Cap. 16
Hannah England Pov
— ¿Les mentiste?
—No las quería en mi reino—aclare.
—Cruza sus brazos—si quieres que esto en realidad funcione, necesitamos las flores que son sembradas en el reino de...tu amiguita de azul.
¿Barbara?
—Gruño—no es mi amiga.
—Levanta una ceja— ¿Quieres crear algo que espante a los Baristar? Ve a su reino y pídele las flores.
— ¿Como sabes que en realidad están ahí?
—El tipo de tierra que ella posee es donde crecen—agarra un libro.
—Bufo—bien, me encargare de conseguirlas.
—Rasga una hoja del libro—para que tengas una mejor visualización, Hannah—lo extiende.
—Tomo el papel—gracias, reina Sucy.
—Sonríe enseñando sus dientes—
No pienso pisar ese reino, haré un plan y las tendre sin que lo noten. No tengo nada en contra con la líder del Norte, pero a veces ella puede no respectar el espacio personal de los demás. Desde que ese problema causo nuestra separación me he mantenido distante, no quiero volver a hablarles de cosas sin importancia. Cada una en sus tierras gobernando, es lo mejor.
Cuando Barbara despojo mi palacio hable con la reina Sucy que, ha permanecido en mi reino una semana para crear una pólvora que causara un efecto negativo en los Baristar. Se trata de un aroma desagradable para ellos y necesito mantenerlos lejos de mi reino hasta tener una orden directa de la reina Atsuko. Le estoy dando a esa mujer dos meses, si no actúa en ese tiempo, tomare su silencio como una traición y me volveré a apartar nuevamente. Lo he estado haciendo durante muchos años y no me molesta, al contrario, es acogedor.
Me dirigí a pasos firmes y pacientes hacia las celdas de mi mansión. Hace unos días atrás tuve un encuentro contra tres de ellos y suerte mente, dejé a uno con vida. Cuando la reina Sucy termine con lo pedido, el será mi sujeto de prueba. No ha querido hablar y prefiere morir a que abrir la boca, pero, gracias a su terquedad mande a que no le ofrecieran comida y lleva alrededor de cinco días sin ingerir nada. Necesito esa pólvora urgente o el morirá de hambre. El estómago de un Baristar, no puede durar tanto tiempo sin comer.
Antes de abrir la puerta que conduce a los calabozos, un llamado detuvo mi acción. Voltee a ver a la persona que ha interrumpido en mi palacio y grata sorpresa repugnante con encontrarme a la reina, Amanda, caminar hacia mi dirección. Suspiré frustrada y cerré la puerta con delicadeza.
—Hola—saluda con desinterés.
—Levanto una ceja—
La primera vez que compartimos palabras no fue de la mejor manera, entonces... ¿Qué está haciendo aquí? No creo que le haya agradado, claramente le falte el respeto a su especie tan débil; el cerebro es lo único útil que veo en ellos. Se supone que nadie conoce el paradero de la reina Sucy, si eso es a lo que viene, quiere decir que un llamado sin mi autorización fue enviado, aun así, comprobare si mi teoría es cierta.
—Buenas tardes, reina Amanda ¿Que la trae p-
— ¿Donde esta Sucy? —interrumpe.
—La reina Sucy no s-
—Ella me contacto, desea verme—explica con sequedad y molestia.
—Al fin llegas—dijo la reina Sucy detrás de su espalda—, sígueme.
—Hago una mueca de disgusto—
Me molesta la idea de tener humanos en mi palacio, pero si para conseguir esa pólvora debo soportar esto, lo hare, por ahora.
—Adiós fortachona—dijo en un tono de burla.
—Frunzo el ceño—humana insensata...—murmuro entre dientes.
¡Está en mi reino! ¿¡Como se atreve a faltarme el respeto!?
—Exhalo irritada—
No importa, tengo cosas más importantes que atender. Después de bajar los escalones y pasar por algunos prisioneros Kaiser. Llegue a la celda del Baristar que está aislada y apartadas de los otros. Retire a los guardias que me escoltaron hasta su paradero con un movimiento de mano y mire fijamente a mi captura.
Tener a un Baristar vivo y colgado por las muñecas con unas cadenas que no le permiten tocar el suelo, me beneficia mucho, desgraciadamente tuve que deshacerme de sus compañeros; eran un estorbo. A este animal lo encontré invadiendo mis tierras y acechando a pequeños cachorros en su excursión por el bosque. La maestra de esas inofensivas criaturas aviso enseguida cuando percibió un aroma diferente, no obstante, llegamos un poco tarde y la profesora resulto herida gravemente al defender a sus alumnos, pero sigue respirando.
