Capítulo 38
Narrado por Maddi
Hoy es el día en que Jou volverá y estoy planeando prepararle una pequeña sorpresa en su casa, solo estoy pensando con que pretexto le diré a mi madre ¿A casa de mi madrina? Ya ella está empezando a sospechar por qué rayos voy tanto si antes solo iba una vez al año. Me levanto de la cama los sábados a las 11 pero hoy la situación amerita levantarme a las 10 para poder hacerle unos carteles y cartas a Jou.
La mañana está un poco húmeda, abro la ventana y veo un nublado que viene del norte. Los niños jugando en el patio, las verjas de mi ventana ya están empezando a oxidarse haré todo lo posible para que se deterioren y así tengan que quitarla. Recojo un poco mi habitación y guardo los libros en la gaveta de mi escritorio para así no tener tanto desorden pero escucho la lluvia caer como un diluvio de la nada y mi ilusión se fue a pedazos ¿Cómo iré ahora? No podía salir mojándome y mi padre no está para que me lleve.
Doy vueltas como loca de un lado a otro intentando encontrar una solución ¿Y si espero hasta mañana? No, le prometí que estaría hay para cuando volviera además no puedo estar un día más sin verlo y más sabiendo que solo esta a unas cuadras de mi y no en otro continente. Salgo de mi habitación y busco a mi madre pero no la encuentro por ningún lado ni a mi hermana tampoco, bajo a la cocina descalza y veo una nota azul pegada en el refrigerador que dice "Volvemos en la tarde, fuimos a resolver unos asuntos". Es cuando te das cuenta que el mundo conspira a tu favor.
Subo a mi habitación corriendo como cuando corría en los pasillos de la escuela (por cierto deje de correr, maduré) y me pongo una chaqueta impermeable que me cubra al menos por arriba, no pude hacer los carteles pero lo importante es que iré yo. Tomo un paraguas y cierro la puerta, mayormente cuando dicen "volvemos en la tarde" es a eso de las 5 por eso tenía planeado volver a las 3, salgo de la casa y la cierro. La lluvia cae tan fuerte que apenas puedo ver hacia dónde me dirijo.
No planeo llegar a casa de mi madrina, Solo iré a casa de Jou e intentaré que ella no me vea. Al llegar me paro enfrente de su casa pero no veo a nadie, debajo de un pequeño tejado cierro el paraguas y espero a que Jou vuelva. Su madre siempre que está hay tiene las luces de afuera apagadas pero hoy están encendidas, quizás estén a Jou al aeropuerto me pregunto ¿Cómo está? ¿Está pensando en mi?.
El carro del padre de Jou de aparca frente a la casa y mi corazón late aún más fuerte, entonces fue cuando Jou salió corriendo del auto dirigiéndose hacia mi desafiando la fuerte lluvia, no le importo mojarme y también corrí a sus brazos, Jou me levantó y me dio vueltas por los aires. Me siento volando como si fuese libre igual que aquellas gotas de lluvia, lo beso y él me responde desesperadamente como si hubiese esperado miles de años para besarme. Al fin estábamos juntos otra vez, como le dije hace unos meses. Nunca dejaremos de vernos porque siempre nos volveremos a encontrar.
La lluvia cada vez era más fuerte, pero nosotros ya estábamos empapados. Empapados de lluvia, empapados de amor.
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