Cap. 7
Atsuko Kagari Pov
Los preparativos para la reunión están listos y hay aperitivos al gusto de los Aslandar en el comedor, vivir con una Kaiser un año y tres semanas fue de ayuda en saber los alimentos en específicos que satisface sus estómagos, pero mis cocineras tuvieron que experimentar en como cocinar a un Jabalí; nunca antes habían preparado algo así. Lo probé anteriormente sin asco por la costumbre de comer estos animales y está bien, no tienen un mal sabor, sin embargo, la Anna del palacio de Diana los preparaba mejor gracias a la experiencia que tiene.
—El líder ha llegado, mi reina—dijo un mayordomo.
—Bajare en dos minutos.
Le he mandado la carta a Diana y ella no ha llegado aún, la obligue a usar un auto y que evitara correr por el bosque; como esa vez en nuestro reencuentro. Espero que no se moleste al tomar esta decisión de aceptar la entrada a los Aslandar a mi reino, tengo curiosidad en saber lo que necesitan. Una vez que termine de arreglarme, baje los escalones y llegue a la planta baja de mi palacio, luego camine en dirección al comedor donde se encuentra el líder con su... ¿Pareja? y unos hombres de guardias, degustando de la comida recién preparada.
—Buenas tardes—me siento en una de las sillas apartadas.
—Voltea a verme—buenas tardes, reina Atsuko—coloca una mano en su pecho—mi nombre es Harald y ella es mi pareja, Amira.
—Mucho gusto—sonríe.
—El placer es todo mío—agarro mi vaso de agua.
Estos Aslandar tienen una apariencia algo diferente, poseen una cola larga, sus orejas son chicas, redondas y un poco peludas, el líder conserva una barba corta amarillenta que rodea su cuello y se une con su cabello largo anaranjado, por último, posee unos músculos que relucen y se ajustan un poco a su vestimenta. En cambio, la hembra no tiene una barba y sus orejas son más redondeadas, la cola es casi igual, pero sin la punta rodeada de pelo y su físico es...normal.
El líder termino de comer educadamente y esperamos pacientemente a que los demás acaben, para disimular el silencio en la mesa, bebí mi vaso completo y me serví más agua. Una vez que terminaron, la charla dio inicio y los platos fueron retirados del comedor.
—Explicare con detalles la razón por la cual envié esa carta y del porque quise hacer esta reunión con usted—agarra una servilleta—debes conocer a la líder de los Kaiser del Oeste—limpia sus labios—, ella rechazo nuestra reunión.
Lo sé, leí entre sus papeles la negación de su visita y ahora mi curiosidad ha aumentado.
—Quería hablar con ella respecto a las nuevas reglas que ha estado poniéndole a su gente, pero, un rumor dice que la líder consiguió a alguien para que pasara a su lado el resto de su vida—apoya sus codos sobre la mesa—nunca pensé que, Diana, elegiría a una humana y ahora que me encuentro con usted, puedo comprobar que el rumor es verdad, percibo su olor en su cuerpo.
—Levanto una ceja manteniendo mi espalda recta— ¿Y eso es algo malo?
— ¿Como hiciste para enamorar el corazón frio de esa chica? Conocí a su madre e hice una alianza con ella que no duro mucho.
¿Conoció a su madre? ¿Cuántos años tiene este hombre?
—Suspira fuertemente—sinceramente, estoy algo disgustado y decepcionado de esa niña que ahora posee una gran responsabilidad en sus manos.
— ¿Por qué? Que sea una humana y no una Kaiser, no me hace tan diferente.
—Los humanos están en la posición más baja de la cadena alimenticia, son inferiores a nosotros y débiles—toma su vaso de agua—una líder con un gran mando debe tener a una hembra de su misma especie—bebe un poco de agua—usted es una reina y tiene poder entre sus manos, pero, seguimos estando arriba de ustedes.
— ¿Cuál es el punto, Harald? —pregunto con molestia.
—Mira a su alrededor—tengo entendido que deberán unir sus reinos para estar juntas y dudo que los humanos acepten este hecho, reina Atsuko. Hace dos años tuvo una guerra con el reino del Este, continuas guerras—corrige—entonces, me haré cargo de estas tierras por orden, ya que usted está de nuestro bando ahora.
¿Que?
—Mi reino no está comprometido con el de ustedes y espero comprenda mis palabras—dije firme.
—Sonríe—eres una humana que tiene una relación con un Kaiser, eso nos da el derecho de poner las cosas en su lugar.
—Suspiro—aun así, soy la reina y yo pongo las ordenes en mi reino, no tiene ningún derecho en querer mandar o hacer verme inferior a usted.
—Le diría que arregláramos esto en una lucha y el que gana se queda con las tierras del otro, pero eres una Humana y acabare destrozándola en pocos segundos.
—No quiero ninguna batalla—me levanto—y lamento decirle que esta reunión llego a su final e insisto en tomarme la molestia de acompañarlos a la salida—miro a uno de mis sirvientes—pidan un auto, los Aslandar se retiran.
Estas son las personas que tratan de arrebatarme la corona y estoy acostumbrada a recibir este tipo de palabras, pero, no me dejare chantajear de un líder con malas intenciones.
—Exhala y se pone de pies—vendré dentro de tres días para reclamar estas tierras.
Ahora, me arrepiento mucho de haber aceptado esa carta. Como tengo de pareja a un Kaiser, sus costumbres se unen con las mías y para que esto quede en paz, los Aslandar luchan entre sí y como soy una Humana no puedo pelear físicamente contra un animal, es obvio que acabaría muerta.
No respondí y los acompañé a la puerta principal, ellos siguieron me siguieron y cuando la puerta fue abierta, observé a alguien salir de un auto que se encuentra estacionado frente a la entrada y de inmediato la reconocí. Creo que estoy en problemas.
—Sonríe enseñando sus dientes—que grata sorpresa—dijo el líder de los Aslandar.
Trague pesado cuando ella me miro y frunció el ceño, desvié la mirada nerviosa y el claxon de un carro diferente se hizo presente con otros dos siguiéndolos, voltee a ver confundida y espere pacientemente a que estos se aparcaran, para mi sorpresa salió mi amiga, acompañada del líder de los Kaiser del Norte.
— ¿Lotte? ¿Barbara?
—Hola, Akko—se acerca—tengo algo que contarte—mira al Aslandar y luego a Diana— ¿No es un buen momento? —dice nerviosa.
—Ellos ya se retiraban, así que no te preocupes—dije con tranquilidad.
—Avanza— ¿Que estás haciendo aquí? —pregunta Diana al líder de los Aslandar.
Acaba de ignorar mis palabras.
—Infla un poco su pecho—vine a hacerle una visita a tu dulce pareja, Diana—pone su mano en la mejilla de la líder—. Eres idéntica a tu madre—murmura—pero, ella no cometería este error—observa a Barbara y quita su mano—líder de los Kaiser del Norte, ¿Usted también está comprometida con esta humana? —extiende su mano hacia Lotte.
—¿Qué? —se sonroja.
— ¿Disculpe, señor? —levanta una ceja manteniendo su postura firme.
—Creo haber dicho claramente mi pregunta, pero—coloca una mano en su mentón analizando—esta no posee ningún olor que me haga identificar que tuvo una relación profunda con usted—mira a Lotte—así que su reino no estará en mi lista, por ahora—aclara.
— ¿Que? —pregunta mi amiga confundida volteando a verme— ¿Qué está sucediendo aquí?
—Entrelazó mis dedos— ¿larga historia? —dije nerviosa.
Diana Cavendish Pov
Sabía que esto pasaría y por esta misma razón no los quería en mi palacio, pero, jamás pensé que descubrían mi relación de esta manera, además... Akko no debió haberlos aceptado. Suspiré llamando la atención de todos y me puse frente a mi pareja cubriéndola.
—Mis decisiones tomadas y hechos cumplidos no tienen nada relacionado con su reino, y espero no esté reclamando este—dije manteniendo mi postura y mirada fija en sus ojos.
—La reina Atsuko, está unida con usted y ese nos da el derecho de poseer estas propiedades a través de una batalla, pero, como ella es una humana no durara mucho contra mí.
—Las reglas mías están junto a las de este reino, significa que no hay aceptación para una reclamación de este tipo—aclaro.
— ¿Por qué rechazaste mi ida a tus tierras? —cruza sus brazos.
—Sin ofender, Harald, pero tengo asuntos más importantes de los cuales tratar, antes de entrar en una controversia como esta.
—Frunce el ceño—sabes lo importante que es para nuestros bandos este tipo de relaciones.
—Aprieto mi mandibula—no te vuelvas a acercar a ella—digo refiriéndome a mi reina.
— ¿Me estas amenazando? —enseña sus colmillos.
—Doy un paso hacia delante acercando nuestros rostros—te lo advierto—susurro.
—Diana—agarra mi brazo y me hace retroceder—n-nada de peleas—dice Akko algo temerosa.
Harald retrocedió dando un solo paso hacia atrás y Barbara pidió que me calmara dándome tres palmadas en mis hombros, en ningún momento le quite la mirada de encima al líder frente a mí y las manos del Harald se movieron rápidamente tomándome de la camisa y lanzándome contra un árbol, causando que el tronco se quebrara con mi cuerpo y las hojas me cayeran encima.
