Cap. 44
Narradora Pov
—¡Mi reina! —abre la puerta, observando a la mencionada haciendo su trabajo con tranquilidad.
Akko levanto cansada la mirada, contemplando el rostro preocupación de Diana. Suspiro exhausta, acariciando sus cienes ligeramente para calmar un poco su estrés, y la tercera presencia de Diana en el día, no ayuda.
—¿Ahora que sucede?
—Aclara su garganta, cerrando de la puerta de detrás con sus mejillas sutilmente sonrojadas por la vergüenza sentida al entrar sin tocar—. Esto es importante, he recibido un comunicado de la líder del Norte. La líder superior de los Baristar llegara a su reino en un mes aproximadamente.
—La mira con atención, juntando sus manos—. Entiendo, ¿Quieres ir?
—Asiente—. Necesito respuestas a mis preguntas, y esta es una oportunidad que no puedo desaprovechar. ¿Estarás bien mientras...
—Si —baja la mirada, contemplando el papel en su escritorio—. No tienes por qué preocuparte.
Diana se quedó quieta en su lugar, observándola con inseguridad. La reina, continuo su trabajo ignorando la presencia de Diana. Ella, hizo una reverencia, y antes de despedirse, aviso que no asistiría a la cena por motivos personales que no quiso decir, aunque la reina no demostró interés en ello.
Después de pasar tres semanas de la visita de los Ranter. Akko, se ha estado comportando muy distante y fría en su entorno, causándole tristeza y enojo consigo misma por provocarle esa actitud a su reina. Sin embargo, anteriormente se disculpó dos veces por hacer evidente su comportamiento inestable frente Majorlaine. No obstante, la reina no la perdono, y cuando lo hizo, su actitud no cambio. Desconcertándola un poco.
Investigo más a fondo la conducta de una humana embarazada, y pocas cosas coincidieron con las Kaiser en ese estado. Ellas, son más cariñosas con su pareja y se mantienen cerca cada vez que tienen la oportunidad. En cambio, las humanas son diferentes... y le cuesta entenderlo.
Caminando hacia a su despacho para terminar sus deberes, se cruzó con su informante en el pasillo. Emma le sonrió amablemente, preguntando sobre su estado, e iniciando una conversación con un aura... alegre.
—Me encuentro bien, gracias Emma.
—Me alegra, mi líder —mueve ligeramente su cola—, tengo nuevas noticias de sus tierras y las de Bemun. El alimento para este invierno es más que suficiente, pero comparándolo con la recolección que hicieron los trabajadores el año pasado, ha bajado un veinte por ciento.
¿Veinte por ciento? Eso es mucho.
—¿Que sucedió? —pregunto en un tono serio con una postura firme y sus manos detrás de su espalda, sin dirigirle la mirada.
—Algunos Kaiser no están conformes con los humanos, y se pelearon por la comida en el muelle. Rehusándose a trabajar juntos y dividiéndose —levanta la hoja, leyendo lo escrito—. Las defensas siguen estables, pero los problemas entre la diferencia de razas que ahora habita en el reino, están creando conflictos.
—¿Como van las construcciones de los nuevos hogares?
—Por el arduo trabajo y la cantidad de personas que se ofrecieron a ayudar. En unos meses estarán listas, pero debido al invierno, el proceso podría tardarse un poco más —pasa las paginas—. Las tierras de Benum han sido aseguradas. Los explosivos fueron retirados y las personas se encuentran casi... a salvo. Algunos guardias Kaiser se comprometieron a cuidar del reino por avistamientos de Aslandar rondar la zona.
¿Aslandar? ¿Qué hacen en esas tierras?
—Da una nueva orden.
—Agarra su pluma—
—Cualquier Aslandar que sea visto nuevamente por el reino de Benum, será asesinado. Tienen permiso para atacar, y manda a veinte guardias Kaiser más. Aumentaremos la seguridad y protegeremos a esos humanos.
—Lo apunta en su libreta—
—Envía cargamentos de alimentos para esas personas, y repártanlas en canastas en todas las casas antes que comience una nevada que no les permita salir de sus hogares —la mira de reojo, llegando a la puerta de su despacho—. Eso es todo, ¿Tienes algo más que decirme?
—Asiente levemente—. Es un rumor, no es exactamente cierto, pero creo que pueda interesarle —levanta la mirada, terminando de escribir las nuevas órdenes—. Dicen que la líder del Sur, ha cometido un acto que ha condenado su vida. Algunos especulan algo acerca de sus progenitores, puesto que, nadie los ha visto en el palacio después de que la ascendieran como la nueva líder.
No entiende... Diana, no entiende bien sus palabras. ¿Realizar una acción que la condenaran? ¿A qué se refería?
Diana agradeció el informe, y antes que pudiera entrar a su despacho, fue detenida por un pequeño agarre en su brazo por parte de Emma, que agacho sus orejas tímidamente. La líder volteo a verla esperando que hablara, pero luego de unos escasos minutos a punto de decirle algo, un carraspeo cerca de su posición la interrumpió.
Emma, al girar a ver a la que produjo ese sonido, frunció el ceño. La reina de Benum, la miro de arriba abajo, levantando una ceja con un semblante de superioridad. Observo de reojo el agarre de su mano en el brazo de su líder, ordenándole con la mirada que se alejara de inmediato. La informante obedeció, retirándose del lugar.
Diana admiro sin expresión alguna la presencia repentina de su reina, bajando la mirada cuando sintió su mirada molesta en ella.
—Lamento haber interrumpido, pero acabo de recordar que necesito hablar contigo de algo importante —dijo Akko, pasando a un lado de Diana, pasando a su habitación de trabajo.
—Suspira profundamente—. ¿Es grave? —ingresa, cerrando la puerta detrás.
—Es acerca del embarazo —voltea a verla—, ¿Se puede? Líder del Oeste —pregunto en un tono de... ¿Molestia?
¿Líder del Oeste...? ¿Porque la llamaba así? ¿Hizo algo mal otra vez?
—Adelante, mi reina. Te escuchare —dijo tranquilamente, tomando asiento en el sillón.
—Necesito hacer el anuncio de mi preñez a mis habitantes, no deseo que se enteren por medio de murmullos o cuando se me note mejor.
—Si eso la preocupa, en mi caso no habrá ningún problema. Posiblemente los Kaiser celebren ante la noticia y nos feliciten. Sin embargo, desconozco la reacción de los humanos cuando se enteren por medio del anuncio que tiene planeado.
—¿Que sugieres?
—Cruza sus piernas, quedando pensativa—
¿Los humanos armarían un alboroto al enterarse que su reina está embarazada de una... raza distinta?, ¿La verían de mala manera o la rechazarían? ¿Akko le molestaría eso?, ¿Que debería hacer al respecto? Siéndose sincera, no le interesaba lo que digan esas personas de ella, sin embargo, los pensamientos de su reina son más preocupantes.
Primero no se encuentra estable y aun trata de asimilar ese tema del embarazo, aparte de tener mucho estrés y trabajo que realizar. Ella anteriormente, se ofreció a encargarse de todo, pero Akko, se negó rotundamente con ese comportamiento frio. Hizo especulaciones el día anterior de cada una de sus actitudes y palabras, llegando a una conclusión pequeña pero insegura, tal vez...
—¿Quieres salir?
—Arruga su entrecejo, mirándola con confusión—. ¿Disculpa?
—Ven conmigo a las tierras del Norte. Pero antes, deseo que agarrares un respiro fuera del palacio, puede ayudarte a aclarar mejor sus pensamientos. Es su decisión si quiere mi compañía o ir sola a alguna parte de nuestras tierras. Claramente ira con algunos guardias, y espero eso no sea una molestia para usted.
—Necesito terminar con mis trabajos, no tomarme vacaciones —aclaro irritada, moviéndose intranquilamente de un lado a otro en el lugar.
—Creo que estar encerrada todo el día en una habitación conviviendo conmigo continuamente, causa ese comportamiento, ¿me equivoco? —entrelaza sus dedos, mirándola seriamente—. Tienes tantas cosas en mente que no has tenido tiempo para ordenarlas, te preocupas demasiado. Y lo mejor sería que se tomara un respiro.
—Diana, no me has entendiendo —frunce el ceño, cruzando sus brazos.
—Trato de hacerlo, Akko. Aunque no comprenda perfectamente la preocupación que posees por las personas de tu reino al enterarse de su estado. Puedo aconsejarle que lo más recomendable en este momento es que tome un tiempo para que acomode sus pensamientos.
—¿Entonces no te molestaría que me fuera al palacio de Lotte y me quedara unos días?
—Niega con la cabeza—. Es lo mejor, Akk-
—¡No! —da un fuerte pisón, sobresaltando un poco la líder—, ¡Tu solo quieres quedarte a solas con esa... Emma! —señala la puerta, observándola con furia.
¿Que? ¿Qué... está diciendo? Sus palabras fueron sinceras, y sus motivos nunca se acercaron a lo pensó su...reina.
¿Porque querría pasarla a solas con su informante?, ¿Esto es acaso un ataque de celos...? No cree que lo sea, pero entonces... ¿Que está ocurriendo?
—Contéstame, ¿Qué es lo que quieres ganar con que me valla del palacio? —pregunto entre dientes, mirándola fijamente.
Diana la miro con extrañes, ladeando sus orejas a un lado. Busco en su mente una posibilidad que se asimilara a la actitud nueva y arrebatada de Akko. Se puso de pies al notar los ojos de su reina humedecerse al pasar unos minutos sin recibir una respuesta de su parte. En el momento que intento acercarse, Akko, retrocedió abrazándose a sí misma.
—Me quieres abandonar... —murmuro con tristeza, manteniendo con dificultar su ceño fruncido, mordiendo también su labio inferior para contener sus ganas de llorar.
Ahora comprende... Con esas simples palabras una suposición de lo leído anteriormente en los libros de Kaiser embarazadas paso por sus pensamientos.
Se acerco nuevamente, provocando que Akko volviera a retroceder y chocara su espalda en la pared. En ningún momento su reina la miro, ocultando su rostro con su hermoso cabello castaño lacio semi recogido. Su flequillo es recto y mínimas lagrimas que fueron retenidas previamente resbalaron en su mejilla.
Alejo sutilmente algunos mechones con sus dedos dejando al descubierto su hombro. La reina esta vez no posee un vestido, debido al tamaño de su abdomen que podría hacerse notorio con una vestimenta ajustada, teniendo una camisa manga larga suelta con pliegues de color crema, y un jean ceñido a sus piernas y cintura de una tonalidad negra. Sus tacones cremosos de plataforma baja y argollas y collar dorado, adornan y deslumbran más su conjunto.
—Esto te va a doler... —susurro, acercando sus labios y abriendo un poco su boca a la piel que dejo descubierta. Mordiendo con un poco de fuerza esa suave zona.
—¡Ah! —exclamo al sentir sus dientes en su hombro izquierdo, arrugando enseguida el saco de la líder.
Los colmillos de Diana, no perforaron la piel de Akko. Simplemente... le dejo una marca, pero esto no fue suficiente para calmar las inseguridades de la reina, pidiendo más.
Con delicadeza Diana, agarro la punta de su camisa subiéndola lentamente. Aproximo sus labios a sus senos, costillas y caderas, dejando marcas rojas de sus dientes. Akko, dejo escapar un suspiro de satisfacción, sintiendo su cuerpo relajarse. Diana al notar su comportamiento más tranquilo soltó su camisa, tomando un poco de distancia.
—¿Has estado conteniéndolo? ¿cierto?
—Desvía la mirada, limpiando con sus dedos sus mejillas húmedas—
—Exhala resignada—. Piensa en lo que dije, por favor. Puede ayudarte.
—Asiente ligeramente, bajando la cabeza—
El salón quedo en un silencio incómodo. Diana la observo en esos minutos que ninguna de las dos menciono una sola palabra. Akko evito verla, sintiéndose culpable por el comportamiento que opto recientemente, y lo que retuvo en esas semanas. Es cierto que al contemplar a esa Kaiser cerca de ella la hizo ponerse celosa, pero antes cuando Diana la visito a su despacho esas semanas, su cuerpo desprendía esas dudas que no las dejaron realizar su trabajo con tranquilidad, deseando con todo su ser los colmillos de la líder en su piel para calmar esas emociones y sentirse nuevamente segura.
Sin embargo, ella no quería admitir que enserio lo necesitaba, llegando a un punto en donde golpeo la mesa de su escritorio y abandono los papeles para ir a pedírselo, poniendo de excusa el tema de su embarazo. Pero las cosas no salieron como lo tenía pensado.
Sentirse de esa manera desde hace varios días conteniendo esa necesidad de su cuerpo, provoco su actitud agresiva y distante. ¿Por qué lo hizo? Aun no acepta del todo el hecho de su embarazo, no importa que hayan pasado más de un mes, sigue siendo difícil para ella asimilarlo... Diana ha sido tan atenta y dulce que no puede impedir sentirse más culpable por los rechazos continuos que ha tenido de su parte. No obstante, ese consejo que le dio, no le pareció malo. Tal vez... en serio necesitaba un respiro de todo. Aclarar sus pensamientos saliendo de las cuatros paredes que la rodean la mayoria de su tiempo.
Aun su cuerpo siente un poco de esa incertidumbre luego de recibir unas cuatro o cinco mordidas que dejaron marcas en su piel blanquecina. Esto es debido a que la líder... no enterró de manera correcta sus colmillos, sintiéndose en este momento... su cuerpo estremecer al querer que estos traspasen su capa de piel.
Akko la miro nuevamente, después de esos largos minutos en silencio, respirando un poco agitada por esa necesidad. Tímidamente acerco su mano a la mejilla de Diana, contemplando su expresión neutra y atenta. Diana cerro sus parpados y guio su cabeza al tacto de su reina, disfrutando de la calidez de su palma.
—¿Pu-puedes...? Y-yo... necesito que...
—No quiero lastimarte, Akko —dijo segura, entiendo lo que desea.
A diferencia de las humanas, las Kaiser hembras tienen mayor resistencia ante las mordidas de los Kaiser. Sin embargo, la piel humana es... delicada.
—Po-por favor, Diana. No puedo durar con esta exigencia más tiempo... —se aproxima—. Una simple marca profunda, se-será su-suficiente —tartamudeo, sintiendo su cuerpo arder y temblar ligeramente ante esa necesidad.
Diana abrió sus parpados, espectando cada facción del suave rostro de su reina. Su ligero rubor y sus labios entre abiertos, le dieron una vista esplendida y maravillosa. Admirando con más detenimiento su belleza natural, no se percató de la poca distancia de sus rostros. Los labios de Akko se juntaron con los suyos en un lento y tierno beso que fue correspondido de inmediato al salir de ese pequeño trance.
Diana la atrajo lentamente con sus manos en su espalda baja, hasta rozar sus senos encima de sus camisas. Akko inclino su espalda hacia delante disfrutando de la suavidad y carnosidad de los labios de Diana, con movimientos lentos, pero profundos. Unos pocos minutos después, Diana poso su mano detrás de su cabeza, separándose del beso y pasando su boca a su barbilla, mordiéndola sutilmente, para después seguir descendiendo por su cuello a su hombro derecho dejando en el recorrido lamidas con besos combinados, provocando suspiros profundos en la reina.
Al encontrarse en el punto exacto donde realizaría esa petición exigente. Deslizo su lengua en ese lugar, ''preparando'' la piel. Akko cerro fuertemente sus parpados aferrándose a la espalda de la líder y ahogando un grito cuando unos colmillos frontales e inferiores se enterraron en su hombro.
Una pequeña cantidad de sangre descendió por su brazo y clavícula, haciéndola sentir... un gran alivio. Su cuerpo reacciono demasiado bien ante la mordida que se sintió... tan casada de repente, y con muchas ganas de dormir. A los colmillos abandonaron su piel, y la líder dejar pequeñas lamidas esa zona. Se desmayo, siendo sostenida de inmediato.
—¿Akko? —llamo confundida, con el cuerpo adormecido de su reina.
Diana Cavendish Pov
Esto no debía pasar... ¡¿Fue demasiado fuerte?! ¡¿La mate?!
—Akko, ¿Estas bien? —pregunte preocupada, comenzando a ponerme nerviosa.
Oh no... ¡¿Que hice?! ¡Debo llamar a las enferm- ¡No! ¡Nadie debe enterarse aun de su embarazo! ¡¿Qué hago?!
—La cargo en mis brazos, mirando su pecho subir y bajar despaciosamente—
Esta... respirando.
—Exhalo aliviada—
No comprendo... ¿Qué sucedió? ¿Esa reacción es normal? Creo que necesito investigar más, pero por ahora la cuidare y aprovechare para terminar mi trabajo.
—Deposito su cuerpo en el sofá, acomodando su cabeza en la almohada—
Me puse de rodillas y acerqué mi oreja a su pecho, escuchando el palpitar natural de su corazón. Sintiéndome más aliviada que antes, guie instintivamente mi mano a su abdomen. Ruborizándome sutilmente por mis intenciones, levante su camisa y despoje mi guante de mi mano izquierda, acariciando con delicadeza su vientre en crecimiento.
Un pequeño suspirar y gemido de satisfacción me hizo voltear a verla, admirando su rostro adormecido. Dure unos minutos en esa posición, procurando no despertarla con un movimiento brusco que le disgustara. Aleje mi mano y coloque nuevamente mi guante, dispuesta a concluir a mis deberes.
