Capítulo 34
***Muchos meses después***
Hoy Jou y yo hubiésemos cumplido un año de romance, creo que lo estamos cumpliendo ya que nunca terminamos pero desde el recado que envió con Mal no supe nada de él así que busque pasatiempos para no pensar tanto en el incluso guarde el brazalete bajo llave y me prometí no abrirlo ¿Tendrá el mi cadena? ¿Me recordará? De lo que no tengo duda es que este amor arde en mi corazón como llama.
En estos meses me ha ido muy bien en la escuela y soy estudiante meritoria, en mi segundo año de preparatoria incluso ya tengo amigos en mi aula y de vez en cuando nos reunimos en la plaza a estudiar, mi madre sigue igual de antipática conmigo aunque su actitud mejoro después que le deje de mencionar a Jou que por cierto cumplió 18 años hace unos meses. Conocí a un chico llamado Alan muy simpático de quince años que se convirtió en mi mejor amigo desde entonces viene a mi casa a estudiar y le cae muy bien a mi mamá, claro como solo me lleva un año cree que es perfecto para mí
Se preguntarán ¿Y Jou? Supongo que está de vacaciones en la universidad pero francamente si lo vuelvo a ver se llenaría ese hueco que dejó en mi corazón con su partida, en esos meses llore cada vez que los recuerdos de aquella locura de amor que vivimos y marco mi corazón para siempre. No lo olvidaré jamás
Este verano decidí pasármela en casa de mi madrina ya que tengo mucho tiempo que no voy a su casa y la pasó muy bien con ella a pesar de que Carlos viva allá. Empaqué una maleta mediana con todo lo necesario, le dije a mi tía que me pase a recoger al parque como lo hacía cuando era niña, jugaba en el parque hasta que mi madrina pasara a recogerme esta vez haré lo mismo pero no jugare, solo pensare. Tomé el brazalete que no había sacado del cajón en meses y me lo puse pero las lágrimas que derramo por el ya saciaron y estoy dispuesta a intentar olvidarlo aunque eso es algo teóricamente imposible ya que el primer amor nunca se olvida.
Me despedí de mi familia y decidí ir al parque sola, me eché a andar con la maleta rodando hasta llegar al parque. El parque está casi solo ya que a esta hora casi nadie viene por aquí a esta hora en cambio yo no había vuelto a este parque desde la noche de la fuga con el, la mejor noche de mi vida. Este parque también me trae los recuerdos del día del picnic, pero la fuente hoy está seca así como el amor que un día tuvimos. Sentada en el banco tocando suavemente mi brazalete siento una presencia detrás de mí que se acercó a dos centímetros de mi oreja. Conozco perfectamente ese aroma .
—Bonita—me susurró aquella presencia que aún no se revela
Empecé a llorar desesperadamente en silencio sentía un nudo en la garganta, la predecía desapareció después de decirme eso pero yo aún no podía mirar para atrás para ver quién estaba detrás de mí. Aquellas lagrimas que pensé que habían caducado vieron a velocidad de la luz a mi, mire para atrás pero ya no había nadie tal vez esta era una de las tantas veces que lo imaginé otra vez cerca de mi.
Mi madrina tocó la bocina del auto para que supiera que ella ya estaba. Entré la maleta en el baúl del auto y me senté en la ventana, antes de que mi tía arrancará com el semáforo en rojo asomé mi vista hacia el parque y si, hay estaba el con su sonrisa resplandeciente y los rizos de su cabello suave y sedoso bailan con la brisa, me saludó con un gesto de manos y mostrando sus perfectos dientes. Yo le guiñe el ojo y sonreí, mi corazón volvió a latir y aquel hueco se lleno.
Querido Jou:
Hoy después de tanto tiempo te volví a ver pero no me atreví a decir nada por el temor de que fuese otra de mi imaginación, pero tú sonrisa fue tan real como el amor que aún siento por ti y sentiré siempre. Cuando regrese prometo buscarte porque esta vez cumpliremos la promesa que dejamos pendiente hace un par de meses. Te amo mi ángel.
Maddi
Carta número 50
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