—Espero estés disfrutando de tu estadía—dije con una expresión neutra.
—Me mira con enojo mostrando sus colmillos en amenaza—
—Observo mis uñas—entiendo que te rehúses a decirme información valiosa, pero—lo miro de reojo—, quiero aclararte que mañana comienza tu tortura y sabes a lo que me refiero—sonrió levemente—, ustedes desconocen nuestras debilidades, pero nosotros conocemos perfectamente las suyas y espero te atiendas a las consecuencias de tus actos imprudentes.
—Ríe—sufriré lo que tenga que sufrir, pero nada saldrá de mí.
—Que honrado eres a tu líder.
—Hasta la muerte—dijo en un tono grave y seguro.
— ¿Cuál es tu nombre? Quiero ponerte en mi pizarra y tener tu cabeza como trofeo de victoria cuando extinga tu raza.
—No me intimidas niña, nuestro reino es más fuerte que el tuyo.
— ¿Estás seguro? Por qué acabé con tus amigos en cuestión de minutos—rio—, creí que durarían un poco más—agarro el cuello de su camisa desgastada—. No me subestimes pedazo de basura.
—Frunce el ceño—jamás podrás lograr lo que quieres—sonríe amargadamente—. Además, escuche rumores provenir de este reino, dicen que tuviste que luchar por tu puesto, cuando debieron dártelo por derecho.
... ¿Cómo? .... No.... Debe haber un traidor en mis tierras que está pasando información valiosa de lo ocurrido hace dos años en mi reino. Solo las personas que habitan en este lugar conocen a la perfección lo que sucedió y tienen prohibido decir una palabra sobre eso; el que diga algo, será condenado a muerte.
— ¿Como se siente? —relame sus labios—mancharte las manos de tu propia sangre.
—Arqueo una ceja—
—Algún día todos se enterarán de lo que hiciste, ¡Algún di-
Un golpe con mi mano cerrada en su rostro lo hizo callar y gruñir de dolor. Maldito bastardo.
—Gracias por comentarlo, me has dado una nueva razón para asesinarlos.
—Escupe sangre—te aprovechas de mi-
—Si, lo hago—agarro su barbilla—. Tuviste tu oportunidad de vencerme, pero perdiste.
Me separe del hombre y camine devuelta a los escalones. Muchos insultos murmurados por los prisioneros sentenciados fueron dichos cuando camine frente a sus celdas, otros imploraron mi nombre para ser liberados y comenzar una nueva vida, pero, lamentablemente en mi reino no exciten las segundas oportunidades. Debo enseñarle a mi gente que cometer una clase de crimen conlleva un castigo severo. El orden y el respeto es lo primordial.... Y muchos otros, aprenderán a no meterse conmigo.
Atsuko Kagari Pov
Ha pasado un mes desde la última visita de la líder del Norte. Justo ahora me encuentro con mi amiga Lotte hablando de diferentes temas en el comedor. Hace unos diez minutos acabé de alimentar a Diana y después que reposara le permití jugar en el patio trasero. Aún no he terminado con mi plato e invite a Lotte a degustar de esta deliciosa comida conmigo, claramente ella acepto con la condición de que la carne no fuera un animal salvaje. Obviamente no le iba a decir que el alimento que esta ingiriendo es alce. Mandé a cazar algunos para que Diana tuviera una mejor alimentación, también porque me enteré que no le gusta mucho el Pollo.
—Estoy preocupada—soltó mirando su plato.
— ¿Porque lo dices? —agarro mi vaso de agua.
—Barbara no ha enviado una carta y no hubo ninguna visita de su parte a mi reino después de que estuvo esas tierras.
— ¿Cual? —pregunte curiosa.
—La del Sur. Temo que, Hannah, la haya lastimado—suspira—. La última vez no la trato muy bien.
Lo recuerdo, la estrello contra la pared.
—La líder del Norte puede cuidarse por sí misma—bebo un trago—. Son fuertes y no necesitan nuestra protección.
— ¿Tú crees? —alza la mirada.
—Ladeo un poco mi cabeza—a veces...pueden desear una comodidad mejor o ayuda, pe-
— ¿Estaría mal si la visito sin dar un aviso?
