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Capítulo 7: "Conquistarte"

Era la primera vez que hablaba tanto, pero por extraño que pareciera, sentir que alguien le escuchaba sin interrumpirle ni una sola vez le hacía sentirse bien. Aquel romance pasajero de instituto no significó demasiado, ahora tampoco lo era, pero una parte de él le había hecho querer reanudar una relación que, desde siempre, sólo se basó en sexo sin compromiso, eso era Tetsu para él y viceversa. Estaba tan contento contando cómo le había ido con Tetsu cuando le narró aquella historia que sonaba tan irreal sobre el compromiso falso que, cuando Bakugo se giró, se encontró con que Shoto ya se había dormido.

Apoyada su mejilla contra el respaldo del sofá, con las piernas dobladas encima del asiento y el botellín medio vacío todavía entre sus dedos, Shoto dormía profundamente y con un rostro casi angelical. Eran las siete de la mañana y no habían dormido nada tras haber terminado la boda de su hermano a las tantas. Posiblemente, su hermano en breve pillaría un vuelo o algo a la luna de miel.

Con una sonrisa, Bakugo observó a ese chico dormir. Estaba muy cansado o al menos lo parecía. Le sabía mal despertarle pero tenía que hacerlo si quería que fuera a la cama a dormir. Con un chasquido de sus dedos, trató de despertarle con el ruido pero no fue suficiente.

— Shoto – le llamó para que despertase, pero lo único que consiguió fue que apretase más los párpados como si le costase abrirlos e hiciera un grácil y divertido movimiento con su nariz, lo cual hizo sonreír todavía más a Bakugo –. ¿Va en serio? No voy a cargarte hasta la cama, pesas bastante – se quejó Bakugo, pero evidentemente, Shoto dormía porque no se inmutó cuando habló. Quizá se había acostumbrado al sonido de su voz, llevaba media noche hablando y pese a ello se había dormido.

Con cuidado, Bakugo agarró la parte de arriba del botellín de cerveza y tiró de él con suavidad hasta que la manos de Shoto lo soltaron. Apartó el botellín hasta la mesa y se levantó del sofá para agarrar las piernas de Shoto y estirarlas en el sofá. Ya que iba a dormir, era mejor que durmiera en una posición más cómoda. Él iría hoy a la cama, Shoto podía quedarse en su sofá.

***

Izuku, que había escuchado calmadamente todo el desahogo de Shoto, volvió a la cocina para sacar otra lata de refresco para ambos. La conversación iba para largo pero no le importaba en absoluto, siempre había tenido una conexión especial con Shoto, eran grandes amigos y sabía perfectamente el sufrimiento que siempre había mantenido desde que se enamoró de Bakugo Katsuki.

— No sé qué me pasa con este tema – susurró finalmente Shoto recapacitando en todo lo que había dicho – no me está poniendo los cuernos ni nada así pero... ¿Por qué lo siento como si así fuera?

— Porque quieras o no, estáis viviendo una mentira donde estáis en pareja – dijo Izuku –. Tienes razón, Bakugo no ha hecho nada malo, es una mentira, no estáis juntos y él puede verse con quien quiera igual que tú, pero... sí hay una parte de ti que le gustaría que se fijase sólo en ti y esa parte es la que te duele.

— No sé qué hacer. Todo esto es un maldito error. No debería haber aceptado pero... puso esos ojos de cordero degollado que decían "necesito ayuda" y me dejé engatusar por él y sus encantos. Además, supongo que también quería saber lo que se sentía siendo su "novio" – comentó Shoto haciendo el gesto con sus dedos como si pusiera las comillas a la palabra "novio".

— Como yo lo veo, tienes tres opciones.

— Oh... tengo opciones – sonrió Shoto dando un sorbo a su refresco.

Izuku sonrió al verle tan relajado, con la pierna doblada sobre el asiento de su sofá y el brazo apoyado en el respaldo apoyando la cabeza contra la palma de su mano mientras le miraba.

— Opción número uno: sigues fingiendo ser su novio y dejas que haga su vida hasta que todo esto termine. Es decir, te conformas con lo que hay.

— Ésa no me gusta demasiado, pero es aceptable – comentó Shoto sabiendo que era la opción donde menos problemas tendría.

— Opción número dos: te arriesgas y vas con todo para conquistarle, incluso si eso quiere decir que tendrás que tragarte tu orgullo y pelear con todo lo que tengas contra Tetsu, que evidentemente, ya te lleva la delantera.

