Capítulo 5: "Los primeros conflictos"
Una semana paso desde la llegada de Milk. Gokú desde que la pelinegra llego con cualquier pretexto evitaba compartir la mesa con su maestro a fin de causarle algún malestar a su maestro que empeore su salud, esto por su puesto fue un triunfo para la familia de la pelinegra y para ella misma, ya que sentía haber hecho prevalecer su autoridad como nieta legitima del maestro del joven de cabello alborotado.
Un par de peli azules, se encontraban en la habitación de la pelinegra tratando de convencer a esta de algo:
Anda Milk, es un gran día, hay que divertirnos un poco, decía Bulma quien se encontraba con un biquini color rojo y un pareo de transparencia color negro.
Si Milk el sol es propicio para un rico chapuzón en la piscina, decía Marón que se encontraba con un biquini color verde y pareo de colores.
No tengo ganas, además no sé nadar, dijo la pelinegra.
Hay Milk te has vuelto una aburrida, antes eso no te importaba, igual ingresabas a la piscina aunque sea para estar de pie dentro de ella, dijo Bulma mirándola con tristeza.
Ambas chicas decidieron salir de la habitación de la pelinegra. Mientras bajaban las gradas se encontraron con un joven de cabello alborotado que volvía del gimnasio.
Gokú, dijo Marón corriendo a abrazarlo.
Marón, ¡hola¡ dijo Gokú mirando a las jovencitas peli azules vestidas con sus trajes de baño.
No te gustaría refrescarte un poco, dijo Bulma acercándose a saludarlo.
¡Eh, no me parece buena idea¡ dijo Gokú.
Ya te pareces a la aburrida de Milk, dijo Marón.
Anda Gokú, solo un rato así te des estresas un poco dijo Bulma.
Esta, bien, voy a ponerme algo más cómodo, dijo Gokú subiendo a su habitación.
Minutos después:
El bullicio de un grupo de jóvenes no dejaba descansar a una bella jovencita pelinegra que se encontraba recostada en su cama.
Por qué tanta bulla, dijo la pelinegra parándose para ir a ver a su ventana. La pelinegra se quedo asombrada al ver a su prima y su amiga jugando con el agua en la piscina junto al joven de cabello alborotado que reía como niño al recibir el agua que le arrojaban las alegres jovencitas.
No lo puedo creer, esto es el colmo, dijo Milk, saliendo furiosa de su habitación y bajando a toda prisa por las escaleras para llegar a donde se encontraban los bulliciosos jovencitos.
Jajaja, ya chicas suficiente, decía Gokú moviendo sus manos dentro de la piscina.
¿Se están divirtiendo mucho?, dijo en tono molesto e irónico la pelinegra haciendo que los bulliciosos jóvenes pararan de reír y posaran sus ojos en ella.
Milk, ¿viniste?, dijo Bulma sonriendo.
Pero deberías cambiarte de ropa, dijo Marón, mirando a su prima que se encontraba con su vestido color rosado y sandalias.
¿Tú qué haces en mi piscina?, dijo la pelinegra mirando furiosa a Gokú.
Señorita,....decía nervioso el joven de cabello alborotado.
Milk nosotras lo invitamos, dijo Marón.
Pues ahora te me sales de allí, esta es mi casa y yo te prohíbo que vuelvas a entrar en mi piscina, dijo la pelinegra molesta.
Está bien señorita dijo el joven de cabello alborotado saliendo del agua dejando ver su bien tonificado cuerpo que sorprendió a la pelinegra quien lo miraba de manera disimulada.
Y ustedes, escojan mejor sus amistades, decía la pelinegra.
Milk tú no eres nadie para decirnos con quién juntarnos, además eres menor que nosotras como para andar dándonos ordenes, dijo Bulma.
Además no tienes por qué tratar así a Gokú, ya pareces mi madre, dijo Marón.
El escándalo que se genero fue tan grande que el abuelo llego escucharla y hacer acto de presencia en el lugar para calmar el conflicto.
¿Qué pasa aquí?, dijo el maestro.
Nada maestro, yo ya me iba, dijo Gokú quien se encontraba cubierto por una toalla.
Padrino, Milk que anda de insoportable con su odio sin fundamento a Gokú, dijo Bulma.
Si abuelo solo se molesto porque invitamos a Gokú a refrescarse en la piscina y ahora dice que puede hacer y deshacer en la casa porque es la dueña de todo, dijo Marón.
¿Es cierto eso Milk?, dijo el anciano.
No maestro, Marón y Bulma exageran, dijo Gokú tratando de apaciguar la situación, mientras la pelinegra lo miraba asombrada.
Está bien, ya te he dicho muchas veces que tú eres un nieto más de mi y como tal Milk no puede prohibirte nada, ¿entendiste Milk?, dijo con firmeza el anciano mirando a la pelinegra.
Si abuelo, dijo con molestia pelinegra volviendo hacia la casa.
Maestro no debió ser tan duro con ella, dijo Gokú mirándola partir con tristeza.
A veces hay que serlo hijo para hacerle entender las cosas, dijo el maestro.
Gokú fue tras la pelinegra dejando a las peli azules y al maestro platicando.
Justo cuando la bella pelinegra iba a abrir su habitación, el joven de cabello alborotado, la tomo de la mano y la hizo voltear hacia él y le dijo: ¡Discúlpame¡ no volverá a suceder, te lo prometo.
La pelinegra vio sinceridad en los ojos del joven de cabello alborotado, pero además la cercanía del joven a ella la ponía nerviosa, por eso por primera vez no pudo sostenerle la mirada y con la cabeza baja le dijo: espero y cumplas lo que dices.
Lo haré muñequita, pero ya no estés molesta, dijo Gokú sonriendo dulcemente.
Y tampoco me llames así, dijo la pelinegra.
Está bien señorita Milk, dijo Gokú con tristeza, mientras la pelinegra sintió un inexplicable dolor en su corazón al oír la tristeza en la voz del joven de cabello alborotado quién se separo de ella para entrar en su habitación.
Al día siguiente: "Gimnasio Dragón"
Cómo te atreves a ir a ver a mi novia y llevarle flores, decía furioso un joven de cabello negro lacio a un joven de cabello de flama.
¿Recién te enteras?, ya pasaron varios días de ello, parece que tu espía que tienes dentro de la casa de tu "novia" no funciona bien, dijo Vegueta irónico.
Deja de decir tonterías y no vuelvas a acercarte a Milk, te lo prohíbo, mejor vuelve con Bulma que de seguro gustosa te da otra oportunidad, dijo Diecisiete irónico.
Con Bulma no te metas, con ella terminamos de mutuo acuerdo y ella sigue siendo mi amiga por lo tanto no te metas con ella, dijo Vegueta molesto.
No lo hago si tú no te metes con mi novia, es increíble lo ambicioso que eres sacrificas el amor por tu codicia, dijo Diecisiete riendo.
Tú eres igual, acaso me vas a decir que amas a Milk, lo tuyo es solo por conveniencia, con la única diferencia de que yo si quiero a Milk y por supuesto también quiero su fortuna, en cambio tu solo te quieres a ti mismo, dijo Vegueta.
Cállate estúpido yo si quiero a Milk, una cosa es que no sea muy expresivo con ella pero la quiero y ella será mi esposa, por algo es mi prometida, decía furioso Diecisiete abalanzándose sobre Vegueta.
¿Qué sucede aquí?, dijo Gokú al ver el alboroto.
Estos dos con sus líos de faldas, dijo Piccolo con molestia.
Les voy a pedir que sus asuntos personales los traten fuera del gimnasio y no interrumpan el entrenamiento de los demás, dijo Gokú con firmeza.
Hablo el arribista, dijo Vegueta.
¿Qué has dicho?, dijo Gokú molesto.
La verdad, aquí todos te llaman así, dijo Vegueta riendo.
Yo no soy ningún arribista, dijo Gokú.
Pues entonces demuéstralo, saliendo de la casa del maestro dijo Diecisiete.
No voy hacer eso para darles el gusto a ustedes, dijo Gokú.
Y luego dices que no eres arribista solo falta que quieras meterte con una de sus nietas dijo Cell.
Ni se te ocurra acercarte a Milk, porque ella es mía, dijo Diecisiete.
Ya cállense no me hagan tomar decisiones incorrectas dijo Gokú tratando de mantener la calma.
Vaya ahora ya te crees el dueño y nos quieres correr dijo Vegueta riendo.
Yo no soy el dueño, pero tengo la autoridad para hacerlo ya que el maestro me dejo a cargo del gimnasio, dijo Gokú.
Pues veremos cuanto tiempo te dura el gusto, porque estoy seguro que mi suegrito y los familiares de Milk, no lo permitirán el próximo sucesor del maestro seré yo y ni intentes correrme porque no podrás, dijo Diecisiete riendo.
Horas después: "Por la noche"
El joven de cabello alborotado llego a la mansión después del conflicto que tuvo en el gimnasio, cuando en el sillón de la sala encontró a la pelinegra dormida con el televisor prendido y el control remoto en la mano.
El joven se acerco a ella, tomo el control remoto de la mano, apago el televisor, tomo en brazos a la jovencita y la llevo a su habitación, sin percatarse que alguien observaba la escena atentamente.
Minutos después:
El joven de cabello alborotado dejaba a la pelinegra profundamente dormida en su cama la cubría con sus cobertores y le daba un dulce beso en la frente mientras pensaba, así dormida pareces un ángel mi muñequita hermosa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro