Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 19: ¡Te encontré!

Su corazón dio un vuelco al escuchar su voz. ¡Absorto y paralizado! Así se había quedado Shoto cuando esa mañana, en esa llamada... la voz de Bakugo apareció al otro lado de la línea. ¡Esa voz! la reconoció al instante y nunca pensó que acabaría encontrándole así. A la radio entraban cientos de llamadas al día. Hacía quince días que él había regresado al trabajo y no tuvo noticias de Bakugo a excepción de algunas llamadas que evidentemente, no contestó. Ahora estaba en la radio, en vivo y en directo y no podía cortarle.

En esos momentos, sólo era un programa para pedir canciones, así que no hablaría demasiado con él, por suerte.

Su compañera había iniciado con la presentación de la persona al teléfono y Shoto, se mantuvo en silencio hasta ese instante recibiendo así un codazo por parte de su compañera que le indicaba que debía decir algo.

‒ Bienvenido al programa Bakugo – dijo al fin, reaccionando tras su asombro - ¿Te pillamos trabajando?

‒ Estoy en el coche.

¡Raro! En el coche Bakugo jamás escuchaba la radio. Eso es lo que pensó Shoto y sin querer, una risilla de incredulidad se le escapó.

‒ ¿Te has reído, Shoto? – escuchó que decía Bakugo, lo cual dejó atónita también a su compañera.

‒ Pues sí, creía que no escuchabas la radio mientras conducías.

¡Alucinada! Así se quedó su compañera ante una conversación poco habitual entre oyente y locutor. Shoto no solía ser así, por lo que era evidente que conocía a la persona al otro lado de la línea.

Shoto miró hacia su compañera y entonces, vio su rostro de total asombro casi indicándole que contase qué narices pasaba o que cortase un poco ese tono demasiado casual, estaba en antena.

‒ Lo siento – dijo Shoto – es un amigo de mi hermano mayor – se excusó Shoto ante todos los oyentes y su compañera para dar una explicación a su comportamiento. Bakugo sonrió.

‒ Vaya, qué coincidencia – sonrió su compañera – así que os conocéis.

‒ Sí – dijo Shoto – bueno yo a él más que él a mí – expresó – pero sí.

‒ Esto huele a historia interesante – comentó su compañera.

‒ No demasiado, como he dicho, es el amigo de mi hermano mayor, yo sólo era como esa mosca cojonera que revolotea por los alrededores de los amigos de su hermano.

‒ No eras una mosca cojonera – se quejó Bakugo al escuchar eso.

‒ ¿Enserio?

‒ Bueno... un poco – sonrió Bakugo – y te conozco mejor de lo que crees.

‒ ¿Enserio? La última vez que nos vimos fue en la boda de mi hermano – expresó – no hablamos demasiado.

‒ Yo recuerdo buenas conversaciones – dijo Bakugo.

‒ Ya... ¿Qué canción quieres pedir? – dijo finalmente Shoto por no querer desviarse mucho más del tema y menos en directo. Al resto del mundo no le debía importar en absoluto su vida privada.

‒ "Demons" de Imagine Dragons – dijo Bakugo, lo cual provocó que Shoto abriera todavía más los ojos ante ello.

Esa era su canción favorita pero tal y como le dijo, era una canción que le hacía llorar a mares cuando la escuchaba.

‒ Y Shoto, seguiré llamando hasta que respondas al teléfono – le avisó Bakugo.

‒ Eres muy pesado y no sé qué es lo que quieres exactamente.

Su compañera, completamente atónita miraba ese comportamiento que jamás antes había ocurrido en la radio. Su compañero estaba muy tenso y estaba claro que había algo entre ellos dos que no contaban.

‒ Que me perdones – dijo Bakugo. ¡Otra risilla de Shoto!

‒ ¿Enserio? ¿Bakugo pidiendo perdón? No es propio de ti y ni siquiera sabes por qué pedirme perdón – comentó Shoto sin saber ya como cortar esa conversación. Todos en la emisora seguían paralizados y a la vez, decidían seguir con el programa en vez de cortar porque por algún motivo, la audiencia estaba expectante, incluso subía en algunos momentos.

‒ Te pido perdón porque fui un imbécil. Olvidé tu cumpleaños y te hice una promesa que no cumplí. Te debo una cena.

‒ No me debes nada.

‒ Cena conmigo.

¡Abiertos! Así tenía los ojos su compañera mientras le observaba, los ojos completamente abiertos y en silencio esperando a ver qué respondía Shoto. En cambio, Shoto movió la cabeza como diciendo que no sabía qué decirle. Su compañera, le indicó con las manos el micrófono para hacerle saber que ese silencio no era bueno en antena.

‒ ¿Sigues ahí? – preguntó Bakugo.

‒ No voy a cenar contigo.

‒ ¿Por qué no? Somos amigos desde hace muchos años, vamos, cena conmigo, quiero celebrar tu cumpleaños.

‒ Mi cumpleaños ya ha pasado, Bakugo. A veces, hay cosas que no puedes arreglar con una simple palabra. Puede que el resto de tus amigos te perdonen enseguida cuando ven que tu actitud cambia, pero yo no soy así. Siempre te he considerado un gran amigo, estabas ahí en mis peores días y me animabas, no te daba miedo que te salpicase mi mala suerte. Siempre voy a estar agradecido contigo por todo eso, pero ahora mismo, me he dado cuenta de que en realidad, no soy tu amigo, no lo somos, siempre fuiste el amigo de mi hermano y estabas allí no por mí, sino por mi hermano.

‒ Eso no es cierto.

‒ ¿Ah no? ¿No soy el hermanito de tu mejor amigo?

‒ El día que me hice pasar por tu hermano para ayudarte en el instituto no fue porque le debiera algo a tu hermano, lo hice por ti. El día que te encontré en el aeropuerto de camino a la boda de tu hermano te ayudé por ti, no por tu hermano... quizá soy lento dándome cuenta de las cosas pero... necesito hablar contigo enserio.

‒ Ya... ese es el problema Bakugo, que cuando tu necesitas algo todos tenemos que estar contigo al instante, pero cuando los demás necesitamos algo... ¿Qué ocurre? Tú no estuviste ese día.

‒ ¿Y por un día me vas a crucificar? ¿No cuentan el resto de días que me necesitaste y estuve ahí? Sólo quiero hablar contigo. Por favor, Shoto.

¡Cierto! Shoto no podía negar eso, hubo muchos malos días en su vida y Bakugo estuvo allí apoyándole. Había fallado el día de su cumpleaños, ¡Sí! Falló, pero tenía razón, fue un día frente a todos los demás.

‒ Te llamo cuando acabe el programa – dijo finalmente Shoto – tengo tu número en la agenda.

‒ Gracias, Shoto.

‒ Ya. Aquí pongo la canción que has pedido.

Con el dedo índice, apretó el play para poner la canción y entonces, escuchando las primeras líneas de la canción, Shoto se quitó los cascos y salió del estudio para ir al baño. Su compañera, preocupada, le observó hacerlo pero se mantuvo en el programa para darle algo de espacio. Ya le contaría lo que ocurría si él deseaba hacerlo.

¡Lloró! En el aseo dejó que las lágrimas salieran por primera vez en mucho tiempo. Quizá era una mezcla entre los sentimientos que le provocaban esa canción más lo que provocaba Bakugo en él. ¡No podía aguantarlo más! Aquel día, cuando se marchó, cuando se confesó a Bakugo, ya sabía que estaba perdiendo a un amigo, lo iba a afrontar pero... ahora estaba allí, había llamado sólo para pedirle perdón. ¿Perdón por su cumpleaños? ¿Y qué pasaba con todo lo demás? ¿No quería hablar de nada más? ¿Ni de su confesión precipitada?

Intentó calmarse. Necesitaba pensar con claridad pese a que eso le resultaba todo un mundo cuando se trataba de Bakugo Katsuki. Él era su mayor debilidad, hasta el punto, de que siempre acababa cayendo en sus redes y esta vez, no quería. Había tenido suficiente. Debía olvidarse de él, pasar página.

***

Había sido el primero en llegar a la cafetería que Shoto le había indicado. Pidió un café americano y un capuchino para Shoto suponiendo que llegaría en breve y que Shoto prefería los cafés más suaves. Shoto no tardó en entrar por la puerta. Ni siquiera venía arreglado. Él tampoco había venido demasiado arreglado que se dijera. Acababa de salir del trabajo y por tanto, se había puesto el pantalón de un color verdoso y todavía llevaba la camiseta negra de manga corta. Shoto en cambio, pese a llevar un pantalón parecido a él aunque más claro, venía con una sudadera grisácea oscura con capucha.

Al ver a Bakugo sentado en la mesa, Shoto, que por suerte, no llevaba la capucha puesta, se acercó hacia la mesa.

‒ Te he pedido un capuchino – susurró Bakugo al ver que movía la silla frente a él hacia atrás para poder sentarse.

‒ Gracias. ¿De qué querías hablar? – fue directo al grano.

‒ De lo que ocurrió aquel día.

‒ ¿El día de la cata del banquete o el día del cumpleaños? – preguntó Shoto.

‒ De ambos, supongo – comentó Bakugo intentando calmarse y analizar sus palabras. Shoto siempre intimidaba un poco con su forma de ser tan directa.

‒ No creo que tengamos demasiado de lo que hablar, Bakugo.

‒ Vaya, has dejado el Kacchan.

‒ Ya... supongo. No sé muy bien qué somos ahora mismo, Bakugo. Lo siento. Quizá no debí decirte nada de cómo me sentía en ese instante, simplemente estallé. Sé que no me quieres ni nada así, no hace falta una explicación para todo esto. Se te olvidó mi cumpleaños, cosas que pasan, estabas ocupado, lo entiendo. No pasa nada. Quizá puse demasiadas esperanzas en que podría haber pasado algo entre tú y yo, debí recordar que tú no eres de los que les interesa una relación formal y menos con el hermanito de tu mejor amigo.

‒ No es así, lo estás malinterpretando.

‒ Fue divertido, Bakugo – sonrió Shoto – estuvo genial convivir contigo un tiempo. Serás un buen novio cuando te propongas salir enserio con alguien. Me quedo con esos recuerdos, así que no le des más vueltas al asunto.

‒ Quiero salir contigo – dijo abiertamente Bakugo – quiero estar contigo – le repitió al ver que Shoto se había quedado atónito ante aquella confesión, aunque él, dio un sorbo al capuchino como si pensase como decir algo que parecía importante en su cabeza.

‒ No... - Shoto fue lo primero que pronunció aunque se había quedado pensativo como si quisiera decir algo de forma suave. Bakugo sospecho que no era algo bueno – no podemos estar juntos ahora – dijo Shoto – lo siento. Estoy saliendo con alguien.

¡Helado! Así se quedó Bakugo. Habían pasado un par de semanas, no pensó que Shoto cambiaría de sentimientos tan rápidos, de hecho, no lo había hecho, estaba convencido que seguía enamorado de él, entonces... ¿por qué salir con alguien que no le gustaba en realidad?

‒ ¿Por qué? – preguntó Bakugo - ¿Por qué salir con alguien que no te gusta de verdad?

‒ ¿Por qué no? El que me gusta en realidad no me quiere – dijo Shoto con total tranquilidad - ¿Qué más da salir con uno que con otro? No podré tener al que quiero de verdad, nunca. Además, sé que esto lo dices ahora porque te ha pillado por sorpresa todo el asunto, pero deberías pensarlo mejor. Posiblemente no soy yo el que te gusta, te estarás confundiendo.

‒ No estoy confundiendo nada, Shoto. Eres tú al que quiero, eres tú con el que me siento yo mismo. He tardado en darme cuenta, lo sé. Soy idiota, pero ahora lo sé.

‒ ¿Por cuánto tiempo seré yo? – preguntó Shoto - ¿Hasta que veas que va enserio y salgas corriendo como en todas tus relaciones? No me sirve eso Bakugo. Salir contigo es una tortura, me haces ser feliz para luego destrozarme cuando me doy cuenta de que en realidad no me quieres a mí, yo nunca voy a ser tu prioridad. Además, ya te lo he dicho, salgo con alguien.

‒ ¿Con quién?

‒ Con mi ex novio.

‒ ¿El de la nariz? – vio a Shoto asentir -. Vamos Shoto, ¡no me jodas! Te dejó tirado en la boda de tu hermano por su trabajo. No te quiere.

‒ ¿Y qué hay de diferente entre él y tu? Ninguno me queréis – sonrió Shoto sabiendo que esa era la auténtica verdad.

‒ No hagas eso, no te encierres en una relación que sabes que no puede funcionar, en una donde no serás feliz. ¿Quieres rechazarme? ¡Vale! ¡Hazlo! Pero prefiero que estés solo a mal acompañado.

‒ Lo siento Bakugo, pero está decidido.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro