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Emily

Abrazo a Sophia tratando de tranquilizar su llanto y antes que pueda decirle algo escuchamos el grito de mi tía al ver a Cristóbal.

Ambas volteamos y vemos entrar a un elegante Cristóbal, luciendo impecable con su traje. Pero algo que me llamo la atención, fue su mirada y su sonrisa.

Sophia corre al encuentro de su hermano. Mi tía lo abraza y veo como finge su sonrisa ante ella, pero al ver a Sophi, puedo ver una sonrisa es más sincera. Me quedo observando como la familia y amigos se acercan a saludarlo, el solo se limita a dar un cortante saludo.

Me doy cuenta que mi prima tiene razón, el no es el mismo Cristóbal, algo ha cambiado en él y voy a hacer todo por averiguarlo.

Me mantengo al margen y comienzo estudiar su comportamiento desde el rincón donde me encuentro. Veo que mira a mis tíos con resentimiento, en especial a mi tía Geraldine, en ocasiones que ella se ha acercado hablarle, pero él termina ignorándola y sale hablar con los otros invitados dejándola a ella con la palabra en la boca. Sé que mi tía se ha dado cuenta de que algo le sucede porque he visto en su mirada tristeza y trata de fingir con una sonrisa para que las demás personas no se dé cuenta, en especial mi tío Cristóbal.

Sigo sus movimientos hasta que un momento a otro lo he perdido de vista, busco por todos lados y no lo encuentro. Empiezo a caminar por el salón topándome con algunos amigos que quieren conversar, pero los ignoro y sigo buscando hasta salir a uno de los balcones de la casa y es cuando siento ser azotada contra la pared.

-¿Qué mierda pretendes en estarme persiguiendo?- Mi respiración se atasca cuando veo a un furioso Cristóbal sostenerme contra la pared.

-¿Qué... Yo... No te estaba persiguiendo?- Digo con mi voz temblando. Cristóbal sostiene mis manos y las aprieta con más fuerza haciéndome gemir del dolor.

-creés que no me he dado cuenta que desde que llegue no has parado de observarme- Su aliento golpea mi rostro mientras aprieta su mandíbula.

-Yo no te estaba persiguiendo- Digo con más calma –Es mejor que me sueltes, me estas lastimando- Cristóbal se separa un poco de mi cuerpo y empieza a observarme de arriba y abajo. Su mirada es oscura y me siento incomoda.

-Vaya veo que el patito feo se ha convertido en un hermoso cisne- Susurra muy cerca de mi boca. Volteo mi cara y sus labios tocan mi mejilla, pasa su nariz por mi cuello aspirando mi aroma.

-Te has convertido en toda una mujer- Susurra mientras con su mano derecha empieza acariciar la curva de mi cintura y sube hasta el escote de mi vestido. Trago fuerte saliva y mi respiración se acelera, mientras con las yemas de sus dedos lo pasa por el borde de mi vestido. Cuando siento que va a introducir el pulgar, lo empujo con todas mis fuerzas haciéndolo tambalear hacia atrás.

-¡¿Qué mierda pretendes hacer?!- Digo alterada. Cristóbal  sonríe con malicia acercándose de nuevo a mí, alzo mi mano y lo detengo –Es mejor que no te acerques o...-

-¿Oh qué?-

-Gritare y sabes muy bien que no tardaran en venir- Cristóbal  empuja mi mano y vuelve estrellar su cuerpo contra el mío presionándome contra la pared.

-Me importa una mierda que vengan- Susurra de nuevo mientras aprieta sus manos en mis caderas –Que se joda toda esta familia- expresa con voz ronca.

-¿Qué sucedió Cristóbal ? ¿Porque estas tan cambiado?- Al parecer mi pregunta lo altera porque de inmediato me suelta con brusquedad y sus ojos se oscurece de la rabia que tiene.

-Toda esta maldita familia me han engañado, ya no creo en nadie-

-¿Entonces porque viniste?-

-Solo hay una persona que me importa y esa es mi hermana- Me mira con furia –Mas te vale que no te acerques a mi o tu también saldrás lastimada- Abro mis ojos sorprendida

-¿Qué piensas hacer?- No dice nada, solo sale y me deja con la incertidumbre en mi corazón.