Cap. 41
Avery Hale Pov
—Blair, cálmate.
—¡¿Como quieres que haga eso?! ¡Lo viste! ¡Es traumático!
—Hago una mueca de molestia, quitándole la sabana de un tirón—. No será la única cosa sangrienta que veas en la vida. Eres una reina, no es anormal espectar situaciones que incluyan la muerte.
—Suelta un quejido y abraza su cuerpo—. Son animales... ¿Como es posible que...cambiaran su apariencia? —voltea a verme enojada—. ¿En qué lógica funciona eso?
—Suelto un suspiro de cansancio—. No lo sé y no me interesa. Estamos vivas y es lo que importa.
—Hace un puchero, inflando sus mejillas mientras toma asiento en mi cama—
—Y deberías volver a tu reino, no puedes permanecer en el mío y dormir conmigo.
—¡¿Porque no?! —dijo tristemente, gateando a mi ubicación.
—Frunzo el ceño—. No eres una princesa, ni una niña. Tienes diecinueve y eres una gobernante de unas tierras grandes.
—Abraza mi cintura—. Déjame quedarme unos días más, no puedo descansar sola. Tengo pesadillas —solloza en mi abdomen.
—Exhalo resignada—. Hablare con Wangari.
—¡No! ¡Te lo suplico! —hace un gesto de imploración, derramando sutiles lágrimas.
No tengo tiempo para esto, en unos minutos me encargare de mis trabajos.
—Blair —la separo con cuidado—. Atenderé mis asuntos. Las sirvientas no demoraran en llegar.
Estando de pies cerca del borde de mi cama, justamente después de mis palabras dichas tocaron la puerta. Concedí el paso y dos mujeres de aproximadamente treinta años, saludaron cordialmente y prosiguieron a preparar la bañera. Mire a Blair de reojo, admirando su pequeño cuerpo siendo envuelto en las sabanas. Nuevamente suspire, situando mi mano derecha en mi cabeza.
Son las siete de la mañana y Blair se ha quedado conmigo desde el incidente que ocurrió en el palacio de Benum. No molesta su compañía, pero, es muy desconsiderado de su aparte, abandonar su reino en estas circunstancias. Esta descuidando sus tierras y aun, no creo que estemos completamente a salvo.
Siento... un pequeño escalofrió cuando recuerdo todo lo que sucedió. Es cierto lo que dijo, son animales. Sin embargo, los Kaiser que se encontraban nos salvaron de esos Baristar. No comprendí al inicio la relaciones que tienen esas reinas con... ellos. Ciertamente, poseen más información que nosotras y se hallan más acostumbradas a este tipo de situaciones. Ver a personas con cola y orejas que, tienen el don de cambiar de aspecto a un animal completo, es raro e impresionante.
Nunca antes mis padres me tocaron ese tema, puesto que, nunca le parecieron relevante, creyendo que estos jamás pisarían nuestras tierras. Ahora que ocurrió, toda mi gente sigue asustada. Algunos creen que ha sido un mal sueño o simplemente su imaginación.
¿Quién en su santo juicio estaría contento de ver a un animal feroz devorar a unos hombres inocentes?
Aun me pregunto que deseaban de mi reino, además ¿Porque vinieron en primer lugar? Mis recursos están estables y la seguridad aumento. Mi vida estuvo en riesgo y no puedo dejar de darle vuelta a esa posición en la cual me encontré. Si hubiera muerto, posiblemente le quedaría el mando nuevamente a mi madre que se halla con vida viviendo en el palacio.
Hacer esas reuniones teniendo en cuenta el peligro que corríamos, fue... ¡Absurdo!
—Avery... —llamo sutilmente, estando en una postura fetal con la cabeza fuera de la manta y su mirada perdida en algún punto de la habitación.
—¿Que sucede? —volteo a verla.
—¿No tienes miedo?
No debo demostrarlo. Obvio, tengo miedo de lo que se puede avecinar. Esos... animales, son peligrosos.
—Una reina, mantiene seguro a su reino. Son enseñanzas básicas —ruedo mis ojos, cruzando mis brazos.
Los Kaiser, Baristar, Ranter y Aslandar. Es considerado como una amenaza para mis tierras y cualquiera que intente pisarlas, será cruelmente asesinado sin darle tiempo de hablar o reaccionar. No importa con que intenciones venga, sean buenas o malas, no me interesa.
—Me doy la vuelta, encaminándome hacia el baño preparado—
Orden, una que puse cuando salí del reino de Benum. Ellos demostraron no tenernos aprecio, no importa si esas lideres nos salvaron. No quiero verlas, de nuevo.
