Un joven de cabello alborotado, se encontraba hablando con su maestro en su habitación:
Pero hijo, no es necesario, decía el anciano.

Maestro ¡por favor¡ prometo venir a verlo a diario, pero no puedo seguir viviendo aquí, dijo Gokú.

¿Es por Milk? ¿Ella te lo pidió?, dijo el anciano.

Gokú no respondió solo guardo silencio.

Es por ella, estas enamorado de ella ¿verdad?, dijo el anciano, mientras Gokú se sonrojaba al verse descubierto.

Abuelo, yo......., decía Gokú nervioso.

No me digas nada, no sabes cómo me encantaría que mi nieta y tú sean algo, que llegaran a casarse, dijo el anciano.

Abuelo, ella está comprometida, por eso tengo que irme de aquí, dijo Gokú con tristeza.

No te preocupes, eso cambiara, si lo que quieres es irte por un tiempo, hazlo, pero prométeme que volverás todos los días, ya no me queda mucho, hijo, dijo el anciano.

No diga eso abuelo, dijo Gokú.

Es la verdad, pero sabes me iré feliz, porque te dejo a ti en mi remplazo, no pude haber encontrado a mejor asistente, dijo el anciano.

¡Gracias¡ dijo Gokú.

No hijo, ¡gracias a ti¡ por estar junto a mí y por cuidar con tanta pasión mi gimnasio, dijo el anciano.

Minutos después:

Un joven de cabello alborotado arreglaba una pequeña maleta dentro de su habitación, cuando en eso al ver la puerta abierta una peli azul entro por ella.

¿Te vas?, dijo Marón, entrando a la habitación del joven de cabello alborotado.

Si, es lo mejor para todos, dijo Gokú.

Para todos, o para Milk, dijo la peli azul molesta.

Para todos, dijo Gokú.

Puedo ir a verte al gimnasio, dijo Marón.

Si, no hay problema, además vendré todos los días a ver al abuelo, dijo Gokú.

Si pero solo será por minutos y lo más probable es que vengas cuando yo no este, dijo la peli azul con tristeza.

Marón entonces ve al gimnasio, somos amigos, yo no tengo problemas para recibirte allí, dijo Gokú sonriendo.

Eso haré, no pienso alejarme de ti, dijo Marón.

Gokú se despidió de Marón y fue a despedir de su maestro, cuando iba bajando las escaleras con su pequeña maleta se encontró con la pelinegra en la sala que justo iba subiendo las escaleras.

Ya me voy, dijo Gokú con nostalgia.

Veo que tienes palabra, dijo Milk con tristeza deteniendo su andar quedando frente a Gokú.

¡Cuídate mucho¡ dijo Gokú.

¡Gracias por salvarme la vida¡ dijo Milk muy despacio, sin embargo el joven de cabello alborotado logro oír.

Haría todo por ti, no me des las gracias, dijo Gokú sonriendo dulcemente.

No digas eso, dijo la pelinegra con nostalgia.

Gokú se acerco y la abrazo.

Milk no hizo nada se dejo envolver por los brazos del atractivo jovencito, cuando en eso el padre de la pelinegra entro por la puerta haciendo sonar tan fuerte la misma que ambos jóvenes terminaron separándose.

Al fin te largas, dijo el gigantesco hombre, al ver al joven de cabello alborotado con una maleta en la mano.

Si, dijo Gokú bajando las gradas y retirándose de la mansión.

Horas después:

Ya estarás contenta, decía furiosa Marón a una pelinegra en el jardín.

¿A qué te refieres?, dijo Milk.

A qué mi Gokú por tu culpa se fue de la casa, dijo Marón furiosa.

El ahora esta donde pertenece, dijo Milk.

Sabes me da gusto saber que no sientes nada por él, así yo podré conquistarlo, porque yo si lo amo, dijo Marón.

Marón el no es como nosotras, dijo la pelinegra.

A mí no me importa eso y al abuelo tampoco, dijo la peli azul.

Al día siguiente: "Gimnasio Dragón"

¿Entonces ya no vives con el maestro?, decía Piccolo.

No, dijo Gokú.

¿Milk te lo pidió verdad?, dijo Vegueta.

Porque todos me dicen eso, dijo Gokú.

Porque es muy obvio lo que sientes por ella dijo Krilin.

Si, si me lo pidió y yo haría cualquier cosa con tal de verla tranquila y feliz, dijo Gokú.

Hay Gokú, yo en tu lugar no me hubiese salido de esa casa, hubiese hecho cualquier cosa para conquistar a la necia de Milk, dijo el joven cabello de flama.

Habitación de Milk:

Una bella jovencita pelinegra tenía en su mano el regalo que Gokú le dio en noche buena. La pelinegra decidió abrir la pequeña cajita que había y encontró unos deliciosos chocolates en forma de corazón y una pequeña rosa roja con una tarjetita que decía ¡te amo¡.

La pelinegra empezó a sollozar abrazando su almohada en silencio para que nadie pudiera escuchar el inmenso dolor que ella sentía en su corazón al leer la pequeña tarjeta con aquella pequeña frase.

Días después: "Habitación de maestro"

Toc toc toc

Adelante, dijo el anciano.

Señor, el abogado esta aquí, dijo una empleada.

Hazlo pasar dijo el anciano.

¡Buenos días señor Roshi¡ ¿a qué se debe su llamado?, dijo un hombre regordete de lentes.

Quiero hacerle unos cambios a mi testamento, dijo el anciano.

Está bien señor, dijo el abogado tomando asiento en una silla.

Gimnasio Dragón:

Gokú, acepta mi invitación, decía una coqueta secretaria pelinegra.

Mai, es que no quiero que.........., decía Gokú.

No te estoy pidiendo que seas mi novio, solo salir como amigos, decía Mai.

Está bien, dijo Gokú, mientras pensaba. Será mejor empezar a salir con otras personas para distraerme un poco.

Mansión: "Habitación del maestro"

Todo está listo señor Roshi, decía el abogado.

Ya sabe las clausulas tienen que cumplirse al pie de la letra, dijo el anciano.

Así será señor.

Horas más tarde:

Gokú entraba a la mansión de su maestro para ir a visitarlo, cuando una discusión en el jardín llamo su atención y decidió ir a ver qué sucedía:

Ya me tienes harto, con tus niñerías, hasta cuando piensas que te té voy a esperar, decía furioso Diecisiete tomando con violencia las manos de la pelinegra y forcejeando con ella dentro del jardín.

¡Suéltame, me lastimas¡ decía sollozando la pelinegra.

Cállate no seas escandalosa, ahora vas a dejar que te de un beso, quieras o no, decía Diecisiete aproximando su rostro al de la pelinegra que intentaba soltarse de su agarre, cuando en eso, un fuerte puñetazo se estampo en el rostro de Diecisiete y salió impulsado hacia el pasto.

Gokú, dijo la pelinegra sorprendida, mientras el jovencito de cabello alborotado se acercaba a Diecisiete y lo agarraba del polo.

No vuelvas a tratarla así, el amor se gana con buenas acciones, no con maltratos dijo Gokú intentando darle un nuevo golpe, cuando Diecisiete reacciono, lo empujo y se paro.

Estúpido, no te metas en donde no te importa ella es mi prometida y yo puedo hacer con ella lo que quiera, te ves patético enamorado de alguien que no te corresponde dijo Diecisiete, mientras Gokú sintió tristeza ante esas palabras y Milk quería decirle en ese momento que ella también lo amaba pero no pudo, porque en ese momento su padre apareció furioso.

¿Qué es este alboroto?, dijo el gigantesco hombre.

Este pobretón, que se cree el súper héroe de su hija, dijo Diecisiete irónico.

Señor, este que se hace llamar novio de su hija la estaba maltratando, dijo Gokú.

Eso no es cierto señor Ox, este estúpido está enamorado de Milk, por eso habla así, decía Diecisiete, mientras Milk agachaba la mirada y Gokú se avergonzaba.

Como te atreves muchacho iluso a poner tus ojos en mi hija y no te preocupes futuro yernito, que Milk no quiere nada con este, ¿no es así hija?, dijo el padre de la pelinegra.

Así es padre, no sé cómo se le ocurre que yo podría tener algo con él, dijo la pelinegra con tristeza.

Ya oíste estúpido, ahora lárgate de aquí, dijo Diecisiete.

No me iré, porque vine a ver al maestro y eso pienso hacer, dijo Gokú retirándose del jardín con un inmenso dolor en su corazón al escuchar que Milk ahora que sabía de sus sentimientos lo rechazaba mucho más que antes.