Una semana había pasado desde el incidente en la casa-mansión de Vegetta, este había tratado de ir a ver al híbrido sin conseguirlo tras las flechas que le lanzaba la Ex golen de nieve y los continuos ataques de las mascotas del Oso.

Una semana desde que Rubius decidió que no seguiría en ese circulo vicioso de peleas y por fin dejar al Lobo orgulloso. Cada día Willy lo iba a ver sin falta, por un momento pensó que el albino no tenía nada que hacer en su propio hogar y por eso lo iba a ver, pero recordó que no es que no tuviera nada que hacer, si no que Willy era de esas personas que hacían la cosas rápido y seguro.

Willy por su parte durante la semana se planteaba muchas veces si podría convencer al Oso de huir juntos, sonaría descabellada la idea, pero sabia que unos días fuera no le harían nada mal al Oso y a él también, hace poco se había dado cuenta que realmente le dolía demasiado ver al híbrido llorar por el idiota y orgulloso de Vegetta; Había visto llorar antes a Fargan cuando Dulce huyó con Amidala, le dolió ver a su amigo sufrir obvio, pero fue un dolor mucho menor al que sintió todas las veces en que vio a Rubius llorar por su "mejor amigo". No entendía muy bien el porqué de la diferencia, pero sabía que le agradaba ver a Rubius feliz y no triste, tendría que hablar con Nieves sobre eso.

Por el otro lado del problema, los demás héroes de Karmaland vivían sus vidas un paso a la vez..... o al menos la mayoría; Luzu le había estado muchas vueltas a lo que había visto, sabía muy bien los sentimientos de sus dos amigos, pero la reacción de Willy al tema le pareció muy extraña hasta cierto punto, puesto que fue Willy y no Vegetta el primero en levantarse a tratar de seguir a Rabis.

— ¿Será que Willy le guste Rabis o solo actuó por instinto de amigo? — se preguntó a su mismo por quinta vez en el día —

— Deja por un momento de pensar en los gorrinos esos y come — Hablo de repente Auron entrando al cuarto donde se encontraba el castaño con un plato en mano, aun con todas sus diferencias seguían siendo pareja esos dos —

Luzu dejo de lado sus pensamiento conspirativos para prestarle atención al menor.

— ¿Por qué tantas ganas de saber que sucede entre esos tres? — pregunto de repente el sicólogo a penas Luzu termino de comer —

— no lo se la verdad, solo no me gusta no saber que sucede con mis amigos, y mas si existe alguna posibilidad de ayudarles — Respondió mirando ningún punto fijo en la habitación —

— Solo ellos sabrán como actuar Luzu — hablo a lo que el castaño asintió no muy convencido, algo le daba muy mala espina y sabía que algo pasaría, pero prefirió dejar un poco eso de lado para volver a prestarle atención a su acompañante y pareja —

Mientras esto sucedía, Rubius observaba las tiendas del pueblo, Nieves y Akira le habían convencido de salir, principalmente para ayudarles en llevar las bolsas de lo que comprarían, pero también para que el híbrido estirara un poco las piernas después de estar casi invernando en su cuarto toda la semana.

Ninguno de los tres se habían percatado que entraron a la misma tienda en la cual Vegetta había entrado unos minutos antes hasta que este llamó a Rubius y este un poco incómodo giró su rostro hasta verlo.

— Osito — hablo tratando se acercarse pero al híbrido retrocedió con algunas bolsas que tenía en mano, ¿Dónde estaba Nieves cuando la necesitaba? probando ropa posiblemente-

— No me llames Osito — hablo siendo frío con el otro, le dolía, pero ya estaba cansado de ser el que mas sufría en su "relación" —

— Osito, por favor escúchame... — trato de acercarse de nuevo pero Rubius a la ves que retrocedía le interrumpió —

— ¡¡No me llames Osito!! — a penas grito aparecieron ambas chicas que le acompañaban antes, una sosteniendo a la otra para que no golpeara al de cabello de flama —

— Nos vamos — Dijo Nieves tomando la mano de Rubius, siendo seguida por Akira y saliendo de la tienda junto con las bolsas de sus compras anteriores, Vegetta salió tras ellos para hablar con el Oso —

— ¡Rubius! —el nombrado ni giro su rostro ante el llamado del mayor — ¡Rubius espera! — hablo alcanzando al trío después de un rato, si que caminaban rápido —

— ¡¡Rubius nada Vegetta, para ti yo dejo de existir a partir de hoy!! — hablo Rubius tratando de avanzar lo mas rápido que podía, quería llegar a su casa para encerrarse en su cuarto y no salir de ahí nunca más —

Vegetta iba a hablar pero un flecha pasando muy cerca de su rostro lo hizo retroceder un par de pasos, Nieves y su puntería de la hostia.

Los tres al ver la distracción del mayor corrieron a todo lo que podían sus piernas hasta la casa del híbrido. Rubius se encerró en su cuarto y ambas chicas guardaron las cosas que compraron en sus respectivos lugares, unos golpecitos que la puerta principal les dio el susto de sus vidas al pensar que era Vegetta, pero se aliviaron al ver a Willy y Fargan afuera. Dejaron entrar a ambos chicos para que vieran a Rubius, pero solamente Fargan subió dado a que Willy quería hablar con Nieves sobre lo de su idea y se sería posible.

— No es la mejor forma, pero creo que funcionaría — hablo seriamente la de trencitas — tienes que jurarme que estará bien

— Daría mi vida por él si fuera necesario y lo sabes — Nieves asintió y vio bajar a Rubius y a Fargan, ambos con el mismo pensamiento en mente, "queremos comer"—

La tarde paso entre risas y anécdotas, cuando ya se notaba que se escondía el sol, Fargan se ofreció en ir a dejar a la doncella de cabellos oro a su hogar ya que estaba de camino a su casa, ambos estaban por irse, pero Nieves los detuvo dado que no quería separarse tan rápido de la otro y que los acompañaría para quedarse en la casa de la otra y así además dejar la casa sola para Willy y Rubius.

Lo dos que se quedarían en la casa del Oso a penas los otros se fueron decidieron ver una película, Rubius buscaba la película que verían mientras Willy buscaba que comer a la ves que pensaba como llevar a cabo su idea.

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