Cap. 71
Diana Cavendish Pov
—¿Como...? —susurre.
¿Como... lo descubrió?
Flashback
La festividad estaba llevándose a cabo en el salón principal. Había muchas personas, y las líderes de las otras tierras estaban presentes. El lugar era totalmente hermoso, los decorativos en el techo eran muchas figuras de Kaiser, humanos, Aslandar, Ranter y Baristar. Las ventanas se hallaban cubiertas por una tela azul con dorado que fue el color principal. La líder superior dio una grata bienvenida a todos, y a nosotras nos incluyeron con especialidad. Su sonrisa era deslumbrante, demostrando felicidad sin falsedad.
Su vestido, estaba compuesto de una tonalidad más hermosa que el color primordial del salón. Su belleza fue deslumbrante y los Baristar que parecían los candidatos estaban ansioso por saber quién sería el elegido. Al final, la sorpresa se expresó en los rostros de la mayoría y un gran grito de alegría escapo de los labios de la antigua líder de esas tierras. Su emoción fue tanta, que no pudo resistir otro segundo más en su asiento principal. Uso su velocidad para llegar a donde se encontraba Mary para abrazarla con todas sus fuerzas; no importándole a las personas que estaban contemplando ese hecho.
Barbara, se hallaba a un lado con una sonrisa sincera, para después recibir un golpe de parte de la señora que saco un poco el aire de sus pulmones. Escuchando un ''eres lenta'' que formo un eco. En ese momento, me encontraba alado de mi reina admirando con una sonrisa ligera y orgullosa el panorama. En mi mano derecho sostenía una copa de vino recién servida, y en mi mano izquierda cargaba a Dylan que solo se limitó a observar con curiosidad.
Cuando voltee a ver a mi reina, su expresión era de tranquilidad con una sonrisa tenue en sus labios. Unos segundos después, mire a la Reina de Soris que tenía una sonrisa de oreja a oreja y su copa levantada. Fingía muy bien.
Los minutos fueron pasando y la celebración comenzó con un espectacular baile que encanto a la multitud. Había leído que normalmente para los Baristar, el baile y la danza, es una costumbre que se lleva a cabo en cada festividad importante. La líder actual, debe comprometerse a realizar diferentes pasos, moverse acorde a la música y dar un buen final que deje a todos satisfechos. Eso, entrego un buen ambiente que es disfrutable. Barbara, estuvo conmigo en uno de los puestos especiales para nosotras cuando dio inicio. Le hice una pregunta que respondió con sinceridad y alegría.
Cuando llego el momento de la danza en pareja, estaba dispuesta a invitar a mi reina, sin embargo, antes de que pudiera formular una palabra, Dylan fue arrebatado de mis brazos por su persona. La mire confusa, observando cómo se ponía de pies. Ella simplemente dijo: ''me retirare, hablare con Lotte. Disfruta de la fiesta, cuidare de Dylan''. Esas palabras me hicieron sentir apartada. Su amiga que se había ido sin que me percatara, entendí que, eso era más importante que disfrutar de una celebración a mi lado junto con mi hijo. Simplemente... me limite a asentir y beber de mi vino.
Pasaron más minutos en donde permanecí en mi silla acolchonada mirando a las personas bailar, conversar, reír, comer y divertirse. La Reina de Zahara había ocupado el puesto anterior de Barbara, haciéndome compañía por ese tiempo. Sus primeras palabras fueron: ''Lamento que Akko no esté contigo, ahora mismo''. Después dijo: ''Supongo que conoces la historia de ella dos. Está bien que seamos amigas, pero no debe siempre socorrernos en estas situaciones. Exagera. Aun así, Akko necesita saber con quién estar y con quien no, sabrás porque lo digo. Una disculpa, por su comportamiento''.
Cuando acabo me puse a pensar en sus palabras, rememoré esa historia de dos niñas que siempre estuvieron juntas después de todo lo que sucedió en ese entonces. Estoy consciente de que soy la responsable del maltrato y abuso de sus padres, otro error que cometí al haber seguido mis sentimientos. Sigo tratando de remediar todo el daño que hice en el pasado, pero no es fácil. Los humanos pueden ser muy rencorosos y a veces Akko... me hace sentir que mis acciones no son suficientes, haciéndome pensar que tal vez... no haya olvidado todo lo que paso. Imagino que, en su corazón primero esta Lotte, luego la Reina de Zahara, a continuación, la Reina de Hexariz, después Dylan y, por último, estoy yo.
En esa festividad, la pase sola y el ambiente y los minutos fueron suficiente para que saliera a tomar un poco de aire fresco. Anteriormente no lo había hecho porque hubiera sido una mala vista e incluyendo una mala educación, de que la Líder del Oeste, no estuviera en esa celebración importante de cada año después de que me otorgaran la ayuda e información necesaria para estar tranquila los años que vendrán.
Al encontrarme fuera, contemple el cielo nocturno y los pequeños copos de nieves que caigan con lentitud. La nevada en esa noche era suave y relajante. Permanecí treinta minutos mirando, con la mente en blanco.
Un caminar firme, confiable y tranquilo, hizo que observara de reojo a la persona que se situó a mi lado y me acompaño a mirar a las pocas estrellas.
—Hermosa noche, ¿no es así?
—Sin duda, líder superior.
—Puedes decirme, Mary. Tenemos una alianza, no hace falta tanta cordialidad.
—Como diga, Mary.
—Mucho mejor, Diana —dijo con sonrisa.
Mary, no dijo nada más, y el silencio duro aproximadamente unos diez minutos hasta que, unas palabras francas me confundieron.
—Se lo que hiciste.
Mis ojos de inmediato la miraron, sin voltear totalmente a verla manteniendo una expresión neutra y confusa. Esperando pacientemente a que continuaría.
Después de unos segundos, la mirada de Mary se clavó en mí, y lo que dijo sin titubeo me impresiono y asusto.
—Se que asesinaste al último hijo de Majorlaine.
Fin del Flashback
.
.
—Los Ranter pueden ser tontos; pudiste engañarlos. Pero a la Baristar no. Menos una mujer que fue criada por los mejores líderes.
Levanto la mirada, observándola con seriedad.
—Un pequeño ataque de furia, hizo que tuvieras una nueva responsabilidad tan grande que puede causar mucho desastre —dijo, con una sonrisa burlona y su taza de té sostenida ágilmente con sus dos dedos por la Asa.
¡Líder del Oeste!
Adam...
¿Hoy me enseñaras? ¿No quieres... entrenar conmigo?
—¿Que harás? La líder superior te ordeno a que no dijeras nada, de igual manera no tenías intenciones de hacerlo. La guerra que se aproxima es grande, nunca antes vistas. Vivirás en carne y hueso esa experiencia que te llenara de adrenalina. ¿No es emocionante? Hija mía.
No.
—Veo que hoy no estás de humor —dijo disgustada.
Y tú, estas muerta.
—¿Y porque vuelves aquí, entonces? —contrataco enseguida—. ¿Necesitas cariño? ¿La Reina de Benum no es suficiente? —Sonríe juguetona—. ¿O.... quieres el mío?
¡Basta! ¡Necesito calmarme! ¡Y tu solo estas empeorándome!
—Han pasado siete largos meses desde tu visita a las tierras de los Baristar. Tu amiga Barbara es pareja de la mayor líder que hay actualmente.
¿Y eso a que viene?
—Que tu podrías hacer una líder superior... Cumplir mi sueño.
No, no lo hare.
—¿Te da miedo, Diana? ¿O no eres capaz de matar a esas amigas que le diste la espalda? Ellas no importan. Cuando las mates, solo así conseguirás ese título que tanto le pertenece a la familiar Cavendish. —Hace una pequeña pausa—. ¿Por qué escondes todo ese potencial que te fue otorgado? ¡Eres mi sangre!, ¡Eres mi hija y por ti di mi vida!
¡Cállate!
—No hagas que mi muerte sea en vano, Diana —murmuro con enojo, dejando la taza encima de su plato.
No las matare. Hannah esta maldecida, tiene una regeneración sumamente rápida que la convierte en alguien inmortal. Barbara ahora esta con la líder superior y está siendo protegida. Mary no permitirá que le toque un cabello.
—Tu amiga Hannah no es inmortal. Pídele los libros y encontraras la manera de matarla.
¿Crees que me lo entregara así por así?
—Tienen una alianza, debe compartir las cosas valiosas que posee.
Solamente a Mary.
—No. —Ríe ligeramente, negando con su cabeza—, estas equivocada. Lee el contrato que firmaste otra vez, ¿o lo olvidaste?
¿Olvidarlo? Tengo una excelente memoria...
—¡Así es! —exclamo—. ¡Tu mentalidad está a la altura de la líder superior! ¡Tu fuerza también! ¡Tu regeneración es mayor que el de la Líder del Norte! ¡Puedes conquistar tierras! ¡Puedes tener más de tres! ¡Puedes convertirte en la Líder superior de los Kaiser, si matas a esas dos débiles Kaiser!
¡Se acabo! ¡No hare nada de lo deseaste algún día! ¡No cumpliré tus expectativas! ¡No matare a mis amigas! ¡Y continuare con mi liderazgo a mi manera!
—Días oscuros se acercan, Diana. —Hace una mueca de disgusto—. Espero estés lista y no regreses a llorar de nuevo. Adiós.
Desapareció... Me siento más...
—Diana.
Akko.
—Mi reina —dije enseguida, levantándome.
—¿Estas bien? —pregunto preocupada—. Te he visto por minutos en este lugar y.... bueno, Diana si sucede algo puedes contármelo.
—Por supuesto, mi reina. Hicimos una promesa —recordé con una sonrisa sutil.
Tome una de sus manos y deposite un pequeño beso; sin despegar mi vista de sus ojos. Sus mejillas se ruborizaron levemente, creando una sonrisa satisfactoria en mis labios.
—Quiero decir... aparte de que ahora pasas más en este lugar, no has querido... ya sabes, hacer esas cosas... conmigo. Deseo saber si estoy haciendo algo mal que esta distanciándote de mí.
Cierto, las relaciones sexuales han disminuido por mi distracción debido a mis pensamientos. También, no quiero que nuestra relación solo se base en eso, aunque tengo que admitir que Akko es a veces muy persistente. Una vez, llegamos a hacerlo tres veces en un solo día. Me sentía agotada, y ella parecía aun tener energía.
—Si eso le molesta, podemos hacerlo ahora.
—¡¿A-ahora?! N-no, espera no estas entendien-
—Mi reina, estaba bromeando. Lamento no haberlo dicho antes, pero si podemos ir a un lugar más adecuado para hablar de este tema, estaría agradecida.
Todo menos aquí.
.
.
—Comprendo. Lamento haberte dejado esa noche, creí poder recompensártelo después.
—Ha pasado siete meses. Deje de pensarlo hace mucho tiempo, no me molesta ahora. Solo quería aclararlo.
—Sabes que me iré, por unos meses. Mi palacio aún le falta construcción, pero algunas habitaciones pueden usarse.
—Estaré haciendo algunas visitas cuando pueda.
—Siempre serás bienvenida, lleva a Dylan contigo, también me gustaria verlo.
—No lo dejare solo, me acompañara.
—Gracias. —Voltea a ver al cachorro parado en la silla frente a una mesa, tratando de leer un libro pequeño—. Lo quiero, lo quiero mucho.
—Lo has demostrado, y me alegro escucharlo.
Antes no estaba tan... de acuerdo. Ha progresado y eso me gusta.
—Tu... me gustas, me gustas mucho —dijo mirándome de nuevo con un sonrojes notable en sus mejillas—. No lo digo muy a menudo, solo en esas situaciones. También quiero que eso fluya de manera natural y no tan consecutivo. —Sonríe—. Sabes, si pudiera embarazar como un hombre humano, tendría más de veinte hijos.
¿Q-qué...?
—Co-conozco la reproducción entre ustedes —respondo un poco incomoda e impresionada.
No creí que tocara ese tema. Tal vez pueda...
—L-los humanos tienen familias grandes... —continúe—. Sin embargo, soy una mujer y mi sistema funciona diferente.
—Y eso me gusta, mucho.
Trague pesadamente, cruce mis piernas y recosté mi espalda en el sofá que está dentro de la habitación que compartimos. Es de noche y una luz se encuentra encendida, puesta en la mesa para que Dylan pueda continuar con esa lectura que le ha encantado. Un cuento de Kaiser para niños, se ha estado forzando mucho en intentar leerlo.
—¿Crees que podamos turnarnos a Dylan?
—Es posible.
No me molestaría.
—¿No te sentirás sola?
Pase mucho tiempo en la soledad desde que mi madre falleció. Unos días o meses no harían la diferencia.
—Estaré bien, cumpliré con mis deberes e iré a visitarlos en mis días libres.
—Gracias. Me gustan que las cosas estén tranquilas, Mary ha cumplido cada una de sus palabras y hasta el momento no hemos sido atacadas. ¿Crees que podamos disfrutar de esto?
—Siempre que podamos aprovecharlo, lo haremos.
Ahora que recuerdo...
—¿Tienes noticias de la Reina de Zahara?
—Creí que no querías que hablaras de mis amigas.
—Aclaré solo una actitud que me disgusto de su persona, no dije nada comparado a eso.
—Bueno... está embarazada. El niño o niña, nacerá en cuatro meses.
—¿Tuvo... una buena experiencia? —pregunte, disimulando mi interés.
—Menciono que fue delicada, que no le hizo ningún daño. Amanda imagino que la trataría como un objecto, pero tampoco sucedió. Su actitud la sorprendió, pero después de esa noche, la Líder del Sur continúo siendo la misma.
Era de esperarse... tenía una mínima esperanza de que tal vez... cambiará un poco. Eso quiere decir, que las palabras de Mary son ciertas; siempre aciertan. Hannah, no tiene sentimientos y que se comportara de esa manera, no cambia mucho.
—¿Noticias de Barbara?
—Está feliz.
Su carta me llego hace unos días.
—Por el momento, Mary no está embarazada —continúe, levantando mi cabeza para ver el techo—. Debe esperar que su celo choque en una noche de Luna Llena.
Quizá falte poco.
—Si Harry es un Baristar y Kaiser, a la vez. Dylan... ¿no deberíamos investigar un poco?
Es cierto... Deberíamos investigar acerca de eso.
—¿Crees que tenga una habilidad especial? —pregunte curiosa, bajando mi cabeza para verla.
Sinceramente, nunca me pareció importante. Una humana, con un Kaiser, ¿Que puede...? No, no pensare eso, Akko es una humana y es única, no le faltare el respecto a su raza ni en mi mente.
—No lo sé. Lo averiguare por mi cuenta, tengo curiosidad —dijo mirando a Dylan, de nuevo—. Cariño —llamo, causando que Dylan volteara—, ¿puedes venir?
—Si, mama —contesto tranquilo, bajo de la silla y se aproximó con su libro en mano.
—Aún me sorprende que, con un año y siete meses, pueda entender y hablar más o menos. Un bebe humano podría decir muy pocas palabras en ese tiempo.
—Aparte de ser un Kaiser, es un Cavendish. Tiene mi sangre...
Tienes mi sangre.
—Mis genes —seguí—, mi inteligencia y mi fuerza que crecerá al paso del tiempo.
¡Eres mi hija!
—También tiene mi sangre —aclaro, ayudando a Dylan a sentarse en el centro del sofá—, puede que no tenga nada especial por ser humana, pero es mi hijo también.
Lo dijo... no me gusto que se menospreciara, pero yo también estuve a punto de hacerlo. No puedo culparla...
—Entiendo, me pondré también a investigar un poco.
Le pregunte a Mary, de ser necesario.
—Des...pues... —hablo Dylan—. E..l lo...bo...
—¿Quieres que lo lea por ti antes de dormir? —propuso Akko, con una sonrisa.
Dylan, asintió un poco desanimado. Sonreí y lo cargué en mis brazos.
—Tranquilo, lograras leer des...pues —dije divertida.
—¡T-te estas bu-burlando de mí! —exclamo enojado, extendiendo sus brazos en dirección a Akko.
Ella, lo tomo con cuidado riéndose de mi pequeño juego. Dylan se acurruco en su pecho y me dedico una mirada enojada. Simplemente me limite a sonreír, mientras Akko lo mima con caricias y besos en su cabeza.
—¿Deberíamos hacerle pruebas también?
—Si esta con una buena salud, no creo que sea necesario.
—¿Qué hay de Sebastián?
—Ahora vive con una humana, no quiere hablarme aun, pero pronto lo hará.
Pienso hacerle una visita cuando vaya y permanezca en el palacio de las tierras de Benum.
—¿Quieres dormir, tesoro?
Nuevamente, Dylan asintió.
—¿No te despedirás de mí?
—¡N-no! —grito, dándome la espalda.
—Está bien, entonces que mañana no quiero estés en mi despacho —dije tranquila.
—¡Mmmm! ¡Mama, mi-mírala! —calmo en queja.
Akko rio, y yo también.
—Eres mala —dijo mi reina.
—Lo consientes mucho.
—¿Estas celosa?
—No. Mi hijo debe aprender buenos modales.
—L-lo hago —hablo mirándome avergonzado—. Bu-buenas noches.
—Mucho mejor, mi pequeño Kaiser —dije complacida.
Las cosas se ganan.
.
.
—¿Me extrañaras?
—Todas las noches, mi reina.
—Gracias —dijo sonriente y ruborizada—. Quiero hacerte preguntas sobre tu madre. ¿Puedo?
¿Mi madre?
—Claro.
—¿Con que intenciones apoyo Bernadette a Majorlaine?
—Un día, me llamo y dijo que, el favor que le debía Majorlaine, lo conservaría para un día en especial. No menciono más aparte de eso, pero tengo entendido que Majorlaine no podrá negarse si llego a pedirle algo que incluya un motivo importante.
—¿Bernadette no tenía un diario como tú?
—No lo sé.
Aunque...
—Si la había visto escribiendo en su habitación en ciertas ocasiones, pero sea lo que sea que estaba haciendo, desapareció.
Como lo hace cuando terminamos de hablar.
—¿Desapareció? —repitió confusa.
—Tal vez eran simples deberes de las tierras que no pudo terminar en esos días. Ella siempre me ordenaba a quedarme en la cama leyendo algún libro, mientras se encargaba de acabar con lo que hacía.
—¿Qué crees que diría Bernadette de Dylan?
Yo...
—No tengo idea.
Tal vez pueda preguntárselo cuando la vea, otra vez.
—Está bien, vamos a dormir.
—Como desees, mi reina —dije tranquila, obteniendo un beso corto en mis labios, para después verla darse la vuelta y pegar su espalda a mi pecho.
Agarre las sabanas, arrope su cuerpo y pase mi mano por su cintura, inhalando sutilmente ese aroma dulce y suave proveniente de su cabello.
—Descansa, mi mujer.
¿Mi mujer? No me había dicho así antes.
—¿Qué clase de referencia a utilizado?
—Eres mi mujer, ¿no? Te amo, y tú me amas también. Nuestros corazones están unidos y nuestro lazo perdurara. Estoy segura de eso.
Sonrió ligeramente y atraigo más su cuerpo.
Eso deseo. Deseo que nunca... se rompa. Deseo borrar mi gran error. Deseo... no ser una carga para nadie.
No lo serás para mí.
Lo siento mucho, Majorlaine. ¿Serias capaz... de perdonarme?
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Fin del Cap. 71
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