Diana Cavendish Pov

Esas guerras...donde una gran cantidad murieron a costa de conseguir mi venganza, la cual nunca obtendría, porque para llegar a ella, debía matar a su reina y eso jamás ocurriría, ya que mis soldados tenían órdenes de no hacerle daño y me arrepiento mucho de causar esas batallas.

Conviví con ella un año...en ese tiempo planee enamorarla, pero, los nervios e inseguridades no me lo permitían e incluyendo que soy un Kaiser; bestia, animal. No use mi transformación en ese lapso para evitar que el amor de mi vida me viera de otra manera, deseaba con todo mi corazón estar a su lado como un humano, porque para mí, era la única manera de poder permanecer en su vida.

No obstante, ella me amo y aprecio como soy, en esa noche donde nos entregamos en cuerpo y alma demostramos nuestro amor y pasión, más las palabras dichas en esa ocasión, mis sentidos despertaron en ese momento, pero, no me deje llevar por ellos. Los Kaiser tenemos una manera diferente al tener relaciones con las hembras de nuestra misma especie, sin embargo, no quería lastimarla o herirla físicamente y me comporte como un ''humano'', aclaro que no importa de qué manera lo haya hecho, me entregue junto con ella y recuerdo que no me dejo dormir queriendo repetirlo.

Ahora, vive en mi palacio, pero toda reina tiene que volver a su hogar y estoy consciente que unir su reino con el mío; haciendo publica la relación entre las dos. Sera difícil. La reina Atsuko ha tomado esta decisión, pero primero deseo que mi gente conviva con la suya y esperar que estos tengan una buena conexión, no obstante, hay que avisarle de estos cambios y no lo tomaran muy bien, posiblemente les tengan miedo a los míos, porque para los humanos; somos bestias, solamente. Y la reina tratara de cambiar ese pensamiento en ellos.

Después de la dura batalla con el reino del joven Andrew, quede con pocos suministros y use los de repuestos para que mi reino no pasara hambre y poco a poco trato de reunir todo lo que perdimos, el presupuesto que poseo es alto, sin embargo, tengo que saber manejarlo perfectamente o este podría causar la escasez en mi reino y no dejare que eso llegue a suceder. La muerte del rey Andrew trajo consigo problemas, pero en su reino, pidiendo entre rogaciones ayuda al mío, la cual negué sin pensar; no me haré cargo de las personas que intentaron matarme, no obstante, los inocentes que quieran vivir en paz y armonía, pueden venir a mi reino y serán bien recibidos. Esas fueron mis palabras y ahora poseo habitantes nuevos que actualmente, están construyendo sus casas con los materiales que les fueron entregados, después que terminen sus viviendas los hombre y mujeres deberán trabajar en diferentes puestos para ganarse la vida, pero eso queda a su disposición.

Mi deber es mantenerlos a salvo y cumplir con lo requerido para hacer crecer mi reino, aún no he podido superar las armas y evito cualquier contacto visual con ellas. Visito el cementerio en mi tiempo libre, pero antes paso horas con la reina Atsuko hablando de temas diferentes y las cosas que haremos de ahora en adelante. Ella se ha comportado como una autentica reina y su corazón lleno de amor y con pasión, me gusta mucho, sin embargo, aún no puedo comprender sus costumbres humanas y deseo aprender de ellas algún día.

He tenido comunicación reciente con el reino del Noroeste, habitado por los tigres, más conocidos como Ranters, estas especies tienen un poco de similitudes con los míos y su líder es un tigre blanco con una cicatriz en el ojo, este demuestra un gran potencial en la batalla y fue nombrado como dirigente del reino gracias a una lucha que tuvo cuerpo a cuerpo contra el anterior rey. En ese día asistí y presencie su muerte desgarradora, trozos de carnes arrancados con brutalidad por sus fuertes mandíbulas y la gran cantidad de sangre saliendo de estas heridas grandes, no me disgusto para nada escuchar sus lamentos y ver esos pedazos de carne separado de su cuerpo. Lo peor para muchos es que cuando enterraron su cuerpo convertido en animal, este se llenó de gusanos y pequeños orificios donde salían, esto se debió a la tardanza que tomaron en sepultarlo, dándole una desagradable vista a todos, incluyendo a la ex esposa que tenía, porque esta mujer paso a manos del ganador.