—Niego con mi mano izquierda—no, me parece una buena idea. Te noto algo inquieta por su bienestar, solamente debes tener cuidado cuando pises su reino.
—Asiente ligeramente— ¿Como te va con Diana? ¿No ha tratado de...
—Me ruborizo—ta-tal vez...
—Me mira con preocupación—Akko.... No creo que quieras estar...ya sabes.
—Desvió la mirada—no lo sé.... Sus intenciones me confunden un poco.
—E-entiendo, pero has estado durmiendo con ella, probablemente me lo estas ocultando y ya lo estés—entrecierra sus ojos dudosa.
—La apunto con mi tenedor enojada—créeme que serás la primera en saberlo si llego a estarlo—miro mi plato—. He estado atenta a las noches de luna llena para evitar que eso suceda.
—Tengo una curiosidad—agarra su copa de vino—. ¿Cuántas veces lo has hecho?
—Rio— ¿Enserio quieres saberlo?
—Si—responde decidida.
—Sonrió de manera juguetona—tomando en cuenta las veces que estuve en su palacio y en el mío...—observo el techo—. Diría que unas cinco o....seis.
—Parpadea dos veces—creí que era más, sinceramente. ¿Dónde fue tu primera vez?
—En la habitación que me fue otorgada en su palacio—pico mi carne en trozos con el cuchillo—. Esa noche era una en especial, los Kaiser tienen días específicos para reproducirse, pero no era Luna Llena, eso solo funciona con Diana.
—Que extraño...
—Acerco el tenedor a mi boca con la carne—
— ¿Porque las líderes solo pueden embarazar a alguien en Luna Llena? —bebe un poco de vino.
—Mastico e ingiero—leí en uno de los libros que trata sobre su sangre y diferencia con los otros Kaiser. También hay leyendas que prohíben tener crías en fechas iguales.
—No entiendo.
—Ósea—juego con mi cubierto—, por ejemplo.... Te embarazas un marzo veinte y en el siguiente año te vuelves a preñar en el mismo mes y fecha, eso puede causar algo...en los cachorros.
—Abre sus ojos sorprendida—primero—frunce el ceño—, no me gusto que me tomaras como ejemplo, pero ¿Qué tipo de desgracia puede provocar eso?
—La miro—bueno...son leyendas y muy poco ha sucedido, sin embargo, los Kaiser respectan mucho eso. Y respondiendo esa pregunta, ocasionaría una ¿División? ... En otras palabras una cría puede nacer co-
— ¡Mi reina! —clama asustada.
¿Anna?, La sirvienta de mi palacio se acercó agitada y nerviosa, esperé a que calmara su respiración pacientemente mientras bebí completamente el agua de mi vaso.
— ¿Que sucede? —pregunto Lotte.
—La-lamento interrumpir—hace una reverencia—. S-se trata de la líder, ha atrapado a alguien y no lo quiere soltar.
¿Que? Eso es extraño...no debe ser nada grave, tal vez...es un animal común que capturo y trajo consigo. Me levante limpiando mis manos con la servilleta y camine a pasos tranquilo al patio trasero. Lotte siguió el ritmo de mi andar, pero al escuchar un grito de dolor de una persona desconocida comencé a correr. Esto es malo.... Cuando llegue con Lotte a mi lado, mire a Diana convertida en su forma animal mordiéndole la pierna a un... ¿Humano? ¿Por qué esta atacando a un humano?
— ¡Diana suéltalo! —grite.
Ella no obedeció y apretó con más fuerza su mandíbula.
— ¡Diana te estoy hablando! —exclame enojada.
Nuevamente no cedió y mis guardias presentes levantaron sus armas dispuesto a disparar. Alcé mi mano deteniéndolos y cuando estuve a punto de regañarla otra vez, el hombre o la mujer agredida que, está cubierto por una capucha dejo en vista su vestimenta, pero manteniendo aun su rostro oculto. Lotte me miro preocupada y aterrada, Diana, seguía mordiendo y tirando de esa extremidad, y en un esfuerzo más separo la pierna del cuerpo con sus dientes.
— ¡Maldición! —grito de dolor... ¿La mujer?
Quede petrificada sin saber cómo actuar, sangre fue esparcida en las piedras cerca de la fuente central. Diana se levantó en dos patas y miro con furia a la persona tirada en el suelo. Mis hombres quedaron aterrados admirando a la líder de los Kaiser del Oeste dañar a alguien indefenso, no obstante, un pensamiento fugaz se cruzó por mi mente.
