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Parte 15 Un caso médico parta 2


La expresión de Shi Qing Xuan cambió drásticamente, oprimió sus labios de forma sutil y se obligó a mantener la calma. Que una princesa sea acusada de un crimen era un asunto grave, viendo la cara del gobernador, supo que no estaba bromeando y diciendo casualmente esas palabras.

— Incriminar a la familia imperial es un asunto serio. Me gustaría saber qué clase de pruebas tienen contra la Princesa Mayor.

El gobernador se movió nervioso en su asiento—Daren, no me malentienda. Este humilde ha defendido a la princesa, es el fiscal Qui que insiste en tener a la princesa en prisión.

—¿Fiscal Qui?— Shi Qing Xuan preguntó sutilmente mientras bebía su té. Este gobernador era bueno para evadir su responsabilidad, si no veía una forma para que pudiera liberarse, no soltaría la lengua.

—Usted no lo sabe Daren, pero el fiscal Qui de la familia Qui es la máxima autoridad en el condado Hong, fue él quien reunió las pruebas y determinó que la princesa mayor es culpable.

El gobernador vio que el enviado de la corte fruncía las cejas al igual que la sonrisa amistosa en sus labios y se apresuró en persuadirlo—Daren, si desea hablar con el fiscal Qui, organizare una reunión para ustedes.

—No es necesario—Shi Qing Xuan se puso de pie de repente asustando al gobernador, lo miró y se dio la vuelta para irse. Ming Yi lo siguió sin darle una segunda mirada al hombre.

—¡Espere!

El gobernador se adelantó y bloqueó el pasó de Shi Qing Xuan y Ming Yi impidiéndoles seguir avanzando—¡Daren! No se precipite, este sirviente...

—¡¿Tú qué? No te he dicho o hecho nada, pero ya se ha alterado—Shi Qing Xuan sacó su abanico y apuntó con el gobernador sorprendiéndolo—Muévase, mi compañero no es muy paciente.

El gobernador miró hacia Ming Yi y vio que su mano estaba en su cintura listo para sacar su larga espada. Pálido, retrocedió  unos pasos y dijo— Daren, no me malentienda solo quería ofrecerle un lugar para pasar la noche.

—No es necesario, ya tengo un lugar reservado.

Shi Qing Xuan retiró su abanico y esquivó al gobernador sin darle tiempo de hacer o decir nada, se marchó atravesando el gran pasillo y salió de la gran mansión rápidamente.

No tomó el carruaje que lo esperaba afuera, si no que camino alzar por la calle, Ming Yi lo siguió de cerca, su mano estaba en la vaina de su espada lista para sacarla, pero después de caminar un tiempo nada ocurrió y se puso al par de Shi Qing Xuan.

—¿Qué tal?

—Nadie nos sigue.

—Ese hombre es un cobarde, me resulta difícil saber si hará algún momento — Shi Qing Xuan se detuvo y miró a Ming Yi —Tenemos que hacerle una visita a ese tal fiscal Qui.

—Ese sujetó pudo mencionarlo intencionalmente para que vayas a verlo, puede ser una trampa —Dijo Ming Yi. Shi Qing Xuan sonrió al oírlo, Ming Yi desvió su mirada hacia otra dirección.

Shi Qing Xuan estaba feliz de que Ming Yi comenzará a expresar su preocupación por él, como era un evento que rara vez ocurría su humor mejor de inmediato — Eso parece, pero contigo aquí ¿Tengo algo que temer?

Ming Yi se giró rápidamente para verlo asombrado, pero Shi Qing Xuan ya había caminado lejos y no se dio cuenta de la perturbación que provoco en el ex general del campamento negro del norte.

Para ser la calle de una ciudad que estaba en el centro del condado había muy pocas personas, los restaurantes y comercios estaban desiertos, no contaba con el ambiente alegre de un gran pueblo, solo se sentía un silencio tenso.

