Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cap. 63

Narradora Pov

¡Líder del Oeste!

No...

¡¿Dónde estabas?! Te estábamos buscando.

Aléjate... Por favor... aléjate.

¿Hoy me enseñaras?

Adam... No te acerques.

¿Estás bien? ¿No quieres... entrenar conmigo?

De su boca expulso una corriente de sangre, dibujando en sus labios una sonrisa amplia que le dio un aura más espeluznante.

¡Vamos, Diana! ¡Enséñame de lo eres capaz!

Dijo el joven en un tono escalofriante. Las esferas de la mencionada cambiaron a un tono amarillento y sus iris se encogieron... Sus orejas se pusieron de punta y su cola se desplego ligeramente, rosando con delicadeza la punta en la fría nieve que empezó a acumularse. Y de repente, un fuerte rugido libero de sus labios.

.

—¡No! —grito.

Silencio...

El reloj se mueve al compás de la manecilla. Los ''tic tac'' es el único sonido que escucha en la habitación. Sola... sin compañía. ¿Otra vez se había quedado dormida?

Restregó sus ojos y recostó su cabeza en el mueble, y de inmediato, sintió algo o mejor dicho a alguien respirando agitadamente entre sus brazos. Bajo la mirada y contemplo al pequeño Dylan sobresaltado por su despertar brusco y repentino. Enseguida recordó que antes de que se durmiera, lo había dormido primero.

Gruño cansada, acerco al cachorro a su rostro y acaricio su frente para calmarlo.

—Discúlpame... —susurro.

Frente a ellos, se encuentra un libro abierto que habla de los diferentes tipos de animales en forma de cuentos cortos. Aparte, se halla un cuaderno con dibujos que... no se parecen tanto a las criaturas, pero se ve el intento. Es increíble que haya pasado un año de su nacimiento y pueda entender mejores las cosas; sin embargo, le cuesta decir ciertas palabras que va mejorando.

Lo que quiere decir que también la reunión con la líder superior de los Baristar, está cerca.

Junto a los libros cerrados, se halla un vacío bebedero de cachorro. Su contenido, fue tomado hace... ¿Cuántas horas o minutos estuvo durmiendo?

—Ma-ma —dijo una dulce vocecita con sus manos separadas y luego unidas, intentando aplaudir.

—Si, soy tu madre —contesto Diana con tranquilidad y cariño.

Dylan sonrió al escucharla enseñando su primer colmillito superior, que a veces queda fuera de sus labios. Para un cachorro Kaiser, estos salen antes de sus dos años; y para los niños humanos, los tienen completamente a los tres años. Su aprendizaje en diversas cosas sobre los Kaiser y humanos, le ha funcionado de manera favorable. El desarrollo es muy diferente.

—¿Quieres intentar caminar otra vez? —pregunto con sutileza.

Dylan rio, y se dio la vuelta estirando sus bracitos hacia el suelo. Diana lo tomo como una afirmación, y con cuidado lo cargo para ponerlo de pies. El cachorro se tambaleo al principio, pero se maniobro con ayuda de la líder. Diana lo soltó despacio y retrocedió para darle libertad.

El pequeño Dylan, levanto su pie derecho primero, y después continuo con el otro. Paso por paso fue avanzando con su miranda en el suelo y con sus brazos estirados para equilibrarse mejor y no caer. Diana se coloco a una distancia poco lejana frente a él, esperando pacientemente su llegada.

En estos meses... comprobó muchas cosas acerca de su aprendizaje. Le encanto poner a prueba cuantas cosas su mente logra memorizar, y poco a poco fue enseñándole personalmente algunas que otras cosas especiales para los Kaiser.

Mando hace tiempo atrás a hacer diferentes juegos parecido a los que tenía cuando ella era una cría. Sonrió satisfecha cuando Dylan, pudo resolverlo con algo de ayuda. Siguieron pasando los días y el cachorro consiguió solucionarlo por su cuenta.

Sus pensamientos están más centrados en su crianza que en las cosas que bajan sus ánimos. Su reina, es también uno de los motivos por el cual ha estado manteniendo las riendas de su mente en su lugar. Sin embargo, nunca imagino que esos sueños volvieran.

