Las mañanas eran tranquilas y algo frescas, el sol se elevaba lentamente en el cielo y sus rayos iban cayendo poco a poco sobre la ciudad. La hierba brilla por el rocío y los pájaros cantaban anunciando el nuevo día. Principalmente, la luz atravesaba las grietas de la presión estatal e iluminaba el sombrío lugar a través de los barrotes.

El pasillo que conducía a las celdas estaba especialmente oscuro, solo esos rayos del sol entre celdas iluminaba el camino. Estaba silencioso y solitario, era como si estuviera vacío, pero al final de ese corredor estaba una joven sentada correctamente con una expresión pacífica lo que hacía difícil de saber que es lo que en realidad estaba pensado.

─ Su alteza.

YuShi Huang abrió lentamente los ojos y vio frente suyo a Shi Qing Xuan ─ Daren ¿En qué puedo ayudarle?

Shi Qing Xuan permaneció en silencio, observó detenidamente a la princesa. Ella seguía brindándole la misma sensación de la primera vez que la vio.

De repente, empujó la puerta de la reja provocando un cambio en la expresión de la joven. Shi Qing Xuan aprovechó eso y dijo─ ¿Por qué no ha escapado?

Yushi Huang no se mostró tímida, miró directamente a los ojos de Shi Qing Xuan y dijo─ Si hiciera solo causaría más problemas, incluyendo a mi padre real. ─ Hizo una pausa ─ Solo es necesario un sacrificio.

Shi Qing Xuan no pasó alto sus palabras ─ la muerte del médico Xiao fue voluntaria, asumo que la verdadera razón fue porque querían que alguien de la capital viniera a investigar el caso para terminar de desenmascarar lo que está pasando en verdad en el condado Hong. Princesa, su reputación ha quedado arruinada, aunque salga a luz la verdad, no cambiará nada lo que pasó aquí, es por eso que el Fiscal Qui le dio la oportunidad de huir ¿Por qué no la tomó?

─Daren ─ YuShi Huang se levantó y se acercó a la rejas. A través de ella extendió su mano y tocó el rostro del Shi Qing Xuan sorprendiéndolo, aun así no se apartó de su toque. Sonrió con suavidad y dijo ─ Eres amable, no esperé que viniera alguien tan honesto como tú, aunque te has dado cuenta del problema aquí todavía no has huido.

─No es la primera vez que intenta algo como esto ¿Verdad? ─ Shi Qing Xuan la estaba probando. La princesa no lo negó, tampoco lo confirmó,  lo que aseguró su suposición.

YuShi Huang apartó lentamente sus manos sin perder su sonrisa─ Las montañas son altas y el Emperador está lejos ─ Esas palabras las dijo con un suspiró.

─Por favor dime que es lo que está pasando ─ Pidió Shi Qing Xuan. ― Ocultarlo no sirve de nada, ya han intentado matarme

Yushi Huang le hizo un vistazo insegura. Solo después de ver la resolución en los ojos de Shi Qing Xuan tomó una decisión― Daren ya lo ha visto con sus propios ojos la situación del contado Hong.

― Aunque sepa lo que está pasando, mientras no encuentre el almacén mis palabras eran vacías para el Emperador. Necesito pruebas.

―No las hay.

― ¡No puede ser! ― Shi Qing Xuan se aferró con fuerza a los barrotes ― Si está informada de este asunto, debe conocer al menos el lugar donde operan.

Yushi Huang negó con la cabeza ― Lo hemos buscado, pero no hemos tenido suerte. Es por eso que está es la única salida.

En las manos de la princesa apareció una daga, Shi Qing Xuan Palició.

― ¡Detente! No tiene sentido que hagas esto, tu muerte se tomará como forma de expiación y el caso se cerrará.

― Si muero antes de que lleve a cabo un juicio, la reputación de la familia real se verá afectada. Su majestad deberá investigar el caso a fondo y eventualmente descubrían, al igual que Daren la verdad.

