🏀Prólogo🏀
Thomas
Vacío, era lo único que sentía en mi pecho. No podía quejarme en realidad, tenía una familia funcional y amorosa, si contamos el cómo mi mamá me cuidaba; amigos con quienes compartir, muchos en realidad, aunque leales podía contarlos con la mano; una carrera próspera y llena de oportunidades. No me faltaba nada, incluso era popular en la universidad dada mi posición como capitán del equipo. Sin embargo, el solo ver cómo papá trataba a mi mamá, con ese amor y adoración que solo se tiene cuando encuentras a tu otra mitad, me hacía sentir un poco solo.
¿Cuándo llegaría mi turno? Si he de buscar, ¿a dónde debería ir?
Podía decirse que eran un poco de celos, y sí, yo también quería eso, pero me alegraba que ellos lo tuviesen.
Un año más había empezado, y los últimos como estudiante universitario daban inicio. Extrañaría muchas cosas el día que deba dejar esa posición, la atención y el respeto de la gente, por ejemplo, y el hacer algo que a los demás les guste tanto como a mí. Sin embargo, y por petición de mi padre, debía hacer algo más que solo llamar la atención de las chicas: debía afrontar mi lugar como capitán.
—¿Preparado, jefe? —se burló Juan, mi cocapitán autoproclamado.
—¡Dios, detesto que me llames así! —repliqué, cerrando el libro que tenía en mis manos—. ¿Podrías por favor callarte el perro hocico?
—Alguien comió alacranes —intervino Evaristo, otro de mis exasperantes amigos y compañeros de equipo—. No molestes al rey, mandará a decapitarte.
—¿Quieres ser el primero, Eva? —contesté, sabiendo como odiaba ese diminutivo de su nombre.
Me miró con ojos entornados, arrugando la cara como si le hubiese lanzado una maldición imperdonable. Sin embargo, solo se hizo el herido y continuó su camino rumbo a los cambiadores. Dentro de solo minutos se daría inicio a la audición, por lo que todos deberíamos estar y supervisar a quienes fuese llegando, eso mientras mi padre hacía acto de presencia.
—¿Ya hubo drama? —saludó Emilio, alias «el periodista», todo lo quiere saber—. ¿De qué me perdí?
—Drama familiar, como siempre —contestó Juan—. Eva indignado con su papi porque lo llamo por ese mismo nombre.
—¿No deberían ir a cambiarse? —repliqué exasperado.
—Si, apa', ya vamos —se burlaron al unísono.
—¡Esta es la juventud del futuro, que horror! —repliqué, sin poder evitar que una sonrisa se asomara en mi rostro.
Sí, eran desesperantes, pero así eran mis amigos. Un poco inmaduros, inquietos, llenos de energía, casi infantiles, pero amigos reales y leales. No podía decir que no me gustara, en realidad, era lo mejor que me había dado el equipo de baloncesto, una familia. Aunque seguía faltándome algo para sentirme completo, pero, ¿qué era? O, ¿era un quién?
Nos cambiamos entre bromas y risas, más discusiones sin sentido que no iba a ninguna parte y regaños de mi parte, como siempre. Salimos cuando los primeros chicos empezaron a llegar, siguiendo las instrucciones que les dimos empezaron a cambiarse y reunirse en las canchas.
Era demasiada gente, mayor cantidad de mujeres que de hombres, para variar, pero no para bien. ¿Por qué? La mayoría posiblemente estaba solo por mí y no me atraía en absoluto esa idea. No era por ser fanfarrón, pero, ¿popular les suena? Era a veces fastidioso, pero había aprendido a vivir con ello. Salvo ese día, porque era yo quien debía atender a todo ese grupo en las audiciones. Gracias, padre.
Y, sin embargo, una chispa estalló en mí interior al verlo. Un chico alto, fornido, de lindo rostro y cabello castaño corría desde los vestidores a la cancha. Respirando casi con dificultad, se acercó al centro al escuchar el llamado de mi papá. Mirando en todas las direcciones, no se veía del todo cómodo, pero la confianza que transmitía su postura decía mucho más que eso.
—Las chicas podrán ir a la cancha secundaria con Thomas, para los que no lo conocen es mi hijo y me ayudará en esta tarea. Pero no se amañen, ¿eh? Ya me las conozco —expresó mi papa y empecé mi caminata magistral bajando de las gradas.
Todas las miradas estaban centradas en mí, en especial de las chicas, pero solo una de ellas llamó por completo mi atención. Ojos cafés oscuros, pómulos firmes y esos labios carnosos que me tentaron con solo verlo relamerlos. Aquel chico me miraba casi boquiabierto, y por primera vez, bendije y agradecía a todos los dioses por ello.
Ese monumento de hombre debía ser mío.
Este...
Probando 1, 2, 3
¿Hay alguien con vida?
¿Los lectores de DPT siguen por aquí, me recuerdan?
*Planta rodante entrando a Wattpad*
Chale.
Bueno, mientras llegan puedo decir que...
Aquí empieza esta aventura, primera vistazo, papi CalenturientoThomas.
¿Qué les pareció mi bebé precioso?
¿Le ganará al fogoso de Marcos?
Quédense para más chisme.
Los quiero mis pulguitas, y a todos los que lleguen, gracias por seguir aquí.
Pd: no es obligatorio leer DPT primero, cronológicamente, esto pasa primero, pero siento que sí es necesario
Lean DPT primero
Besos.
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