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Cap. 67

Narradora Pov

—No puedo creerlo.

—Levanta una ceja—

—La mitad de nuestros recursos, es lo que desea.

—No puede ayudarnos con generosidad, era obvio que ella pondría reglas y obtendría algo a cambio.

—Pero estamos hablando de sus tierras. Si la de nosotros caen, las de ella también.

—Creo poder suponer que tiene un plan extra para contraatacar, sin embargo, prefiere el camino más fácil —dijo Diana con tranquilidad, agarrando la camisa de Dylan—. Ella no simplemente se rendiría por si algunas de nosotras no aceptamos. Siempre es bueno tener un As bajo la manga.

—¿Qué opinas de esto? No has dicho nada desde que llegamos a la habitación.

—Conoces mi respuesta, solamente me encuentro esperando a que decida, puesto que, sus tierras están unidas a las mías.

—¿Aceptaras sin más?

—Estamos hablando de una guerra, Akko —contesto frunciendo el ceño—. Miles de vidas se perderán si no actuamos, es debido tomar una decisión sabia y no perder ninguna más. Mary poseo información, y está dispuesta a ayudarnos, además conoce sobre el problema que aún no hemos podido lidiar.

Las capturas de los Kaiser, Aslandar y Ranter. Su reina, no la dejo ir al reino del antiguo rey fallecido.

—Tienes un buen punto, pero ¿Porque confías tanto?

—Es de nuestra raza, sin ofender. Todas queremos ganar esta pelea que viene desde hace años. Personas queriendo pelear sin tener un motivo relevante o aparente. Simplemente porque somos distintos, eso no le da el derecho de querer poner orden en un lugar en donde nunca perteneció.

—Comprendo lo que quieres decir, pero...

—Akko, con su ayuda por fin podremos vivir tranquilamente, aunque no me agrade la idea de que alguien más se haga cargo de nuestros problemas, es necesario en esta situación. No he podido dar con esos cazadores y requiero hacerlo lo más pronto posible. En esa hoja habla acerca de los tratados que llevaremos a cabo cuando aceptemos y me parecen muy viables, pero si necesitas más tiempo para pensarlo, entonces faltan dos días. Ahora, sabes con más exactitud mi respuesta.

La reina permaneció en silencio, pensando en sus palabras. La observo acomodar a Dylan en su pequeña cama que prepararon para su visita, ya que cuando entraron a su habitación esta ya se encontraba. Mary fue muy considerada al darles ese detalle, de igual manera no le hubiera molestado que su hijo descansara con ellas.

Diana, recordó las palabras acerca de la festividad y del porque es tan especial. Un lazo... ella elegiría a ese candidato para formar una familia más grande. De la manera en cómo lo anuncio, pareció bastante segura de su decisión, sin embargo, Barbara reacción de otra manera que no le sorprendió.

Si la Líder del Norte quiere a la Baristar, tendrá que actuar enseguida antes de que sea tarde y la pierda para siempre, porque eso... es lo que significa un lazo; una unión de por vida, aunque este puede llegar a romperse, pero muy poco suceden entre los líderes.

Hay unas palabras en específicas que rondan aun en su mente. Una familia. Ella tiene una ahora mismo, sin embargo... ¿Estaría mal expandirla? Mary daría a luz a dos cachorros para sus tierras (teniendo en cuenta que una guerra se aproxima) Esta segura de que su nacimiento no se verá interrumpida o afectada por eso.

Entonces... no, no podía pensar en eso luego de ver la expresión y escuchar las palabras de su reina cuando hizo una simple mención, a pesar de que una parte lo desea, la otra no se sentía tan segura, sin embargo, no costaría mucho volver a preguntarle, han pasado unos meses después de eso. ¿Cómo reaccionara ahora?

Durante esos minutos de pensamientos, en donde se sentó a un lado de Dylan para acariciar su cabello mientras descansa plácidamente acurrucado entre sus sabanas. Akko, no dijo ni una sola palabra, pero si especto de reojo su postura firme y la hoja sostenida en su mano derecha que fue entregada en esa ''primera sección''.

—Sus propósitos son buenos —empezó a hablar Diana, rompiendo el silencio—, además me agrado el hecho de que pensara en sus otras tierras para sus futuros cachorros.

—Los tendrá con una intención, y no me parecen malos. Ella posee tres tierras y es la superior, no me sorprende que desee que sus hijos la gobiernen, conseguirá estar tranquila porque se sentirá más segura de que no la traicionaran como los anteriores lideres —dijo con simpleza, manteniendo su mirada fija en el papel.

—Supongo que algunos tienen ese profundo deseo de sobrepasar la líder que los comanda, sin embargo, estaba pensando... ella tiene tres tierras, nosotras dos...

Diana, guardo silencio pensando bien las palabras que utilizaría para expresarse, no obstante, fue muy clara antes de interrumpirse a sí misma, y Akko capto lo poco que trato de decir. La reina de Benum, volteo a verla con una expresión apagada.

—Nada, olvida por favor mis últimas palabras —dijo de inmediato al contemplarla.

Akko frunció levemente el ceño y miro el piso con un sentimiento de... inseguridad.

—No estoy lista. Que haya tenido a Dylan no significa que pueda traer a otro cachorro al mundo.

—Eres fértil.

—No me refiero a eso, Diana. Se que puedo embarazarme, eso me quedo totalmente claro. Hay hasta pruebas —murmuro con un poco de molestia, lo obvio. Su descuido, aun le continúa disgustando de sí misma.

Diana logro escucharla, esperando pacientemente que continuara. La única luz que alumbra la habitación, es la nocturna que entra por la ventana, sin embargo, la brisa es muy poca, pero la nevada es suficiente para darle ese aire refrescante.

—Mis tierras necesitan a un heredero de mi sangre, estoy consciente de eso. —Mira a verla con su ceño aun fruncido—. Pero por el momento, no es necesario.

La líder, permaneció quieta en su lugar mirando sus ojos por un largo tiempo. Su pecho dolió ante sus palabras, como si creyera que ella no fuera capaz de criar a una personilla más, sin embargo, comprendió lo que dijo y después de esos minutos mirándose la una a la otra, Diana giro su cabeza y exhalo suavemente.

—Bien.

Fue todo lo que dijo en respuesta a sus palabras. Akko bajo la cabeza, sintiéndose un poco triste por ese comportamiento, como si la hubiera decepcionado, sin embargo, fue sincera. No está lista para quedar nuevamente con una cría en su vientre. Y una parte de ella, agradeció que Diana lo entendiera.

—¿Que sucedió con Barbara? —pregunto la reina dándole un cambio de ambiente diferente.

—Nada fuera lo común —contesto con simpleza poniéndose pies para tomar asiento a su lado—. Barbara esta resentía por mis acciones pasadas, y no puedo forzarla a que me perdone. Probablemente no me dirija más la palabra.

—Eso es malo.

—¿Lo es?

Akko asintió confundida.

—Entonces, ¿Porque siento que no es así?

Silencio. Akko la miro sorprendida, pensando en que responder.

—Bu-bueno, es tu amiga.

—Era —corrigió—. Al parece las cosas acabaron en ese pequeño encuentro en donde no me pude permitir causarle daño. Simplemente deje que se desquitara conmigo, pensando que podría relajarse y así hablar las cosas con más tranquilidad, sin embargo, mi pensamiento fue erróneo y quede lastimada físicamente.

—¿No te sientes... mal? —pregunto dudosa, sin dejar de verla. Refiriéndose a su estado emocional.

—No, porque te tengo a ti.

Silencio. Otra vez la habitación quedo en ese ambiente que parecía no querer abandonarlas y hacer la conversación más difícil, sin embargo, este duro muy poco que el anterior.

—Soy tu pareja, necesitas amistades.

—Me es suficiente contigo —volvió a aclarar.

Akko, hizo una mueca dudosa y aparto la mirada. Diana la miro con atención y olfateo su dulce aroma que la incito a acercarse un poco para inhalarlo con más profundidad. La fragancia natural que desprende de su reina, es una de las maravillas que hace su vida sea más pacifica que la acompaña de una felicidad increíble que a veces, le gustaría poder demostrar, pero aun es un poco complicado.

—Has perdido a dos amigas.

—Si eso te preocupa, tengo aun a Sebastián.

La reina la miro de nuevo, arqueando una ceja ante la mención de la Kaiser sin olfato.

—¿Eso es una amiga? Te grito cuando intentaste aclararle las razones por las cuales no podía salir del palacio. Se que su salud es preocupante, pero Sebastián demuestra no querer tener nada que ver contigo.

—Lo hará con el tiempo, no puedo presionarla a que me perdone por la muerte de la única persona que la acepto y la quiso como es.

Quitándola de lado, claro. Sin embargo, no se incluye porque cuando ascendió al liderazgo, cambio y la abandono, importándole solamente su anterior principal objetivo.

—Tampoco puedo presionarte a que tengas a una cría más —continuo, ganándose una mirada de interés de la reina—. Akko, no seré una carga, eso tenlo por seguro, pero al menos me consuela pensar que estarás a mi lado; por eso las palabras de Barbara no me lastimaron tanto.

No está sola. Es cierto que aún guarda un poco de resentimiento por lo de Hannah, pero recordó la mirada de Barbara después de la cena. Estaba enojada, muy enojada. Tal vez no tenía control de sus palabras y pronto pueda que acuda a su persona para aclarar las cosas. Sin embargo, en cierta parte tuvo razón. En ''sus tiempos'', como lo llamo ella, demostró varias hazañas dignas de admirarse antes que empezara una guerra contra las tierras de Benum. ¿Se ha vuelto débil? Tal vez emocionalmente por el sentimiento que tiene por la reina, sin embargo, físicamente no.

No ha dejado sus entrenamientos aun lado, y se dedica a cumplirlos todos los días después de que Harry, mencionara que se preparara para un encuentro con el líder de los Aslandar; no obstante, aunque no piense acéptalo, posiblemente sea difícil hacerlo cambiar de opción.

El orgullo de un león, es mucho. Y lo imagina insistiéndole o llamándola por apodos ridículos para provocarla e incitarla que acepte.

¿Es malo luchar mientras su mente se encuentra en otro punto? Si, por eso Barbara le grito que dejara de hacerlo, pero no quería hacerle daño, así que simplemente se dejó llevar. Tal vez demasiado, y no debió permitirlo, sin embargo, esas no eran sus tierras como para iniciar una pelea de un problema que puede arreglarse sin necesidad de usar sus cuerpos como sacos de golpes, pero... son animales... La manera en cómo está pensando las cosas se parecen mucho al de los humanos; no obstante, es más razonable que combatir y lastimarse mutuamente.

—Le recuerdo que mañana será un largo día en donde daremos un pequeño recorrido por estas hermosas tierras. Descansemos —propuso con amabilidad, extendiéndole su mano sin guante a su reina.

Un pequeño rubor adornó sus mejillas de Akko con una sonrisa dulce al recordar sus últimas palabras. Ella, es suficiente para Diana, y eso, la hace muy feliz.

—Parece que el amor cambia bastante a una persona, ¿no lo crees, Diana? —comento con diversión, colocando su mano con delicadeza encima de la palma de la líder.

Diana se sonrojo tenuemente, aclaro su garganta y entrelazo sus dedos con los de su reina.

—E-eso creo... —murmuro.

Akko sonrió complacida, y se dispuso a devolver la hoja en la carpeta que permanece sobre la mesita de noche. Diana se acomodó en el costado izquierdo de la cama y Akko después de quitarse la camisa dejando sus senos libres, se sentó en el otro costado dándole la espalda.

—¿Que estás haciendo? —pregunto extrañada al no verla con su prenda—. Akko, no estamos en nuestro hogar.

—Pero nadie entrara, puedo dormir como quiera y en esta noche mi camisa se me hace muy incómoda.

Diana arrugo su entrecejo, no muy complacida por su decisión. Sin embargo, no se percató que Akko, posee otra prenda en sus piernas, logro divisarla cuando apoyo su codo derecho en la cama. Era una de sus camisas que utiliza dentro de su chaqueta. Cuando Akko termino de abrochar los botones de la prenda manga larga de color blanco, se acostó sonriente alado de la líder. Diana la miro confundida, siendo la primera vez que Akko comete esa acción. Jamás se había puesto una prenda suya.

Su sonrisa fue suficiente para tranquilizarla y volver a recostar su espalda en el suave colchón. Estiro su brazo en dirección a Akko, tomando la iniciativa para que se acercara y pudiera acomodar su almohada en su antebrazo. La reina sonrió, pero le dio la espalda, desconcertándola completamente. ¿Hizo o dijo algo mal? ¿Esta jugando?

—¿Sucede... algo?

—No lo sé —dijo con indiferencia.

Que difícil mujer que no dice las cosas y uno tiene que estar adivinando, pensó Diana con un poco de molestia. Suspiro profundamente antes de aproximarse y voltearla con delicadeza por la cintura. Desabrocho sus botones con agilidad y lentitud, descubriendo sus pechos. Akko la miro atentamente sin bajar a ver lo que realiza. Diana una vez que acabo, siguió con los de su camisa, dejando también en libertad sus senos. La reina deslizo sus manos por brazos hasta llegar a su cuello, envolvió los suyos y la atrajo hacia ella juntando sus pezones.

—No podemos hacerlo. Dylan se encuentra.

No tenía esas intenciones, pero su acción provoco que se sintiera atraída de esa manera. En una parte, la reina acertó a ese motivo que apareció repentinamente. Su piel es muy suave y tentadora, no puede evitar sentir esas necesidades de tocarla más, sin embargo, los posibles gemidos que escaparían de sus labios despertarían a Dylan, y tal vez llamarían la atencion de las demás reinas que reposan en las habitaciones de alado.

—Entonces, descansa conmigo de esta manera.

—Lo hare —susurro con cariño, para después unir sus labios y desearse las buenas noches acompañado de un ''te amo'' murmurado con mucha profundidad que las hizo sonrojarse a ambas por decirlo a la vez.

Otra vez, Diana aseguro que es capaz de darlo todo por ella.

.

.

.

—¿Que hare? ¿Qué hare? ¿Qué hare? ¿Qué hare...? —se preguntó desesperada, caminando de un lado a otro en la habitación.

Sucy, la miro con aburrimiento, no entendiendo porque se encuentra en ese lugar o porque su amiga acudió a ella, ¿Qué necesita? Esta demasiado ocupada después de haber descubierto todo lo que guardan en los laboratorios de estas tierras; tiene mucho en que pensar. Y por dentro... se siente totalmente satisfecha, sin embargo, su amiga acabada de arruinar ese sentimiento.

—¿Viste como reacciono? ¡Fue como si le dijeran una notician de muerte!

—Aja.

Ahora entiende. Lotte necesita consejos amorosos, pero sinceramente, Sucy pensó que escogió a la peor persona para eso. ¿Porque no llamo a Amanda? Además, no debería estar pensando en eso, hay otras cosas más importantes.

—Piensa mejor en los reglamentos de Mary, y la gran guerra que está por venir.

—¡Cierto! —exclamo deteniéndose frente a su amiga de cabellos morados—. ¿Qué piensas sobre eso? Aceptaste sus normas muy rápido, ¿Algo mal va con tu proyecto?

Si.

—No, para nada. Simplemente necesitaba lo que tienen, lo he conseguido y averiguado otras cosas que no puedo decir porque aún es confidencial para ustedes, pero la felina tenía razón, quede más que satisfecha con lo que encontré y me tope.

—Trabajaras para ella después de que acabes con ese proyecto.

Es lo mejor.

—Esta asegurado que lo hare y no me voy a reprochar por eso. Si mi inteligencia es necesaria para elaborar nuevas cosas que ayudaran a contraatacar a ese reino, entonces ¿porque no poner de mi parte? Sera un trabajo en equipo para protegernos.

—Confiaste muy rápido —dijo de una manera... enojada.

—Levanta sus hombros en señal de desinterés—. Cada palabra escrita esta correcta y muy clara sin malentendidos. Tuvo mucho sentido para mí cuando las leí más de una vez.

—Arquea una ceja—. Lees rápido.

—Después de llenar mi cerebro de conocimiento a través de los libros, mejore mi lectura.

—Igualmente pudiste pensarlo un poco más.

—Frunce el ceño—. Lotte, tome mi decisión. He firmado, no hay vuelta atrás.

—Tienes razón... —Suspira profundamente, tomando asiento aun lado de la reina de Hexariz—. No debo dejar que mis sentimientos se interpongan en esto, enserio necesito concentrarme y tomar una elección sabia. Sin embargo... no puedo dejar de pensar en ella. ¿Estará con la líder en este momento?

—Por cómo me contaste que se despidió y como actuó en la cena, no creo que le haya dirigido la palabra después de eso —aclaro con tranquilidad, calmando un poco esa posible aflicción en el pecho de su amiga—. Lotte, lo que sea que estés pensando ahora mismo, debes ponerle un alto. Has estado intentado reconquistarla, pero la líder no ha dado ninguna señal de que tus acciones y palabras estén funcionando.

—Se que lo arruine; sé que no debí haberla invitado cuando no me encontraba segura. Sentía que lo estaba haciendo por obligación porque ya me había comprometido, y tuve que decirle que... saliera cuando estaba por... acabar.

—Espera, ¿la tuviste adentro? —consulto curiosa.

Lotte se sobresaltó y sonrojo excesivamente, oculto su rostro con sus manos y dio un leve asentimiento, provocando que Sucy, estallara en risas.

—¡JAJAJAJAJA! ¡No puede ser! ¡Enserio lo arruinaste en grande!

—¡No es gracioso! —grito furiosa con sus mejillas aun ruborizadas.

—¿Como pudiste contenerte de esa manera? ¡Estaban a punto de acabar! ¡¿Acaso no sentiste placer?!

La Reina de Soris, desvió avergonzada su mirada. Observando otro punto de su habitación.

—Si... lo hice, pero empecé a sentirme de otra manera que causo que olvidara ese placer. No me sorprendería que sepas más sobre los Kaiser; estas experimentando con una —aclaro, cambiando un poco el tema.

—¿Por eso acudiste a mi persona? No soy buena en el amor, y eso lo saben todas perfectamente. Mejor espera a Akko.

—No quiero molestarla otra vez con ese tem-

—¿Y si puedes molestarme a mí? Que no tenga un hijo, no me hace diferente. Veras Lotte, los Kaiser son razas totalmente distintas a nosotras, sus gustos y costumbres no se pueden comparar. Ellos son animales y como cualquier animal siguen sus instintos. No estoy diciendo que sean completamente unas bestias, aunque tengan ese cambio que lo hacen parecer a uno al cien por ciento. Sin embargo, los sentimientos de esa raza funcionan de otra manera. Al que la rechazaras de esa forma, todo su cuerpo actúa en defensa contra ti, porque no solo le hiciste daño emocionalmente, también físico.

—¿Qué quieres decir? —pregunto extrañada.

—Que pudiste quitarle la posibilidad de engendrar en otra hembra. A no ser que alguien más saciara esas ganas y la hiciera acabar, ya que una simple masturbación no es suficiente. —Hace una pausa pequeña—. Su cuerpo continuaría sintiéndose caliente, desesperado y agitado. El calor puede ser tanta que la haría sudar sin control, sus manos temblarían y su piel conseguiría un tono pálido que hasta sus venas podrían verse claramente en su piel. El dolor que debió haber sentido, la provoco tal vez a lastimarse a sí misma hasta que este cesara en dos días como máximo.

Silencio. Lotte miro al suelo con preocupación y temor, arrugo su bata celeste de dormir y trago pesadamente ante toda esa nueva información de Sucy. Si eso es cierto, quiere decir que el daño es mayor de lo que pensó. No solo se trataba de algo emocional, también físico. ¿Porque no pensó en eso antes? ¿Porque no investigo más? Pudo haber actuado diferente cuando Barbara estuvo en su palacio.

—Es probable que Barbara, se haya acostado con alguien más en esa misma noche.

¿Qué...? Pensó desconcertada, Lotte.

—¿Po-porque piensas eso? —pregunto temerosa, mirándola de reojo.

—Levanta sus hombros—. Una suposición, tal vez.

—¿Ta-talvez? —dijo aun no muy convencida.

Sucy, se puso de pies y avanzo hacia la puerta. Dispuesta a retirarse, se detuvo en el marco.

—Creo que en esa situación... Alguien más tiene ventaja sobre ti, pero no creas mucho en mis palabras. ¿Estoy loca? ¿no es así? —Ríe sutilmente—. Piensa en el contrato, olvídate de la Kaiser.

—Sucy, creo que no estas entendiendo como me siento...

—Exacto, Lotte. No entiendo los sentimientos románticos que conducen a miles de personas por horas a acciones imprudentes e innecesarias, pero si conozco la emoción de decepción, rendimiento y aceptación. Acepta lo que está sucediendo y consíguete a alguien más que te de ese amor; si tanto estas necesitada de afecto —dijo con frialdad, mirándola encima de su hombro.

Lotte apretó sus puños, conteniendo las ganas de llorar.

—¿Co-como puedes decir esas cosas?

—Soy tu amiga y he sido sincera contigo, ¿Querías escuchar acaso una mentira? No soy Akko, para crear excusas que puedan ilusionarte. Espero estés preparada. Buenas noches —acabo, cerrando la puerta una vez que salió.

¿Sera posible...? Barbara... ¿ya no la quiere? De tan solo imaginarlo, la lastima... la lastima mucho.

Esa noche, Lotte volvió a llorar.

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Fin del Cap. 67 





¡Se acercan las declaraciones y los misterios serán conocidos! No todos, pero algunas cosas... ¿podrán resolverse? Mas adelante se sabrá.

El siguiente capítulo visitaran ustedes también las tierras de los Baristar, y pasaran unas que otras cosas que pueden crear complicaciones.

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