— ¡A mí nadie me amenaza, Cavendish! —grita enojado— ¡Soy el líder de los Aslandar! —baja los escalones separándose de los demás— ¡Superior a t-
Reaccioné velozmente lanzándome contra él, le di una patada fuerte en su abdomen estrellándolo contra un auto y dañando este en el impacto. La lata hundida y el motor averiado provoco que tirara humo.
—Cuida tus palabras—sacudo y arreglo mi traje.
Rayos...fue solo un golpe, pero, eso despertó un poco mis ganas de saciar mi fuerza acumulada, sintiendo mis dientes filosos y el deseo de desgarrar su carne. Suspire y mire a Akko que está observándome sorprendida, al igual que la reina Lotte, sin embargo, Barbara está tranquila y consiente de lo que sucederá a continuación.
Un rechinar de la lata llamo mi atención, voltee a verlo y espere pacientemente a que este se levanta, pero para mi sorpresa el Aslandar se convirtió, enseñando su animal a todas las personas que llegaron por el estruendo. Levante una ceja y me prepare; los Aslandar no usan su transformación comenzando una pelea, es extraño.
—Sería bueno que olvidaras lo sucedido y volvieras a tu reino—arreglo mi guante—pero tu orgullo de león es superior y eso te causara problemas, no quiero dejarte en vergüenza al frente de tu pareja.
Sonreí de forma pasiva para calmar sus instintos de ataque, aunque se que esas palabras dichas lo provoco, y entonces el rugió espantando a los humanos recién llegados y haciendo retroceder a las dos reinas presentes. Un gran león que posee una altura de tres metros, comenzó a caminar en dos patas demostrando su musculatura, garras, dientes y una gran melena que rodea su cuello y hace juego con su pelaje.
Harald empezó a correr en cuatro patas a mi dirección y ataco, lo esquive con un salto que me dejo en el aire unos segundos. Al tocar el suelo el nuevamente se lanzó contra mí, poniendo todo su peso y arrastrando mi espalda en la hierba que adorna el palacio, sus garras se enterraron en mis hombros y con mis piernas lo patee varias veces, pero él no se inmuto, la punta de sus uñas penetró mi piel y mancharon mi traje de sangre.
—Peleas como humano—agarra mi cabeza y levanta mi cuerpo—tú no eres uno de ellos—murmura.
—Lo miro enojada—
— ¡Pelea! —exclama enojado.
Solté un gruñido y mi boca se abrió enseñando mis colmillos, comencé a sentir la sangre de mi cuerpo bombear con rapidez y mis músculos contraerse por la resistencia que trato de mantener. Observe de reojo a mi reina y los demás, Barbara sigue analizando mis acciones, Akko está asustada, Lotte igual y la pareja del Aslandar feliz. Con mis manos agarre su brazo girándolo con fuerza y estrujando un poco su hueso, el reaccionó soltándome y rugiendo de dolor, caí al suelo y mire como mis manos comenzaron a temblar por la resistencia que opongo para no perder el control.
El Aslandar ataco nuevamente y su puño impacto en mi abdomen y pecho, lanzándome contra la fuente principal del palacio y destrozándola al colisionar. Las rocas destrozadas con mi cuerpo cayeron encima tapándome por completo.
—Eso te enseñara a no meterte con los míos.
— ¡Barbara has algo! —grita Akko.
—Aun no—dijo con tranquilidad.
— ¿¡Por qué no!? —pregunta Lotte asustada.
Mis músculos comenzaron a reaccionar y mi respiración se volvió agitada, me traté de contener y levantarme para enfrentarlo en mi forma actual, pero al sentir un líquido bajar por mi cabeza y la sangre bombear con más rapidez, incluyendo mis venas palpitar y el descontrol de mi temblor físico, entendí que había llegado a mi limite. Mi transformación comenzó a aparecer, quitando las rocas de mi cuerpo y levantándome lentamente de la arena. El Aslandar al percatarse de mi forma quedo atónico con mi gran tamaño que lo supera por veinte centímetros. El retrocedió y di dos pasos atemorizando al león con una mirada llena de furia.
Harald percibió un aura muy fuerte que desprendió de mi cuerpo, provocando que el gran líder de los leones del suroeste se arrodillara ante mí bajando sus orejas en arrepentido a sus acciones, pero mi poco control que gane para ver las expresiones de asombro de las presentes solo duro unos escasos minutos y la bestia que contenía, despertó.
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Fin del Cap. 7
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