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Después de un largo día atendiendo mis deberes pendientes y cuidando de la autoestima de Blair. Las cosas empiezan a calmarse y regresar como antes. Las personas de mi reino, me enviaron demasiadas preguntas referentes a los animales que unos hombres vieron, extendiéndose rápidamente ese rumor que aclare sin especificaciones. Ahora están más espantadas y necesito pensar en algo pronto, no quiero que luego comiencen a tener temor en salir de sus casas. Anteriormente, eso nunca sucedió y ese sentimiento de miedo, jamás existió. Debo eliminarlo.
—Mi reina, lamento interrumpir su almuerzo, pero tiene visitas.
¿Visita? No espero a alguien.
—Levanto una ceja—. ¿Disculpe?
¿Quién le concedió entrar a mi reino?
—Aclara su voz—. Exigió verla.
—¿Quién es-
El sonido de la puerta principal siendo abierta, captaron mi atención de inmediato. Me levante de la silla y le ordene a Blair a permanecer en el comedor mientras me encargo del intruso. Ella no se opuso y abandone el lugar, encontrándome al instante con... una mujer joven de alta estatura, y piel de tez clara. Sus ojos son de color agua y su cabello tiene un peinado ondulado, de color lila, con un mechón que cubre su ojo izquierdo.
Me acerque lentamente, manteniendo mi postura firme. Ella al verme sonrió ampliamente y se aproximó a mi posición. Sus pasos fueron seguros y su confianza en pasar a mi palacio sin mi permiso, es demasiado.
—Buenas tardes, reina Avery —hace una reverencia.
—Retírese, por favor.
Hablare seriamente con mi personal. Nadie, absolutamente nadie. Puede pisar mi hogar sin tener mi autorización.
—Ríe sutilmente—. Lamento la interrupción, pero según lo que he escuchado. Es usted una de las reinas que estuvo de frente con una de las bestias llamadas Baristar. ¿No es así?
—¿A qué se debe su visita? —pregunte en un tono molesto, haciéndole señas con mi mano derecha a los escoltas y personal cerca para que se retiren.
Ve al grano.
—Oh, cierto. Que desconsideración de mi parte, me presentare —inclina su espalda un poco hacia delante—. Soy, la reina Anglacia —levanta la mirada, sonriéndome amablemente—. Es un placer al fin conocernos.
¿Anglacia?... No puede ser...
—¿Que desea...en mis tierras? —dije con cierta sorpresa y confusión.
Ese reino se hundió... no es posible que alguien haya sobrevivido.
—Recompone su postura—. Hacer un trato.
—La observo dudosa, esperando que continúe sus palabras—
—Lo resumiré —abre su chaqueta, sacando... ¿qué es eso?
Esto es irreal. El reino de Anglacia... esas tierras...
—Sonríe nuevamente, pero esta vez con más sutileza—. Vera, tengo un deseo desde que era pequeña —lleva la palma de su mano al pecho—. Necesito su ayuda para cumplirlo, y si las demás están dispuestas a colaborar, mucho mejor —sitúa un dedo en sus labios, cerrando uno de sus ojos—. Poseo cosas que otros no. Estoy segura que seremos un buen equipo —me extiende la... no lo sé.
—La detengo, negándome a tomarlo—. Sera mejor hablarlo en un mejor lugar, y día —aclare.
—Levanta sus cejas, asombrada—. Oh... esto no puede dejarse para otro día, reina Avery.
—Frunzo el ceño—. No me encuentro disponible. No quiero ser grosera, pero no aviso de antemano que vendría a mis tierras.
—Sonríe, guardando el objecto nuevamente en su chaqueta—. La razón es simple, podría explicárselo ahora mismo.
—¿Que deseas? —pregunte enojada, sintiéndome frustrada por su insistencia.
—La vida... de esos animales que la acataron —hace una pequeña pausa—. Incluyendo a las demás razas.
—Me quedo en silencio, meditando sus palabras—. ¿Cuál es su nombre? —consulte, sintiendo un poco interesada.
—Sonríe de lado, extiéndame su mano—. Croix Meridius, su majestad —guiña su ojo derecho.
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Lotte Yanson Pov
Que extraño...
—Este será su nuevo escolta, mi reina.
—Sera un honor protegerla, su majestad —hace una reverencia—. Mi nombre es, Gabriel Creen. A sus servicios.
—Asiento ligeramente—. Pueden retirarse.
El comandante de mis tropas y mi nuevo guardia personal, abandonaron mi despacho, dejándome completamente sola y.... confundida.
Frank... se retiró. No me dirigió la palabra cuando lo hizo, simplemente hablo con el general y firmo los papeles. Es la información que me dieron, no tengo conocimiento de algo... mas. Puedo decir que me quite un peso de encima al querer decirle previamente que lo desalojaría de su puesto, mandándolos con la seguridad que se encarga de proteger mi palacio por fuera. Sin embargo, no puedo dejar de pensar que eso halla sucedido, fue... tan repentino, no me lo esperaba.
Inhale profundamente y exhale suavemente, despejando esos pensamientos para concentrarme nuevamente en mi trabajo. En unos días iré a las tierras del Norte y me quedare una semana completa en compañía de... Barbara.
—Situó mis manos en las mejillas—
Simplemente pensarlo me hacen sentir muy... estúpida y nerviosa. Una semana... cinco días... siento sesenta y ocho horas a su... lado. ¡Me crea un cosquillo incontrolable en todo mi cuerpo!, Estoy emocionada... falta tan poco. Espera, ¿Dormiré con ella? Si no es así, no serán siento sesenta y ocho horas, se disminuirán, pero no es como si quiera descansar en la misma cama. No, concentrarte, debo terminar.
—Agarro mi bolígrafo, observando las hojas frente a mis ojos—
¿Como estará?... No he recibido ninguna carta de su parte, ¿Sera que se arrepiente de haberme besado?, ¿Qué dirá cuando envié el aviso? ¿Lo rechazara?, muchas preguntas... no debería seguir pensando en esto... ¡Contrólate!
—Extiendo mi mano, tomando otro de los papeles acumulados—
Al menos... he podido hablar con Akko al respecto. La curiosidad en averiguar lo que me menciono después de haber tenido mi primer beso, ha estado agobiándome, pero no tengo tiempo para investigarlo. Probablemente lo haga luego.
—Acomodo mis lentes—
El tema de su embarazo, lo veía venir. Es muy terca y.... después de contarme como ocurrió, incluyo también la palabra ''descuidada''. Aun no logro asimilar que seré tía, dentro de unos meses. ¿Sera hombre o mujer? ¿Ella podrá con eso? Espero que sí, no deseo verla triste; no otra vez e, intentare, que no vuelva a suceder. Creo que la visitare más a menudo y... ¡Espera un momento! ¡Amanda no lo sabe! ¡Es cierto! ¡Lo había olvidado! ¡Amanda no debe enterarse!
—Abro mi cajón derecho, agarrando una hoja en blanco—
¡Lo impediré antes que sea tarde!
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Diana Cavendish Pov
—Mi reina.
—No —detiene de sus pasos, voltea a verme—. Lo que hiciste no tiene perdón.
—Me encojo en mis hombros, desviando la mirada—. Perdóneme...
—¿Acaso no me escuchaste?
—Lo oí, claramente —la miro con arrepentimiento.
Lo que hice, no merecen disculpas, pero... creí que... eso le gustaría. Leí que los humanos lo comen y no dude en pedirlo.
—Me señala con su dedo índice—. No me sigas —ordeno enojada, caminando al patio trasero del palacio.
Cuando desapareció de mi vista, me di la vuelta, encaminándome a la biblioteca. Necesito informarme mejor, esto no puede volver a suceder, pero debo hablarlo con otro humano antes de ponerlo a prueba.
¿Porque no le gustaron las orugas? Estas tienen cincuenta y tres gramos de proteína, además de un quince por ciento de grasa y alrededor de diecisiete por ciento de carbohidratos. E incluyendo que son abundantes en minerales y pueden beneficiar en el crecimiento del Kaiser dentro de su vientre. Mi madre me conto un día que tuvo que comerlas para que naciera saludable, no veo el problema. De igual modo, después de nacer y tener cinco años, las encontré apetitosas cuando me obligaron a comerlas a esa edad.
Las larvas también son consideradas una buena fuente de proteínas, pero preferiblemente, son las orugas. En el momento que la muerdes, su exquisito liquido se esparce dentro, siendo blanditos y convirtiéndolos en una especie jugosa y fácil de comer. Sentir las patitas que poseen caminar por la lengua, hace cosquilla.
El libro que leí, no me resulto. Buscare uno que me apoye realmente, sin embargo, ¿Habrá algunos que hablen del embarazado de una mujer humana? Mi madre guardaba todo tipo de información que fuera relevante e importante para mí aprendizaje, pero no creo que lo encuentre. Además, ella nunca hubiera imaginado que estuviera unida a una y cometiera ese error de esa manera.
Una vez que me encontré frente a la puerta de la biblioteca, ingrese y empecé a buscar un libro que contenga ese tema y, para mi sorpresa e interés, lo halle. Lo tome en mis manos, moviendo felizmente de manera ligera mi cola. Agarre otro que contiene un asunto familiar, lo único diferentes, es que se trata de una mujer Kaiser embarazada.
Me dirigí a uno de los sillones que queda cerca de una chimenea y lo abrí con ansias, leyendo la primera página.
¿Como cuidar de una mujer humana embarazada?
Paso uno: Mantenerse siempre cerca, nunca sabrás cuando te necesite.
Paso dos: Consiéntela, dele mucho amor.
Paso tres: Ser precavida y sobreprotectora. No debo dejar que realice movimientos bruscos que la conduzcan a un severo golpe en su barriga.
Paso cuatro: Habla con él bebe. El escuchará cada palabra que diga y se alegra al... ¿oír mi voz?, y la madre se sentirá muy tranquila. Posiblemente, vea la situación de forma tierna.
Que extraño... eso no es necesario. Las acaricias en su abdomen, es suficiente para que él o ella me reconozca como su otra madre, aparte de ayudar en su crecimiento.
Paso cinco: Alimentarla bien, trate de darle todo lo que desee en el momento.
Paso seis: Darle su espacio cuando lo necesite. Ser melosa puede causarle fastidio y estrés, y eso no es bueno para él bebe.
Paso siete: Sopórtala. El cambio de actitud será muy continuo.
Paso ocho: Hacer que use ropa cómoda a medida que crece su barriga.
Paso nueve: Velar siempre por su salud y hacerle masajes.
Paso diez: Tener sexo durante el embarazo en sus primeros meses, la beneficiara y complacerá a ella, y no afectara al bebe.
¿Que?
—Acerco un poco el libro a mi rostro—. Esto debe estar mal... —susurre confundida.
Sin embargo, algunas mujeres embarazadas pueden perder este deseo a medida del tiempo, ya que, debido al cambio de su cuerpo, se sentirán incomodas.
—Ladeo mi cabeza, agarrando el otro libro y leyendo la primera página—
¿Como cuidar de una mujer Kaiser embarazada?
Paso uno: Acaricie sus orejas y cola, eso la ayudara a relajarse.
Paso dos: Alimente al cachorro con animales vivos que contengan proteínas considerables.
Eso hice... pero no lo tomo de buena manera.
Paso tres: Dele mucha carne. Su apetito incrementará y sus ganas de devorar ese gran trozo, complacerá su hambre.
Paso cuatro: Acomode las almohadas correctamente para que descanse en una buena posición y no duerma incomoda.
Paso cinco: Muérdala. Al ella sentir sus dientes, dejándole una marca. Relajara su ansiedad y tranquilizara sus pensamientos de un abandono de su parte.
Paso seis: Sáquela al bosque y que utilice su animal para hacer ejercicios.
Paso siete: En los pocos días que quedaran para que nazca el cachorro. Haga que tome su propia leche maternal, y luego beba usted una porción pequeña para calmar la emoción y ansiedad de su cuerpo.
Paso ocho: Mimarla. Ser cariñosa. Duerma pegado a ella y acaricie siempre su barriga, entregándole al cachorro, su protección, amor, consideración y ayuda en su crecimiento.
Paso nueve: Consígale un peluche para que pueda masticar y eliminar las emociones negativas que serán provocadas por los movimientos del cachorro.
Paso diez: Aullar juntas en luna llena y correr en las praderas. Eso, incrementaran el lazo que tienen y hará que el cachorro las aprecie más a ambas.
Es entendible y convincente. Creo poder combinar estos dos libros y sacar provecho o, simplemente seguir los pasos del primero. Akko no le gustaron las orugas y las Kaiser madres deben comerlas.
¿Como podre persuadirla para que lo haga?
Suspire pesadamente. Me levanté de mi asiento y devolví los libros a su sitio. Mire de reojo la ventana que posee la biblioteca, admirando escasos segundos la oscuridad de la noche. La cena no salió como lo esperaba y le he quitado el apetito a Akko, y eso no es bueno. Siendo sincera, estas cosas me confunden y trato de entender mi comportamiento. Siento que he perdido el control de este y es debido al embarazo de mi reina.
Tener a un hijo me alegra y asusta. Se claramente que no era el momento para traerlo, pero, estas situaciones suceden seguido en nuestra raza. Por esa razón, no me afecto tanto la noticia y lo acepte sin dudar.
Me encamine al patio trasero, caminando con una mano detrás de mi espalda y otra en mi mentón, mantenido mi cabeza y orejas un poco agachada. Pensando, en unas buenas palabras de disculpas.
