Melanie Dashton en multimedia

ALLISON RODRÍGUEZ

—Ya checamos en todo el salón y no hay rastros de ella —dije un tanto desanimada.

—Tiene que aparecer —dijo Geraldine.

—Espera un jodido momento... —hablé un momento después, dándome cuenta de un detalle que había dejado pasar—. ¿Tú no viste a la chica?

—Solo ví que tenía el cabello rubio —respondió. —Pero será difícil encontrarla dado a que hay muchas chicas rubias.

—No, no será difícil —le dije llena de convicción. —Solo una rubia puede oler a fresas.

—Qué astuta.

Sonreí plenamente.

—Pero en serio, quien lo diría —dijo Geraldine un tanto burlesca—. Rodríguez, ¿tragada? Ni te reconozco.

—¿Te estás burlando de mi, Smithers? —pregunté en un tono de broma.

Y sin más, se echó a reír sacándome una pequeña sonrisa.

Geraldine y yo hemos tenido varios encuentros casuales que terminaron en relaciones sexuales, pero la consideraba más una amiga que una amiga con derechos.

—Bueno, debo ir al baño —le dije.

—No tardes.

Azote la puerta y después caminé absorta en mis pensamientos, hasta que llegue al baño, y tras entrar olí a fresas. Hecho que no lo pude creer. Ya sea obra del destino, o que sé yo, me acerque más al olor. Pero más fue mi decepción al darme cuenta de que eran residuos.

Solo eran los restos del aroma que desprendió aquella chica...

Joder...

Creí que ya la había encontrado... 

Desmotivada, entre a un cúbico y posteriormente termine y salí del baño. Me lave las manos con jabón, y un instante después salí del baño. ¿Dónde estará?

—Rodriguez te estaba buscando —dijo Logan, quien había aparecido de la nada.

—¿Qué necesitas Logan? —espeté. La verdad es que tenía prisa, quería ver si podía encontrar el rastro del aroma.

—Tu casa —respondió yendo directo al grano. —Escucha, mis viejos ya regresaron del viaje y entonces la fiesta se fue al carajo. Necesito que me des tu casa.

—No será posible —le dije.

—Venga, anímate. ¿Qué diablos pasó con la Rodríguez que conozco que hace fiestas todos los días?

—No me apetece tener una fiesta hoy, es todo Logan.

—Qué amargada te has vuelto —refunfuña.

Posteriormente me fui y busque aquel rastro.

Pero ya no quedaba ningún rastro...

MELANIE DASHTON

—Y eso fue lo que pasó —finalice mis palabras y mis amigas me miraron sorprendidas.

—Ostia —exclamo Lucía. —¿Y qué vas a hacer? Allison se tendrá que enterar, tarde o temprano.

—He querido decírselo —confesé. —Pero nunca es el momento adecuado.

—No existe el momento adecuado —habló Camila—. Se crea.

—Supongo que tienes razón... Ojalá todo fuera tan fácil...

Un instante después, ví a Allison ir con Ivonne Hadson a un lugar a solas. Lo que me hizo morir de celos.

—Esa cabrona no estará tratando de aprovecharse de la situación, ¿no? —comentó Lucía.

Mordí mi labio inferior en un acto de nerviosismo. ¿Qué estará pasando con ellas dos?

ALLISON RODRÍGUEZ

—¿Entonces dices que tú eres la chica que estoy buscando?

—Así es Allison —dijo Ivonne y yo la miré confundida. No puede ser ella...

Pero ella huele a fresas.

Huele exactamente como esa chica.

—¿Dónde estabas hace rato? —tenía que asegurarme de que en verdad fuese ella.

—En... —repentinamente un sonido de afuera captó nuestra atención.

—¿Qué fue eso? —cuestioné.

—No lo sé...

Abrí la puerta y me encontré a Melanie caer al suelo ante mi acción. Automáticamente me disculpé y la ayude a levantarse. Mientras escuchábamos las risas burlescas de Ivonne Hadson, pero la mandé a callar.

—Disculpa, no era mi intención.

—No te preocupes —dijo Melanie—. Yo no quería interrumpirlas... Lo siento.

