Capítulo 42
—Como sigue señorita—pregunta el psicólogo con su voz grave
—Estoy bien doctor, he comido más desde la ultima vez que vine
—Y cuénteme señorita, ¿Ha hablado con ese ángel? Del que tanto me ha hablado—mi corazón se aceleró muy deprisa
—No, creo que es lo mejor—una lagrima cae
—Lo más recomendable es que este junto a más personas que ama señorita
—Creo que ya lo he perdido doctor—le digo pues cuando fue a visitarme no quise verlo
—Créame que no lo ha perdido
—¿Por qué está tan seguro?—el doctor mira hacia atrás y yo aún. Con duda
—Porque siempre estaré contigo bonita
No puedo creer que literalmente detrás de mí se encuentre mi vida, planee decirle al doctor que si las alucinaciones eran parte de la terapia pues yo no creo ir el este. Giro con miedo que que sea una mentira pero ahí está el recostado de la puerta con una hermosa chaqueta y su sonrisa opaca a cada iluminación de esta sala, voy y lo abrazo fuertemente sin pensarlo y su olor me hizo olvidar todo lo que hacía pasado por un instante me sentí la misma Maddi de siempre.
—Por favor, déjame superar esto contigo Maddi no estás sola—me susurra Jou aún en el abrazo. Literalmente no quiero soltarlo nunca
—Lo siento Jou es que estaba muy asustada, te amo
—Yo te amo mucho más
—Vamos afuera—le digo—Espera—me dirigí hacia el doctor y le extendí mi mano, este la estrecho con una sonrisa—Gracias doctor
—Para eso estamos joven
Jou me toma de la mano y salimos, ahora tenemos que enfrentar un problema mayor, mi madre, ya no estoy dispuesta a seguir viendo a Jou a escondidas, ya estoy cansada que ocultar nuestro amor acaso es un pecado amar? Claro que no, Dios es amor, es justo y sé que él está de acuerdo.
Mi mamá está sentada en la sala de espera pero aún no nos ha visto.
—Maddi espera, quiero hacer las cosas bien, no podemos salir así por así le caería de bomba y los más probable es que se enoje—me dice Jou
—Jou ya no puedo ocultar lo que siento por ti—le digo un poco triste porque quizás él tiene razón
—Cada día que pasa muero por dentro al no poder gritarle al mundo entero que te amo, pero recuerda por qué estamos así
—Todo por ser mayor—susurro
—Creo que debería irme—Jou torna su mirada triste pues sé que ya debe volver y no lo veré hasta que le den otras mini vacaciones
—Cuando te volveré a ver—le musito
—Siempre, aquí y aquí—me dijo poniendo una mano en mi corazón y en mi mente
Me atrae hacia él y me abraza fuertemente, levantó mi cabeza y le doy un pequeño beso en sus cálidos labios.
—Por siempre juntos—susurro
—Maddi estás ahí?—escucho la voz de mi madre en la lejanía que cada vez se acercaba más y más, reaccionó y volteo nerviosa—Vámonos que haces ahí parada
Doy la vuelta y veo que él ya no está, soy un suspiro de alivio y angustia
—Estaba buscando un arete, si, se me ha caído—le digo lo primero que me viene a la mente
—No importa en casa tienes muchos, vamos ya—me dice mi madre
Salimos tranquilamente a buscar el auto aparcado a las afueras del hospital. Camino más tranquila y sin miedo pues estoy a punto de empezar una nueva vida con Jou a mi lado por su puesto, me paro y espero a mi madre que busca el auto, una piedra cae a mi pie y me espanto ¿Será ataque terrorista? Levanto mi vista y del lado de la otra acera está Jou ocultándose en unos arbustos. Le tiro un beso y él hace lo mismo, cayó una lágrima en mi mejilla.
—Nos vemos pronto fugaz amor—digo entre labios
Me subo al auto y nos vamos rumbo a casa, veo por el espejo a Jou alejarse cada vez más.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro