Capítulo 15: Lista de regalos
¡La lista de regalos! Eso era algo que a Shoto le hizo suspirar. Sus padres habían insistido en que debían ir a las tiendas y buscar lo que quisieran como regalos en la ceremonia, así los invitados, tendrían más fácil saber qué regalarles. Teniendo en cuenta que esa boda jamás se celebraría, a Shoto le resultaba una faena bastante inútil. Jamás recibirían nada de lo que eligieran, así que daba igual si iba a cualquier tienda y con esa pistolita que les daban, clicaba a cualquier producto.
Con pistola en mano, Bakugo observaba en medio del pasillo todos los productos. Desde vajillas hasta muebles. Allí había de todo y lo más importante, es que sus padres por primera vez, no les acompañaban. Últimamente parecían ir con ellos a todos lados cuando tenían que tocar temas de la boda. Hasta al lugar que querrían contratar para la celebración, ellos habían ido a verlo.
Al escuchar el resoplido de Shoto, Bakugo sonrió. A él le gustaba tan poco estar allí como a Shoto, pero les habían mandado esa faena.
‒ ¿Y si clicamos cualquier cosa, acabamos rápido y nos vamos? – preguntó Shoto con cierta esperanza de que Bakugo quisiera hacer lo mismo.
‒ Había pensado lo mismo, pero si acabamos pronto, seguro que nos estarán esperando para otra faena y posiblemente, será peor que esta – sonrió Bakugo – no quiero ponerme a mirar libros de flores para elegir la decoración – dijo completamente seguro de ello.
‒ Yo tampoco. No me gustan demasiado esas cosas.
‒ Podríamos quizá... intentar disfrutar de esto.
‒ ¿Se puede disfrutar de esto? – preguntó Shoto que se sentía completamente perdido en medio de esa inmensa tienda llena de pasillos.
‒ Podríamos jugar a algo. Te apuesto 722 yenes a que esa pistola no puede detectar ese producto de ahí a esta distancia – sonrió Bakugo.
‒ Acepto el desafío – comentó Shoto apuntando con la pistola hacia donde Bakugo había señalado: un armario pequeño tipo estante para el baño.
Shoto pulsó el botón y el producto se añadió a la lista. Eso le hizo sonreír sabiendo que había ganado la apuesta.
‒ Tiene más alcance del que creía – comentó Bakugo – bueno, iré a ver que puedo poner en la lista – susurró, aunque esta vez, fue Shoto el que agarró su brazo para impedir que se marchase.
‒ De eso nada, ahora no puedes huir. Tú comenzaste esto.
‒ De acuerdo, así que quieres jugar... bien, ¿qué desafío tienes para mí?
‒ 722 yenes al primero que encuentre y ponga en la lista un... - Shoto pensó en algo que pudiera ser complicado de encontrar allí – una guitarra eléctrica.
‒ Hecho. Tres, dos, uno... ya – hizo Bakugo una cuenta atrás antes de salir los dos corriendo por los pasillos en busca de una.
¡Divertido! Con Bakugo siempre era todo divertido, hasta hacer una lista de regalos para los invitados, algo que debería ser aburrido, al menos para él.
La gente quizá les miraba sorprendidos por verles tan animados por los pasillos, jugando como si fueran un par de adolescentes de nuevo, pero a ellos no les importó qué pensase la gente, tan sólo disfrutaban el momento.
Bakugo fue el primero en llegar hasta la guitarra, pulsando la pistola para capturar el precio y ponerlo en la lista de compra.
‒ Gano yo – sonrió egocéntrico al ver a Shoto llegar tras él con una sonrisa que pocas veces dejaba ver ese chico. Se notaba que por una vez en mucho tiempo, estaba divirtiéndose.
‒ Esa no vale, has hecho trampa.
‒ Yo no he hecho trampas – se quejó Bakugo algo sonrojado.
‒ Me has agarrado la camiseta y me has echado hacia atrás.