—No te apures.

—Ajem. —tosió Ivonne.

—Ah, si. Melanie —me dirigí hacia ella—. Tengo algo importante que atender... Es sobre ella.

—Entiendo, pero Allison... Yo....

—Habla de una buena vez —repuso Ivonne rodando los ojos.

—N-No es nada... Ya me voy...

Y sin previo aviso, Melanie se fue.

—Olvídate de esa perdedora —me dijo Ivonne tirándose a mis brazos. —Y vayamos a lo importante.

No estaba segura de besar a Ivonne. Me sentía confundida.

—Escucha Ivonne yo... No me siento cómoda —dije—. Necesito pensarlo mejor.

—¿Es en serio Allison? —replicó Ivonne—. Pensé que estabas entusiasmada por encontrarme.

—Si, pero no me siento segura.

—¡No hay quien te entienda! —y posteriormente se fue del salón.

Joder...

No puede ser ella...

Tiene que ser un error.

—¿Por qué te tardaste tanto? —me preguntó Geraldine cuando regrese.

—No me lo vas a creer...

—Cuénteme, parce.

—Fui al baño y me encontré el olor a fresas —empecé a contar—. Pero... No estaba la chica ahí. Así que me regresé y fue entonces que Ivonne me dijo que ella era la chica que buscaba.

—¿Esa tipa? No lo creo —dijo Geraldine. —Solo quiere besarte.

—Y yo como estúpida, caí en su juego.

La fiesta finalmente concluyó a las 8:15 PM. Pero las cosas no terminaron ahí, pues Mike organizo una fiesta en su casa. Y Geraldine me dijo que habían altas probabilidades de que la encontraramos ahí.

Espero encontrar a la chica misteriosa.

MELANIE DASHTON

La fiesta de bienvenida ya se había terminado. Pero ya sabía yo que las cosas para los populares, no iban a terminar ahí. Pues más tarde ví a Allison ir acompañada de Geraldine, a otro lugar. Supongo que van a otra fiesta.

Sé que tengo que decirle que yo soy la chica que busca.

Pero a la vez me da tanta vergüenza hacerlo...

Posteriormente mis amigas y yo nos fuimos de la fiesta juntas a la parada de camiones y esperamos al respectivo camión.

***

Martes.

Como siempre llegando tarde.

Nunca aprendo.

Tuve que hacer muchas cosas antes de venir hasta aquí. Como buscar mi perfume especial, una de las razones por las cuales Allison no me reconoció esa noche fue porque me puse bastante perfume, y aunque si bien el olor es característico en nosotros, el perfume que compre es perfecto para que nuestro aroma se desaparezca por unas cuantas horas. Pero justo ahora, se me acabó.

Por lo que Allison se va a dar cuenta que yo soy la chica que busca.

Se va a enterar más pronto de lo que pensé...

Ví el camión a lo lejos y corrí hacia el, pero mis piernas se cansaron tras correr un poco y el bus se me escapó.

Ya no puedo más.

—¡Joder, qué cansancio! —dije exhausta.

Me tocó venirme caminando a pie hasta el bachillerato. Y aunque fue un verdadero reto, lo logré. Posteriormente entré al bachillerato cansada, y camine como pude hasta dar con mi salón.

Una vez que entre, me percate de que Allison todavía no había llegado. Así que me prepare para hablar con mis amigas, las cuales habían llegado antes que yo.

—¿Y qué me decís de la apuesta? —la primera en hablar fue Camila. —¿Cómo vas?

—Con todo esto de la fiesta, no he podido continuar —respondí mirando el lugar vacío de Allison—. Pero... Hoy voy a continuar.

—Ese es el espíritu —celebro Lucía.

—Por cierto, che hueles a fresas. 

—Sí, lo sé —dije recargando mi rostro sobre mi pupitre—. Se me acabó el perfume especial. Pero ella se tendrá que dar cuenta. Y creo que el momento adecuado, nunca lo voy a encontrar. Hoy se lo tengo que decir.

—¡Así que tú eres la chica que busca Allison! —dijo la maldita rubia teñida. ¡¿En qué momento llegó?!