Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cap. 3

Diana Cavendish Pov

¿Qu-que está haciendo? Espera, ¿Lo-los humanos hacen esto más de una vez? La-las Kaiser mujeres nunca tocan nu-nuestra parte, s-se siente extraño y u-un poco incómodo.

—Ak-

Mis labios fueron callados con un beso y al salir de mi pequeño trance correspondí nerviosa. Su mano apretó mi miembro un poco causando que soltara un gruñido. Mis manos no se mueven, e-esta sensación es nu-nueva. Ella lo soltó y movió las caderas presionando nuestras intimidades, mi respiración empezó a acelerarse y sus labios se abrieron obligando a los míos hacer lo mismo. El sentir de su lengua jugar con la mía me comenzó a excitar, incluyendo sus movimientos, pero, aun así, me encuentro confundida por su comportamiento y que ella me esté entregando este placer mientras estoy quieta, es extraño.

Nos separamos del beso para agarrar aire y dos toques en la puerta interrumpieron este momento, sin embargo, Akko sonrió con burla y bajo lentamente hasta ocultarse en mi escritorio, tapándola completamente de la vista del Kaiser que entrara. La miré extrañada y le di el pase al Kaiser.

—Lamento interrumpir, pero le llego nueva correspondencia y noticias nuevas.

—Desabrocha mi pantalón—

—Me exalto—

¿Qu-que está tramando?

— ¿Esta bien jefa?

—Parpadeo dos veces—s-sí.

—Baja el zíper con cuidado—

—Le llevare el document-

— ¡N-no! Qu-quiero decir de-déjalo en el suelo—frunzo el ceño.

—Aparta un poco mi ropa interior—

—Levanta una ceja— ¿Segura? Puedo dejarlo en su escritorio, para que no tenga que levantarse.

Si lo hace, vera a Akko y tengo que evitar que use su olfato.

—Carraspeo mi garganta—n-no es ne-necesario—apoyo mis codos en la mesa.

—Acerca sus labios y desliza su lengua creándome escalofríos—

—Me ruborizo— ¿Cu-cuales so-son las no-noticias? —junto mis manos con fuerza.

— ¡Cierto! Unos de los Kaiser del pueblo están inconforme con la presencia de un humano, ya que le tiro piedra a su casa y rompió la ventana—aclara.

—Saca mi miembro de mi pantalón y lame la punta—

—Cierro mis ojos con fuerza—e-entiendo, ha-hablare co-con ellos.

— ¿Segura está bien jefa? Esta sudando ¿Quiere que pida un ventilador?

—Lo mete en su boca despacio—

— ¡Mm! —golpeo la mesa con mi puño derecho.

—Se asusta— ¡E-entiendo! —hace una reverencia— ¡L-le entregare los documentos! ¡Lamento las molestias! —deja las carpetas en el suelo.

—Comienza a chupar y lamer—

¡Qu-que sensación tan rara y placentera!

—Tapo mi rostro—gr-gr-gracias.

El Kaiser asustado se retiró de mi oficina, Akko al escuchar la puerta cerrarse no se separó, comencé a respirar agitadamente teniendo una expresión de confusión y sintiéndome desorientada por ese nuevo sentir, recosté mi espalda en la silla y cuando estuve a punto de percibir otro escalofrió que me llevaría al orgasmo, se detuvo.

Abrí mis ojos mirándola confundida, ella me sonrió y subió sentándose en mi regazo nuevamente. Su intimidad húmeda hizo contacto con la mía, observe su rostro y sus labios relamió con lujuria, dándome a entender que disfruto estar abajo. Creí que esto acabaría aquí y volvería a recomponerme, pero al notar como sus manos bajaron y agarraron mi miembro, abrí mis ojos en grande sorprendida. Observe como se levantó y acomodó introduciéndolo lentamente en su interior y creando un hermoso gesto en su rostro.

Pasé mi dedo pulgar derecho con mi guante puesto por su labio inferior, ella cerro sus ojos y arqueo un poco su espalda dejando escapar un suspiro de placer al tenerlo todo dentro, sus manos subieron tomando mis hombros y obligándome a recostarme otra vez, luego las deslizo despacio por mi camisa comenzando a quitar cada botón con delicadeza hasta llegar a la mitad, dejando el top de mi brasier descubierto.

Aun confundida con esa nueva sensación y comportamiento de mi pareja, no la detuve, pero mi extrañes subió al verla moverse hacia delante y atrás; estoy recibiendo...no dando, no e-entiendo, lo-los Kaiser siempre so-somos do-dominantes en esta si-situación y complacemos a las mujeres u-una ve-vez al mes y ellas están co-conformes con eso, lo-los humano son extraños.

El movimiento de sus caderas aumento y sus gemidos se hicieron altos apretando con fuerza mis hombros mientras menciona mi nombre y suelta palabras de amor; unas ganas de aruñar y morder su piel crecieron en mi ser, pero me contuve para no lastimarla o crearle heridas permanentes. Luego entre un poco en consciencia de lo que sucede, entendiendo que ella está haciendo todo el trabajo y en mi caso estoy quieta, sin comprender mucho lo que está sucediendo y nuevamente mi mente se nublo por el placer y las ganas de querer más. Ahogue en mi garganta un nuevo gruñido y enseñe mis colmillos mirando con deseo su piel blanca como porcelana, no obstante, mordí mis labios conteniéndome nuevamente, mis manos tomaron sus glúteos y la alce un poco e hice que las envestidas fuera con más fuerza, dejándome llevar de su suave intimidad y la satisfacción al sentir sus uñas clavarse en mis brazos.

Con el placer creado anteriormente y el dado actual, no demore en venirme dentro aferrándome a su espalda y reprimiendo el salir de mis garras, al mismo tiempo escuche un grito intenso y profundo, dejando escapar un líquido caliente que rodeo mi miembro y salió en forma de gotas, comprobando que ella acabo conmigo.

Mi respiración agitada y mi cabello un poco despeinado recosté nuevamente mi espalda en la silla tratando de recuperar el aliento perdido, miré a Akko acostada en mi pecho y su vestido desarreglado, mis fosas nasales se llenaron del olor de su orgasmo combinado con uno de vainilla que proviene de su cabello. Levante su cuerpo sujetando sus hombros, observe su rostro cansada y me senté correctamente en la silla, la moví hacia atrás y saque mi parte de su intimidad. Arregle mi pantalón rápidamente y la cargue, ella abrazo con sus piernas en mi cintura y con los brazos mi cuello, abrí la puerta con cuidado de no pisar los documentos dejados con anterioridad en el suelo y comencé a caminar por los pasillos esquivando la presencia de un Kaiser cercano; ya que estos pueden olfatear el aroma de mi pareja y adivinar lo que estábamos haciendo.

Llegue a mis aposentos y cerré la puerta, camine a mi cama y deposite su cuerpo lentamente, Akko me miro y extendió sus brazos, queriendo que me quedara a su lado.

—Iré a darme un baño.

—Por favor—pide con suplica.

La mire por unos escasos minutos y acepte quitando mis zapatos, me acomode a un costado mirando el techo y recordando lo que hicimos en mi oficina. Cerré mis ojos y fruncí el ceño por la confusión que tuve en ese momento, un peso ligero en mi pecho me hizo abrir los parpados y observar a una exhausta mujer con sus ojos cerrados acompañado con una sonrisa mínima.

— ¿Estas molesta?

—Confusa—corrijo.

— ¿Por qué?

— ¿Cuantas veces los humanos tienen relaciones al mes?

—Abre sus parpados y sonríe con burla—cuando queramos.

—La miro sorprendida— ¿Enserio?

—Asiente—no hay reglas para ese tipo de cosas y lamento si te obligue a complacerme.

—No hubo obligación, fue extraño...—rodeo mis brazos en su cintura—por lo que tengo entendido, las Kaiser mujeres no provocan a los hombres y tampoco tocan sus partes.

—Comprendo—esconde su rostro en mi pecho— ¿Como te sientes?

—Algo...relajada.

Por un momento hizo que me olvidara de mi trabajo y despejara un poco mi mente de todo el papeleo.

—Me alegra saberlo—hace una pausa corta—Diana, también me acoplare a tus costumbres, me gustas que intentes hacerlo conmigo, pero el propósito tiene que ser mutuo ¿Te parece si lo unimos?

— ¿Como haremos eso?

—Probaremos y si nos gusta a ambas, lo aceptaremos—hace círculos con su dedo índice en mi pecho.

—Estoy de acuerdo.

—Comencemos poniendo lo que hicimos hace unos minutos ¿Te gusto?

—Me sonrojo—de-dejame pensarlo primero.

—Suelta una pequeña risa y abraza mi cuerpo—está bien.

—Descansa Akko.

—Te amo Diana.

¿Cuántas veces los humanos repiten esas palabras? Perdí la cuenta en estas dos semanas, los Kaiser demostramos nuestro amor físicamente, con abrazos, caricias de mejillas, cabeza, lamidas en el cuello, mordiscos en las orejas y besos mínimos en los labios, estos humanos...sí que son raros.

.

.

.

Me levante primero bostezando y soltando un mínimo sonido al hacerlo, abrí mis ojos encontrándome con mi pareja aun dormida en mi pecho, sonreí y acaricie su cabeza provocando que ella empezara a despertarse y el brazo que abraza mi cuerpo hiciera más presión para no separarme, mire por la ventana notando la oscuridad de la noche.

