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Cap. 59

Diana Cavendish Pov

Flashback

—Diana —llamo con sutileza, sosteniendo elegantemente una taza de té recién preparada y aumentante en su mano derecha.

—¿Que sucede, mama? —pregunte animada moviendo mis pies bajo la mesa, mientras la observaba con atención.

—Sonríe ligeramente—. ¿Qué es lo que más te gusta de estas tierras?

—Las personas que habitan, son muy amables y generosas. También, el cultivo y sus grandes cantidades de distintos alimentos que se encuentran cerca.

—¿Y cuáles son las reglas?

—No... convivir con... personas más allá de nuestras tierras —dije confundida. Luego de unos segundos, comprendí a lo que deseaba llegar—. ¿Mama...? —susurre temerosa.

—¿Como mantendrías estas tierras cuando obtengas el liderazgo? —dijo sin verme bebiendo un trago de té, ignorando mi semblante de tristeza notable en mi rostro.

—He entrenado y estudiado para tomar tu lugar... cuando sea más grande. Las protegeré como sueles hacerlo, no quiero que te decepciones de mí.

—Baja la taza, mirándome fijamente con una expresión suave—. Diana, no tenemos más el apoyo de los otros líderes. De ahora en adelante estamos solas, y esas heridas que tienes sanaran con el tiempo. ¿Pudiste entregarle el regalo?

—Niego con la cabeza bajando la mirada—

—¿Estas segura de tu decisión? Aun puedes cambiar de parecer.

—Estoy segura —dije con firmeza, observándola nuevamente.

—Entonces... —Estira su mano, colocándola arriba de la mía—. Siempre te acompañare.

Fin del Flashback

.

—Miro atentamente el lugar vacío frente a mi—

No me arrepiento de mi decisión, pero... creo que he cometido un error para muchos, sin embargo... no lo siento de esa manera. Tengo un hijo y me gustaría que lo hubieras conocido, te encantaría de lo tierno que es y el parentesco que tiene con nosotras. Es un Cavendish, y me siento orgullosa de ese pequeño que apenas puede emitir sonidos.

Espero que en Tary, estés viendo los cambios que estoy realizando en estas tierras con ayuda de la persona que escogí para que permaneciera a mi lado; con esa que inicie una familia sin considerarlo.

Sinceramente... después de haber tenido un conflicto grande que conllevo a muchas guerras con la reina de Benum, pensé que no volvería a quererme por el daño que le cause, sin embargo, me sorprendió mucho cuando sus acciones me daban a entender lo contrario de mis pensamientos y dudas. Escondí mi animal de ella por miedo a que no me aceptara con esa apariencia, causando un estrago que dio un resultado... ¿positivo? Dylan nació sin estar planeado, y entiendo perfectamente que un Kaiser cachorro de mi estatus debe estarlo, pero... es mi culpa por mi falta de confianza e inseguridad.

Ha pasado un mes desde que la actual líder de los Baristar visito mis tierras por primera vez para proteger a su cachorro, sin embargo, me he estado preguntando si... ¿Los lideres anteriores te recordaran? Ellos asistieron a dos de nuestras fiestas, llamando la atención de muchos que se sorprendieron al contemplarlos. No obstante, en esos días que me contaste acerca de sus apariciones, no había nacido aun, y te encontrabas unida por el lazo de la Kaiser de sangre pura que escogiste cuando la presentaron junto a otras.

Me contaste lo fuerte que son y de donde podía llegar si construía unas tierras como las suyas; convirtiéndonos las líderes superiores de los Kaiser, pero a la vez, me comentaste que tener esa responsabilidad es mayor a lo que me enfrentare a mi edad destinada para obtener tu puesto. Sinceramente... nunca me intereso creerme mejor que las demás, aunque en el fondo sé que poseo una fuerza excepcional e incomparable que me rehusó utilizar nuevamente.

Gracias a eso, cause un desastre del cual me arrepiento con todo mi corazón, pero sucedió... no puedo cambiar el pasado e intento mejorar mi futuro; el de mi hijo y mi pareja también. ¿Crees que lo logre? ¿O simplemente debo dejarme guiar por el tiempo y ver que ocurre? Estar sentada en la silla de mi escritorio es a veces agotador y un deseo naciente de querer acompañar a Dylan en cada momento, me llega a estresar.

