Cap. 13
Barbara Parker Pov
Que linda ironía, la carta de la reina Atsuko llego al fin pidiéndome que cuide a Diana por un día. Me encuentro sentada en mi silla de líder, hace unos minutos termine de escuchar los problemas de mi gente personalmente; esto lo hago una vez al mes y trato de darles soluciones coherentes. Muchos se van satisfechos y otros no, pero así es como funciona eso. Mire el sobre en mi mano que leí hace unos segundos, sonreí de lado y me levante.
—Prepara el auto, iremos al reino de Benum temprano en la mañana—dije a uno de mis escoltas.
—Entendido, ¿Algo más, jefa?
—Escribe una carta de aviso a la reina Lotte Yanson y a la líder de los Kaiser del Sur de una posible visita a su palacio el día de mañana por la tarde—arreglo mi traje—. Y preparen la bañera.
—Hace una reverencia—como ordene.
Llevare a Diana con Hannah, no creo que se moleste y podría ser bonito, tengo muchos años que no visito su reino; sin esconderme y verlo desde lejos. Me gustaría mirar que cosas cambiaron desde mi última vez que pise ese lugar, pero, primero iré con Lotte, dudo que le incomode la compañía de la líder del Oeste, tratare de mantenerla bajo control para que no cause problemas y gracias a la información que me otorgo la reina Atsuko a través de ese comunicado, tengo conocimiento del comportamiento de Diana y admito que no es tan grave. Ella obedece o tal vez ¿Solamente lo hace con la reina Atsuko?
Últimamente mis deberes de mi reino se han vuelto difícil, pero, controlables. Los Baristar no han pisado el mío desde esa vez y desconozco su razón. Es de noche y daré una vuelta nocturna por los acantilados que están a una distancia lejos de mi palacio. Estos poseen una hermosa vista y hacen disfrutar de la suave brisa. Ese sitio me relaja; el sonar del agua chocando contra las rocas y los animales nocturnos que me hacen disfrutar más de esos momentos. A veces, aulló a la luna para desahogar mi peso como líder. Responsabilizarse de muchas vidas, no es fácil y puede convertirse muy agobiante para mí.
Camine hacia mi habitación y unas sirvientas que, se encuentran en mis aposentos. Ellas dejaron la ropa en la cama y me avisaron que la tina está preparada. Después, hicieron una reverencia y se retiraron. He estado entrenando desde que entre en cuenta que, mis habilidades están oxidadas. Las practicas realizadas toman cinco horas de mi tiempo y agradezco a mi personal de que se encargaran de restablecer la arena de batalla para que mis entrenamientos sean con mayor comodidad.
Despoje mi vestimenta dejando a la vista una cicatriz en mi estómago, suspire al rozar mis dedos desnudos sobre esa lesión, dejando que mi mente recuerde ese día...donde cometí un error que casi me cuesta la vida. Hace unos años atrás, mi padre asistió a una guerra y el me dio órdenes en especificas por si no volvía. Y yo...al ser una niña necia y entrometida, me escabullí en uno de los autos de combate, utilicé una loción en exceso para que no me reconocieran y me hice pasar por un soltado común y corriente. Luego, lo que observé y viví, fue horrendo.
Flashback
— ¡Todos abajo! ¡El enemigo está atacando!
Me encontraba escondida en unos arbustos sosteniendo un arma, el casco que llevaba puesto cubría perfectamente mi cabello, ya que antes de desobedecer la orden de mi padre, me lo corte hasta los hombros y que, así fuera más fácil de ocultarlo. Sin embargo, uno de ellos me reconoció y se acercó a mi para alejarme del peligro que no estaba muy consiente en ese instante.
— ¿¡Que estás haciendo aquí!? —pregunto alterado sujetando mi brazo con fuerza.
—Vi-vine a ayudar...—respondí temerosa.