Al igual que en la avenida que tomaron para llegar, había muchos mendigos en su mayoría eran niños pequeños, otros eran ancianos tanto hombres como mujeres.

Shi Qing Xuan no perdió de vista que esas personas estaban desnutridas. Tenía una idea de lo que estaba pasando y cambió su rumbo yendo hacia la derecha hasta llegar al final de la avenida.

Había un alto edificio con una enorme placa en la entrada que decía "fiscalía". Alrededor no había nadie, así que Shi Qing Xuan entró directamente.

Al pasar el umbral, el vestíbulo donde normalmente se llevaban a cabo los juicios regionales estaba desierto, ni siquiera había signo de actividad reciente. Shi Qing Xuan se dirigió a la habitación interior y tampoco encontró nada, pasó por un corredor y llegó a un amplió jardín.

Cerca de un estanque estaba una figura de negro alimentando los peces. Sus cabellos prolijamente arreglados con una simple corona se dispersaba como finos hilos negros al soplar el viento.

Cuando se dio la vuelta revelo un hermoso rostro joven y unos profundos orbes de color color negro con cejas afiladas y labios finos.

La sensación que él dio a Shi Qing Xuan fue como estar frente a un gran bloque de hielo, frío y pesado. Su mirada hizo que se pusiera inquieto, pero ocultó su rostro detrás de su abanico y habló con cautela. —Llame, pero no había nadie respondió.

No tuvo respuesta, solo una penetrante mirada. Shi Qing Xuan normalmente tenía mucho que decir, pero en esta ocasión no encontró palabras por un buen rato.

El viento siguió soplando entre ellos arrancando los pétalos de los ciruelos y el silencio se prolongaba interminablemente. Aquel hombre se dio la vuelta y siguió arrojando comida a los koi del estanque.

—¡No me ignores!

Lleno de quejas, Shi Qing Xuan se acercó para sujetar el hombro de aquella persona, al segundo siguiente su muñeca había sido agarrada y su cuerpo girado poniéndolo de espalda contra el estanque.

Sus ojos se abrieron con incredulidad y se perdieron en el interior de las pupilas de aquel sujeto. Tragó duro y no se atrevió a provocarlo, solo que la mano que estaba sujetando su cintura empezaba hacerlo sentir incómodo y temía que lo arrojará al agua.

La persona vestida de negro lo atrajo hacia adelante, pero no lo soltó, por las esquinas de sus ojos deslumbro a Ming Yi que tenía su espada apuntado a su cuello.

Sin necesidad de palabras, los dos dejaron claro el mensaje.

Shi Qing Xuan fue lanzado de forma brusca a los brazos de Ming Yi y sujetado de nuevo por la cintura de forma posesiva, aturdido se giró hacia Ming Yi, pero Ming Yi no le prestó atención, tenía una expresión helada dirigida hacia aquel hombre.

—¡Pueden dejar de tirarme! — Se quejó Shi Qing Xuan. — ¿Y quién eres?

—Para ser el enviado del Emperador es poco intuitivo, Daren.—Su voz no fue ni suave ni fuerte tampoco humilde ni ofensivo.

Shi Qing Xuan dudó porque esta persona se veía muy sospechosa. Salió de los brazos de Ming Yi y tosió para disimular la incómoda situación que se formó —Fiscal Qui...Yo

El fiscal Qui lo ignoró y le dio la espalda.

—¡Oye!

Como no estaba acostumbrado a ser ignorado, más era la insistencia de Shi Qing Xuan, si no fuera porque Ming Yi lo tomó del brazo y evitó que lanzara contra el Fiscal Qui lo habría golpeado, sin más opción tuvo que recurrir a las palabras.

—¡¿Qué crimen cometió la princesa?

El fiscal dijo con indiferencia —Hay pruebas que mató al médico Xiao del condado.

—¿Y cuál es esa prueba?

—La princesa confesó su crimen.

Shi Qing Xuan arrugó las cejas —¿Dónde está?

—En la prisión de la fiscalía.

El fiscal Que no era un hombre que le gustara gastar palabras y solo decía cortas frases, Shi Qing Xuan no estaba de humor para lidiar con él, se dio la vuelta para ir a buscar a la princesa cuando escuchó su voz.

—Regrese por donde vino Daren tan pronto pueda, de lo contrario no podrá regresar.

—¿Es una amenaza?

—Es un consejo.

Shi Qing Xuan salió del jardín a grandes pasos, entró a un largo corredor que se dirigía a la parte más profunda del establecimiento. A medida que avanzaba, la luz comenzó a ser escasa y un pestilente olor a moho irritó su nariz.

Estando acostumbrado a estas prisiones, Shi Qing Xuan no se detuvo y buscó en cada celda a la princesa mayor. No había muchos criminales encerrados y los pocos estaban en un rincón acurrucados sumergiéndose en la oscuridad para no ser vistos, solo al final del estrecho corredor se filtraban algunos rayos del sol.

Shi Qing Xuan se paró frente a esa celda y miró en el interior, al principió la luz le impidió ver quien era la persona que estaba encerrada ahí porque estaba de espalda a él, luego pudo distinguir la silueta de una mujer delgada.

—Princesa—Junto sus manos e inclinó la cabeza.

—No hay necesidad de ser tan formal con una prisionera.

El tono de voz de la princesa, YuShi Huang era bajo y suave, desprendía en cada sílaba una sensación tranquila y llena de armonía, no era tipo de voz que se escucharía de un miembro de la realeza que fue acusado y estaba bajo arresto.

Shi Qing Xuan estaba un poco confundido, pero cuando YuShi Huang se acercó a su posición vio que su mirada era limpia, no había perturbación en sus ojos ni tampoco desesperación.

—Princesa, su majestad me ha enviado para investigar este asunto, puede estar tranquila. Le aseguro que la sacaré pronto de la prisión

YuShi Huang sonrió con dulzura y negó con la cabeza, se arrodilló en el piso y bajó la cabeza sorprendiendo a Shi Qing Xuan—No hay necesidad oficial, he cometido un pecado y ensuciado el nombre del clan imperial. Acepto la muerte para poder remediarse con su majestad.

Sin palabras, Shi Qing Xuan  se quedó viendo a YuShi Huang. No podía entender sus acciones, se declaró culpable sin mostrar arrepentimiento ni penas, claramente tenía la conciencia tranquila.

—Su alteza, si alguien la amenaza para...

—Nadie ha hecho eso.

Eso confunde más a Shi Qing Xuan iba a decir algo cuando su mano fue tomada, miró hacia un costado y se encontró con Ming Yi, este negó la cabeza y comenzó a jalar su mano para sacarlo de aquel lugar.

—¡Espera Ming-xiong!— Shi Qing Xuan se resistió, pero fue en vano bajo el agarre de Ming Yi quien lo arrastró hasta salir de la fiscalía y lo llevó hasta un lugar deshabitado.

—¡Hay algo raro aquí!

Ming Yi lo miró fijamente en silencio. Ese tipo de mirada hizo que Shi Qing Xuan se sintiera raro—¿Qué pasa Ming-Xiong?

—¿Cuál es la verdadera misión que te asigno el Emperador?

Shi Qing Xuan quiso esquivar su mirada y sonrió despreocupadamente, pero los penetrantes ojos de Ming Yi hicieron que soltara un largo suspiró y no tuvo más opción que confesar — El caso de la princesa es un asunto inesperado, su majestad me envió a investigar la escasez de plata en la mina del contado, en los últimos meses se han encontrado que la plata fue mezclado con plomo reduciendo su calidad y provocando un desequilibrio económico.

La cara de Ming Yi no mostró grandes cambios, pero por dentro su sangre hervía de ira. Este casó no era algo que Shi Qing Xuan pudiera manejar, no porque incompetente, sino porque era arriesgado, si el dinero estaba siendo falsificado, los involucrados no dejarían que saliera con vida del condado.

Pensando en la razón por el cual fue enviado Shi Qing Xuan, la expresión de Ming Yi se torno oscura. No estaba siendo probado Shi Qing Xuan, sino él, como Márquez todavía tenía un título de alto rango, bajo la sombra de Shi Qing Xuan la corte imperial podía tomar medidas, en caso que algo saliera mal, él tendría que desplegar sus contactos.

"Bastardo"

—¿Ming -Xiong? – Shi Qing Xuan se preocupó, habiendo estando juntos un tiempo ya era capaz de entender lo que no decía solo al verlo a la cara. No tenía intenciones de ocultarlo por mucho tiempo, confiaba en Ming Yi solo temía que no lo dejara ocuparse del caso si le decía la verdad completa.

Ming Yi reaccionó y miró directamente a los ojos a Shi Qing Xuan, sus labios se oprimieron con fuerza al igual que sus puños a cada lado de su cuerpo.

Después de dudar por una pequeña cantidad de tiempo, no pudo seguir controlándose y sujetó de los hombros a Shi Qing Xuan— Si en algún momento quieres huir, solo dilo. Te sacaré de aquí, aunque me cueste la vida. 

Sus palabras fueron inesperadas para Shi Qing Xuan, no supo cómo reaccionar, pero al sentir cómo las manos que los agarraban temblaban levemente su pecho dolió. Tomó suavemente las manos de Ming Yi y las apretó ligeramente.

—Ming-Xiong, si se vuelve difícil para ti, puedes dejarme.

Furioso, Ming Yi apartó su mano de forma brusca.

Shi Qing Xuan continuó ignorando la reacción de Ming Yi y una débil sonrisa se formó en sus labios —Solo quiero decirte que no conozco a nadie mejor que tú, siempre estás para mi, por eso quiero que esté a salvo si algo pasa.

— Quiero que mi mejor amigo esté a salvo.

—¡Cállate! — Lo interrumpió Ming Yi con una oscura expresión —Aquí el Emperador no puede protegerte ¿Qué puede él hacer por ti si estás en peligro?

—¡Te equivocas Ming-Xiong no quise decir eso!

Shi Qing Xuan sabía que estaba siendo malinterpretado y quiso explicarse, pero Ming Yi le dio la espalda y se alejó sin darle tiempo de decir algo, como ambos estaría en la misma posada no insistió en ir buscarlo, iría a esperarlo en su habitación ya que Ming Yi no parecía que quería hablar con él ahora.

Ese era el plan cuando algo chocó contra él, bajó la cabeza y se encontró con un niño mendigo. El chico tenía su mano metida en su ropa para robar la poco plata que llevaba encima, Shi Qing Xuan vino preparado para este tipo de eventos e iba a regañar al pequeño ladrón cuando noto que había una fina capa de polvo en su ropa, por su olor no algo que encontraría metiéndose en la calles sucias.

—Si me dices donde te manchaste con eso, te daré unas monedas—Señaló Shi Qing Xuan. El niño mendigo no lo pensó dos veces y asintió con la cabeza.

—Joven maestro cuando este mendigo pasaba por el templo de la diosa de la agricultura fue cuando se manchó con una extraña sustancia.

—¿Hay viento si personas extrañas han aparecido recientemente ahí?

—Muchas personas vienen a menudo al templo del joven maestro, pero si pregunta si hay algo extraño sería como salen por la noche mucha carreta desde las minas, nadie sabe qué es lo llevan, pero cada día hay menos comida y la gente muere de hambre. Los grandes señores incluso se han marchado de aquí.

Shi Qing Xuan frunció la cejas, le entregó la moneda al niño y se dirigió al tembló de la Diosa de la agricultura.

Hola queridos lectores, gracias por leer. Espero que les haya gustado.

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