MELANIE DASHTON

La fiesta de bienvenida esta literalmente a la vuelta de la esquina. Estamos a viernes, tan solo falta un día para la fiesta y todavía no sé que diablos ponerme.

Además de que no quiero ir.

Me da flojera ir.

Pero si no voy supondrá un castigo severo... Lo cual es aún peor.

Así que a duras penas y con pocas ganas de salir, fui con mis amigas al centro comercial a comprar un vestido decente.

—Ese vestido se te ve muy bien Melly —me dijo Lucía, mientras que yo me miraba en el espejo sintiéndome insegura.

—¿De verdad se me ve bien...?

—Claro tía. Eres mona. Todo te queda perfecto.

—Gracias —dije tímida.

El vestido que traigo puesto es un vestido de color rojo ceñido a mi cuerpo, que deja al descubierto mis hombros. El rojo, a mi punto de vista hace resaltar mucho a las personas, lo cual es lo que menos quiero. Así que les digo a mis amigas que quiero cambiar de vestido, por lo que buscamos otro vestido para mí.

Y al final terminé por optar por un vestido azul oscuro.

—¿Sería todo? —pregunta la chica que atiende.

—Sí —responde Camila y nos da las bolsas con nuestros vestidos.

Posteriormente salimos de la tienda "Beauty & Sweet" y nos regresamos a mi casa. Y al llegar, saciamos nuestros estómagos hambrientos con pizza.

Y finalmente, cuando dan las 10:35 PM, se van mis amigas y tras eso, yo me pongo la pijama de rayas negras, y alimento a mi perrita Canelita.

Es una perrita de pelaje marrón que tiene ya cinco años viviendo conmigo.

Es mi mejor amiga, prácticamente.

Acto seguido, me meto a las calientes cobijas y cojo mi celular y me meto a Wattpad.

—Un capítulo más y ya.

Que desde luego se convierte en leer toda la historia completa.

.

.

.
                                

—¡Maldición! —grite en cuanto desperté.

¡Son las 9:45 AM!

¡Joder, me desperté muy tarde!

Me levanté de la cama tan rápido como pude y me fui corriendo a buscar la ropa que me iba a poner para el bachillerato.

Saque mi ropa y me cambié como si no hubiese un mañana. Después bajé las escaleras y con la llave, gire el pómulo de la puerta y la abrí y posteriormente salí encarrerada hacia el bus. El cual dijo "pues no mi ciela" y ahí me quedé yo, como estatua esperando a que pasara un milagro.

No, tristemente no apareció el amor de mi vida y me llevo a la escuela.

Pasados unos quince minutos aproximadamente, llegó un camión y le hice la parada y se detuvo. Me subí y le pagué la cuota. Posteriormente me quedé parada, aferrandome a un barrote, porque no habían asientos disponibles. Y justo cuando dieron las 10:37 AM, llegué al bachillerato de: «Hastings» y salí corriendo disparada hacia la entrada.

No había ningún guardia en la entrada.

Pero tampoco estaba abierta la escuela.

Caminé hacia la entrada y espere a que sucediera un milagro.

—¡Señor! —hablé en voz alta para que me escuchará el intendente—. ¿Me puede abrir la puerta, por favor?

—Llegas muy tarde —me dice en cuanto se acerca hacia mi—. ¿Qué te hizo llegar tarde?

—Me desvele leyendo un libro...

—No te desveles cuando hay clases —dice después de abrirme la puerta.

—¡Gracias!

***

—Hasta que viniste —me dijo Lucía al verme.

—Tipo Lucía y yo flasheamos que te quedaste dormida. 

—Lo sé —dije percatandome de todas las miradas que estaban puestas sobre mi por haber llegado tarde—. Es que ayer me desvele leyendo una historia de amor gay... Por eso llegué tarde.

—¿Yaoi? —preguntó Camila.

—Sep —dije.

—¿Y bien tía? —habló Lucía—. ¿La vas a invitar?

—¿A quién?

—A Allison —respondió Lucía obviando. 

—¡Qué va! —dije avergonzada—. Ella... Ella nunca me aceptaría, además hay muchas chicas detrás de ella y yo... Solo soy su amiga.

—A veces es mejor la amistad que ser el desahogo de alguien —dijo Camila ajustando sus gafas.

—Si, pero... Nunca me va a aceptar. Además se le hará raro que la invite, ella sabe que me gustaba la chica del piano —agregué. —Y no tardará mucho en descubrir que me gusta ella...

—Viéndolo así, tiene sentido —comentó Lucía—. Pero no importa. Igual te puedes divertir sin ella.

—Si...

Cuanto desearía no ser tan cobarde y invitarla a salir.

***

Después de que finalizaron todas las clases escolares, llegó el momento de hacer los preparativos para la fiesta de bienvenida.

Yo me encontraba haciendo las decoraciones, mientras le dirigía miradas en secreto y en silencio a Allison.

—¿Cómo vas? —le pregunté cuando me acerqué con ella.

Ella estaba pegando una pegatina que decía "Baile de Bienvenida 2023" arriba de un salón, y Allison al darse cuenta de mi presencia, me miró y me dijo: —Ya termine, ¿y tú?

—Todavía no —contesté.

Se formó una especie de silencio entre las dos, que no era para nada incómodo, era cómodo. De hecho, me gustaba.

—¿Y cómo vas con esa persona? —me preguntó Allison.

—¿Con... la que me gusta?

—Yep.

—Pues... Es complicado.

—¿Por qué? —se interesó.

Me senté en una de las tantas sillas que habían en la mesa blanquecina y dije: —Es que... Es tan difícil. Quisiera confesarle mis sentimientos, pero me da miedo su reacción.

—Practica conmigo.

Abrí los ojos como platos ante sus palabras, y me lo pensé un momento.

Tal vez pueda intentarlo.

—Bueno, esto es raro... —inicié—. Bueno, aquí voy. Sabes, desde que te conocí, nunca pensé que me podrías gustar. Para mi, eras como una estrella, inalcanzable. Pero conforme te fui viendo y conociendo, me di cuenta de que eres más sensible de lo que aparentas. Hay algo en ti... que me gusta. No solo es tu físico y tu rostro, también lo son tus cualidades y virtudes. Tal vez no nos conozcamos mucho, pero... —hice una breve pausa. —Pero aún así, me gustas.

Finalice mis palabras completamente hecha un tomate.

—Es tonto, ¿no? —solté una carcajada nerviosa. —A ella no le gustan las cosas cursis y...

Yo soy malditamente cursi...

—Le gustará —dijo.

—¿Tú crees...?

—Sí, no tengo dudas.

—De hecho esas palabra...-

Mis palabras son interrumpidas cuando llega la profesora María Elena y nos dice que continuemos trabajando.

Mierda, supongo que me salvó de hacer el ridículo...

Finalmente terminamos los preparativos para la fiesta de bienvenida y cada uno nos fuimos para nuestra casa.

—Ya mañana es la fiesta de bienvenida, ¿verdad Melanie? —me preguntó mi mamá quien veía en la televisión "Yo Soy Betty La Fea".

—Sí —respondí.

—No vayas a bailar con cualquier muchacho —dijo mi papá.

No me gustan los chicos papá, me gustan las chicas.

—Papá, mamá —hablé temerosa. No sé cómo van a reaccionar mis padres ante esta confesión que voy a hacerles—. No me gustan... Los chicos, me gustan las chicas. Sé que debí haberselo dicho antes, pero no sabía cómo decírselos...

Así, sin miedo al éxito. 

—Ay cariño —dijo mi mamá dándome una mirada comprensiva—. No hay ningún problema si te gustan las chicas, cada quien es libre de hacer su vida con quien quiera.

—Tu mamá tiene razón —habló mi papá. Sus palabras me hicieron sentir más aliviada y mucho mejor—. Eres libre de estar con quién quieras, no importa si es hombre o mujer. Nosotros te seguiremos queriendo.

—¡Ay, muchísimas gracias! —dije casi apunto de llorar de la felicidad ahí mismo. —Me siento mucho mejor ahora que se los he dicho. Me hace tan feliz que me acepten, era lo que más deseaba... Gracias...

—Siempre te vamos a apoyar —dijo mi mamá tras haberme abrazado.

—Gracias... —murmure y mis papás me mostraron una cálida sonrisa. —Bueno, tengo que hacer algo —les dije y me fui a mi cuarto tras haber subido las escaleras.

Abrí la puerta de mi cuarto y cuando la abrí... Me cayó un balde de agua fría en mi cuerpo.

—¡CHRISTIAN!

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NOTAS DE LA AUTORA

Ola k ase

Quería pasar a comentarles, si recuerdan que Melanie antes tenía una perrita llamada Canelita que se le perdió :(

Estoy agregando detalles de "Dos Corazones, Una Apuesta" ^^ espero que para estos puntos estén disfrutando de mi historia y si es así, te mando un fuerte abrazo desde México. 💕