Saque un reloj de bolsillo de mi pantalón y observe la hora; tenemos treinta minutos para alistarnos y bajar a cenar. Moví a Akko y la llame por su nombre, ella respondió con un quejido y se aferró a mi cuerpo.

—Iré a bañarme.

—Niega con la cabeza—

—Si, faltan veinticinco minutos para bajar a cenar y sabes que no me gusta los retrasos.

—Lo sé...—se suelta y me da la espalda.

Me levante de la cama y camine directo al baño, me metí a la ducha despojando mi ropa completamente y después de terminar de limpiar mi cuerpo y secarlo, me mire en el espejo del baño percatándome de las marcas de uñas en mis hombros y brazos. No le di mucha importancia y comencé a vestirme con un pantalón largo y camisa blanca; a veces pienso que tengo mucho parentesco con mi madre y creo que por esa razón evito ver mi reflejo tan seguido.

Bernadette debió dejarme de cuidar a los tres años, porque a esa edad los lobos cachorros dejamos de ser vigilados y atendidos, sin embargo, mi madre me obligo a hacer muchas cosas y en mi entrenamiento de caza estuvo vigilándome siempre, aunque no debía hacerlo ya que era una pérdida de tiempo. En mi primera caza estaba cuidándome junto con mi padre, ese hombre...que la abandono y luego regreso para hacerse cargo de su ''familia''; que estúpido, pude olfatear el olor de muchas razas mujeres en su cuerpo, no se tomó la molestia de darse un baño antes de venir a vernos y ''recuperarnos.''

Este fue condenado a muerte por traición y mi madre, no lo dejo escapar cuando dio la orden, encargándose personalmente de él. No sentí lastima al perderlo, pero suerte mente mi padre no era un Cavendish y no herede nada de él, si mi madre hubiera manchado sus manos con la sangre de su misma raza estaría condenada por los antepasados de la familia Cavendish y posiblemente no hubieran llegado a donde ellos se encuentran.

Ella vestía siempre con un traje y usaba guantes blancos, los lideres Kaiser nos gusta la limpieza e higiene y orden. Su postura firme con un porte que la hacía ver fuerte y poderosa, mi madre fue mi admiración y quería convertirme en lo que era. Y ahora que poseo el mando por su fallecimiento pongo a prueba todo mi entrenamiento y entiendo el estrés que esto le causaba porque manejar un reino, no es fácil.

Salí del baño y Akko entro enseguida con su ropa en mano, mire la habitación unos minutos y acomode la cama, luego saque mi reloj de bolsillo comprobando el tiempo restante para bajar a cenar. Suspire y avise a Akko que la estaría esperando abajo, ella acepto y salí de la habitación a pasos lentos. Baje las escaleras saludando al personal terminando su trabajo y llegue al comedor donde tome asiento en una de las sillas.

Minutos después la comida fue servida y Akko llego con tres minutos de retraso. Ahora que lo tomo en cuenta, no me he cortado el pelaje en mucho tiempo y tampoco me he tomado la necesidad de hacerlo por ocultad mi forma animal, pero no lo veo necesario, no estoy bajo amenaza o en una batalla como para transformarme.

— ¿Que carne es esta?

—La miro por unos segundos y pruebo mi comida examinando el sabor de la carne para después tragar y responde con exactitud—antílopes.

—E-está bien—clava su tenedor.

—Te ha gustado la mayoría de la comida que prepara Anna—suspiro—será mejor que no sepas de donde viene la carne y disfrutes.

—Asiente—tienes razón.

Empezamos a comer en silencio y de repente sucedió algo extraño, por impulso o descontrol propio doble mi tenedor partiéndolo en dos creando un sonido audible en el comedor, Akko me miro sorprendida y confundida. Mire mi mano y quite mi guante notando una vena palpitar velozmente en la palma, llame a Anna y le pedí que prepara un té tranquilizante y trajera unos cubiertos nuevos; esto se debe a que no he usado mi transformación y la fuerza que poseo puede llegar a ser un peligro si no la uso por tanto tiempo.

— ¿Estas bien?

—Si—digo con tranquilidad—es normal que esto suceda—coloco mi guante en mi mano descubierta.

— ¿Segura? —hace una pausa bebiendo su vaso de agua—la última vez que pude apreciar tu forma animal fue hace muchos años, cuando eras una cachorra ¿Porque no la usas ahora?

—Exhalo—no es necesario.

¿Ella está al tanto que soy un animal? Entonces... ¿Porque me da miedo mostrárselo?

-----------------

Fin del Cap. 3





  

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro