Capítulo 18: "Los primeros meses de convivencia"
Ya habían pasado cuatro meses desde que Milk y Gokú contrajeron matrimonio. Desde entonces la convivencia mutua había empezado a crear una mayor cercanía entre los dos.
Gokú iba todos los días a buscarla a la salida de la universidad para que almuercen juntos, siendo este su único momento en el que podían estar sin la familia de ella y poder conversar ambos a gusto y él poder ir ganándose de a poco su corazón, por supuesto el atractivo joven desconocía que él tenía ganado el corazón de la pelinegra desde hace mucho.
Milk cada día que pasaba se enamoraba más de Gokú y ya le era difícil poder tratar de disimular su amor, ya que cuando el joven iba a la universidad a buscarla, siempre no faltaba alguna jovencita resbalosa que se acercaba a coquetearle provocando los celos de la pelinegra que ya estaba cansándose de tragarse su molestia no solo en la universidad sino también en su casa con las escenas coquetas de Marón y Lunch frente a ella con su esposo con la excusa de que a ella no le importaba él.
Universidad:
Y me iré de viaje con mi amorcito, decía feliz Bulma.
Pues te felicito y me alegra que seas tan feliz, dijo la pelinegra.
¿Y tú que te cuentas Milk?, cómo vas con tu bello esposito, dijo Dieciocho.
Bien, somos amigos y al menos sabe cumplir lo que promete, dijo la pelinegra.
Bueno por algo se empieza ¿no?, lo que no parece es esa tonta promesa, yo que tú me olvido de ella y soy feliz con él, dijo Bulma.
Si yo estoy de acuerdo con Bulma. Tienes un esposo muy apuesto, no vaya hacer que se cansé de esperarte y se busque otra, dijo la rubia.
Y mira que tiene muchas zorras detrás dispuestas a darle consuelo, dijo Bulma.
Si solo que él es tan fiel a ti que no les hace caso, pero es hombre Milk, podría llegar a cansarse, ¿piénsalo?, dijo la rubia.
Milk iba a responder algo, pero justo vio acercarse a su joven esposo, entonces se despidió de sus amigas y decidió irse junto a él, antes que alguna resbalosa apareciera y empezara a acosarlo.
Te estaba esperando, dijo la pelinegra, mientras Gokú le daba un beso en la mejilla.
¡Discúlpame¡ tuve algunos inconvenientes en el gimnasio, por eso el retraso, dijo Gokú sonriendo.
¿Pero ya se resolvieron?, dijo la pelinegra.
Si muñequita, dijo Gokú tomándola de la mano, para ir hasta dónde dejo estacionado su auto.
Minutos después:
El par de pelinegros almorzaban como hace tres meses en un modesto restaurante cercano a la universidad.
¿Y qué platicabas con tus amigas?, dijo Gokú con curiosidad.
Cosa de chicas. Mejor ¿cuéntame que problemas hubieron en el gimnasio?, dijo la pelinegra.
Vegueta pidió permiso, por un viaje que realizara con Bulma y estaba tratando de ver quién lo supliría por esa semana que no estará, dijo Gokú.
Bulma me comento de ese viaje, dijo la pelinegra.
Muñequita ¿no te gustaría que nos fuéramos de viaje aprovechando tus vacaciones de fin de ciclo?, dijo Gokú.
Milk iba a responder que sí, pero luego se acordó que ella le había prometido a su padre que para nada se alejaría de la casa y si hacia lo contrario su padre podría empezar a sospechar que ella había cambiado su opinión con respecto al joven de cabello alborotado. Luego de unos minutos de silencio respondió: No, Gokú tengo otras cosas que hacer durante esas semanas dijo la pelinegra.
Entonces ¿qué te parece si aprovechamos ese tiempo para enseñarte a nadar?, me dijiste que te gustaría aprender, dijo Gokú.
Está bien, pero que sea cuando no hay nadie de mi familia en casa, dijo Milk sin darse cuenta.
¿Por qué?, dijo Gokú.
¡Por favor, no me preguntes eso¡ dijo la pelinegra.
Está bien, dijo Gokú acariciándole su rostro con una mano y acercándolo lentamente al de ella esperando alguna reacción de su parte, al ver que la pelinegra no se movía, coloco sus labios sobre los de ella y los beso suavemente, su beso era correspondido con timidez por la pelinegra haciendo que el joven de cabello alborotado sintiera felicidad al sentirse correspondido. Luego de algunos minutos se separo de ella y le sonrió, pago la cuenta y tomados de la mano salieron del restaurante.
Gokú llevo a la pelinegra en su auto de regreso a la universidad, en el trayecto Gokú y Milk no hablaron del beso. El joven de cabello alborotado estaciono su auto y bajo para ir a abrir la puerta de la pelinegra para que ella bajara, la jovencita lo hizo.
Nos vemos en la noche muñequita, dijo Gokú acercándose a darle un beso en la mejilla, pero para su sorpresa, la pelinegra movió su rostro haciendo que sus labios se conectaran nuevamente y ambos empezaran a besarse con inmensa dulzura, el joven abrazo a la pelinegra de la cintura, mientras ella colocaba sus brazos alrededor de su cuello. Luego de unos minutos Gokú separo sus labios de los labios de su amada y le dijo: ¡Te amo, gracias por darme esta alegría¡.
Milk no le dijo nada solo le sonrió y le dio un último beso de despedida antes de ingresar a la universidad.
Por la noche:
Gokú llego como siempre a su habitación, Milk ya estaba dormida, el joven se acerco a ella y depósito un suave beso en sus labios, luego se fue a ducharse para recostarse en el cómodo sofá cama donde dormía desde que se mudo a la habitación de Milk.
Semanas después:
Aprovechando que Marón y su familia fueron a un viaje de vacaciones que Gokú gentilmente regalo, por consejo de Vegueta, para poder sacar de su casa por un tiempo a alguno de los molestos familiares de la pelinegra y que el padre, madrastra y Lunch, habían salido oportunamente de compras a una nueva tienda que inauguraban en la ciudad, el joven de cabello alborotado decidió iniciar sus clases de natación con su joven esposa.
Lista muñequita para tus primeras clases de natación, decía sonriendo el joven de cabello alborotado.
Si ya estoy lista, decía la pelinegra saliendo con su biquini, color rojo que le regalo su rubia amiga y que no pudo lucir en vísperas de año nuevo.
Gokú quedó embobado viéndola de pies a cabeza, aunque tuvo que volver a la realidad para no terminar incomodando a su joven esposa.
Bajamos a la piscina, dijo la pelinegra sacándolo de su ensueño.
¡Eh, sí¡ dijo Gokú, tomándola de la mano, para que bajen juntos.
Gokú con toda su ternura y paciencia le enseñaba a su esposa a flotar mientras él la sostenía con sus brazos.
No tengas miedo muñequita, no te soltare, decía Gokú, sin saber que alguien les observaba y tomaba fotos.
Después de su primera lección de natación, Gokú y Milk jugaron un rato con el agua, mientras reían por primera vez con toda la libertad del mundo.
Horas después:
Solo nadaron, bueno en realidad el joven Gokú, le estaba enseñando a la niña Milk a nadar, no paso nada más, decía un hombre entregándole un sobre con fotos a la madrastra de la pelinegra.
Buen trabajo, le diré a mi esposo que te de un buen cheque, dijo la madrastra de Milk, recibiendo las fotos.
¡Gracias señora¡ decía el hombre.
No agradezcas solo mantennos informados de todo lo que pase entre ellos dos cuando nosotros no estemos, dijo la mujer.
Así será señora, dijo el empleado.
5 meses después:
Milk y Gokú seguían con su romance a escondidas, pues nadie en su casa siquiera sospechaban que la pelinegra correspondía al amor del joven de cabello alborotado, mostrándose ambos en casa como dos personas que trataban de tolerarse para no levantar sospechas en los familiares de la pelinegra y estos no intenten destruir su amor. Los dos jóvenes habían iniciado el noviazgo que no tuvieron, el cual a ambos les llenaba de alegría, Gokú fiel a su palabra respetaba a Milk como le dijo que lo haría, aunque ahora que él joven sentía correspondido su amor le era mucho más difícil estar en la misma habitación que ella sin llegar a pensar que en algún momento esa niña bella a la que él amaba tanto terminaría siendo su mujer.
Lunch y Marón, seguían coqueteando con Gokú, quién por supuesto no les daba las más mínima importancia.
Habitación de Milk:
La bella jovencita pelinegra se encontraba elaborando una maqueta sobre una mesa en su habitación, cuando en eso sintió unos fuertes brazos que la abrazaban de la cintura y le daban suaves besos en su rostro.
¡Buenas noches muñequita bella¡ dijo Gokú dejando de besar su rostro para besarle dulcemente sus labios.
Luego que se separaron, Milk le respondió: ¡buenas noches¡ ¿qué tal tu día?.
Tranquilo, dijo Gokú sonriendo dirigiéndose a la ducha.
La pelinegra continúo con la elaboración de su maqueta, cuando luego de algunos minutos sintió nuevamente los pasos de su amado cerca de ella.
¿Aún no terminas? ¿Puedo ayudarte?, dijo Gokú.
Milk, asintió con la cabeza.
El joven de cabello alborotado se acerco a ella y empezó a ayudarle con la misma.
Minutos después:
Ya solo faltaba una pieza para terminar, Milk y Gokú la tomaron sin darse cuenta, rozando ambos sus manos.
La pelinegra levanto su rostro encontrándose con la mirada del joven de cabello alborotado que la miraba con dulzura y deseo. El joven de cabello alborotado acerco su rostro al de la pelinegra y empezó a darle suaves besos en su rostro y boca, luego le acaricio su cuello, mientras con sus manos intentaba desabotonar la pijama de la jovencita.
Milk al sentir las caricias de su joven esposo no pudo resistirse más a dejarse amar por él hombre que ella amaba y le devolvía los besos con la misma dulzura y pasión que él joven de cabello alborotado lo hacía, después de unos minutos ambos ya sin prendas estaban sobre la cama de la pelinegra entregándose todo el amor que habían intentado contener por temor y por lealtad a una promesa que ese día decidieron romper mutuamente.
Al día siguiente:
Una bella jovencita pelinegra despertaba entre los brazos de su apuesto joven esposo que la tenía abrazada a él, después de una larga noche de entrega y pasión.
La pelinegra al recordar todo lo que paso la noche anterior sonrió, mientras acariciaba con su mano el rostro de su atractivo esposo.
¡Te amo¡ dijo la pelinegra creyendo no haber sido escuchada.
Yo también mi muñequita bella, dijo Gokú abriendo los ojos y apegándola a él para darle un apasionado beso, luego de unos minutos ambos se separaron.
¿Tienes que irte a trabajar?, dijo la pelinegra.
Si, ya se me hizo tarde, dijo Gokú sonriéndole dulcemente.
Qué esperas levántate, dijo Milk riendo.
¿Y tú no piensas hacerlo?, dijo Gokú.
No aún tengo sueño, dormiré un poquito más dijo la pelinegra cubriendo su desnudez con las sábanas.
Llamare a Vegueta para que se haga cargo por unas horas, dijo Gokú conversando rápidamente con su amigo, luego se acostó junto a la pelinegra, la abrazo a él y se quedaron profundamente dormidos llenos de dicha y felicidad.
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