34 - Solo por hoy ❄️
MELANIE DASHTON
Las cosas entre Allison y yo, han subido a un nivel mayor de intensidad, en el que nunca me espere, que sucediera tan pronto.
¿Será muy apresurado todo esto?
No, definitivamente no.
El amor es así. Lento y pausado, pero a la vez muy rápido y veloz.
Así que con eso en mente, empezó una nueva jornada escolar.
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—Madre mía —dijo mi mejor amiga de toda la vida, Lucía—. Mañana hay otra fiesta de las pijas. ¿Cuántas jodidas fiestas se piensan hacer?
—Che, no quiero ir.
—Ni yo —dije yo.
—Por primera vez, les doy la razón. —dijo Lucía, cruzándose de brazos. —Tampoco quiero ir.
—¿Escuchaste eso, Mel? —habló Camila.
—Sí —respondí sorprendida. —Lucía dijo que no quiere ir a una fiesta. Podemos morir en paz.
—Si la fiesta es de la puñetas de Ivonne, ¿quién demonios querría ir?
—¡¿La fiesta es de la jodida de Ivonne?! —dijimos al unisono, Camila y yo.
***
La verdad es que no me apasionaba ir a una fiesta de Ivonne.
Incluso, preferiría mil veces antes escuchar a un profesor explicarme sobre matemáticas por horas, que ir a una fiesta de la maldita rubia teñida.
Pero la vida está llena de sorpresas.
Y, de alguna u otra manera, henos aquí.
—¿Crees que fue buena idea? —le pregunté a Allison.
—La verdad no lo creo —dijo Allison. —Pero ya estamos aquí.
Era verdad.
Mordí mi labio inferior y entramos a la gran casa de la maldita rubia teñida. Era de color blanca con negro, de aspecto moderno y de gente millonaria. Toda su casa destilaba "riqueza por doquier".
Entramos y fuimos a su interior. Todo era bastante caro, probablemente costaba más que tu propio riñón. La razón de la fiesta de Ivonne, era porque hoy felizmente (nótese el sarcasmo) cumplía años. Maldigo el día y la hora.
Ivonne en cuanto vio a Allison, se le arrimó de forma provocativa, de una forma que cualquiera no haya podido no malinterpretar.
—Me alegra que vinieras a mi cumpleaños, Allis.
Entrecerré los ojos y Ivonne me miró con una sonrisa malévola en su rostro.
—Pero pasa, por favor —dijo la maldita rubia teñida de forma condescendiente, atreviéndose a tomar su mano.
—Puedo caminar sola —respondió Allison.
—Tsk. —replica.
Seguido de eso, caminamos hacia el interior, mientras algunas miradas recaían sobre nosotras.
—Melanie Dashton —la voz más indeseable de todas hizo eco en la sala. Se trataba de Samantha Hoffman. —¡Y Allison Rodríguez! ¡Ja, ja! ¡Qué patéticas se ven! ¿Ahora sí te estás cogiendo a Dashton, eh Rodríguez?
—Vete a la mierda, no es tu puto asunto —inquirió Allison con voz dura.
—Ja, ja —se burló la zarigüeya que lleva por nombre, Samantha Hoffman—. ¡Por favor! ¡Hasta acá se ve lo bien que han follado y...!
Y un segundo después, Lucía le encestó un golpe en el rostro a Samantha.
—¡Ah, maldita! —chilló Samantha—. ¡Esta me la van a pagar, malditas zorronas!
—Si, si ya pirate, loca.
—¡Maldita! —agregó Samantha y sin más se largó del lugar con su acompañante de toda la vida; Ashley.
—¿Están bien? —nos preguntó Lucía una vez que se fueron.
—Sí, gracias, Lucía —respondió Allison. —Esa loca ya me tiene harta. Literalmente, hiciste lo que quería hacer.
—Nos tiene —corrigió Lucía.
—A todos —dije yo.
—Bueno, dejo a la parejita melosa seguir junta —agregó Lucía, haciendo que mis mofletes se tiñeran de rojo.
—¿P-Parejita melosa? —repetí yo apunto de explotar de la vergüenza ahí mismo.
—Hasta luego, guapas. —posteriormente se despidió Lucía de nosotras con un beso a la distancia.
—¿Pareja melosa? —dije yo cuando estuvimos a solas.
—Oh, Dashton, no sabes lo melosa que eres —dijo Allison con una sonrisa socarrona, que tanto odio.
—¿Qué? ¿Yo? ¡Para nada!
—Yo diría que demasiado —finalizó cerca de mis labios.
Sentí como todo mi rostro hervía de la vergüenza. Allison, se percató y esbozó una sonrisa torcida. Esas sonrisitas... Como las odio.
Mentira, como las amo.
—Iré por algo de tomar —dije finalmente. Allison asintió y me fui.
A la distancia escuché como una omega emocionada decía:
—Es Allison.
—Háblale —dijo su amiga.
—¡Estás loca! ¡No puedo! —chillo ella.
Su amiga le dió una mirada en desaprobación y se acercó con Allison.
—Hola, ¿le darías tu número a mi amiga?