Ha pasado dos semanas desde que hablamos del tema. Sin embargo, aun puedo sentir su inseguridad, y admiro el intento que hace para aceptarlo. No obstante, no quiero forzarla, permaneciendo algo distante. Y con algo, quiero decir que, lo intento. Mis instintos de querer estar a su lado a cada momento, me frustra e intranquiliza. Causando que vaya a su despacho tres veces al día y no me despegue en la noche.
Es... difícil.
—Coloco mi mano en la perilla de la puerta, dispuesta a abrirla—
—I summoned you, please come to me, don't bury thoughts that you really want.
¿Que eso?
—Levanto mi cabeza y alzo mis orejas, contemplando curiosamente de donde proviene—
—Come, lay me down.
Abrí la puerta, admirando a mi reina con una rosa en sus manos cerca de su nariz. Sin notarme aun, empezó a balancearse de un lado a otro, haciendo relucir su vestido largo, de tono gris con diseño de flores del mismo color y suelto con pliegues que se levantan ligeramente por sus movimientos. La nieve que comenzó, cae ligeramente en su cabello castaño lacio sin ninguna coleta que lo sujete.
Ella volteo a verme, sonriéndome tiernamente con sus mejillas levemente ruborizadas. Guie una mano a mi pecho, arrugando un poco mi saco al sentir mi corazón latiendo con prisa. Abrí mis parpados asombrada por su canto, admirando su belleza desde lejos.
—Se acerca, a pasos lentos—. These burning flames, these crashing waves —despoja la rosa de sus manos, colocándola en el bolsillo de mi chaleco—. I'll captivate, you're hypnotized —fija de reojo sus ojos en los míos, creando contacto visual por unos cortos segundos—. Come, lay me down. Cause I know this. Cause I know this lord —toma mis manos, para después separarse y dar tres vueltas completas con sus brazos extendidos, admirando el cielo nevado—. Just call my name, I'm yours to tame —abraza su cuerpo.
—Muevo mi cola alegremente, contemplándola conmocionada—
—In the middle of the night... —baja su tono de voz, en la última palabra, extendiendo la palma de su mano para dejar que, un copo de nieve descienda en ese lugar.
Quede un tiempo escaso en silencio, no creyendo lo que acabo de escuchar. Anteriormente le había pedido cantar, pero no creí posible que sucediera, y ahora que lo hace, he descubierto que solamente usa su excelente voz para calmar su enojo o... ¿pensamientos?
—No vuelvas a poner orugas en mi platillo —desliza sutilmente su dedo encima de lo obtenido en su palma.
—Parpadeo varias veces, saliendo de mi trance y empezando a quitarme mi chaleco—. No lo hare, pero al menos, ¿Conoce el motivo de mi acción?
—Niega levemente con la cabeza—
Parece que aún no se ha informado correctamente, ahora entiendo su reacción de espanto y asco.
—Me aproximo, colocando y acomodando el saco en sus hombros—
—Gracias... —susurro, retrocediendo un paso para chocar con cuidado su espalda en mi pecho—. Sigo un poco molesta —recuesta su cabeza en mi hombro.
—Envuelvo mis brazos en su cintura, inhalando el dulce aroma que desprende de su cabello—. No volveré a hacer.
Una mentira piadosa. Tengo planeado ordénales a las cocineras que inviertan el líquido de una oruga en un alimento, pero que no sea visible y consiga un buen sabor para su paladar.
—Se da la vuelta, colocando sus manos en mis hombros—. Mañana la líder de los Ranter vendrá. ¿Tienes preparado un buen almuerzo? O, ¿Alguna celebración de bienvenida?
—Me acerco lentamente, deseando probar sus labios—. No lo sé... —conteste desinteresada, mirándola atentamente.
En el momento que estuve a punto de unirlos con los míos. Su dedo índice me detuvo, asombrándose y extrañándome por su acción.
—No —sonríe divertidamente—. Estas castigada, Cavendish.
¿Castigada?...
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Fin del Cap. 41
Traducción:
I summoned you, please come to me, don't bury thoughts that you really want.
Te convoque, por favor ven a mí, no entierres los pensamientos que realmente quieres.
Come, lay me down.
Ven, acuéstame.
These burning flames, these crashing waves.
Estas llamas ardientes, estas olas rompientes.
I'll captivate, you're hypnotized.
Estoy cautiva, estas hipnotizada.
Come, lay me down. Cause I know this. Cause I know this lord.
Ven, acuéstame. Por qué sabes esto. Por qué conoces este amor.
Just call my name, I'm yours to tame.
Solo di mi nombre, soy tuya para domesticar.
In the middle of the night...
En medio de la noche...
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Aclaración:
Avery, no tiene un apellido en el anime, ni en el manga. Ási que busque uno y ya xd
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