¡Cierto! Lo había hecho, pero Bakugo giró el rostro hacia otro lado como si se sintiera indignado por aquella acusación.
‒ No es cierto, te habrás quedado atascado con algún perchero.
‒ ¡Ya claro! – se quejó Shoto aunque ambos sonreían.
‒ Desempatemos entonces – dijo Bakugo.
‒ De acuerdo.
Shoto observó a su alrededor como si quisiera intentar memorizar los pasillos y todo lo que contenían para hacerse una idea de por dónde buscar lo que Bakugo dijera. Algo complicado se le ocurriría.
‒ Veamos... busquemos... - pensó Bakugo – una ensaladera.
‒ ¿Va enserio? ¿Quieres poner una ensaladera en una lista de regalos de boda? – preguntó Shoto más confuso que otra cosa, pero al ver la sonrisa de Bakugo, Shoto sonrió también – vale, una ensaladera.
‒ 3, 2, 1... contó Bakugo aunque otra voz detuvo a los dos chicos antes de que salieran corriendo en busca del nuevo desafío.
‒ ¿Kats?
Aquel diminutivo hizo que Shoto se sobresaltase. Poca gente le llamaba así, de hecho... estaba convencido que él era el único que solía llamarle así, muchos otros cuando querían pronunciar un diminutivo suyo, lo hacían como "Katsu" o "Kacchan".
Shoto observó a Tetsu bajar la escalera con una gran sonrisa, lo cual provocó, que él sintiera un cierto malestar y evidentemente, se esfumase toda la alegría que tenía hasta ese momento. Bakugo sonrió al verle.
‒ ¿Qué estáis haciendo aquí? – preguntó Tetsu mirando a ambos. Shoto sonrió sutilmente por ser educado.
‒ Poca cosa, sólo... haciendo la lista de los regalos que jamás recibiremos – comentó Shoto casi en tono burlón aunque no era esa su intención ni mucho menos, tan sólo estaba frustrado por la boda falsa.
‒ No le gusta preparar la boda – sonrió Bakugo ante el sarcasmo de Shoto.
‒ Me lo imagino, siendo falsa es normal que no tenga demasiado interés en ello, igual que tú.
‒ La verdad es que no tenemos ninguno. Sólo estábamos jugando – comentó Shoto –. Creo que os dejaré a solas, yo acabaré la lista con... lo que sea.
‒ Gracias, Shoto – susurró Bakugo al ver que le dejaba a solas con su "ligue" o lo que fuera. Quizá "amigos con derecho" sería más acertado.
¡Competir contra Tetsu! Era algo que Deku le había recomendado no hacer y evidentemente, no era tan idiota como para hacerlo. Sabía de sobra que mostrarse celoso o de malas formas haría que Bakugo se pusiera más a favor de la otra persona, así que no... lo único que podía hacer era darle margen y quizá, con suerte, él mismo se daría cuenta en algún momento de si quería estar en realidad con esa persona o no.
¡Una ensaladera! Era lo más ridículo que pondría seguramente en la lista de regalos para una boda pero... le hizo gracia pensar en ello. Al girarse para mirar a Bakugo una vez más, vio una escena que desde luego no quería haber visto: cómo Tetsu agarraba el trasero de Bakugo mientras ambos sonreían.
Intentó quitarse esa imagen de la cabeza y se perdió entre los pasillos para ir a terminar la dichosa lista. Ni siquiera se esmeró en ello. Fue poniendo todo lo que iba viendo a su paso. Total... jamás tendrían nada de lo que pusieran. Perder el tiempo allí era únicamente eso: perder el tiempo.
***
El restaurante del hotel de cuatro estrellas de su pueblo era un lugar precioso para hacer un convite, sin embargo, lo que jamás esperó ver allí, era a su hijo esperando el ascensor junto a alguien que desde luego, no era Shoto.
Su marido, que hablaba animadamente con el recepcionista que había estado enseñándoles gustosamente todo el recinto para ver si se decidían en hacer allí el convite, fue a girar hacia el ascensor cuando su esposa tomó su brazo y evitó que se girase para ver a Bakugo allí. ¡Le habría causado un infarto de ver algo semejante en ese instante! O eso pensaba su mujer.
‒ Creo que no he visto bien el restaurante – comentó su mujer - ¿Sería tan amable de volver a enseñarme el lugar? Quiero ver exactamente dónde podría poner las flores y cuántos invitados caben en cada mesa – especificó lo primero que se le ocurrió.
El gerente, muy amablemente, les indicó a la pareja que volviera a acompañarles al interior del restaurante que a estas horas, todavía estaba vacío a la espera de la primera ronda de cenas que empezaría en una hora aproximadamente.
‒ Por supuesto, acompañadme entonces.
¡Inaudito! Su hijo, al que ella creía haber educado bien, le estaba poniendo los cuernos a su prometido. Ni siquiera se habían casado aún y ya le disgustaba esa situación. Sin duda alguna, hablaría seriamente con su hijo pero no hoy ni en ese momento, mucho menos tenía que hacer que su padre se enterase tal y como estaba de frágil su salud y con la ilusión que le había hecho saber que su único hijo, por fin iba a asentar cabeza.
La imagen de Shoto le vino a la cabeza. Ese chico al que conocía de toda la vida, sus familias siempre habían estado muy unidas y ahora, ¿cómo iba a ser ella capaz de mirarles a la cara sabiendo algo así? No podía engañar a Shoto pero... tampoco quería hacerle daño contándole algo semejante. Eso sin duda alguna, rompería la boda.
***
¡Mentir! Era algo que a él nunca se le dio bien y de hecho, lo odiaba. Siempre se había considerado muy honesto pero desde que estaba en esa farsa con Bakugo, no paraba de mentir y eso, a la larga, haría daño a la gente y puede, que a él mismo también.
‒ No hacía falta que viniera a estas horas y... - intentó comentar Shoto.
‒ Estaba convencida que aún no habrías cenado nada – dijo la madre de Bakugo - ¿Y donde está mi hijo? He traído un montón de catálogos de locales para que podamos decidir donde queréis celebrar la boda.
‒ Está... creo que trabajando en algo de la tienda vuestra, haciendo inventario o algo así he creído escuchar – susurró Shoto mientras se rascaba la cabeza, síntoma de que estaba incómodo con aquella mentira y desde luego, eso no pasó desapercibido para la madre de Bakugo. Shoto debía saber algo de lo que estaba ocurriendo, sobre todo porque ahora mismo, lo veía algo triste, aún así, no quiso herirle más contándole lo que había visto esa misma tarde. Su hijo no trabajaba, estaba en un hotel revolcándose con alguien.
‒ Ya... le dije que se tomase con calma lo del trabajo de su padre – fingió entonces no saber nada para no herir más a Shoto – hablaré con él. Debería estar aquí al menos para las cenas.
‒ Tenía trabajo atrasado – intentó excusarle Shoto pese a que él mismo notaba que la excusa no estaba cuajando, posiblemente porque estaba triste por lo que había presenciado ese día en el almacén de regalos. Imaginarse ahora mismo a Bakugo en ese hotel teniendo sexo con Tetsu no era algo que le animase precisamente – pero hemos quedado el domingo para cenar. Es mi cumpleaños, ha prometido que vendrá – sonrió Shoto.
‒ ¿Enserio? Espero que te lleve a cenar a un buen lugar. Iros a la ciudad al menos y...
‒ Pensaba en preparar yo algo, aunque la cocina no se me da muy bien.
‒ Te ayudaré a preparar algo. ¿Te parece bien?
‒ Claro, sería genial. Aprenderé entonces.
Nota: *722 Yenes, equivalente a 5 dólares americanos.
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