Por unos segundos la sonrisa ligera que se dibujó en sus labios, desapareció, pero luego de sentir los brazos de Dylan en sus hombros volvió a aparecer; pero más cálida.

—Felicidades, esta vez no caíste.

—Ca-i-te.

—Caíste —corrigió sentándolo encima de sus piernas cruzadas.

—Ca-i-te. —Volvió a repetir, meneando su cola de felicidad al estar nuevamente en una posición que le causa extrema alegría. Tener a su madre Kaiser cerca, es uno de sus mejores momentos del día.

—Caíste —repitió Diana, alzando un poco la voz en la letra ''s''.

—Cai-s-te.

—Exacto. —Sonríe complacida, dando un leve asentimiento con la cabeza.

Los meses pasan volando, literalmente. Agradece que en este tiempo Akko haya dejado el asunto de la líder del Norte y la reina de Soris, sin embargo, comprendió después de un largo relato de su reina, él porque de su insistencia. Diana, también escucho la historia del príncipe Kenji. Ese hombre... mato a cinco de su raza que vigilaban la ciudad.

Algunos relatos de los ciudadanos humanos que estuvieron espectando cuando los Kaiser los defendieron, hablan de que utilizo un tipo de arma con forma... extraña, dijeron que cuando la bala salió disparada se desvió e impacto justamente en la cabeza del Kaiser. Diana no lo creyó al principio, haciendo especulaciones de que probablemente fue por la brisa que el proyectil allá agarro un rumbo diferente cuando el hombre no apunto al Kaiser directamente, pero muchos negaron que no fue así; que pareció más a un animal cazando a una ardilla en zig zag.

Eso tuvo mucho sentido para Diana cuando lo mencionaron, pero no podía dejarse guiar por un dato que involucro como ejemplo una ardilla.

Después de escuchar los distintos relatos de las personas por parte de Emma, se apresuró a ordenar una evacuación a los Kaiser que estaban en ese momento en las tierras de Benum. Hablo con ellos al tenerlos todos al frente. Temblaron al escuchar la voz autoritaria de la líder, pero se sorprendieron cuando ella se preocupó por sus vidas.

Antes... eran tratados como simples juguetes, y ninguno pudo ocultar su asombro al oír atentamente las palabras preocupadas de la líder.

Las ordenes fueron claras y las preguntas también. En ese día, se enteró de que más de un Kaiser ha hecho el lazo con una humana y algunas Kaiser hembras tuvieron relaciones con hombres humanos, pero no llegando a efectuar el lazo. Esos que aclararon sus dudas, se pusieron penosos, ruborizándose delante de la líder. Diana simplemente levanto una ceja dedicándole una mirada fija e indiferente. Luego se limitó solamente suspirar y recordar nuevamente las nuevas órdenes y cambios.

Esa vez en el que el rey Kenji, estuvo en las tierras de su amada, se fue después de dejar su amenaza. ¿Por qué sus guardias no lo atacaron? Simple, sus escoltas sacaran más de esas armas y ninguno se atrevió a acercarse. Sus palabras fueron:

Prepárate, porque pagaras por lo que me hiciste.

Akko, reina de las tierras de Benum, se hizo presente en su reino, sorprendiendo a la mayoría de verla luego de meses de no hacerlo luego de lo ocurrido con su palacio. Ella, se abrió paso entre las personas para observar los cuerpos Kaiser en el suelo que estaban cubiertos por unas mantas blancas. Su mirada era fría y su expresión de enojo se hizo notar cuando los descubrieron para que viera el agujero en su frente. Diana no la acompaño, permaneció en el palacio atendiendo otros asuntos, aparte de cuidar a Dylan.

Está claro que las acciones del rey iniciaron una nueva controversia contra su reino. Diana, se encuentra dispuesta a enterrarlos bajo tierra por el daño que cometieron cuando las cosas se encontraban tranquilas. Las personas habían vuelto a salir sin miedo, acostumbrándose a estar en compañía de los Kaiser que protegen sus vidas. Algunos son amistosos, y otros muy rudos, pero con un aura de ternura que simpatiza a cualquiera.

Pasaron cinco meses, ningún suceso idéntico ha ocurrido hasta ahora, pero la seguridad aumento y en unos días más. La líder ira a la academia de entrenamiento a escoger los nuevos guardias que hayan pasado las pruebas. Luchará con cada uno de ellos y decidirá si están listos.

Dylan, cumplido su primer año y su celebración fue hecha en el palacio. Barbara, Majorlaine y las otras reinas estuvieron, e incluyendo algunos Kaiser que son considerados importantes por el puesto que poseen. Majorlaine aclaro que la líder superior de los Baristar contesto su mensaje, y que dentro de poco tendría la información que necesita y quiere. Barbara, intento mantenerse al marguen sin querer demostrar esa tristeza que aún perdura desde que conoció el estado de la líder del Sur, y desde que hablo con Mary.

Y las demás, conversaron con tranquilidad, mientras degustaban de los platillos.

Diana miro a Dylan acomodando unos bloques de diferentes formas en los agujeros de la caja. Tomo asiento en el sillón, mientras su cachorro juega en la alfombra frente a ella. Cerro los ojos y suspiro profundamente en señal de cansancio. La puerta del salón con objectos de aprendizaje se abrió suavemente, no le hizo falta voltear a ver para saber que persona ha entrado, utilizando simplemente su olfato para reconocerla.

—Diana...

—Levanta sus orejas dándole a entender que está escuchando—

—Me llegaron noticias nuevas —dijo con suavidad acercándose con seguridad.

Akko se sentó a un lado de Diana, observo a Dylan jugar con aquellos bloques, y luego miro el rostro cansado de la líder.

—¿No dormiste bien? —pregunto en un tono preocupado.

Dejo la carta sobre sus piernas y situó sus manos en el rostro de Diana. Ella, viro a verla con sus ojos entrecerrados.

—Estoy bien.

—Arquea una ceja—. Deberías ir a descansar unos minutos, puedo encargarme de los deberes restantes.

—¿Cuáles son las noticias?

—Frunce sus labios—. Se que estas escuchándome, y hable enserio cuando dije que debes tomar un descanso.

—Lo hare en unos minutos. ¿Puede decirme?

Antes de alejar sus manos, deposito un pequeño beso en su comisura y se separó para enseñarle el sobre.

—Puedes leerlo en voz alta.

Diana tomo el sobre con su mano derecha y antes de abrirlo restregó su mano libre en su rostro para desaparecer un poco ese cansancio.

—Simplemente vengo a avistarte que la líder del Sur, ha aceptado mi propuesta después de haberle insistido y darle algo más. Así que, si me ven con una barriga en forma de pelota ya sabrán lo que hice. A cambio, ella me dejara leer los libros, pero no tenerlos. Me es suficiente con el simple hecho de leerlo. Espero no me maten cuando vuelva a verlas. Con amor, Amanda. —Hace una pausa pequeña, analizando esas palabras.

—No pensé que se ofrecería para eso, ¿Crees que es seguro?

Oh... la reina de Zahara ha... Ahora tiene sentido todo lo que dijo, había olvidado por completo ese dato.

Una leve expresión de asombro apareció en su rostro luego de entender ese pequeño mensaje. Le devolvió el sobre a Akko y recostó nuevamente su espalda en el respaldo del mueble.

—Veo que tomo una decisión. No pasara nada malo.

—¿Segura? Estamos hablando de Hannah.

—No creo que le haga daño porque lo que desea está en su cuerpo.

—¿No formaran el lazo?

—Lo dudo, esta maldita.

Akko asintió y volteo a ver a Dylan. Diana la observo levantarse y cargarlo en sus brazos. El cachorro sonrió y movió su colita alegremente al ser alzado. Después, la reina regreso a su puesto con él.

—¿Como esta tratándote mama Diana?

La líder, gruño ligeramente ante esa pregunta.

—Ma-ma.

—¿Bien o mal?

—Ba-ba.

—Comenzó con b, es un bien —dijo Diana.

Akko rio, acaricio la cabeza de Dylan, y beso su frente. Diana la observo con detenimiento, pensando en las veces que el cachorro permanece solo cuando ellas se encargan de sus deberes. Claramente en esos momentos está siendo vigilado por las sirvientas y algunos guardias, pero no es lo mismo.

Una idea repentina paso por su mente como estrella fugaz. Ladeo su cabeza y bajo curiosa la mirada en el vientre de su reina.

—¿No te gustaría tener otro? —pregunto de repente, confundiendo de inmediato a la reina.

—¿Tener que cosa?

—Levanta su vista, haciendo contacto visual—. Un cachorro o.... humano.

Akko se sobresaltó en su puesto con Dylan sentado en sus piernas. Miro con sorpresa a la líder que mantiene una expresión... suave y cansada.

—E-estas delirando... —dijo nerviosa, apartando su mirada para ver al cachorro—. De-deberías ir a descansar, y-yo me encargare de Dylan.

Diana frunció el ceño, pero se retrató de su pregunta luego de haberla tomado en cuenta. ¿En que estaba pensando? ¿Por qué pregunto eso? No importa.

Diana, agarro al cachorro y lo separo de Akko. Seguidamente recostó su cabeza en los mulos de su reina y sentó a Dylan en su abdomen. Akko hizo una mueca de inseguridad, sintiéndose un poco incomoda por esa repentina pregunta.

—¿E-estabas bromeando? ¿verdad?

Tal vez...

.

.

.

—Gracias por venir.

—Está bien —dijo con sus brazos cruzados, observando a su hijo ser guiado por una entrenadora de ballet.

Nuevamente quedaron en silencio observando a Harry, mientras están sentadas en un banco largo de madera. Barbara, no había dicho mucho en ese día, y Mary lo noto. Su expresión es suave, pero triste. Su cola se encuentra abajo y ha acariciado sus manos más de una vez. Mary levanto una ceja cuando la líder nuevamente realizo esa última acción, asegurando su inquietud.

Algo la inquieta, pero ¿Qué?

Han permanecido los últimos diez minutos en silencio, cada vez que Harry voltea a verlas Barbara siempre tiene una sonrisa para él, sin embargo, después de que se de media vuelta, regresa a ese semblante que da lástima, en opinión de Mary.

Cansada, suspiro y aviso a Harry que regresaría en unos minutos. El cachorro respondió tranquilamente, tratando de ponerse de puntas.

—Arriba —ordeno a Barbara.

La líder viro confundida a verla, arqueando ligeramente una ceja. No obstante, obedeció sin hacer algún reproche o pregunta.

Han pasado cinco meses desde la última vez que la vio; cinco meses que ella no había venido a sus tierras para estar con Harry.

—Entra —mando nuevamente, señalando la habitación del frente.

Cuando Barbara apoyo su peso en su pie derecho, hizo una mueca casi visible de dolor, intentando que Mary no lo percibiera. Una vez las dos dentro, Mary cerró la puerta suavemente para después, mirarla fijamente con sus brazos de nuevo cruzados.

—¿Que te sucede?

—¿Porque la pregunta?

—No me hagas repetirla —amenazo, frunciendo el entrecejo.

Barbara no hablo... hasta luego de unos cincos minutos. Levanto la mirada enfrentando a la líder superior de los Baristar, que posee un hermoso vestido ligero que resalta un poco sus senos bien formados y delinea bien sus curvas, aunque esté no se encuentre ajustado. La Kaiser apretó sus puños y abrió su boca dispuesta a hablar.

—Me entere de algunas cosas que ocurrieron, es todo.

—Adivino, ¿La líder del Sur?

—La mira con asombro—

—Fui avisada de que fueron a sus tierras y tuvieron una junta.

—¿Nos vigilas?

—¿De qué te enteraste? —pregunto enseguida, cambio un poco el tema.

Barbara la miro atentamente, tratando de encontrar algo en sus ojos... profundamente azules. Al hallarlo, rio amargadamente colocando una mano en su cintura y la otra en el rostro.

—Lo sabes.

—¿Qué es lo que se, Barbara?

—No me engañas, sabias que Hannah está muriendo, ¿no?

—Oh... —Ríe sutilmente—. Creí que era otra cosa.

Barbara la miro de reojo a través de sus dedos.

—La maldición de la líder del Sur. —Sonríe—. ¿Como no saberlo cuando era tan obvio?