Shoto ladeó la cabeza algo indeciso. Era factible pero él nunca había sido precisamente un casanova. No sabía ligar ni seducir a alguien, eso iba a ser complicado pero podía intentarlo, con algo de ayuda y evidentemente, Izuku estaba de su lado, podría ayudarle con algunas ideas.

— Opción número tres: dices la verdad o rompes el compromiso y cada uno por su lado.

— Odio esa opción – se quejó Shoto al escucharla –. Siendo sincero, me gustaría poder estar algo más de tiempo a su lado. Puede que sea la única oportunidad que tenga de saber qué se siente siendo su novio.

— Novio falso – repitió Izuku – él ni siquiera se está esforzando en ser un buen novio. No te llevará a restaurantes, no te traerá regalos, no habrá nada romántico entre vosotros, sois casi como dos amigos conviviendo. No puedes hacerte una idea de cómo es él como novio porque no se está comportando como uno contigo. Sé que duele cuando te digo esto pero debes tenerlo en cuenta.

— Lo sé – susurró Shoto sabiendo esa parte también.

¡Terror a los compromisos! Ésa era la única frase que a Shoto le venía a la mente cuando pensaba en Bakugo. ¿Cómo iba a conquistar a alguien así? Saldría corriendo en cuanto él quisiera tener algo más serio o le dijera sus sentimientos.

— ¿Cómo se conquista a alguien como él? – preguntó Shoto completamente abatido. Izuku negó con la cabeza sin saber qué decirle.

— No lo sé. Lo que sí sé es que Bakugo es él mismo cuando está a tu lado y eso no lo hace con los demás.

— Es por su instinto proteccionista por mi hermano. No es que lo haga por mí.

— Sea por lo que sea, tiene cierto afecto o conexión contigo. Ya es algo, es más de lo que otros han tenido con él. La mayoría sólo han tenido sexo con él, sin nada sentimental de por medio. Tú eres su amigo y puedes optar a esa parte emocional para llegar hasta él, le entiendes y le conoces mejor que muchos otros, diría que le conoces mejor que nadie a excepción de su familia. Tendrás que jugar esas cartas que tienes, no te queda otra si de verdad estás planteando entrar al campo de juego y conquistarle.

Shoto pensaba y dudaba. Hablaban de un exnovio contra... ¿qué? ¿El hermanito mocoso de su mejor amigo? Tenía todas las de perder.

— No eres celoso, Shoto – susurró Izuku – eso es mucho, Bakugo odia a las personas celosas, tú le estás dando libertad para que elija pero no se lo pongas tan fácil a Tetsu. Tienes que tener en mente una cosa, tu guerra es contra Tetsu, juega bien y limpio, conquístalo sin meterte en su vida ni en lo que hace ni hagas nada contra Tetsu. Bakugo tiene que elegirte voluntariamente o no servirá de nada. Tienes que enamorarle y eso es lo complicado. Con Tetsu sólo tiene sexo, no hay nada más, ten eso en mente siempre.

— Lo sé. Le conquistaré, todavía no sé cómo, pero lo haré – sonrió Shoto con sutileza.

— Sabes que te apoyo en lo que necesites.

***

¡Un largo día! Eso era lo que había sido para Shoto. Apenas había dormido pero tanto sus padres como los de Bakugo le habían llamado cuando aún estaba en la casa de Izuku para ir a mirar cosas de su boda. No pudo decirles que no con lo emocionados que estaban, así que fue creyendo que habrían llamado también a Bakugo y él iría. ¡No fue! Seguramente estaría ocupado en algún hotel tirándose a su exnovio, pero era algo en lo que Shoto no quería pensar.

Cuando llegó a casa y se tiró en el sofá, sus ojos se cerraron al instante. Estaba agotado y pensar en temas de una boda que no llegaría a buen término tampoco le gustaba y menos teniendo que pasar él solo por todo eso.

— Necesito un descanso – susurró para sí mismo pensando en algo que le relajase de inmediato.

¡Un baño! Uno con espuma y un buen vino blanco. Eso sí era relajante pero él nunca tuvo una bañera en su casa, sino plato de ducha, así que nunca podía hacer algo semejante. Con la duda en mente, abrió los ojos y fue corriendo al aseo. ¡Bakugo tenía bañera! Recordaba haber encontrado la manta que tiró el primer día que su madre fue de visita allí dentro.

Al abrir la puerta del baño, sus ojos se iluminaron con un brillo especial al ver la bañera. No era grande, pero tampoco era pequeña, a él simplemente le parecía perfecta.