Los Kaiser podemos poseer la apariencia de un lobo, pero poseemos habilidades que nos hacen diferentes y tomados en serio cuando se atreven a pasar nuestros límites. Tenemos una gran velocidad, fuerza y agilidad en nuestra forma animal, incluyendo que la fuerza aumenta si el sol comienza a ocultarse y la luna sale a relucir. Al estar en la forma que habitamos con más frecuencia; la fuerza, velocidad y agilidad, sigue siendo igual, pero un poco débil, por esta razón, no solamente nuestra especie, las demás utilizamos la bestia que ocultamos para defendernos, sin embargo, la naturaleza nos hace únicos a nosotros, por esas características y otras, como saltar a una distancia lejos del suelo, tener mejor audición, visión nocturna y mayores posibilidades de caza.

No obstante, solo los líderes de los Kaiser conservamos estas habilidades únicas, la mayoría nacen comunes y corrientes, los animales como los leones pelean para obtener el título y el más fuerte es el que guiara a su reino. En el mío no exciten esas reglas, pero pueden ser aplicadas si las acepto. Al nacer en la familia Cavendish el liderazgo estaba destinado a ser mío desde que nací, porque el apellido que poseo no son solo palabras, los Cavendish podemos incrementar nuestra fuerza y al mismo tiempo nuestros dientes y garras se vuelve más resistentes y afiladas para arrancar con facilidad la carne dura, sin embargo, es posible que perdamos el control de las acciones si llegamos a enojarnos mucho, y un deseo de matar y cazar nublaran nuestras mentes.

Otras de las diferencias, seria nuestro tamaño animal, que nos hacen ejemplares y únicos, incluyendo que pocos lideres tengan una parte masculina y posean cuerpo de mujer, tomamos este dato normal, porque algunas mujeres de mi reino, tienen lo mismo y otras no, pero, la raza de los Cavendish permite que tengamos crías solo las noches de luna llena, si llego a tener relaciones otros días, no funcionara. Los Kaiser normales se encargan de vivir en tranquilidad y cuidan de sus familias, para así, no llegar a nuestra extinción, y naturalmente, tienen relaciones una vez al mes cuando hayan incrementado con una hembra, eso incluye para mí también.

Me encuentro en mi oficina firmando algunos papeles, no he tenido molestias últimamente al no usar mi forma animal en un año. Cuando estoy cumpliendo con mis encargos, Akko se la pasa en la biblioteca o sale al huerto para agarrar unas cuantas manzanas, peras, uvas y fresas. Aún no está permitido que ella entre al cementerio donde se encuentra mi difunta madre, ese lugar es muy apreciado para mí y estoy tratando de aceptar el hecho de que ella, no volverá.

No le di mucha atención a unos dos golpes leves en la puerta, dándole el pase a esa persona sin dirigirle la mirada, seguí con mis papeles manteniendo una postura firme en mi silla y con mi nariz olfateé el olor de esa presencia en mi oficina, dibujando una sonrisa de lado en mis labios.

—Veo que terminaste tu recorrido.

—Si, estuve pensando algunas cosas ¿Te falta mucho? —avanza.

—Niego con cabeza—dejare los otros para mañana, está anocheciendo y la cena estará lista en unos minutos.

—Toca mi oreja izquierda—entiendo, quiero hablar contigo sobre la unión de nuestros reinos—da caricias con su dedo pulgar—han pasado dos semanas de la guerra y esas personas nuevas que llegaron aquí necesitan enterarse de los cambios que haremos, incluyendo mi gente.

—Me ruborizo y aclaro mi voz—entiendo, perfectamente.

—Sonríe—te espero en el comedor.

—Ahí estaré.

—Se acerca y sopla mi oreja—

Encogí mis hombros un poco por la sensación de cosquilles creada y ella salió de mi oficina con una expresión de burla en su rostro, la observé molesta y un beso fue lanzado en el aire con su mano provocando que mi mínimo enfado desapareciera y volviera a concentrarme en los papeles. Suspire y acomode las hojas terminadas en el lado derecho, luego abrí mi cajón y guarde las otras que faltan en ser leídas y firmadas.

