(Últimos capítulos)

La pelinegra se encontraba sentada al borde de su cama pensando en la manera en que tenía que terminar su relación con el joven de cabello alborotado, sin llegar a perder la fortuna de su abuelo, que tanto le costó a este hacer crecer y que Gokú había sabido muy bien cuidar e incrementar.

En eso la puerta de su habitación se abrió y su joven y atractivo esposo entro por ella. Gokú al ver a su amada sentada al borde de la cama con la mirada perdida, se acerco y se sentó junto a ella.

¿Qué sucede princesa?, decía Gokú acariciándole el rostro con una de sus manos, mientras unas lágrimas rodaban por las blancas mejillas de la bella pelinegra.

La pelinegra se paró de su cama y camino hasta la ventana de su habitación, siendo seguida por el joven de cabello alborotado que no llegaba a comprender que le estaba sucediendo a su esposa.

¿Qué pasa muñequita?, dijo Gokú preocupado por su reacción.

Milk giro su rostro hacia él y le dijo, todo termino, ya no quiero seguir contigo.

¿Quéeeeeeee?, es una broma de mal gusto mi amor, dijo Gokú sonriendo.

No es ninguna broma, es la verdad, ya no quiero seguir contigo, ya me cansé de esto, tú prometiste respetar mis decisiones y ahora lo que quiero es ya no seguir contigo, mantendremos el matrimonio de apariencia hasta que se cumpla el año, luego solicitare el divorcio, pero mientras tanto te pido que salgas de mi habitación dijo con la mayor dureza posible Milk tratando de no llorar más.

Tú padre tiene que ver con esta decisión ¿verdad?, dijo Gokú con tranquilidad, mientras intentaba abrazar a la pelinegra, que caminaba hacia otro lado para evitar su abrazo.

¡No¡ es mi decisión, como ya te dije ya me canse, lo único que quería era molestar Marón y Lunch, como te abras dado cuenta ellas andan peleándose por ti y con ellas nunca me he llevado bien y como andaban interesadas en ti yo quise molestarlas haciéndote caso para que las berrinchudas esas sientan el dolor de cuando te quitan algo que amas en la vida. Marón me robo el cariño de mi abuelo y Lunch el de mi padre, por eso las odio, por eso no vi mejor manera de vengarme de ellas que haciéndote caso a ti y enamorándote tanto que no tengas ojos para nadie más en este mundo que yo y las hagas sufrir con tu desprecio, dijo Milk con frialdad, mientras Gokú escuchaba absorto la supuesta confesión.

¿Tanto es tu odio hacia ellas que decidiste entregarte a mí?, dijo Gokú apegándola a la pared de la habitación mientras sujetaba su manos.

La pelinegra ya no sabía que más hacer su sola cercanía lo ponía nerviosa.

¿Contéstame?, dijo Gokú acercando su rostro al de la pelinegra.

En mi afán de venganza no me importo nada, con tal de lastimarlas no me importo nada, dijo la pelinegra.

No te creo, tú me amas, ¿dime que sucede?, dijo Gokú tomando su rostro son una de sus manos y besando sus labios con pasión.

La pelinegra correspondía el beso de su amado con la misma pasión, pero de de repente se acordó de la discusión que tuvo con su padre, de lo mal que este se puso y decidió romper el beso y decirle con frialdad a Gokú: Me da pena darme cuenta que eres tan tonto que te has dejado engañar por mí, como se te ocurre que alguien como yo podría fijarme en un pobretón, sin clase como tú, porque aunque ahora tengas dinero, nunca tendrás clase, dijo Milk con burla.

Gokú no sabía si creer lo que Milk decía, él estaba seguro de que ella lo amaba, se lo había demostrado cada noche que se entregaba a él en la habitación que compartían. Entonces recordó la carta del abuelo Roshi, las palabras de Vegueta y ambos coincidían en que Milk siempre se dejaba manipular por su padre y madrastra, entonces decidió seguirle el juego por él momento mientras encontraba la verdad.

Está bien te daré un tiempo para que reflexiones, tomate los dos meses que faltan para cumplir el año de matrimonio para pensar mejor las cosas, si tu decisión es la misma al cumplir el año te daré el divorcio y te devolveré todo lo tuyo, pues no quiero nada que me una a ti, solo me quedaré con él gimnasio porqué el maestro así lo quiso y hasta que cumplamos el año, para evitar habladurías tu familia y tu seguirán acá hasta el año de matrimonio, no te preocupes hoy mismo vuelvo a la que era mi habitación de soltero y mañana mando regresar mis pertenencias a mi habitación, dijo Gokú con tristeza.

Está bien, es la mejor decisión, pero no creo cambiar de opinión dijo Milk, mientras pensaba con nostalgia: jamás pensé que el mismo Gokú me prepondría devolverme toda mi herencia.

Déjemelo al tiempo muñequita, yo no puedo creer que no me ames, dijo Gokú saliendo de la habitación de la pelinegra dejándolo destrozada de dolor.

Minutos después:

Milk sollozaba sobre su cama, cuando en eso la perilla de su puerta giró y su madrastra entro a su habitación:

La pelinegra al verla entrar se seco las lágrimas de los ojos y se paró de la cama para preguntar: ¿cómo está mi padre?.

Muy delicado, pero aun así ¿quiere saber si cumpliste lo que le dijiste?, dijo la madrastra.

Si, ya no hay nada entre Gokú y yo, él me devolverá todo cuando nos divorciemos, pero me pidió que nos quedáramos aquí hasta que se cumpla el año, dijo la pelinegra.

Sabía que no eras tan inútil, dijo la mujer riendo.

Al día siguiente: "Gimnasio Dragón"

El joven de cabello alborotado terminaba el entrenamiento con su grupo y se dirigía a su oficina, cuando alguien intercepto su camino.

¿Qué te sucede, tienes una cara de velorio?, dijo Vegueta riendo.

El sueño termino Vegueta, mi muñequita y yo terminamos, dijo Gokú con tristeza mientras entraba a su oficina junto al joven de cabello de flama.

¿Qué? ¿Por qué?, no me dijiste que tu relación cada día iba mejor, dijo Vegueta preocupado.

Y así era, pero de un momento a otro me dijo que ya no quería seguir conmigo, es más me pidió el divorcio, dijo Gokú con tristeza.

¿Y se lo piensas dar?, si lo haces ambos perderían todo, dijo Vegueta.

Se lo daré cuando cumplamos el año de matrimonio, así como le devolveré toda su herencia, solo me quedare con el gimnasio porque el maestro me lo pidió, dijo Gokú.

Pero Gokú, no puedes hacer eso tú la amas, acaso no piensas luchar por ella, dijo Vegueta.

Claro que luchare, pero ella dice que no me ama que solo me uso, dijo Gokú contándole a Vegueta todo lo que la pelinegra le dijo.

No le creas, estoy seguro que ella está nuevamente siendo manipulada Gokú.

Si yo pienso lo mismo, por eso le dije que le daré tiempo para que lo piense mejor, dijo Gokú.

Universidad:

En el cafetín de la universidad:

¿Qué te sucede Milk, porque tienes esa carita?, decía Dieciocho.

Si Milk parece que hubieses estado llorando toda la noche, dijo Bulma.

Me duele la cabeza es todo, dijo la pelinegra mientras sus amigas la miraban preocupada.

Un mes después: "Mansión"

Marón, necesito hablar contigo, dijo Gokú.

Está bien precioso, ¿de qué?, dijo la coqueta jovencita.

Vamos al jardín por favor, dijo Gokú saliendo de la sala junto a la peli azul.

Ahora si ¿dime?, dijo Marón.

Hace algún tiempo tu me dijiste de un plan de tus tíos para quitarme todo, pero yo no quise escucharte, ¿me podrías decir de que se trataba ese plan?, dijo Gokú.

Ya no tiene caso, Milk ya lo consiguió, dijo Marón.

¿Qué consiguió?, dijo Gokú.

Qué tu le devuelvas toda su herencia, ella es una ambiciosa, siempre te lo dije, dijo Marón.

¿Milk y Lunch y tú?, no se llevan bien, dijo Gokú.

Milk siempre nos ha odiado, piensa que le robamos el cariño de su abuelo y padre, dijo la peli azul.

No puede ser lo que me dijo Milk, es cierto, pensó con nostalgia el joven de cabello alborotado.

Mansión:

Tú hija es muy tonta, gracias a que nos contó la mentira con la que alejo a Gokú de ella, pudimos alertar a Marón y Lunch de cualquier pregunta que a ese jovencito se le ocurra hacer, decía riendo la madrastra de Milk.

Horas más tarde: "Mansión"

Gokú entraba a la mansión, cuando en medio del jardín vio a la bella pelinegra recogiendo algunas rosas, el joven decidió acercarse a ella.

¡Buenas noches¡ dijo Gokú sonriéndole.

¡Hola¡ dijo Milk con indiferencia.

¿Ya pensaste mejor las cosas?, dijo Gokú.

No hay nada que pensar, quiero el divorcio, dijo la pelinegra con firmeza caminando hacia la mansión.

Milk, espera, dijo Gokú tomando su mano y atrayéndola a sus brazos. Piénsalo mejor, aún te quedan algunos semanas dijo el joven de cabello alborotado besando su rostro, mientras del balcón de una habitación una rubia observaba con rabia.

Maldita Milk, no entiendo porque te ruega tanto, decía furiosa, arrojando el vaso que tenía en su mano contra la pared.

No, ya no hay nada que pensar, ya no insistas dijo la pelinegra soltándose de su agarre para ir corriendo dentro de su habitación.