—Este lugar no es para ti, si nuestro jefe se entera puede quitarte tu liderazgo por desobedecer una de sus órdenes, conoces las consecuencias—aprieta el agarre—, eres su hija, la heredera de su reino y no puedes morir—aclaro soltando mi brazo—. Vuelve y no mires atrás, te cubriré.
Ese hombre...lucho contra unos Ranter que descubrieron nuestra posición. Como era una niña, me paralicé y solté el arma que cargaba, admirando con temor esas grandes mandíbulas y afilados dientes que se mostraron ante mí.
Tuve que transformarme para escapar, cumpliendo la orden del hombre que me reconoció; no mirar atrás. Pero...uno de esos tigres me alcanzo y creo una herida en mi abdomen con sus cortantes garras. Luego, recuerdo haber gritado por ayuda y después ser salvada por la misma persona, no obstante, murió tratando de protegerme, su graneo fue aplastado contra el suelo sin piedad, dándole una muerte instantánea y gracias a esa batalla, gane tiempo para huir y observar lo que ocurría desde lejos, encima de una montaña, mientras sostenía mi abdomen para detener el sangrado.
Muchas explosiones que hicieron temblar la tierra, disparos y aviones combatiendo en el cielo e incluyendo Ranters contra Kaiser luchando físicamente. Ese día...fue el primero en donde tuve miedo de morir, estaba horrorizada y espantada, nunca creí que una guerra fuera tan devastadora, pero, juré no crear una, como lo hicieron esos Ranters, ya que ellos comenzaron todo y por su culpa perdí a mi única familia.
Fin del Flashback
Tiempo después mi madre falleció de una enfermera y nadie se enteró de mi desaparición en ese día. Sinceramente, no sufrí por la muerte de mis padres, razones: Nos dejaron de criar a los cinco años. A comparación con la madre de Diana, ella permaneció siempre a lado de su hija y eso genero un cariño mayor, devastándola y quebrantándola con su muerte. Muchas veces trato de comprender ese sentir, pero se me es imposibles, quiero entender su dolor y ayudarla, sin embargo, siento que ese sentimiento esta fuera de mis manos y la mejor persona que pueda entenderla es su pareja, porque los humanos son criados hasta la mayoría de edad.
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Al día siguiente alisté mis cosas e incluí por curiosidad a experimentar mi idea, un bebedero de cachorro. Quiero saber si, Diana, es capaz de tomar leche en esta cosa. Mi maleta fue cargada y llevada al auto. El viaje duro alrededor de dos horas y en el camino decidí tomar una siesta. La noche anterior no pude descansar pensando en el error que termino una buena amistad y las equivocaciones que cometí siendo una cachorra que apenas sabia usar bien las habilidades que le fueron otorgadas desde su nacimiento. La familia de líderes Parker tenemos una capacidad en especial, aclarando que, cada líder posee algunas y son honrados por eso.
Fui levantada por uno de mis guardias, avisándome sobre mi llegada al reino de Benum. Arregle mi uniforme y cabello antes de salir. Las puertas del palacio fueron abiertas dejando ver a la reina con un elegante vestido y la líder de los Kaiser del Oeste con un... ¿Peluche? En su boca. Diana, al percatarse de mi presencia, corrió enseguida y me abrazo con fuerza soltando al peluche en forma de ¿Ballena?
—Mueve la cola de felicidad—
—Sonrió—también me da gusto ve-
—Muerde mi hombro—
— ¡Verte! —grite entre dientes.
—Gracias por venir, Barbara.
—Hago una mueca de dolor—h-ha sido u-un placer.
—Diana, suéltala—mando en un tono dulce.
Ella obedeció sujetando nuevamente el peluche entre sus dientes.
—Acaricia su cabeza—Diana acabo de almorzar y darse un baño—agarra un mechón de su cabello y lo pasa detrás de su oreja—. No le quites el peluche, se ha encariñado con él y se entristece cuando no lo tiene o no lo encuentra—me mira y sonríe—. Un día tuve que mandar muchos hombres a buscarlo porque lo perdió, fue un verdadero desastre lidiar con su depresión a medias.
Debo admitir que...la reina de Benum es verdaderamente hermosa, Diana tiene buen gusto.
—Situó mi mano en mi hombro herido—e-entiendo—sonrió nerviosa.
— ¿Puedes traerla antes del anochecer? Estaré en mi palacio a esas horas.
—Claro, espero puedas encontrar información valiosa entre sus archivos.
—Lo haré—voltea a verla—, quiero que te portes bien ¿Sí? —sujeta sus cachetes y arruga su nariz; dándole un toque tierno.
—Ladea su cabeza—
—Nada de juegos—deposita un beso en su frente.
Sonreí de lado y Diana, intento despedirse de ella queriendo lamer su mejilla, pero la reina la detuvo con su mano, a la vez que, le dedico una sonrisa molesta. Mande a Diana a subir y cumplió mi orden luego de unos segundos que se tomó para admirar la belleza de su mujer. Me despedí de la reina una vez estando en el auto y partimos hacia el reino de Lotte. Un recorrido que incluye dos horas más. Mire de reojo a Diana masticar su peluche mientras está sentada a mi lado, percatándome de un pequeño orificio que se encuentra en al costado de su juguete; no creo que dure mucho.
—Oye—llame recostándome en el mueble.
—Me mira curiosa—
— ¿Como se siente que te consientan? —cruzo mis brazos.
—Levanta sus cejas—
—Ya sabes, que te pongan atención, rasquen tu pancita, acomoden la almohada antes que vayas a dormir y te alimenten. Esas cosas—explique.
—Suelta el peluche y relame sus labios—a...gua.
—Frunzo el ceño confundida—hablas como una persona pasada de copas.
—Alza sus orejas— ¡a...gua!
— ¿Que más puedes decir? —pregunte un poco asombrada.
—Gruñe—a...gua.
—Oh—la miro sorprendida— ¿Tienes sed?
—Inclina su cabeza—
—Creo que tengo una botella.
Tome mi maleta y rebusque en mis objectos, cuando la encontré se la extendí, pero ella pareció no captar el mensaje por la mirada extrañada que recibí. Deje a un lado mis cosas y agarre sus manos haciendo que la sujetara, le quite la tapa con cuidado y lentamente lo lleve a su boca. Ella bebió rápido vaciándolo por completo. Observe asombrada la botella y la guarde sin darle mucha importancia, luego, recosté mi espalda nuevamente en el cómodo mueble y cerré mis ojos dispuesta a dormir otras dos horas más.
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— ¡Señorita! ¡Deténgase!
¿Qué? ¿Qué es ese ruido?
— ¡Alto!
Abrí mis parpados asustada mirando a los lados y notando que Diana no se encuentra en el auto. Salí velozmente y la observé saltando en los hombros de los guardias que pertenecen al reino de la reina Lotte, al mismo tiempo que sujeta el peluche en su boca.
— ¡Diana! ¡Detente! —grite.
—Voltea a verme—
—Quieta...—mande acercándome lentamente por miedo a espantarla.
Las puertas principales se abrieron súbitamente, dejando ver a la reina con un semblante serio por el alboroto causado. Diana, al captar de su presencia, la miro y de inmediato comenzó a correr hacia su dirección.
— ¡Cuidado! —exclamaron todos atemorizados y preocupados.
La expresión de Lotte cambio a una de confusión y cuando miro a Diana correr hacia ella abrió sus ojos de par en par asombrada, para después recibir un fuerte abrazo que hizo que se tambaleara un poco y se tensara. Me acerque nerviosa a pasos rápido disculpándome por el atrevimiento y acciones de mi amiga.
—N-no te preocupes—sonríe incomoda—, no sabía que vendría.
—Hago una pequeña reverencia—lamento no avisar, la reina Atsuko me la encargo en este día.
—Ríe—entiendo—mira a Diana— ¿Puedes soltarme?
—Se separa y observa una ¿Mesa llena de comida? —
—La mira de reojo— ¿Tiene hambre?
—Alzo mis hombros— ¿No lo sé?, antes que me la entregaran la reina Atsuko menciono que, ya había desayunado.
—Arregla sus lentes y voltea a verme—comprendo, adelante—sonríe.
—Suspiro aliviada relajando mis brazos—gracias...
Mi maleta me fue entregada y entre pidiendo permiso. Examine mis alrededores notando que hay ¿Decorativos?, ¿Va a celebrar? Levante mis orejas al escuchar un personal discutir en el salón, hasta que un llamado de alguien diferente los interrumpió. ¿Los humanos también tienen personas de alto rango? Qué...interesante. Miré a Diana llenarse la boca de galletas e hice una mueca de inquietud. No creí que me dejara en vergüenza.
—Entonces... ¿Como te ha ido? —dije tratando de no darle mucho interés al hecho de mi invitada.
—Todo está bien por ahora, no hemos tenido ningún percance—respondió tranquila—. ¿Cuánto tiempo lleva? —pregunto refiriéndose a Diana.
—Tres semanas, pero pronto volverá.
—Faltarían unos meses para eso—lleva una de sus manos a su mentón—. ¿Hay alguna información nueva de los Baristar?
—Niego con la cabeza—por el momento la reina Atsuko se encuentra investigando sobre ese asunto y estoy esperando noticias de ella.
—Sonríe—entiendo.
—Abro mi maleta— ¿Puedo pedirte algo?
—Levanta una ceja— ¿Sí?
—Saco el bebedero de cachorro— ¿Tienes leche?
—Arruga su frente— ¿Disculpa?
—Leche—sonrió enseñando mis colmillos y mostrándole el objecto que sujeto en mi mano derecha.
—Se ruboriza— ¿Puedes explicarte mejor?
— ¿Leche de vaca? —dije confundida.
—O-oh...—ríe ¿aliviada? pasando un mechón de su cabello detrás de la oreja—claro—mira a una mujer—, Lidia.
... ¿Que habrá pensado?
—Se acerca— ¿Si, mi reina? —hace una reverencia.
Lotte le dio las indicaciones y le entregué el bebedero, la sirvienta de su mansión obedeció la orden dada y seguidamente, fui guiada por la reina hacia el patio trasero. Aproveché esos minutos a solas y pregunté sobre las decoraciones del salón. Ella dijo que se trata de una pequeña celebración para sus hombres trabajadores. Al llegar silbé llamando a Diana, pero no obtuve respuesta alguna. Lleve una mano a mi mano cabeza y suspire agotada. Esta claro que solamente le hace caso a su pareja.
—Vendrá—dijo calmada tomando asiento en una de las bancas que está debajo de un árbol de manzanas.
—Me acerco—si algo le pasa la reina Atsuko me matara—digo un poco desanimada sentándome a su lado.
—No creo, Diana puede cuidarse por sí misma.
—En ese estado no—situó mi mano en el puente de mi nariz—, su cerebro esta como...desconectado y eso le dificulta hacer muchas cosas necesarias.
— ¿Como si estuviera en el espacio? —pregunta desorientada.
—La miro—sí, algo parecido.
—Específicamente, ¿Como esta su mente?
Parece interesada en conocer más cosas de los Kaiser, me gusta.
—Exhalo suavemente—cuando un animal es retenido por mucho tiempo—hago un círculo con mis manos—, puede llegar a hacer una bestia sin control cuando es soltada y eso es lo que sucedió en ese encuentro, sin embargo—junto mis manos—. Al ser frenada de la manera como lo hizo, Hannah, causo como...una explosión en su cerebro por tanta adrenalina acumulada.
— En otras palabras ¿Está tomando un descanso?
—Mas o menos, no lo llamaría así—pongo mis manos en mis piernas—, sería como...un colapso de corto tiempo al contener algo que no debió.
—Cruza sus piernas—y cuando se recupere ¿Que pasara?
—Sonrió—volverá a la normalidad, pero con un gran dolor de cabeza.
— ¿Recordara todo lo que ha hecho?
—Si, lo hará y puedo asegurar que estará muy avergonzada—cruzo mis brazos.
—Mira a otro lado—entiendo.
Ese cambio de actitud fue...extraño. Acaso... ¿Se desanimo de repente?
— ¿Sucede algo?
—Voltea a verme—Barbara...
—Levanto una ceja— ¿Sí?
—Akko hablo sobre unos Ranter, los menciono—aclaro.
Ranter...
— ¿Crees que tengan que ver con las recompensas? —dice dudosa.
—N-no lo sé—desvió la mirada.
No me gustan tocar ningún tema que tenga que ver con los Ranter, me hace sentir inquieta y un poco molesta.
— ¿Estas bien? —apoya su mano sobre la mía.
—La miro—e-estoy bien—sonrió nerviosa.
¡Me está tocando!
— ¿Segura?
¡Es increíble como esa acción provoco que mi pequeño malestar se esfumara! ¡Mi corazón late rápido!
—Me sonrojo—s-sí.
—Sonríe y acerca su mano en mi cabeza— ¿Puedo?
— ¿Que deseas hacer? —pregunto curiosa.
—Aprieta su mandíbula insegura—comprobar.
—Levanto una ceja confusa—está bien.
Sus manos se acercaron lentamente y agarraron con delicadeza mis orejas, comenzando a acariciarlas con la yema de sus dedos pulgares. Al comienzo me sobresalte un poco por su intención, pero después...no pude evitar ladear mi cabeza hacia un lado y cerrar mis ojos disfrutando de ese tacto. Se siente muy bien.... Tomo su brazo sutilmente y sonrió ligeramente.
—Son suaves...—susurro.
Gruñí bajo y apreté mi agarre un poco. Sin estar consiente de mis acciones, me deje llevar inclinando mi espalda hacia delante para recibir más de esas caricias que me hacen sentir relajada y con sueño.... Es raro...esta nueva sensación, pero no me desagrada, en absoluto, me encanta e imploro por recibir más. Mi cola se movió de felicidad, sin percatarme que sus acciones se detuvieron hace unos segundos.
—Ba-barbara—llamo nerviosa.
—Hoy no mama...dame...—bostezo—cinco minutos.
Unos pasos apresurados y pesados me hicieron salir de mi pequeño trance acogedor, notando que mi cabeza esta recostada en su hombro y mis brazos sostienen su cintura firmemente e incluyendo que mis fosas nasales inhalaran su aroma que, instintivamente se combinó con el mío, dándole un toque más dulce y contagioso. Me separé avergonzada y cuando abrí mi boca para disculparme de todas las maneras posibles, recibí una mordida en mi hombro herido haciéndome callar y dejando escapar un grito de dolor al sentir esos colmillos atravesar mi piel.
—Y-ya volvió—dijo teniendo sus mejillas sonrojadas.
— ¡Suéltame, Diana! —pedí enojada— ¡Puedo ser resistente, pero no abuses!
—Su majestad—llama la misma mujer anterior—, su orden—extiende el bebedero de cachorro con leche.
—Gr-gracias—dice Lotte con una sonrisa complacida.
Diana al captar el bebedero con leche, cedió y observo curiosa lo que sostiene Lotte. Supongo que eso la puede entretener hasta que terminé de hablar con...ella. Luego, iremos a hacerle una visita a Hannah, aunque no he recibido una respuesta de su parte, pero no importa, acudiré de todos modos. Solamente espero que, no me eche de su palacio.
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Fin del Cap. 13
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