Izuku por fin lo había logrado, contra todo pronóstico logro salir vivo de una batalla que parecía perdida, había derrotado a los dos líderes de la liga de villanos, All for one y Shigaraki Tomura ya no se encontraban más en este mundo, pero todo en esta vida tiene un costo y aunque estos dos villanos perdieron durante su batalla el daño estaba hecho, muchos héroes habían renunciado a su trabajo, pocos conservaban aun es luz dentro de sí y no solo eso, la sociedad ya no confiaba del todo en los héroes, el héroe número 1 Endeavor y el héroe numero 2 Hawks se limitaron a dirigir a unos pocos pupilos.

Sin embargo todo estaría bien siempre y cuando Izuku tomara el puesto como héroe numero 1 o al menos así debía de ser, el peliverde después de la pelea quedo en un estado de coma, el gran vacío que había dejado no solo en sus compañeros de clase sino también en todas las personas que lo conocieron fue devastador.

El chico fue internado con urgencia en el mejor hospital de Japón, muchas personas con Quirks de curación habían sido llamadas, inclusive Eri trato de ayudar a su amigo pero le fue imposible.

Tristeza, frustración y enojo eran unas cuantas de las muchas emociones que había en aquella sala de hospital, sus compañeros estaban devastados por no haber podido ayudar a su querido amigo, sus mentores como All Might y Eraser Head no podían hacer más que culparse, se sentían responsables de no haber guiado al joven de la manera correcta, pero me atrevo a decir que nadie en esa habitación estaba tan devastada y a la vez tan orgullosa como la misma madre de Izuku.

Inko: Estoy tan orgullosa de ti mi pequeño, siempre lo estuve, perdóname si no fui la mejor madre, pero con o sin Quirk para mí siempre fuiste el héroe número 1, solo te quiero pedir una sola cosa, hijo mío, por favor no te rindas, te lo suplico, no te rindas, por favor vuelve con nosotros, por favor Izuku, vuelve conmigo.

La madre del chico lo abrazaba entre lágrimas mientras le decía estas palabras, algunos de sus amigos no podían contener las lágrimas, Eri quien miraba al suelo no pudo tampoco contenerse, pero no todo en esa sala estaban sin esperanza, entre ellos el que decidió hablar no fue otro que un rubio que lo caracterizaba el sonreír incluso en los peores momentos.

Mirio: Chicos sé que no era el más cercano a Midoriya, pero en el tiempo que trabajamos juntos me demostró que el jamás se rinde, el volverá con nosotros estoy seguro de eso, no pudimos hacer nada para ayudarlo en esa pelea, pero lo que si podemos hacer es proteger ese ideal, proteger la esperanza que él nos dio, señora Midoriya, me disculpo por no poder haber sido lo suficientemente fuerte para ayudar a su hijo, yo el héroe Lemillion protegeré esa luz que él nos brindó, puede contar conmigo en lo que necesite, no dejare que la esperanza que él nos dio desaparezca ¡jamás!

Todos en la sala entendieron esas palabras del joven héroe, en ese momento tanto amigos como mentores se inclinaron ante la madre de Izuku.

Todos: ¡Lo sentimos y nos esforzaremos!

A pesar del dolor que sentía en esos momentos, aquella mujer no era la madre de ese chico por nada, secándose las lágrimas y levantando su rostro, dio la mejor sonrisa que pudo en esos momentos y dijo.

Inko: Cuento con ustedes chicos, hagan su mayor esfuerzo.

Esta acción marcaba el inicio de la nueva era de Japón que llego gracias al héroe Deku mejor conocido como Izuku Midoriya.