Cap. 47
Narradora Pov
Octavo mes
—Es hoy... —balbuceo, soltando un quejido y abriendo sus parpados con pesadez—. Es hoy... —dijo nuevamente, despertándose de su abrumador sueño.
—Si... —susurro Akko, apartándola un poco.
Un nuevo quejido escapo de los labios de Diana, moviendo sus orejas sutilmente y bostezando con cansancio. Su cola se envolvió en la pierna de su reina, dándole leves caricias que la hizo removerse en su lugar.
—Diana.... duérmete —dijo con molestia.
—Es hoy... —murmuro con más claridad, abriendo sus parpados de golpe.
¡Es el día!, pensó alegremente, observando de reojo a su reina tratando de dormir nuevamente. Aun sintiendo un poco de agotamiento por las desvelaciones en las noches anteriores, se levantó de la cama con cuidado dejando descansar a Akko tranquilamente.
Entro al baño y se miró al espejo sus mechones fuera de lugar, y rostro de fatiga. Sacudió su cabeza en un intento de dispersar el agotamiento, y empezó a desvestirse dispuesta a prepararse para este día tan... emocionante para ella.
En esta fecha, la líder superior de los Baristar se haría presente en el palacio de la líder de los Kaiser del Norte. Una espera muy larga para que sus dudas al fin sean respondidas y pueda dispersar su mente de ese tema que ha estado dándole vueltas demasiadas veces. Barbara, le aviso con anticipación de su venida, diciéndole que se preparara mentalmente días antes, ya que, por lo mencionado. La mayor líder de los Baristar que comanda a los otros que fueron elegidos para gobernar diversas partes de sus grandes tierras, es muy astuta.
Terminando de alistarse, salió del baño a pasos lentos dando pequeños saltitos que llamaron la atención de la reina de Benum, quien la observa sentada y arropada hasta su abdomen voluminoso en la cama. Levanto una ceja, riendo sutilmente de la actitud animada de su Kaiser.
—Cruza sus brazos—. ¿Te pones ansiosa porque veras a alguien más, Cavendish?
—Voltea a verla con sorpresa—. Estas despierta —sonríe alegre, agitando su cola rápidamente.
—Hace cinco minutos —explico con tranquilidad, apartando unos mechones desubicados de su cabello.
Diana se acercó, haciendo un espacio para sentarse a su lado. Abrazando su cintura y olfateando con felicidad el aroma que desprende. Akko no tardo en sonreír, enredando sus dedos en la cabellera de Diana. Sintiéndose complacida de saciar esas necesidades de atención frecuentes que la molestan cuando intenta tomar un día libre fuera del palacio, puesto que, ha dejado de trabajar debido a las exigencias de Diana por tomarse un descanso en su estado.
Ahora es ella quien se encarga de todo.
—Quiero ir al baño —la separa—. Llévame —ordeno con un gesto de imploración y ternura, no dejándole otra opción a la líder que de obedecer.
Pasar con cuidado por los bordes de la puerta, fue un verdadero reto para Diana. No queriendo lastimarla, la dejo con sumo cuidado de pies, y lista para retirarse y darle su privacidad, los brazos de la reina envueltos en su cuello la detuvieron, confundiéndola un poco.
—¿Sucede algo?
—Báñame —hace un puchero.
—Se ruboriza—. A-akko, no creo que... sea correcto.
—¿Por qué no?
—Baja sus orejas—. No he podido... ha-hacer lo que me enseñaste. Es... sumamente vergonzoso.
—Se aparta, sonriéndole con burla—. ¿No te gusta?
—Desvía la mirada, negando con la cabeza—
—Ríe divertida, ocultado su rostro en su pecho—. Me hace feliz eso...
—¿Po-por qué? —agacha la vista, colocando sus manos en la espalda de Akko.
—Por que aun te parezco atractiva estando en este estado —hace círculos con su dedo índice, mordiendo su labio inferior.
—No importa cómo te veas, se-seguirás siendo hermosa ante mis ojos —aclara su garganta, pidiendo segundos despues permiso para retirarse.
Durante estos meses, la reina ha tenido un mejor comportamiento gracias a las mordidas que ha recibido una vez a la semana. Sin embargo, al pensar en ese momento que se encuentra en la ducha, estar unas horas lejos de Diana, fuera del palacio. Le provoca un poco de molestia y tristeza, deseando permanecer a su lado como los días previos.
Las tareas y deberes son hechas en su habitación, despacho, salón, biblioteca, y a veces en los patios de la mansión. Teniendo su tiempo libre acompañada de la líder, mientras ella realiza la mayoría de las cosas difíciles. No obstante, a veces la trata de ayudar con lo que relata en voz alta, dando su opinión en el asunto, y recibiendo un agradecimiento de parte de su Kaiser que, en todas las ocasiones despues de los siete de meses de embarazo, la escolta a las afueras del palacio. Disfrutando de la naturaleza, entre tanto Diana continua con su trabajo en papeles a la vez que la cuida y protege.
Hace unos cuantos meses, su amiga Lotte continúo visitándola y aconsejándola con diversos libros de autoayuda para aceptar el hecho de que tendrá un cachorro. Es cierto que la idea al principio le pareció una molestia por el motivo de las consecuencias que podría toparse. Sin embargo, imaginarlo en el palacio corriendo y divirtiéndose como cualquier Kaiser bebe, le ha ayudado a asimilar ciertas cosas. No obstante, aún sigue con el temor de que algo salga mal en la vida del cachorro.
Una guerra se aproxima, y no es una cualquiera. Por lo contado anteriormente a través de Diana, el reino de Anglacia provoco daños físicos y emocionales en la líder de los Ranter, e incluyendo una parte de las tierras de los Baristar. Esta persona, utilizo en antiguos combates artefactos de alta tecnología para su especie, acompañados de experimentos con líquidos.
Aún desconocen su paradero, pero tiene la esperanza de que la encuentren antes de que complete lo que tiene planificado. Sin embargo, aún conservan uno de los problemas que vienen desde hace tiempo atrás.
Las desapariciones de los Kaiser.
Por suerte, han hallado una pista del posible culpable, y pronto, podrán acabar con esas personas y averiguar el propósito real de sus acciones.
Las festividades Crocar, se llevaron a cabo en el palacio, invitando a diversas personas del reino de Benum, y de las tierras del Oeste. Akko, nunca creyó que las galletas preparadas por la Anna Kaiser fueran tan deliciosas. Muchas hembras de esa raza que son el personal del lugar, la cuidan y aconsejan a mas no poder. Estando ansiosas de conocer al cachorro con los genes de la líder. Una cantidad de guardias humanos, felicitaron con desprecio fingido a su reina, no aceptando aun ese hecho. Y eso, Akko lo entendió perfectamente.
En la visita de la reina Amanda, estuvo la reina de Soris, acompañando a la reina de Benum. Amanda al notar su estómago creciente, se hizo una idea de lo que deseaban decirles. Reaccionando al comienzo de mala manera, diciéndole lo que opinaba al respecto. Sin embargo, luego de una larga conversación explicándole con detalles ciertas cosas importantes, apartando un poco lo sucedido en Luna Llena.
La reina de Zahara, golpeo a Diana en el estómago, quien acababa de llegar a la habitación en donde se encontraban. Ella, gruño gravemente por el puñetazo recibido, pero topándose enseguida con una mirada asesina de Amanda que calmo su expresión fruncida, cambiándola a una de confusión.
Flashback
—Lamento interrumpir —dijo dirigiéndose a Akko—, pero vine a avisarle que el almuerzo estará listo en unos minutos. ¿Desea que la acompañe?
—Asiente sonriente—. Espero que no sea esa sopa viscosa.
—N-no... he ordenado algo mejor para usted, m-mi reina... —contesto nerviosa, haciendo una reverencia para retirarse.
En el momento que la líder abandono el salón secundario, la reina de Zahara volteo a ver con enojo a la reina de Soris y Benum, pidiendo más explicaciones de la situación. Sin embargo, ninguna de las dos respondió, desviando una la mirada y la otra jugando con sus dedos.
—¿Cuantos meses tienes?
—Seis... —susurro tímida, Akko.
—¡¿Y me lo vienes a decir despues de seis meses?!
—¡Oye! —frunce el ceño, levantando la mirada—. ¡No eres mi mama! —reclamo, cruzando sus brazos—. Agradece que lo guarde para ti, sabia como te pondrías.
¿Y cómo no reaccionar de esa manera? Ella estuvo la mitad de su vida cuidándola y protegiéndola. En ciertas ocasiones se topaba con Lotte en el palacio de Benum. Entreteniendo y apoyando a la próxima reina que se encontraba desanimada en esos momentos, debido al maltrato de sus padres y abandono de la líder del Oeste. En ninguna circunstancia Akko, dejo de pensar en esa Kaiser que conoció en aquel bosque, soñando de que algún día pudiera volver a verla y disculparse, otra vez.
—¡¿Tu cuando lo sabias?! —señalo a Lotte, causándole un pequeño sobresalto.
—Amanda —llamo Akko, enojada por su comportamiento.
—Akko —vira a verla, con una mirada retadora.
—Levanta una ceja—. Tendré un cachorro dentro de cuatro meses, lo aceptes o no. Y para tu información, me comienza a doler la espalda y los talones cuando camino demasiado, tengo náuseas y ganas irresistible de comer un buen trozo de carne, e incluyendo esa necesidad de ser mordida. Y es extraño, lo sé.
—Su actitud varia, ya que es una humana embarazada de una Kaiser. Lo que quiere decir...
—Que tendrá una combinación de requisitos y actitudes distintas —interrumpió Amanda, captando de inmediato sus palabras.
—Y es Kaiser —dijo enorgullecida, no haciendo notar su aun pequeña inseguridad respecto a ese tema.
—Entrecierra sus ojos, mirándola unos segundos con detenimiento—
Akko desvio la mirada, rascando su mejilla por los nervios que comienzan a hacerse presente.
—¿Que ocurre? —dijo con una sonrisa lasciva, levantando sus hombros.
—No estas lista —hablo finalmente, suspirando con pesadez.
—Es cierto... —dijo Lotte, apoyando una mano en la rodilla de Akko—. Pero intentara aceptarlo con el tiempo, no es algo que se deba hacer ahora.
—¿Llevas seis meses y aun no lo asumes? —arquea una ceja, observándola desde arriba al estar de pies, y las otras sentadas juntas en uno de los sillones.
—Frunce el ceño—. Es difícil, tomando en cuenta las cosas que vendrán y las situaciones que estoy enfrentando ahora mismo. Se perfectamente que cometí un error en esa noche, pero he superado el hecho de lo que hice —la mira nuevamente—. Sucedió, Amanda. No puedo cambiar el pasado y tratare de hacer un mejor futuro. ¿Me apoyaras?
—Cruza sus brazos, dando pisadas leves con su pie derecho—
Las dos reinas quedaron pacientes, esperando su respuesta. Amanda, aun no podía creerlo. La niña que estuvo cuidando por más de doce años, se encuentra embarazada. Suspiro exasperada, calmando su expresión de molestia, aceptando a regañadientes ese hecho. Sin embargo, conservo su enojo, pero para la líder.
—Bien... Convenceré a Sucy para que venga en su nacimiento.
—¡Gracias! —dijo alegre Akko, poniéndose de pies para darle un fuerte abrazo.
—Si, si, si, si —desordena su cabello.
—¿Por qué debes convencer a Sucy? —pregunto curiosa Lotte, acercándose al dúo.
—La mira, levantando extrañada una ceja—. ¿No lo saben?
Fin del Flashback
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Barbara Parker Pov
Todo está listo... En una hora llegara y pisara mis tierras. Eso no me calma, en absoluto. Necesito relajarme, ¿Porque estoy tan nerviosa? Es molesto, sinceramente. Simplemente la veré despues de cuatro años, nada nuevo. Debe ser la misma hermosa y encantadora Baristar que conocí en una reunión planeada por mis... padres.
¿En que pienso? ¿Hermosa y encantadora? ¿De dónde salieron esas palabras? Me estoy volviendo loca con esta situación, ¿Porque mis manos tiemblan? ¡Cálmate!
—Con usted, mi líder —abre la puerta—. La líder del Oeste, Diana Cavendish.
¡Ya llego! ¡Me ayudara a tranquilizarme!
—¡Diana! —exclame alegre, acercándome a pasos lentos.
—Sonríe sutilmente, aproximándose—. Buenas tardes, Barbara.
—Llegas puntual —golpeo ligeramente su hombro—. Como siempre —rio nerviosa.
—Arquea una ceja—. ¿Estás bien?
—¡S-si! ¿Por qué no lo estaría? —sonrió ampliamente, enseñando mis colmillos.
—Asiente extrañada—. La reina Atsuko, me entrego esta carta —la extiende—. Pide disculpas por la tardanza en enviársela.
—La tomo con timidez, volteándola para leer de donde proviene—. No te preo...cupes... —abro con confusión el sobre.
¿Lotte...? Espera....
—Leo lo contenido—
¡¿La reina de Soris viene a mi palacio el día de hoy?! ¡¿Por qué ahora?! ¡¿Y por qué no lo mando directamente a mi persona?!, ¡Rayos! ¡No podre negarle la venida!
—También aclaro que hubo una equivocación de parte de los carteros. Por si te preguntabas porque no llego en tus manos primero. Hablare con Sebastián, respecto a lo sucedido.
—Está bien... —dije rendida, arqueando mi espalda hacia delante.
—¿Pasa algo malo?
—Lotte, vendrá...
Esa idea no me gusta para nada.
—¿Tienes miedo de que despues pueda tener celos humanos?
—Recompongo mi postura—. Tal vez... He estado estableciendo una... ¿relación? Luego de más de... ¿cinco besos? Los humanos lo llaman... ¿novias?
—Felicidades, has dado un paso importante.
—Suelta un pequeño lamento en voz baja—. Yo quiero hacer el lazo... Eso que hace me confunde.
—Ríe sutilmente, palmeando mi hombro—. Tranquila, ese momento llegara despues. Los humanos no son como nosotras, eso tómalo en cuenta —empieza a caminar a uno de los cinco salones.
—¿La reina Atsuko lo hizo de una vez? —pregunto curiosa, siguiéndole el paso.
—Niega con su cabeza—. Ocurrieron cosas antes, de eso —explico con tranquilidad, manteniendo sus manos sujetas detrás de su espalda.
—Comprendo... seré paciente.
—Una consulta, Barbara —abre la puerta—. Cuando visitaste las tierras del Sur, ¿Hubo algún avistamiento de los padres de Hannah? —me mira, dándome espacio para que accediera primero.
—Arqueo una ceja, ingresando—. No, y ahora lo que preguntas, no he sabido de ellos durante un buen tiempo.
—Cierra la entrada, avanzando a uno de los sillones—. He escuchado un rumor a través de mi informante.
¿Rumor...?
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Luego de unos minutos, la reina de Soris se hizo presente, disculpándose por la interrupción en la conversación que mantuve con Diana. Sin embargo, previamente le sorprendió verla en mis tierras, mirándome con curiosidad en busca de una respuesta, y con cierto temor... le conté acerca de la visita de la líder de los Baristar. Causando que hiciera una mueca de disgusto y despues suspirara en compresión, aclarando de inmediato que estaría en los patios mientras llevamos a cabo esa reunión en el comedor, con los diversos aperitivos que serán entregados. No obstante, le dije que estuviera presente para que disfrutara de los platillos, pero... se negó no queriendo hacer mal tercio.
Cambiando de tema, pregunto sobre el bienestar de Akko, obteniendo una contestación positiva y agradecimiento por estar al pendiente de ella en estas circunstancias. Claramente, Diana percibió esa pequeña reacción en su rostro cuando mencione a ''Mary''. Estando consiente del mal sabor que le provocaron esas palabras a la reina de Soris.
Con su presencia y belleza, me mantuve calmada, dejando a un lado mi nerviosismo. Acaricie su mano con la mía enguantada, provocándole un sutil rubor en sus mejillas mientras continuamos con la charla tranquilamente.
Despues de ese suceso en mi habitación cuando me encontraba aun con heridas pequeñas. Me pidió disculpas personalmente, explicando cómo se sentía en ese momento. La perdone con un beso en su mejilla, pero... sinceramente me lastimo que me abandonara en ese estado, ilusionándome de lo que haríamos y decepcionándome de que no sucediera. Ella no volvió a tocar el tema, y me trata con mucho cariño como recompensa a su imprevisto impulso.
Amo cuando me acaricia y duerme en sus piernas, sus labios son suaves y carnosos, me gusta morderlos y causarle ese sonrojo abusivo en su bello rostro cubierto en sus mejillas por pecas. Cuando uno de esos días se puso un vestido sin mangas, note un camino poco visible de estas que bajan a sus hombros, pero que desconozco si continúan.
Sus dedos son delicados y su voz encantadora. La quiero demasiado...
La mire de reojo, haciendo aparecer una pequeña sonrisa en mis labios.
—Barbara, ¿Le has enviado cartas a Hannah?
—Si, pero dudo que las responda —dije observándola, entrelazando mis dedos con los de la reina, sin embargo, ella no lo acepto, juntando sus manos sobre sus piernas.
Parpadee confundida arrugando un poco mi nariz, cambiando mi expresión de inmediato al escuchar nuevamente la voz de Diana.
—Probablemente haga mención de los Ranter, en esa reunión. Espero no te moleste, debido a que anteriormente tu familia tuvo un enfrentamiento con ellos.
Ranter... No me agradan.
—Suspiro pesadamente—. Supongo que tendrás una serie de preguntas para la líder. No tienes que preocuparte, no me opondré —digo con resignación, notando un ligero semblante de sorpresa en la reina.
Al parecer... no lo sabía.
—No quiero incomodarte —aclaro, manteniendo su espalda recta y expresión neutral.
—Lo entiendo, pero en verdad, no debes porque darle importancia a eso. Sucedió hace muchos años.
—Asiente firmemente, dirigiendo su mirada a la reina—. Tengo entendido que hará una ceremonia de celebración en sus tierras, reina de Soris. Espero que no halla ningún percance que provoque una cancelación. Estoy segura que las personas ansían pasar tiempo a su lado.
—Gracias, Diana —contesto amigable, volteando a verme—. ¿A qué hora llegara?
—Dentr-
Un guardia toco la puerta y entro a la habitación, avisando la llegada próxima de la líder. Me puse de pies, dando las indicaciones de los preparativos. Voltee a ver a Diana que imito mi acción, despidiéndose y saliendo de primera del salón.
Aprovechando que nos quedamos sola, me senté nuevamente.
—¿Te incomoda mucho? —consulto preocupada.
—Un poco... no es nada.
—Lamento no haber recibido tu carta a tiempo, hubo una equivocación y tardanza del Kaiser cartero con el humano que entrega también la correspondencia en su reino. No se como sucedió, pero Diana se encargará de que no vuelva a ocurrir.
—Me mira confundida—. ¿Equivocación?
—La reina Atsuko, recibió la carta que usted envió para mi persona. Si hubiera estando al tanto que vendría, pospondría la visita de la líder.
—Así que eso sucedió... —susurro audiblemente.
—Tal vez dure unas horas, pero iré a verte cuando termine.
—Sonríe sutilmente—. Gracias, me siento un poco mejor.
—Arqueo una ceja—. Está bien, no es nada —me levanto.
—Barbara —imita mi acción, teniendo su mano en el pecho—. ¿Me regalas un... beso, a-antes de irte? —pregunto avergonzada, mirándome con imploración.
Acepte con una ligera sonrisa, acercándome a sus labios. Uniéndolos y moviéndolos con lentitud unos escasos segundos, separándolos al mismo tiempo y acompañándolo con otro pequeño. Su mano libre acaricio mi brazo derecho, entregando calidez en mi corazón, a la vez que observo con detenimiento sus hermosos orbes celestes.
Me aparte lentamente, dedicándole una suave sonrisa con pequeñas caricias en su pecosa mejilla.
—Te quiero, Lotte.
—Yo también... —susurro, posando sus manos arriba de la mía con sus parpados cerrados y una sonrisa amplia.
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Encontrándome en los escalones un poco lejos de la entrada junto a Diana, me siento segura y confiada por lo que sucedió previamente con la reina. Entregándome esa tranquilidad que necesitaba en un principio.
La puerta se abrió, dejando pasar a una chica de estatura media con ojos azules oscuros y cabello atado en una cola de caballo por una cinta de tonalidad crema, manteniendo su flequillo en el lado derecho de su rostro. Vistiendo, con un vestido suelto y corto hasta sus rodillas del mismo color que sus orbes, combinándolo con unos zapatos de plataforma baja que poseen la misma tonalidad, y unos blancos guantes largos de encajes transparentes que llegan a sus codos.
Ella... sonrió de lado... al verme parada observándola con impresión.
—Con ustedes, la líder superior de los Baristar.
Mary Adele de Vilai.
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Fin del Cap. 47
Ya llego la patrona V:
Dato:
-Mary, no tenía apellido así que le puse uno. Soy mala en eso, ya lo se. xd
-Por si no entendieron de la ''Sopa viscosa'', recuerden que Diana alimenta a Akko con larvas discretamente.
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