familiar a su mamá sin ningún exito.

—¡Y aquí está orinando la cama! —dijo la mamá de Melanie y yo no pude aguantar la carcajada.

—¡Ahg! —expresó Melanie fastidiada.

—Me alegra tanto estar aquí con ustedes —hablé yo soltando una lágrima de felicidad—. Me hicieron olvidarme de mis problemas. Muchas gracias.

—Gracias a ti mija —dijo la señora Martha.

Sonreí y miré el álbum familiar por una última vez.

La amo tanto...

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