Ya es el fin de semana por lo tanto hoy es el día para ir a la casa de Mal, estaremos los cuatro solos algo que me pone un poco nerviosa pero estoy segura de que será divertido quizás veamos películas, bailar y hacer chistes. Me desperté a eso de las doce del día y quedamos en vernos en casa de Mal a las tres, a ley de tres horas para volver a verlo que emoción...

Después de alistarme baje a comer, solo mi comida estaba en la mesa pues los sábados me quedaba sola en casa, me comí el arroz casi a bocados de rápido luego limpie los platos y ya eran las una. Subí a terminar de leer un libro  "Eleanor y Park" me encantaba realmente no quería que se terminara como no quería que se terminara esto con mi novio, que bien se siente decirlo, ya eran las tres así que salí de aquí a que llegara serían las tres y veinte, así no llego a la misma tres pues si lo hacía parecería muy desesperada por llegar (realmente lo estoy). Llegue .

Los tres estaban esperándome en la galería de la casa de Mal (que puntuales), y que hermoso se veía Jou cuyo rostro se iluminó al verme entrar a la casa. Nos dimos un abrazo y entramos.

La casa de Mal es tan grande casi como una mini mansión tenía una terraza hermosa y en su techo una casita pintada de blanco, su casa tenía cuatro habitaciones. Y yo moría por mostrarle a Jou la hermosa casita en el techo.

Mal y Yen empezaron a preparar unos bocadillos mientras yo y Jou veíamos las fotos de Mal cuando era bebe. Cuando los bocadillos estuvieron listos nos lo comimos todo y empezamos a hacer chistes, nunca había estado tan de cerca con el novio de Mal, Yen que realmente es muy simpático ¿Por qué en la escuela hablan tan mal de ellos? Es verdad que la gente es chismosa Dios.

—Chicos ahora nos vemos, subid al techo o hagan lo que quieran—dijo Mal alejándose con Yen

—¿A dónde van?—le pregunte con miedo de que me dejaran a solas y en una casa sola con Jou

—Le mostrare la casa—ya no se veían en la distancia

Jou me miró

—¿Y ahora qué hacemos?

—Vamos al techo te mostraré la casita, es bellísima

Lo tomé de las manos y lo guíe al patio habían unas escaleras por donde se subían al techo, empezamos a subir. Cuando subimos ahí estaba la hermosa casita y el lugar completamente solo y rodeado de flores como tulipanes y orquídeas que su madre había sembrado.

—Mira, no te parece hermosa—le dije a Jou

—Entremos, quiero verla por dentro—yo asentí, hace tiempo que no entraba a la casita

La casita no era muy grande pero tenía un banco donde sentarse, solo uno y no se podía estar del todo de pie pues el techo es muy bajito, Jou se sentó en el banco.

—Siéntate en mis piernas, así no te dolerá la espalda por estar encorvada—puse los ojos en blanco pero ya me estaba cansando así que me senté en sus piernas

—Es linda, tienes razón Maddi

—Si, lo es—le dije mirándolo a los ojos

Jou me miró con deseo y se mordió el labio ¿Qué significa eso? Ni idea pero le seguí el juego, el me atrajo con sus brazos para acercarme más a él y yo le rodee el cuello con mis brazos. Esta vez estábamos solos y nadie podía interrumpir nuestro beso, si no pasaba hoy juro que moría.

Fue entonces cuando nuestros labios se encontraron por primera vez sus labios eran tan perfectos que me perdía en ellos, el beso empezó lento yo puse mi mano en su mejilla y el la del en mi nuca, luego el beso empezó a ser más rápido con más pasión tipo:

Así suponía que nos veíamos el y yo. Según mis cálculos pasaron más de cinco minutos y Jou y yo aún continuábamos besándonos, él usó su lengua (que perfecta era) y yo hice lo mismo estaba muy feliz esto es todo lo que pude haber deseado para mí primer beso.

Jou bajó sus manos suavemente a mi cintura, nuestras cabezas se movían al paso que nos besábamos

—Te quiero

—Yo más

Y nuestros labios seguían unidos por el amor que sentíamos...