Terminé de servirme mi bebida y caminé en dirección hacia con Allison, pero ella estaba rodeada de dos chicas, una beta y otra omega, lo cual lo percibí por sus olores. Ella estaba tranquila y neutral. Pero la omega no. Estaba casi que temblando.
—E-Este es mi número —dijo ella completamente roja extendiendo una nota de no-sé-de-donde la saco, dónde se podía intuir que contenía su número telefónico.
—Gracias, pero tengo pareja.
Abrí los ojos de par en par.
La omega miró a Allison con tristeza, y gesticuló un: —Oh, lo entiendo. Gracias. Pasa bonita noche...
Me acerqué a Allison sonrojada y ella sonrió tímidamente.
¡Por Dios!
—¿P-Pareja? —dije yo incrédula.
—¿Sorprendida?
Hablé pero todo en mi tartamudeo.
—Eres jodidamente tierna —dijo Allison tocando mi mejilla.
Las palabras no me salían. La felicidad no cabía en mi pecho.
—Estoy tan malditamente feliz. —dije por fin—. Te amo.
—Y yo a ti, chica nerviosa.
.
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.
La fiesta marchaba con normalidad.
Yo me encontraba con Allison, viendo a las parejas bailar, hasta que Allison habló:
—¿Bailarías conmigo?
—Sí.
Y sin más, Allison nos llevó a una pista solitaria de otra habitación, donde nadie nos podía interrumpir.
Y ahí, Allison puso una canción.
Puso: Woman. De Doja Cat.
—No sabes cuanto deseo llenarte de mi sin parar —me dijo Allison en mi lóbulo.
Ay, Dios mío.
—P-Puedes hacerlo...
—Si lo hago, no podré detenerme... —respondió Allison empezando a lamer mi oreja.
—No quiero que te detengas. —le dije firme.
Y entonces, Allison, acaricio mi muslo y subió hasta llegar a mi entrepierna. Me aferre a ella, y ella me susurro: —¿Quieres que te toque, querida?
Santos cielos.
—Yo... —la vergüenza me estaba matando en este momento.
—Solo dímelo, querida.
Y con eso dicho, presiono aún más sobre mi intimidad. Y sin poder más, la bese. Ella correspondió al instante y guío el beso a su ritmo. Yo me dejaba llevar.
—S-Sí... P-Por favor...
—Bien.
Acaricio mi parte más débil, por encima de la ropa y después su dedo del medio, fingió penetrarme, lo que me hizo cerrar los ojos ante su magnético toque.
—P-Por favor, Allison...
—¿Qué quieres que haga, cariño?
—Tú sabes...
—Dímelo.
—Asdasdasdas.
Tener esta cercanía, a pesar de que ya éramos más que conocidas, y habíamos tenido roces carnales y físicos. Aún así, yo me pongo nerviosa por lo más mínimo. ¡Joder!
Maldita timidez.
—Eres tan malditamente linda —pronunció antes de besarme apasionadamente—. Quiero llenarte de mi sin descansar, pero estoy luchando por controlarme y no hacerte daño.
Nos miramos en silencio y en ese prolongado silencio, sentí la erección de Allison en mi cuerpo, pues estábamos muy cerca.
Escuché la canción cerrando los ojos y me acerque aún más a Allison. Ella, sujeto mi cintura y me atrajo aún más hacia a ella. Nos besamos, y ella susurro en mi oído: —Cariño... ¿En serio quieres que lo hagamos aquí? Después de todo, cualquiera nos puede ver.
—La verdad no lo sé... Quiero hacerlo contigo, pero...
Pero el maldito problema es que, nos pueden ver y pueden pasar muchas cosas. Entre ellas, la maldita teñida de rubia oxigenada, podría grabarnos y arruirnanos la vida para siempre. ¡Qué tragedia!
—¿Y si nos vamos a un hotel? —dije.
—Es buena idea. ¿Pero qué pasó con mi chica tímida? —dijo Allison.
Cuando me di cuenta de mi petición, me sonroje hasta las orejas y me tape el rostro.
—Aw.
Posteriormente Allison acaricio mi mejilla y depósito un suave beso en mis labios.
Y entonces, escuchamos una voz reírse en la oscuridad.
—¡Esto es jodidamente perfecto! —dijo la jodida de Samantha Hoffman apareciendo de la nada. —Ja, ja. Con esto, no quedará la menor duda de que ambas son unas zorronas. Sobre todo, tú Dashton.
—Eres una maldita perra —dijo Allison con el ceño fruncido—. Borrarás ese puto video, ahora mismo si o si.
—¡Ja, ja! —se burló la maldita zarigüeya. —¿Borrarlo? ¡Estaré loca! No lo borraré, estúpida.
—¡Lo borraras, te guste o no te guste! —dije yo con furia.
—¡Ay, tonta Dashton! ¡Me había olvidado de ti! —dijo la pendeja de Hoffman—. Te ves muy bien en este video. Me preguntó si a tus amiguitas también les gustará verte.
—¡Eres una perra! —dijo Allison yendo directamente hacia Hoffman, pero entonces yo la detuve y le dije que no lo hiciera, pues le saldrá muy caro.
—¡No, Allison! ¡No saldrá bien! —dije yo alarmada.
—¡Se lo merece esta maldita estúpida! ¡Se merece esto y más!
—Ja, ja, ja. Que me golpeen sus fans —pronunció con arrogancia.
—¡Te vas a enterar, pendeja! —gritó Allison.
—¿Qué está pasando aquí? —y de alguna u otra manera, termino apareciendo, la maldita rubia teñida.
—¡Justo a tiempo, Ivonne! —dijo la jodida de Samantha—. Mira esto.
—No quiero ver nada tuyo, lárgate de mi fiesta.
—¿Qué carajos acabas de decir? —espetó Hoffman incrédula.
—Que te largues —pronuncio claramente.
—Pero...
—Pero nada. Lárgate.
Abrí los ojos de par en par ante esta situación. Pues pensé que Ivonne, estaría de lado de Hoffman.
—¡Puff! —espetó la maldita zarigüeya antes de irse.
—Espera pendeja —dijo Allison—. Borra el maldito video y ahora si, te vas a la mierda.
A duras penas, Hoffman terminó borrando el vídeo y la fiesta continúo.
Allison y yo bailamos mientras sonaba: "Cool For The Summer" de Demi Lovato.
—Me fascinas —dijo Allison. —Aunque lamento que nuestro momento juntas, se haya visto arruinado por la estúpida de Hoffman.
—No te preocupes. Ya todo está bien —le dije sujetando su rostro con mis manos.
—Si, tienes razón.
***
Y entonces finalmente llegó las doce de la noche y Allison y yo nos fuimos a su casa. Pero esa decisión me saldrá caro, pues mi mamá, estará full enojada conmigo por eso.
Entramos a su departamento, y Allison me besó con necesidad.
—Te necesito ya, Melanie.
Allison continuó besándome, mientras me devestia rápidamente, pero sin ser brusca. Posteriormente llegó a mis pechos, y los beso y chupo. Yo gemí, pero nada acabo ahí. Pues, después, beso mi cuello y dejo chupetones. Ante eso, gemí aún más. Y Allison me miró con deseo.
—Querida, he estado esperando toda la noche para hacerte mía.
La miré sonrojada y Allison esbozó una sonrisa torcida.
—Necesito sentirte ya... —dijo ella.
Y sin más, Allison me besó con urgencia y acaricio mi cuerpo con una suave caricia y recorrido, hasta llegar a mi intimidad. Dónde ahí, acaricio mi clítoris y posteriormente lo chupo. Pronuncie su nombre tímidamente y Allison sonrió con autosuficiencia.
—¿Quieres que entre en ti, mi vida?
—Me pones muy nerviosa...
—Te amo.
Acercó su miembro a mi entrada, y fingió entrar, supuse que Allison me estaba tentando, para que le pidiera que lo hiciera ya. Pero es demasiado vergonzoso, jamás podría decir algo así.
—¿Te gusta? —preguntó en mi oído. Sentí que me moría y que se me iba el aire.
—E-Es muy vergonzoso...
—Eres tan linda.
Y posteriormente, Allison me besó, y entro con lentitud en mi. La sensación era placentera. Pero me di cuenta, de que no traía puesto el condón.
A lo que le dije: —E-Espera Allison... No traes puesto el...
—No te preocupes cariño, no te embarazare. Aún falta que te marque.
¿Marcarme? La sola idea me gustó...
—A-Ah... Allison... Mhg...
—¿Se siente bien?
—Es vergonzoso decirte...
—Descuida.
Finalizó Allison acariciando mi cabello rubio, es tan dulce...
Seguido de eso, Allison me besó y comenzó a moverse de forma pausada en mi. Lo que me hizo temblar de placer.
—¡Ah! —gemí cuando movió su miembro hacia un lado.
—Parece que encontré una zona sensible.
No podría estar más roja de la vergüenza.
Se siente tan jodidamente bien.
ALLISON RODRÍGUEZ
Estar dentro de Melanie, era como tocar el paraíso.
Toda ella esta caliente y húmeda. Amo la sensación que me proporciona.
Coloqué mis manos en los costados de la cama, a lado de su cuerpo y comencé a moverme entre lento y pausadamente. Saboreando la sensación de estar dentro de ella, pero también para brindarle placer.
—En serio me gustas, querida.
—Me voy a morir de diabetes, Allison.
—Planeo matarte de placer.
Empecé en un vaivén lento y pronunciado en ella. Todo su interior me apretaba, era tan jodidamente placentera la sensación.
—Cariño, quiero que me digas todo lo que quieres que te haga... —susurré dulcemente en su oído.
—Yo...
La bese y sujeté su rostro entre mis manos, mientras me fundía en ella.
—Joder, estás tan apretada.
Y un segundo después, de haber dicho eso. Ella terminó por venirse, y yo estaba por seguirle también, pero reaccione rápido y salí antes de sentir sus contracciones apretarme.
—Mhg...
Besé su muslo, y la miré como una completa y sin remedio enamorada.
Y ella, ella correspondió a mi mirada.
Por primera y última vez, ame de verdad.
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