Me levante de mi silla y camine a pasos lentos a mi habitación donde me preparare para la cena. Hace trecientos años atrás corre un mito que hubo una relación entre un herbívoro y carnívoro, estos fueron despojados del reino al que pertenecían y si volvían a verlos, los mandarían a matar de inmediato. Desgraciadamente aún hay personas que lo cuentan esas historias, pero cuando paso el tiempo ocurrió otra relación de dos carnívoros de diferentes especies y esta fue aceptada. Espero que en la mía no haya problemas y podamos fortalecer nuestros lazos de humanos y Kaiser.

Al terminar de darme una ducha y alistarme, baje las escaleras llegando al comedor en el cual Akko está esperándome. Tome asiento al frente y la comida fue servida minutos después.

—Tengo preguntas.

—La miro con atención—

— ¿Te gusta la carne cruda o cocida?

—Levanto una ceja—las dos, pero preferiblemente cocida.

— ¿Has matado animales?

—En mis momentos de caza, si—agarro los cubiertos.

—Clava su tenedor lentamente en el vegetal— ¿Como saben?

— ¿A carne? —digo confundida.

—Pero, ¿Sabes diferenciarlos? ¿No?

—En esa parte, diría que es lo mismo.

—Espera un segundo—mira su plato— ¿Que tipos de animales me he estado comiendo en esta mesa?

—Conejos, jabalí, patos, ciervos, peces, cebras, osos, jirafas, aves, pollos, puercos, vaca-

—Alto, detente.

— ¿Qué pasa? En la cena anterior comimos hiena.

—Me mira con desagrado— ¿Hiena?

— ¿No te gusto? Creí que sí, ya que pediste otro plato.

—N-no sa-sabía que e-estaba co-comiéndome u-una hiena—dice avergonzada.

—Aun así, es comida y vivimos a base de nuestra caza, los animales capturados se venden a buen precio en la ciudad totalmente limpios y preparados, ese dinero ganado es la recompensa del esfuerzo nuestros cazadores, pero, recuerda que también poseemos ganados y granjas donde proviene el trigo, otros cultivos y animales.

—Traga pesado—e-eso lo s-se—hace una pausa— ¿Que animal es este? —pregunta refiriéndose a su cena.

—Pez, es salmón específicamente e incluye huevos revueltos en su interior con mantequilla para darle más sabor, alado tienes frutas y vegetales, la cena es algo balanceada y disfrutable en mi opinión.

—Suspira aliviada—que bueno.

—Arqueo una ceja—todos los animales que te mencione anteriormente lo has comido, no entiendo el disgusto aho-

—No lo digas.

—Asiento—provecho.

—I-igualmente.

Pienso mandar un mensaje a los demás reinos después que los Kaiser y humanos puedan llevarse bien. Un palacio tiene que ser destruido y hacer un camino con un puente que una mis tierras con las de ellas, aún no hemos decido cuál de los dos será y esa construcción puede tomar alrededor de unos cinco a siete años.

Termine con mi alimento y me levante mencionando mi espera en su habitación para hablar de ese tema, en los pasillos me quite los guantes blancos que siempre llevo conmigo. Al llegar abrí la puerta de sus aposentos y desabotone mi camina, cuando acabe agarre la otra que deje doblada en mi cama la noche anterior, solté un suspiro cargado de fatiga y observe a mi alrededor, luego de unos minutos perdida en mis pensamientos, la puerta fue abierta.

— ¿Le dirás las noticias? —pregunto sin verla quitando la camisa desabotonada.

—Primero me tengo que quedar unos días en el palacio y luego hablar con ellos, ha pasado un año que estamos en paz y necesitan tiempo.

—Me pongo la camisa escogida—entiendo ¿Cuándo partirás?

—En dos días—se acerca— ¿Podemos pasarla juntas? —abraza mi cintura—antes de estar uno o dos meses separadas—acaricia mi abdomen.

—Me volteo y sujeto sus manos— ¿Qué quieres hacer?

—Tal vez...—desliza sus manos despacio por mi pecho hasta llegar a mis hombros y rodear mi cuello—podríamos...repetir lo de esa noche—muerde su labio inferior.

¿Que?

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Fin del Cap. 1