— ¡No se acerquen y no disparen! —mande segura.
—Akko ¿Que estás haciendo? —dice Lotte insegura—. La va a matar.
—Lo sé—volteo a verla.
Diana se acercó con cautela y arrebato la capucha de esa persona con sus garras, revelando su identidad. Mire asombrada y sin palabras lo que mis ojos contemplaron. ¿Un...Baristar? Qué demonios.... Antes que pudiera decir algo ella cambio su aspecto y se abalanzó contra Diana teniendo una sola pierna, mordiendo con audaz y rapidez su pata derecha. Ella chillo en respuesta y cayo de espalda entre los árboles con el cuerpo del Baristar encima.
— ¡Disparen al Baristar! —ordene.
Mis hombres cumplieron y disparos frecuentes impactaron en el costado del leopardo, pero está aún con vida se movió soltando la pata de Diana, para después dedicarnos una mirada llena de ira y rápidamente comenzó a impulsarse con sus dos patas delanteras, corriendo hacia nuestra posición. Nuevos disparos se escucharon y ninguno atino por la velocidad de sus movimientos. Antes que llegara a mí, fue detenida por Diana que, se lanzó contra ella arrastrando su cuerpo en el suelo y seguidamente clavo sus dientes en el cuello estrujándolo con fuerza y dejando oir con claridad el crujir de sus huesos romperse.
Exhale aliviada observando el cuerpo sin vida a unos metros de mi ubicación. Diana volvió a su apariencia normal; orejas en su cabecita y su cola en forma de Hoz. Miré de reojo a Lotte alejar sus manos de sus oídos por el sonido causado de las armas y situé una mano en mi mentón analizando lo sucedido.
¿Cómo entro un Baristar a mi palacio? ¿Acaso se encontraba dentro? Lo dudo.
— ¿En dónde estaba? —pregunte con cierta molestia.
—Mi reina—hace una reverencia—, la líder salto los muros en una acción repentina y cuando íbamos a seguirla volvió persiguiendo a esa persona hasta atraparla en este lugar—explico uno de los guardias.
¿Estaba cerca? .... Examine a Diana de arriba abajo percatándome de dos cosas.... A comparación del encuentro contra el Aslandar sus habilidades fueron más precisas y mejores; queriendo decir que, estando en esa etapa redujo algunas capacidades de su cuerpo. Lo segundos es que tiene otras heridas aparte de la mordida; su boca, pecho, brazo y pierna están repletas de sangre ajena y propia.
Ella me miro con una expresión dudosa, pero tranquila. Relamió sus labios y avanzo despaciosamente a mi dirección extiendo sus brazos. Sin dudar recibí con aprecio y preocupación su abrazo manchando mi vestido del líquido rojo.
—A-a....gua—dijo en un tono adolorido y agudo.
—Tranquila—acaricio su cabeza—, estoy aquí.
Esto se está saliendo de control, están entrando a nuestros reinos como si fueran de su pertenencia, tengo muchas preguntas respecto a sus intenciones y paradero, pero la Baristar está muerta y...rayos, debí evitarlo e interrogarla, sin embargo, estaba aterrada e iba a fallecer desangrada en pocos minutos por la falta de su pierna.
—Desháganse del cuerpo y limpien esta calamidad—ordene en un tono autoritario.
—Si, mi reina—dijeron todos los presentes.
— ¿Que harás? —pregunta Lotte con cierto temor.
Separe a Diana de mí y examine su rostro poniendo mis manos en su mejilla. Su respiración entrecortada y cansada me dan la señal del malestar causado, pero...hay algo más, sus ojos demuestran miedo e inquietud. Y súbitamente una casi visible lagrima descendió en su mejilla. Aun les tiene temor a las balas...rayos.... La rodee con mis brazos nuevamente tratando de calmarla. Su cuerpo tiembla y sus manos se aferraron a mi espalda en busca de protección.
—Llevare a Diana a la enfermería y luego mandare una carta a los reinos lejan-
— ¡Reina Lotte! —grita uno de sus escoltas.
—Voltea a verlo— ¿Que sucede?
— ¡Ha llegado un llamado de urgencia del comándate Frank! ¡Avistamientos de Baristar cerca del reino y la líder del Norte se encuentra en camino!
Maldición...
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Fin del Cap. 16
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