―¡ Nada asegura eso! Aunque su majestad sospeche...― Al notar que era imposible convencerla, Shi Qing Xuan oprimió con fuerza su labios ― ¡Dame tiempo, conseguiré alguna evidencia!

― Daren... Por favor salve al pueblo de Hong.― Yushi Huang le brindó una cálida sonrisa. Con la luz de la mañana a su espalda, parecía desprender un resplandor blanco, cálido y gentil al mismo tiempo, similar a la ligera lluvia de primavera.

Fue en ese instante, en que Shi Qing Xuan se distrajo que Yushi Huang llevó el cuchillo a su cuello y cortó su carótida.

Debido a la cercanías, la sangre salpicó la cara de Shi Qing Xuan y sus ropa, su reacción fue tardía y un grito ahogado salió de su garganta

―¡Su alteza!

 Ingresó a la celda con prisa y usó sus mangas para detener el líquido carmesí que fluía sin parar del cuello de la mujer.

―¡Ayuda! Alguien....

―¡Fiscal Qui.... ¡La princesa!

―¡Ming-xiong! Ayúdame

En respuesta a sus palabras solo recibió un largo silencio. Shi Qing Xian tenía los ojos rojos y la garganta adolorida de tanto gritar, al cabo de un tiempo fue incapaz de hablar y sollozo en silencio mientras sostenía el cuerpo frío de la princesa.

Fue por la tarde, cuando salió que vio a un hombre de negro. Con el corazón angustiado sujetó por la secuela de la túnica al fiscal Qui – ¡La princesa! ¡Tú!

— Daren calmase— El fiscal Qui tomó la manos de Shi Qing Xuan y lo alejó de él — Debe entender que es lo que debe hacer ahora mejor que yo. Debe darse prisa, de lo contrario su amigo podría estar en problemas.

— ¿Me está amenazando?

— Es una sugerencia, si no se da prisa podría perder a alguien importante.

Shi Qing Xuan estaba resentido con el fiscal Qui por dejar morir a Shi Huang Yu, pero estaba más molesto consigo mismo porque tampoco pudo hacer algo para ayudarla. le dio un vistazo por un largo tiempo al hombre, luego se dio la vuelta.

El fiscal Qui se quedó viendo hasta que lo perdió de vista, sólo entonces ingresó a la prisión. Su andar era lento como si estuviera dando un paseó por el jardín en una tarde cualquiera, solo se detuvo en la celda donde la joven princesa estaba recostada sobre la cama con una túnica que aseguraba que era de Shi Qing Xuan.

En el rostro de la joven había una diminuta sonrisa.

¿Quién fue la se aferró al amor por su país? En los tiempos caóticos

¿Quién compadeció a las personas aunque era una desconocida?

Solo ella se cortó la garganta para ser valer un título inservible

Una lágrimas cayó.

Shi Qing Xuan aprovechó la falta de luz y tomó los callejones como un atajó hacia el punto de encuentro con MingYi. La situación había cambiado drásticamente, su única pista se perdió, aunque todavía sospechaba del Fiscal Qui, la advertencia que le dio lo hizo sentir incómodo.

Había quedado en reunirse con MingYi en la puerta oriental del pueblo cuando el atardecer llegara, MingYi había insistido en que debían a un lugar apenas terminara de interrogar a la princesa, a donde quería ir no le dijo, pero antes de salir había estado viendo un mapa y marcando algunos lugares.

— ¡Ming-Xiong! — Shi Qing Xuan llegó empapado de sudor.

Recostado en la puerta, Ming Yi alzó una ceja interrogativa.

Shi Qing Xuan se secó con su manga el sudor de frente y su expresión se volvió triste — La princesa... Murió

Ming Yi abrió grandes los ojos, se despejó de la pared y esperó que Shi Qing Xuan hablara. El funcionario continuaba agitado y no habló por un rato.

— Su alteza sabía de la falsificación de la plata, como lo sabía no pude interrogarla al respecto o tal vez su alteza no sabía exactamente el problema, ella solo pensaba en la persona que sufría — Shi Qing Xuan hizo una pausa y logró estabilizar su respiración, su expresión mostraba vacilación y su voz fue perdiendo fuerza — Su alteza acepto la culpa de la muerte del doctor para traer alguien de la capital, para llamar la atención de su majestad y tomar medidas.

— Ella murió.. Ming-xiong se cortó el cuello.

MingYi lo sujetó del brazo, Shi Qing Xuan brincó en su lugar— ¿Qué?

MingYi bajó los ojos y Shi Qing Xuan los siguió con la mirada, estaba temblando como una hoja maltratada por el frío clima. Aunque se había despojado de su túnica externa, todavía el olor a sangre estaba impregnado en su ropas y en su manos.

No era la primera vez que alguien moría delante suyo, ni mucho menos se encontraba en una situación difícil, así que no podía explicar porque su cuerpo reaccionaba de esa manera. Sonrió rígidamente en un intentó de dispersar el malestar que sentía, pero MingYi reforzó el agarré en su brazo,

Confundido, Shi Qing Xuan miró a los ojos a MingYi. Su mirada era profunda, como un mar dorado feroz y poderoso que buscaba penetrar a través de su alma y mirar en su interior, sin embargo, al mismo tiempo le brindó una sensación de seguridad.

— Estoy bien— Dijo con una sonrisa calmada.

MingYi se quedó mirándolo por un largo rato, luego lo soltó y caminó rumbo a la salida del pueblo donde había un caballo amarrado, montó sobre él de un saltó e hizo girar al corcel con solo un tirón.

Shi Qing Xuan se sorprendió por la su excelente forma de cabalgar, no por nada fue un general a cargó de la frontera. Su mente se llenó de fantasías de batallas gloriosas hasta que se dio cuenta que sólo había un solo caballo.

–¡ Oyé! ¿Donde..?

De repente, MingYi lo tomó de la cintura y lo hizo sentar delante suyo, luego sin previó avisó cabalgó velozmente hacia la montañas que estaban detrás del condado.

La acción tomó desprevenido a Shi Qing Xuan, el repentino viento frio que golpeó su cara le impidió formular alguna queja y al mirar al costado el paisaje pasaba tan rápido que apenas alcanzaba a tener alguna impresión, la sensación era rara, al mismo tiempo le brindaba emoción.

Alzó la cabeza y el perfil de MingYi era hermoso y varonil, sus cabellos negros se dispersaban salvajemente con el viento, era indomable como una bestia en su habita natural.

Sin ninguna explicación, Shi Qing Xuan sintió que los latidos de su corazón se aceleraban y la puntas de sus orejas se teñía de rojo, dedujo que todo eso se debía a la emoción de contar a caballo con un famoso general.

MingYi mantuvo su vista al frente en todo momento, incluso cuando el camino se volvió empinado, pudo seguir adelante mostrando un excelente dominio sobre el caballo. Tiró las riendas y detuvo al caballo, delante suyo el sendero se volvía rocoso, por lo que solo podrían continuar a pie.

Se bajó y extendió su mano para ayudar a Shi Qing Xuan a bajar.

Shi Qing Xuan sonrió, cuando iba a desmontar una parte de su ropa quedó enganchada en la montura e hizo que tropezara al caer, su cara chocó contra un cofre duro y unos brazos lo envolvieron por inercia

MingYi se quedó rígido por el repentino contacto por un momento, inmediatamente se alejó y le dio la espalda.

— ¡Espérame! — Shi Qing Xuan lo siguió después de liberar sus prendas. MingYi lo ignoró y se adentro entre los arbustos espesos.

Las mangas anchas y la túnicas largas no era adecuadas para ingresar al bosque, las finas ropas del Shi Qing Xuan fueron rasgadas por las ramas y su botas quedaron arruinadas por las filosas rocas bajo sus pies.

Caminaron sin descanso durante un cuarto de hora hasta que llegaron a la cima de la montaña. MingYi se abrió pasó en las largas hierbas y se detuvo, delante suyo había una cueva.

Cansado, Shi Qing Xuan se asomó por encima de los hombros de MingYi y su expresión cambió drásticamente — ¿Es la mina?

MingYi se dio la vuelta y lo miró en silencio.

Shi Qing Xuan tenía muchas preguntas que hacerle, no obstante  eligió  no hacerlas ahora. Le dio una palmada a MingYi y observó a su alrededor y determinó que no había nadie cerca, entonces avanzó hacia la cueva.

La entrada estaba sostenida por pilares de madera gruesa, estás se extendían hacia el fondo, pero solo hasta los primero dos metros, luego había varios soportes de madera colocados en forma horizontal lo suficientemente largos como para tocar el techo, probablemente tenía la función de sostén en caso de que hubiera algún derrumbe.

El piso estaba húmedo y resbaladizo, había marcas profundas en línea recta, Shi Qing Xuan se dio cuenta de inmediato de que eran las huellas hechas por una careta que llevaba cosas pesadas.

Las siguió por un largo camino recto hasta que en un punto, la cueva se tornó más ancha y se bifurcó en dos caminos. Un olor a hierro oxidado provino del lado derecho, mientras que del lado izquierdo desprendía el aroma característico del carbón quemado.

Fueron hacia la izquierda, de nuevo había un largo corredor que parecía interminable. La oscuridad envolvía la cueva y se podía escuchar el sonido del agua filtrándose por las fisuras de las paredes.

Al final de ese pasillo había una habitación del tamaño de una casa contaba con dos niveles, los cuales se comunicaban por una escalera , en ella había almacenes con varios cofres fuertemente cerrados, en el medió había un enorme horno y varios instrumentos para forgar, fundir plata, además Shi Qing Xuan encontró moldes y un extraño mineral.

— ¡Ming-xiong mira esto! — Le mostró a MingYi la roca que había en sus manos, era un metal de color rojo, duro al tacto.

MingYi examinó la pieza un momento, luego se fijó en los objetos que usaron los fabricante y se dio cuenta de lo que pasaba — Funde este material con la plata, creando un material de misma apariencia, pero con menos valor, cuando se pesa los lingotes de plata valen cada vez menos y el oro aumenta.

Shi Qing Xuan estuvo de acuerdo con esa explicación, lo único que no podía entender era ¿Quién era la mente maestra y cómo descubrió ese mineral? Entre las cosas dejadas por los criminales, no había nada llamativo o algo que indicara quién está detrás de todo.

Pero si podía usar está cueva como evidencia, el Emperador no tendría más opción que mandar a investigar.

— ¡Ming-xiong vamos, debemos irnos de aquí.

Su advertencia fue demasiado tarde. Varios hombres aparecieron en el piso superior con largas espadas en mano.

Shi Qing Xuan se dio cuenta que fue ingenuo, todo el camino la tuvieron fácil ni ningún guardia, de nuevo cayeron en una trampa. — Ming-xiong lo siento.

MingYi ignoró su disculpa, en todo momento su atención estuvo en los asesinos. La tensión del aire aumentó y el segundo siguiente ya tenía a varios de ellos rodeándolo, tomó a uno de el brazo y le arrebató la espada y lo lanzó hacia sus compañeros, al mismo tiempo la espada la entregó a Shi Qing Xuan.

Shi Qing Xuan había aprendido la lección y había estado entrenando en secreto, está vez pudo hacer frente a cinco oponentes sin tener que retroceder, con Ming Yi cuidando su espalda no tenía miedo.

Los dos lucharon sin mirar atrás porque sabían que el otro cuidaría su espalda, sus movimientos eran coordinados

MingYi golpeó, cortó y pateó a todo aquel que se acercara, no por nada fue un general a cargo de la frontera, sus ataques eran poderosos, rápidos y mortales. La sangre enemiga ya manchaba parte de su ropa y parte del piso.

De repente, visualizo que más asesinos llegaban. Se dio la vuelta y tomó el brazo de Shi Qing Xuan y comenzó arrastrarlo hacia fuera del lugar, solo se detenía para evitar que el enemigo los alcanzara y seguía de largo.

Shi Qing Xuan intentó no ser una carga y cuando MingYi se quedaba atrás seguía adelante, en su camino se encontró con varios guerreros, aunque recibió heridas, pudo derrotarlos y salir de la cueva.

MingYi salió poco después y agarró la mano de Shi Qing Xuan y lo llevó por la dirección opuesta por donde había venido.

— ¡Ming-Xiong! El caballo está del otro lado — Intentó señalar, pero el ex general no lo escuchó.

Sus perseguidores lo siguieron a través del bosque a caballo. El sonido de los cascos les indicaba que no estaba muy cerca.

Shi Qing Xuan estaba ansioso, su corazón latía con fuerza y el nerviosismo le impedía pensar correctamente, pero todavía se aferraba con fuerza a la mano de MingYi y esté le devolvía el agarre.

MingYi se detuvo. Shi Qing Xuan vio dos caballos amarrados a un árbol, su expresión se volvió complicada y no indago, con su perseguidores cerca solo se apresuro en subir al caballo.

Su velocidad de huida aumentó, al mismo tiempo fueron alcanzados por diez jinetes. MingYi se quedó un poco atrás y enfrentó a los que los seguían.

Shi Qing Xuan quería ayudar, pero no podía montar a caballo y pelear, para evitar ser una carga solo miró al frente.

De nada, el cielo se cubrió de nubes negras y una tormenta se desató, el choque de las espadas y carne siendo cortada fue acallada por el sonido de la lluvia torrencial. El sol se retiró y toda la zona quedó envuelta en la oscuridad.

Por el camino descampado, dos sombras se movían ni muy lento ni muy rápido, ni siquiera el incrementó de la lluvia los detenía, ambos estaban fatigados y cansados, no sabía bien cuánto tiempo habían estado huyendo o si todavía había alguien siguiéndolos.

A los lejos, Shi Qing Xuan pudo ver una vieja casa abandonada — ¡Ming-xiong vamos ahí!

MingYi movió la cabeza de manera afirmativa.

Los dos se apresuraron hacia el lugar y desmontaron, la casa o choza le quedaba mejor era solo un edificio mediano no tenía divisiones características, sus paredes eran viejas al igual que el techo, por el cual el agua goteaba constantemente. Había una mesa y una solitaria silla, una cama y un horno roto.

Shi Qing Xuan quería prender fuego para secarse, sólo que cuando pensó que podría alertar al enemigo cambió de parecer. Se limitó a prender una vela e iluminar parcialmente el lugar.

— Ming-xiong — Se acercó y examinó a MingYi de arriba a abajo, el hombre tenía varios cortes en la ropa, alguna había atravesado superficialmente su piel, otras como en la de la espalda dejando una gran mancha roja.

El corazón de Shi Qing Xuan se encogió dolorosamente — Ming-xiong— Su voz salió temblorosa, al final de la última sílaba se las arregló para mantenerse firme— Quítate eso, te ayudaré a parar el sangrado.

MingYi no mencionó ninguna palabra y fue directo a la silla, se quitó la ropa de la mitad superior de su cuerpo y la dejó a un lado revelando una ancha espalda con varios cortes rojos.

Shi Qing Xuan tragó duro y buscó alguna prenda limpias en el armario, pero solo encontró pedazos   de tela con algo de polvo, las sacudió hasta retirar todas las pelusas y las unió para formar una larga cinta.

Lo primero que hizo fue limpiar con un trozo las heridas, luego uso la pomada que siempre traía en su ropas y las aplico suavemente sobre la piel dañada. El tónico no era adecuado para esa clase de lesión, pero tenía anestésico que aliviarán el dolor aunque sea por un tiempo, al terminar envolvió a MingYi fuertemente con la cinta.

Repitió el procesó en ambos brazos de MingYi. El mariscal no se quejó en ningún momento, su cuerpo estaba frío y sus músculos tensos, Shi Qing Xuan temía que algún trauma de la guerra haya despertado en él, en este momento le parecía que MingYi era como una bestia herida que lucharía hasta el último momento, por eso tuvo en especial cuidado cuando sus dedos tocaron el rostro de MingYi teniendo por primera vez una mirada.

Por la batalla, el cabello recogido de MingYi quedó suelo, la lluvia había hecho que parte de sus mechones quedarán pegadas a su frente y el resto descendía por su anchos hombros como hilos finos de tinta china.

— ¿Duele? — preguntó Shi Qing Xuan en voz baja.

Su mano fue jalada de repente y atraído a los brazos del ex general. La acción fue tan repentina que Shi Qing Xuan se quedó inmóvil, sólo sintió como un cálido aliento chocaba en la curva de su cuello.

MingYi cerró los ojos y el aroma de Shi Qing Xuan llegó a su nariz, movió sus manos y envolvió la cintura del otro apretándolo contra él. Hundió sus dedos en sus cabellos mojados y subió hacía arriba hasta llevar a la nuca de Shi Qing Xuan.

Lo tironeo hacia atrás y unió sus bocas.

Los ojos de Shi Qing Xuan se ampliaron con incredulidad y no podía moverse. El beso fue largo y sus labios fueron mordido, chupados, todas aquella acciones lo dejaron con la mente en blanco.

Así de repentino fue y de la misma forma terminó.

MingYi lo miró a los ojos y dejó en las manos de Shi Qing Xuan un sello en forma de tigre — Cuando llegues a la siguiente ciudad, usa eso para reunir al ejército regional. Responderán inmediatamente al ver este sello privado de mi familia, ellos te protegerán.

Shi Qing Xuan no entendía lo que le decía.

— Espera a que el imbécil de Pei Ming llegue y vuelve a la capital.

— ¿Qué pasará contigo? — Logró preguntar Shi Qing Xuan.

La expresión de MingYi se relajó y una sonrisa gentil se formó en su labios.

Esa sonrisa fue como un golpe para Shi Qing Xuan — ¡No...!

Su cuello fue golpeado y perdió el conocimiento.

MingYi los sostuvo contra su pecho. 

Solo quería que viviera.

Por primera vez en mucho tiempo deseó proteger a alguien, deseo que alguien más llevará este peso de sobrevivir.

 Desde que su prometida murió, su corazón se fue con ella, por eso no quería ser de nuevo ser dejado atrás, no quería pasar el restó de su años con el arrepentimiento de no poder proteger a alguien importante.

Era egoísta, porque quería que Shi Qing Xuan lo recordará de ahora en adelante y que llorara por él, que bebiera el vino en la soledad de su habitación sin encontrar consuelo por el restó de su vida.

No quería vivir, si eso significaba perderlo, por eso prefiere morir solo por él,

Había anticipado de que si el enemigo les tendía una trampa y  podía al menos  dejar que Shi Qing Xuan escapara. los dos caballos en la zona y el camino que tomaron para llevar a la choza estaban en sus planes.

Era aquí donde se separaban.

Cargó a Shi Qing Xuan en su brazos y salió por la puerta trasera, donde había preparado un carruaje, abrió la puerta y lo dejó dentro.

En ese momento, una solitaria lágrima bajó por el rostro de Shi Qing Xuan.

MingYi cerró la puerta sin notarlo y guio al caballo hacia el camino— Llévalo a un lugar seguro— Le dio un fuerte golpe y lo vio alejarse en la oscuridad.

Se dio la vuelta y no miró atrás.

Si alguien recuerda esta historia, pro favor hágamelo saber. No he podido escribir hasta ahora  

😥😥😥