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El estado de mi reina se debe a su embarazo, sin embargo, algunas de sus actitudes vienen de sus pensamientos desubicados. Eso supongo, cada humano es diferente y aun sigo aprendiendo del comportamiento de Akko. Desconozco algunas cosas después de casi dos años junta, y ahora estando con una cría en proceso en su vientre, lo hace más... difícil y complicado entenderla.
Es necesario que esta noche salga y me cambie mi apariencia para evitar otra vez el descontrol de mi cuerpo, puesto que, anteriormente no he podido tener ese tiempo y no deseo perder mis sentidos, de nuevo.
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Luego de cinco horas realizando mi trabajo pendiente mientras miraba de reojo con constancia a mi reina, acabe. Me levante de mi silla, acercándome al sofá en donde descansa con placidez. Observe por la ventana el sol ocultarse, dejando escapar un suspiro de cansancio. Nuevamente me arrodille y admire el rostro de Akko, percibiendo pequeñas manchas de sangre en su camisa.
Fruncí el ceño, deslizando sutilmente mi pulgar en esa zona. El cuerpo de Akko reacciono ante mi tacto, removiéndose un poco. Aleje mi mano y la acerque a su mejilla, escuchando unas palabras inentendibles ser pronunciadas débilmente. Sus parpados se fueron abriendo con lentitud, mirándome con cariño y cansancio.
—Te amo... —susurro esta vez mas audible, observándome con sus ojos entrecerrados.
Sus manos se movieron con delicadeza, posándose en mis hombros. La observe en silencio, escondiendo la felicidad que me causaron esas palabras, pero no logrando controlar mi cola, moviéndola levemente de un lado a otro. Me ruborice, cambiando mi semblante de seriedad a uno de curiosidad.
—¿Estas bien?
—Asiente, sentándose con mi ayuda en el sillón—. Fue... extraño —coloca una mano en su cabeza, recordando lo sucedido.
—Le recomiendo comer algo, y descansar. Esta noche llegare tarde.
—¿Por qué?
—Necesito... pasear —dije avergonzada.
—Levanta una ceja—
—No quiero volver a tener un comportamiento indiferente.
—Oh... —exclamo en entendimiento—. Está bien —sonríe débilmente, situando sus manos en mis mejillas—. Ten cuidado.
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Flashback
—Diana, esta vez no creo poder salir. ¿Puedes quedarte?
—Hoy me veré con Atsuko, mama. No tienes por qué cuidarme —sonrió orgullosa con una postura firme—. Se hacerlo sola.
—Sonríe sutilmente, acariciando mi cabeza—. Prefiero que estés bajo mi vigilancia. No asistirás el día de hoy, hija mía.
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Por mi necedad y desobediencia. Escape del palacio para verla... provocando... lo que cambio completamente mi vida.
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—¿Ma-mama? —dije al verla en el suelo—. O-oye ma-mama—me acerco con miedo, tocando su espalda—, le-levántate, deja de jugar —comienzo a sacudirla suavemente. Al no recibir respuesta, empecé a desesperarme manchando mis guantes blancos de su sangre—. ¡MAMA! —grité aterrorizada cuando más sangre comienzo a salir su cuerpo.
Si tan solo hubiera hecho caso... las cosas serian diferentes.
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—Es tu culpa... —susurre frente a un espejo, observando con lágrimas abundantes en mis ojos mi asqueroso reflejo.
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Al final... para aligerar un poco el peso de mis hombros... culpe a los humanos que la asesinaron.
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—Tienes la carga de lo que sucedió, incluyendo la muerte de Bernadette. Todo eso ha sido tu culpa...
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Trato de hacer lo mejor, e intento cambiar, demostrarle mi arrepentimiento a todas las personas que lastime.
Recordar la sonrisa de mi madre me lastima. En muchas ocasiones le pedí perdón, mirando el cielo nocturno mientras lloraba sin consentimiento.
Muchas veces me oculte en mis sabanas exclamando en voz baja el nombre de mi madre.
Si tan solo la hubiera obedecido.
Si tan solo no hubiera ido...
Ella estaría viva.
Y su muerte...
Es mi culpa.
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Fin del Cap. 44
Aclaración:
En los siguientes capítulos, veremos como pasa el tiempo, adelantando los meses del embarazo de la reina de Benum. Descubriendo un par de cosas en el trascurso, y llegando a conocer... que será el cachorro y como lo cuidaran. También, lo ocurrido en la visita de la reina de Soris, y lo que pasara en... (Cero spoiler) ¡Prepárense! Porque se viene.
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