Supongo que esa necesidad la tuviste conmigo también... por eso me acompañabas a todas partes y dejabas tus deberes aun lado, haciendo cada vez más tardío ese sueño que tenías de convertirte en la líder superior de los Kaiser gracias al don que poseemos.

Me dijiste... que era un tesoro demasiado preciado para ti, me cuidaste... hasta tu ultimo respirar; hasta diste tu vida para salvarme. Tu amor, comprensión y amabilidad, fueron las cosas que me mantuvieron contigo, aparte de ser mi madre y llevar tu sangre. Te agarre demasiado afecto por permanecer a tu lado y no aferrarme a otras cosas como hacen los niños Kaiser de hoy en día. A los cinco años, se separan de sus padres para vivir por su propia cuenta, pero siento... que las cosas han cambiado desde que algunos humanos se mudaron a mis tierras.

Los Kaiser han optado por un comportamiento distintos que le crea felicidad y conformidad. No puedo negarme si veo que están felices de cometer esas acciones de cariño con sus cachorros. Los humanos son extraños, a veces sus maneras de actuar en situaciones diferentes llegan a confundirme. Recuerdo que uno se sobresaltó cuando un niño Kaiser casi le arranca el brazo a un joven humano.

Eso es totalmente normal entre nosotros, pero para ellos no, es totalmente inhumano. Es obvio porque lo toman de esa manera.

—Suspiro profundamente y cruzo mis piernas—

—Sopla con sutileza el líquido servido—. Veo que has aprendido a sobrellevar las cosas, me gusta cuando vienes a hablar conmigo; me gusta y alaga pensar que aún vivo en tu corazón y pensamientos —dijo una mujer transparente de cabello largo, rubio y ondulado.

Desearía que estuvieras con vida y me aseguraras si estoy haciendo lo correcto.

—Eres la líder y no me corresponde corregirte. Tus errores son tuyos y tus decisiones igual. —Sonríe con suavidad, mirándome fijamente con esa expresión de cariño.

Algunos aborrecen a la reina de Benum por haberse unido con una Kaiser. La especie con la cual ha tenido varios conflictos en el pasado, ¿Qué debería pensar sobre eso?

—Ella igualmente tomo una decisión. Decidió permanecer a tu lado por amor... Se enamoro de ti y poco a poco acepta lo que trajeron a este mundo.

¿Porque le cuesta tanto? Es normal para...

—Los Kaiser, pero no para los humanos —aclaro bebiendo un pequeño sorbo de su té.

Mi hijo no tiene la culpa de lo que hicimos, ¿Se sentirá mal cuando se entere que fue un accidente?

—Llamarlo de esa manera se escucha mal, pero... ¿Porque decírselo?

¿Me dices que lo oculte?

—Lo haces con la reina de Benum, ¿Porque no hacerlo con él también? Guardas un secreto que te perturba aun, aparte de sentirte culpable por mi muerte.

Probablemente me dirías que no fue mi culpa.

—No, efectivamente lo es —sonríe con arrogancia—. Si tan solo me hubieras hecho caso... estuviera con vida y probablemente tu estarías unida a la humana, porque recuerda que discutí con los otros líderes debido a la declaración que hiciste pública. Pero al final... no fuiste paciente.

—Frunzo el ceño—

Mi madre no me diría eso.

—Ríe sutilmente—. Para no hacerte sentir mal, pero en el fondo sabes que no quieres escuchar la verdad saliente de sus labios, porque te lastimaría a un más, abriendo ese hueco en tu corazón.

—Golpeo fuertemente la mesa, gruñendo gravemente—

Tus palabras no me ayudan.

—No tienen por qué hacerlo, no has venido a hablar conmigo desde que hiciste el lazo con la reina. —Ríe nuevamente con la taza de té aun sostenida de manera elegante en su mano—. No eres una niña, Diana. Enfrenta tu propio ser y veras lo que encontraras.

No pienso usarlo nuevamente.

—Algún día... tendrás que disponer de eso. —Estira su mano, colocándola arriba de la mía—. Y yo estaré ahí —sonríe ligeramente para luego... desaparecer.

No... volveré a utilizarlo, me niego.

—¡Diana!

¿Akko?

—Abraza afectuosamente mi cuello desde atrás empujando un poco mi cabeza, tomándome por sorpresa su acción cariñosa—

—La miro de reojo—. ¿Qué sucede?

—Te estaba buscando, ¿Qué haces aquí?

—Nada importante, solamente relajarme después de todo el trabajo realizado.

—Sonríe—. En treinta minutos tenemos que irnos a las tierras del Sur, pensé que estarías lista. Te busque en la habitación, pero no estabas.

Lo había olvidado...

—Regreso mi mirada a la mesa—. Iré enseguida. —Me pongo de pies quitando con sutileza sus brazos—. Hablare con Emma para que cuide de Dylan mientras no estamos.

—Frunce el ceño—. ¿No hay otra persona?

—Exhalo con cansancio—

No otra vez...

—Entiendo que no confíes en ella, pero ha sido mi informante cuatro años seguidos. Emma, ha demostrado su lealtad ante mí, Akko.

—Para mí no es igual —aclaro, cruzando sus brazos y dándome la espalda con un puchero recién realizado.

Ahora que lo noto... me encanta el vestido que escogió para esta ocasión. Mi reina, en realidad es hermosa con todo lo que se ponga.

—Sonrió complacida, contemplándola de arriba abajo—. ¿Qué te molesta de ella?

—¿Que este muy cerca de ti? —dijo con obviedad, observándome encima de su hombro—. ¿Porque pusiste a una huérfana en ese puesto tan importante? Sin ofender.

¿Huérfana...? ¿Cómo lo sabe? Espera, ese día... Emma... ¿Le conto algo?

—¿Que más te dijo? —pregunte curiosa cambiando mi semblante a uno más serio y rígido.

—Arquea una ceja—. Hablare con las dos Anna mejor, ellas cuidaran a Dylan.

—Akko —reclame en una voz autoritaria, tomando su mano antes que pudiera dar un paso.

Ella me miro desconcertada por mi actitud repentina, trate de controlar mi comportamiento, pero nada dio resultado. Poniéndome cada vez mas tensa al imaginar que ella... pudiera enterarse.

Si Akko se entera... no, no es posible. Emma no puede contarle y no creo que lo hizo, porque la forma de ser de mi reina, sigue siendo igual.

—Suelto el agarre—. Nada, lamento mi actitud. —Arreglo mi chaqueta—. Iré a prepararme.

—Diana... —susurro captando mi atención—. ¿Quién inicio la guerra entre la líder de los Ranter y el reino de Anglacia?

—No me concierta decirlo, Akko. Sin embargo, si esperas hasta que la reunión acabe, tal vez pueda contarte una parte.

Necesito prepararme mentalmente para que esos recuerdos no me hagan gritar mi error.

.

.

Al final, Dylan no pudo quedarse con nadie del palacio por su necesidad de apego a mi persona. Cuando estuve a punto de subir al auto, Emma exclamo ''¡Mi líder!'', avisando que el cachorro no dejaba de llorar y aullar en busca de mi presencia. Ahora, me encuentro alistándolo con una camisa blanca de botones y pantalón crema que llega a sus talones, acompañando también de unos zapatitos negros.

Mientras termino de abotonar su camisa, el me mira atentamente con una sonrisa en sus labios. El menear de su cola no se ha detenido desde que lo cargue en mis brazos para calmarlo.

Solamente... espero que Hannah no se moleste. Y Emma nos acompañara para que cuide de él, cuando me encuentre dentro de la habitación donde se llevara a cabo la reunión.

—¿Que te hace quererme tanto?

Pregunta tonta...

—Estornuda, abrazando su peluche de jirafa—

—Suspiro cansada—. Estas listo...

Hubiera pedido que lo hiciera alguna sirvienta del palacio, pero no detendría su llanto hasta sentir mi calor.

—Voy quince minutos tarde... —murmure un poco molesta.

—Ladea su cabeza y orejas hacia el lado derecho, deteniendo su extremidad peluda—

—¿Que sucede? —Levanto una ceja.

—Ma.

—¿Ma? —repetí sorprendida en susurro.

Acaba de decir un silaba.

—Ba.

—¿Ba? —digo confundida.

—Da.

—Frunzo el ceño—

Estoy perdiendo tiempo...

.

.

—Te demoraste —hablo Akko estando esperándome en el auto.

Dylan, deseaba decirme algo.

—Mira al pequeño en mis brazos—. ¿Qué tratabas de decirle?

—Ma —pronuncio nuevamente con su jirafa aprisionada contra su pecho.

—Abre sus parpados sorprendida—. ¿Escuchaste? —Lo agarra por la espalda para asentarlo en sus piernas—. ¿Puedes repetirlo?

—Ladea nuevamente la cabeza para el mismo lado—

Akko imito extrañada su acción, oyendo nuevamente esas silabas saliente de sus labios. Empezó a darle besos en su rostro emocionada de que escucharlo ''hablar'', causando que rieran y moviera de nuevo su pequeña cola, mientras el auto está en movimiento hacia las tierras del Sur.

Emma, se encuentra en otro automóvil, y antes que saliera del palacio con Dylan, le pregunte acerca de la charla que tuvo con la reina de Benum. Ella aclaro que simplemente la reina parecía tener interés en su vida pasada, pero que no menciono nada al respeto debido a la regla que puse con anterioridad.

Esas palabras... me provocaron tranquilidad.

—¿Crees que Barbara le dirija la palabra a Lotte?

—No —conteste enseguida mirando por la ventana. Sintiéndome de inmediato un poco enojada de que continúe pensando en esa situación.

Somos... Kaiser. ¿Qué es lo que no entiende? Nosotras no somos iguales a ellos.

—Anteriormente ibas al mismo lugar en los primeros días que estuve en tus tierras. ¿Ese sitio realmente te trae tranquiliza?

Me entristece, pero es mejor que no hablar con nadie sobre esas cosas pasadas. En ese lugar... me ayuda a mí misma a desahogarme con mis pensamientos, sin decir ni una sola palabra y concentrarme en ese peso sobre mis hombros. Imaginando... que ella me esta escuchando, pero... solo estaba hablando conmigo misma.

—Es como le mencione, reina de Benum.

—Estas molesta, ¿Que sucede? —pregunto con tranquilidad, jugando con las manitas de Dylan.

—Nada.

—Diana... no creas que no he notado tu distancia en este mes. Algo te disgusta de mí, ¿qué es?

—No me disgustas, Akko —aclare, virando a verla—. Simplemente aconsejo que debe dejar de pensar en las circunstancias de la reina de Soris y la líder del Norte. El tiempo sabrá qué hacer con ellas.

—Cuando volvamos... te contare una parte de mí. ¿Quieres escucharla? —pregunto sin dirigirme la mirada.

Es como esa vez... La vez que lloraste frente mío y no sabia que hacer al respecto.

—Está bien, tal vez pueda entender mejor su insistencia en querer ayudar a su amiga.

—Sonríe con sutileza—. ¿Me das un beso?

—¿Disculpa? —me ruborizo levemente, arqueando una ceja con extrañes.

Esa petición...

—Ríe sutilmente—. Se lo pedí a Dylan, pero parece no entenderme aun —acerca su nariz a la del cachorro, entrándole un beso esquimal que lo reír de nuevo y soltar a la jirafa para sujetar sus mejillas e imitar su acción con contento.

Akko se sorprendió de lo que hizo, tomándome por sorpresa también. Dylan hipeo una vez y volvió a tomar el peluche con sus manitas.

Cuando tenga el primer año, empezara a utilizar guantes para que comience a acostumbrarse en tenerlos. Es bueno... conservar una higiene impecable. No puedo esperar en ver su animal, de tan solo pensarlo... me emociona mucho.

Faltan tres años para que suceda.

.

.

.

Las grandes puertas del palacio de la líder del Sur, se abrieron de par en par dándonos la bienvenida y recibimiento personal con las demás reinas y líder que llegaron puntual. Me aproxime a pasos seguros disculpándome por el atraso, recibiendo un asentimiento leve con una expresión neutra de la dueña de estas tierras.

Sus brazos se encuentran cruzadas y su firmeza, me da mala vibra. Alado de ella se hallan dos Kaiser que rebasan su tamaño por unos cuatro centímetros. Estos, están vestido formalmente con armas a sus costados y mirada curiosa en dirección al cachorro en brazos de la reina de Soris, que lo consiente con mimos.

—¿Quieres...? —pregunte dudosa a Hannah, refiriéndome a que tomara a Dylan en sus brazos.

—Niega con su mano—. Paso.

—La miro confundida, dando un ligero asentimiento en entendimiento—

Lo ha... rechazado. Eso no me ha gustado, pero... hoy será el día en que, sabre el por qué tengo la culpa del cambio de su animal. He esperado tanto tiempo para esto... que las ansias y miedo se apoderan de mi cuerpo, sin embargo, aprendo a controlarme bien gracias a mi autocontrol.