Preparó la copa de vino mientras la bañera se llenaba de agua caliente y sacaba la espuma gracias a las sales y se preparó para entrar a su relajante baño. Con la suave música de fondo, tomaba su vino con tranquilidad y calma. Tan sólo se levantó un momento para cambiar la emisora de canal. Quería escuchar que tal le iba a su compañera en su ausencia por sus vacaciones, así que sintonizó la radio hasta encontrarla. Fue en ese momento, cuando la puerta se abrió de golpe sorprendiendo a Shoto con la copa de vino en la mano.

Completamente desnudo, con algo de espuma por su cuerpo... eso fue lo que vio Bakugo antes de cerrar corriendo la puerta y disculparse. Shoto, en cambio, se agachó con rapidez hasta meterse dentro de la bañera de nuevo.

— Lo siento... es que no respondías y creí... creí que te había podido pasar algo.

— Estoy bien – susurró Shoto –. ¿Llegas ahora?

— Sí – comentó Bakugo detrás de la puerta – yo...

¡Hablar! Bakugo quería hablar y por mucho que a Shoto le doliera tener que escuchar cómo se largaba a follar con otros, en el fondo, Shoto sentía que Bakugo necesitaba aquello.

— Puedes contarlo si quieres – expresó Shoto dentro de la bañera de nuevo, dando un sorbo al vino. ¡Iba a necesitarlo para aguantar esa conversación!

— ¿De verdad? ¿No te sentará mal?

— ¿Por qué debería? No estamos saliendo, ¿no? Y somos amigos. Como amigo debería apoyarte.

— Supongo... – susurró Bakugo algo cabizbajo – yo... me siento un poco raro.

— ¿Por qué?

— No lo sé, es que...

El sonido de algo chocando contra la puerta le dio a entender a Shoto que Bakugo se había sentado en el suelo al otro lado. Realmente necesitaba hablar y eso era raro en él.

— ¿Eres feliz? – preguntó Shoto.

— Sí, creo que sí, aunque... siento que falta algo. No me malinterpretes, el sexo con Tetsu es bueno, siempre lo es, pero... no sé, a veces pienso que me gustaría no tener que salir corriendo de una habitación. Contigo no me pasan esas cosas, es decir, cenamos juntos, dormimos en la misma casa, hablamos... eso es...

— Eso que estás buscando, Kacchan – le llamó por la abreviación de su nombre a modo de confianza, lo cual confundió ligeramente a Bakugo al inicio aunque luego, le sonó realmente bien en sus labios – se llama tener una relación y tú eres alérgico a eso. Sólo quieres sexo, no la parte sentimental. No lo encontrarás con Tetsu ni con nadie porque el problema reside en tu miedo a comprometerte. Supongo que estás a gusto conmigo haciendo esas cosas porque me conoces desde hace muchos años y somos amigos, eres tú mismo. Quizá deberías sentirte tú mismo con la persona con la que quieras estar.

— Supongo que sí. ¿Sabes, Shoto? Esos tíos con los que has salido y que te rompieron el corazón no sabían lo que se perdían contigo.

— ¿Tú crees? – preguntó algo melancólico – yo creo que sólo soy raro. Algo malo tengo que tener para que todos huyan de mí o me utilicen.

— Créeme, tú no eres el problema. Eres genial.

— Ya... quizá es que soy idiota. Me siento como uno.

— ¿Por qué?

— Porque siempre acabo haciendo las cosas que no quiero hacer pero los demás quieren. Como ir a preparar nuestra boda con nuestras familias. Te han estado llamado pero no has respondido. Imagino que estabas ocupado con Tetsu, así que he ido yo y te he excusado. Les he dicho que estabas muy liado buscando el lugar donde nos casaríamos.

Bakugo frunció el ceño en señal de fastidio. Shoto estaba cubriendo sus errores y eso le molestaba porque no debería haberle dejado solo en estas situaciones.

— Lo siento – susurró finalmente – haremos una cosa, mañana iré contigo y la familia donde digáis. Te lo prometo. Fingiremos ser una pareja perfecta buscando la boda perfecta.

— Vale, aunque te aviso, es un rollo.

— Oh, ¿en serio?

— Sí, de hecho, estaba pensando que si no podemos escapar de la familia, podríamos hacer otra cosa.

— Te escucho.

— Quedarnos con la parte divertida de montar una boda y dejarles a la familia la parte aburrida.

— Me gusta cómo suena eso. ¿Por dónde quieres empezar?

— ¿Por buscar las flores o montar las invitaciones?

— Me parece genial.

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