Bebé habla con Papi
Es lunes por la tarde y Jungkook no fue a trabajar. Le había enviado un mensaje a Nayeon, diciendo que se sintió mal. No mentía. Desde el domingo por la mañana, estaba teniendo dolores de cabeza y una leve temperatura alta. Debía ser porque el sábado se mojó en la lluvia cuando fue por unas donas para su madre.
En la Universidad no le fue bien. Llegó tarde a su primera hora y casi no lo dejan entrar. Al entrar a su salón, había pateado la puerta sin querer, y después pegándose en el ojo con ella. Su ojo quedó terriblemente morado oscuro, además le dolía. Todo el día sus compañeros -los que no sabían que pasó- estaban llamándolo como Princesa Ruda. Porque según, se había agarrado a golpes con alguien. En un momento, se harto de G-Dragon, un chico que siempre se está burlando de él. Ese mismo fue quien empezó lo del apodo. Bueno, lo enfadó tanto que terminó caminando hasta su mesa, para soltarle un fuerte cachetada. Él mismo se había asustado por su actitud, pero se sintió demasiado humillado como para seguir con eso.
Su celular vibra justo cuando va a empezar hacer su tarea de psicología. No quiere hablar con nadie, incluso pegó una hoja en la puerta de su habitación para que nadie molestará.
Yugy:¿Por qué no viniste, bebé?, Te extraño.
No va a rodar los ojos, no lo hará.
Lo hizo.
Rueda los ojos, leyendo el mensaje de Yugyeom. Lo quiere, pero esta harto de todos los seres humanos ahora.
"Estoy enfermo" contesta. Dejando su celular cerca por cualquier cosa. Y por cualquier cosa se refiere a otro mensaje de Yugyeom.
Yugy: Estoy yendo a tu casa, Espérame.
Se reacomoda en su lugar. Tiene suerte que su madre éste en el trabajo, Bambam está abajo pero ya sabía.
Suspira, leyendo la instrucción de su tarea. Necesita escribir un experiencia pasada que sea vergonzosa y tonta a la vez. Y Jungkook recuerda una. Así que empieza a escribir, con una mini sonrisa en el rostro. Estaba tan perdido en su tonta historia, que no se fijo que su puerta estaba siendo abierta.
-¿Se puede?, Ahí dice que no te molesten.
La cabeza peli-negra y despeinada de Yugyeom se asoma por la puerta entre abierta. Tiene una ceja para arriba y media sonrisa.
-Pasa.
Su voz suena cansada y grave. Llevaba horas sin hablar con alguien.
-Tu primo me abrió la puerta. Creo que me amenazó o algo, no entendí muy bien. Tenía media hamburguesa en la boca.
-Si, ese es Bambam.
Quiere reírse pero sus ánimos se lo impiden.
-¿Qué tienes, bebé? Luces triste.
-Me duele la cabeza, y me golpeé el ojo hoy.
-Aww. Pobrecita princesa.
El corazón de Jungkook se remueve alegre al oír eso. Sonríe bobamente, mientras Yugyeom se sienta a su lado, acercando su rostro para darle un beso en los labios. Lo toma de la nuca, tratando de acercarlo y hacerlo más profundo y duro. Pero el castaño se aleja.
-Estoy haciendo tarea, Papi.
-Y...¿Qué tienes que hacer?
-Escribir una experiencia que se me haga tonta y vergonzosa a la vez.
-¿Cuál es?
-Mi primera y última clase de futbol.
El peli-negro lo mira sorprendido.
-Fue cuando papá quería que hiciera cosas de chicos- contrae sus hombros- Pero bueno. El caso es que yo fui, y siempre el entrenador daba por obviedad el entrenamiento primero, y después jugaban un pequeño partido. Para no tener a los niños aburridos.
-¿Te divertiste?
Jungkook asiente.
-Un poco. Bueno, cuando era el partido ese, yo tenía la pelota y me dijeron a donde tenía que ir. Así que corrí con el balcón a la portería. Ahí estaba un niño y me moleste con el. Le dije algo como "¿Podrías quitarte? trato de hacer un gol" y el muy grosero me dijo "No puedo, soy el portero". No sé, creo que después le tiré la pelota en la cabeza, chocó con un poste de la portería y sufrió una contusión.
Yugyeom se ríe de su bebé abiertamente. Muy pocas veces lo ha hecho. A Jungkook le encanta escuchar su risa de pollo tiene un bonito tono. Como de esos que quieres escuchar para siempre.
-¡No te rías! ¿Sabes que fue lo peor?
El mayor niega, parando de reír.
-Cuando entre a la secundaria ese chico fue mi compañero de banco por tres años. Todos los días le pedía perdón.
-Eso si es mala suerte, bebé.
Yugyeom acerca su mano a la de Jungkook, quiere tomarla pero él se aleja.
-Yugy...tienes tu anillo.
Le recuerda con voz triste. Yugyeom suspira, tomando su rostro entre sus manos.
-Sabes que si me lo quito se me va a olvidar ponérmelo y Nayeon se va a molestar.
Jungkook muerde su labio inferior, jugando con su lapicero verde pastel. Golpea la palma de su mano con la punta de éste.
-Entonces, ¿lo harás? Digo ¿te vas a casar, en serio?
-Jungkook, ya hemos hablado de esto. No es que yo quiera. Mi familia depende de mi y esa boda.
Lo sabe. Él le ha hablado sobre su familia y sus hermanos. Yugyeom no viene de una buena familia. Su madre tiene un trabajo, el mismo que Jungkook. Solo que él no tiene que mantener a 6 hijos.
Jungkook no critica a la mamá de Yugyeom pero...si sabe que no tiene suficiente dinero ¿para que tener tantos hijos?. O sea, no había caso. El castaño piensa que es más barato comprar condones que pagar 7 matrículas de Universidad.
Todo lo que Yugyeom tiene es gracias a Nayeon. El dinero, la casa, su puesto en la empresa. Yugyeom sin ella era literalmente nada, la mujer lo sabía. Pero al parecer estaba muy enamorada como para hacer caso a eso.
-Yugyeom yo...creo que es mejor terminar esto que tenemos.
El más alto lo ve, incrédulo.
-¿Perdón?
-Hablo en serio. Mañana iré a trabajar y le diré a Nayeon que renunció. He vuelto a la escuela y necesito concentrarme en eso.
-Jungkook, tu no puedes terminar conmigo.
-Si puedo, y lo estoy haciendo.
Sus ojos lucen apagados y húmedos. No va a llorar, no al menos hasta que Yugyeom este fuera de su habitación...y su vida.
-Pero, y-yo no puedo hacer nada sin ti. Te necesito, Jungkook. Mucho.
Nunca ha visto a Yugyeom así. Se veía muy vulnerable y pequeño. Quiere retirar todo lo que ha dicho y tirarse abrazarlo. Decirle que el también lo necesita.
-Tus chistes son malos, pero en este te pasaste.
Trata de reír pero no puede, un dolido sollozo sale de sus labios. Es la primera vez que lo ve llorar.
-No es broma Yugyeom, ahora te pido amablemente que te retires. Tengo tareas por hacer.
Yugyeom limpia sus lagrimas, aclarando su garganta. Su cara vuelve a ser dura como siempre.
-Esta bien. Si necesitas algo, Llámame. Adiós.
Sale de la habitación, cerrando la puerta muy suave. Se queda ahí mirándola. Oye los pasos fuertes de Yugyeom bajar las escaleras. Se encoge cuando la puerta es cerrada fuertemente y Bambam grita molesto.
Se recuesta en su cama. No llora, porque aún no le entra idea de que ha dejado a Yugyeom.
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