—Espero que, en esta noche me des información relevante aparte de la que diré. —Hace una pausa pequeña—. Te advierto, no actúes imprudentemente.

—Lo intentare... —susurre insegura, pero firme.

El palacio, no ha cambiado en nada desde la última vez que estuve.

—Miro mi alrededor—

Ahora que lo veo... los retratos de sus padres... no están.

Entre las líderes Kaiser, la única que permaneció con progenitores vivos, fue la líder del Sur, quien hasta el momento perdura con ellos. En mi caso, mi madre falleció por causas que todos conocen, y los de Barbara, su padre dio su vida en un encuentro contra los Ranter, y su madre murió de una enfermedad.

Aún recuerdo cuando me enseño la cicatriz en su abdomen, diciéndome que no le dijera a nadie lo que cometió ese día.

Un impulso erróneo que casi le provoca la muerte. De no ser por ese soldado Kaiser, no estaría atrás mío en este instante.

Sentí la mirada de Hannah encima, girando a verla para toparme con sus ojos fríos... como témpanos. Rápidamente la aparto y ordeno a unos guardias a volver a sus puestos. Luego, mando a algunas Kaiser hembras a guiarnos a la habitación correspondiente cuando estemos lista, para después antes de retirarse, avisarnos que estaría esperándonos, pero fue detenida por el llamado de Barbara que capto la atención de las demás.

—Hablaremos en...

—Quiero preguntarte algo personal —interrumpió—, si no es mucha molestia.

—Muchas cosas serán reveladas en unos minutos, así que... espero te pongas cómoda.

Con esas palabras, callo a Barbara y continuo su camino.

Voltee a ver a mi reina junto con sus amigas que juegan con Dylan; menos la reina Sucy, pero ella lo contempla de una manera... extrañada, como tratando ¿de encontrar algo distinto en él?

—¿Qué crees que dirá? —consulto Barbara, permaneciendo a mi costado con una mirada preocupante hacia los pasillos en donde desapareció Hannah.

—Sobre su nueva apariencia, evidentemente.

—Siento que hay algo más... —susurro, no muy convencida de mi respuesta.

—La miro de reojo—. Entonces... lo averiguaremos dentro de unos minutos, como menciono.

—Voltea a verme—. No tengo mucha paciencia y lo sabes.

—¿Hay algo que te preocupa?

—Afuera de esto, sí.

—Te escucho.

—Si puedes regalarme algunos minutos, entonces... prefiero decirlo después que acabemos.

—¿Estas segura? —pregunte, manteniendo mi semblante neutro.

—No quiero las reinas escuchen.

—Entiendo.

Supongo que lo que desea contarme, es un secreto que guardare correctamente. En otras palabras, Akko no debe enterarse, otra vez.

Emma, quien se encuentra a una distancia de nosotras observando su libreta en mano, alzo la mirada para verme, haciendo contacto visual conmigo inmediatamente. Hice una señal sutil para que se acercara y una vez que se halló cerca, caminamos juntas al paradero de mi reina.

—Es hora, Akko —avise con cautela, recibiendo una mirada molesta de su parte.

Sin poner alguna oposición, tomo a Dylan para pasárselo a brazos de mi informante, que lo sostuvo con cuidado ganándose una sonrisa del cachorro. Seguidamente, ordene a unos guardias Kaiser de mis tierras acompañarla a uno de los salones en donde permanecerían en espera a la finalización de la junta.

.

.

Luego de sentarnos en las sillas correspondientes, estando Hannah en el puesto del anfitrión, encontrándome a su lado derecho y Barbara en el lado izquierdo junto con la reina de Soris, a su mano derecha. Akko, al frente mío con la reina de Zahara a su lado. Y la reina Sucy, frente a la líder del Sur, pero a una distancia considerable de la gran mesa sin ningún plato de comida. Simplemente un vaso de agua. El silencio abundo.

Hannah, bajo su libro con sutileza colocando y cerrándolo en la mesa. Suspiro profundamente y nos dirigió su seria mirada, contemplándonos a cada una.

—Comencemos...

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Fin del Cap. 59

Aclaración:

Diana, estaba hablando al principio con un espejismo creado por su propia mente de su madre. Luego, será aclarado de cómo es posible y poco a poco conoceremos como eso sucedía anteriormente; como lo menciono Akko.

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