—¿Que más me puedes decir de eso? —dijo bajando lentamente la mano que ocultaba su rostro.

—Nada. ¿Ya lo sabes? ¿no? Y ese dato te lastima. Ahora entendió porque te encuentras en ese estado.

No solo por eso... pensó con molestia.

—¿Crees que Diana... en verdad tenga la culpa?

—Está claro que la líder mato a sus padres por haber tenido compasión. Si Bernadette estuviera con vida, las complicaciones con el reino de Anglacia hubieran sido menor.

—¿Qué sabes sobre ella? —consulto curiosa, recordando que en su diario no hablo mucho de la madre de Diana.

—Mis padres asistieron a una de sus festividades... ¿Crocar? ¿cierto?

—Asiente ligeramente—

—Veras Barbara, retomando el tema son cosas que no pueden remediarse. Esta maldita, una maldición perdura para siem-

—¡Está muriendo! —interrumpió, apretando con más fuerza sus puños.

Mary permaneció en silencio, mirando con atención su cuerpo tenso y expresión dolida.

—¿Y? —dijo sin importancia—. No puedes hacer nada. Todos moriremos algún día.

La líder bajo la cabeza, e hizo un chasquido de molestia con su boca.

—¿Desde cuándo lo sabias? —murmuro.

—No responde—

—Pudiste haberlo dicho, es mi amiga.

—¿Lo es? ¿Estas segura de eso? —pregunto en un tono neutral.

—¡No me importa lo que ella diga! ¡Lo seguirá siendo para mí!

—Eres la única que, si cumplió con aquella promesa, ¿no es así? —Ríe sutilmente—. Después de todo este tiempo... aun sigues siendo tan... inocente —dijo con burla.

Barbara reacciono, acorralando velozmente y súbitamente el cuerpo de la líder superior contra la pared. Enseño sus colmillos y observo fijamente sus ojos con furia. Mary se sorprendió ante la acción repentina de la Kaiser, pero pocos segundos después volvió su expresión juguetona.

La situación, la está divirtiendo.

—Oh... ¿Mis palabras te molestaron mucho? —Acerca su mano a la mejilla de la líder—. ¿No tengo razón... Barbara? —susurro cerca de sus labios con una sonrisa de oreja a oreja.

Un gruñido grave provoco que el semblante juguetón de Mary, cambiara a una neutral y su sonrisa se desvaneciera. La líder de los Kaiser del Norte, sobrepasa su tamaño por cinco centímetros, pero no por eso y su cuerpo trabajado dejaría intimidarse. La Baristar, es superior a ella por varias razones y puntos.

—Te doy tres segundos para que te alejes de mi —amenazo.

Barbara gruño nuevamente, y esta vez fue el turno de Mary de enseñar sus afilados colmillos y mover sus manos al abdomen de Barbara. La aruño despaciosamente abriendo la piel de la líder. La mandíbula tensada y ceño fruncido de la Kaiser, fue relajándose lentamente. Mary no bajo la guardia, pero igualmente cerro sus labios con lentitud y detuvo su acción. Barbara aparto la mirada unos segundos con un semblante apagado, y Mary olfateo la sangre saliente de esa zona.

Bajo la mirada asombrándose de la cantidad que mancha su camisa. Ella, no la había aruñado tan fuerte como para crearle tan semejante herida. Antes de que pudiera preguntar los brazos de Barbara la trajeron hacia su cuerpo, abrazándola con delicadeza. Mary, se impresiono y ruborizo por el cuidado que tuvo al tocarla, y por sentir sus dedos acariciar su espalda.

—E-estas manchando mi vestido —dijo un poco furiosa por orgullo, no queriendo que su corazón se acelere.

Un pequeño sollozo la hicieron retractarse de sus palabras y acciones anteriores. Arrugo ligeramente su entrecejo y lentamente correspondió el abrazo. Acaricio su espalda de arriba a abajo y agarro algunos mechones de su cabello negro azulado escuchándola desahogarse en su hombro. Sonrió con sutileza mirando con atención el mechón tomado entre sus dedos.

—Eres un caso...

Lo siento, Barbara. Pero, me molesta que aun sigas viendo a la reina de Soris.

----------------

Fin del Cap. 63   

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro