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Capítulo 9

️⚠️ ADVERTENCIA ⚠️
Este capítulo contiene escenas sexuales medianamente detalladas (?).
No sé amigos, es mí primera vez.

En este capítulo se explica que Lucifer es hermafrodita, por lo que sí el tema les incómoda, les recomiendo saltarlo.

Afrodisiaco.

Lucifer había llevado a Alastor con cuidado a su habitación, siendo ayudado por Husk y Vaggie, quién se ofreció ante la consternación de Charlie.
En aquel lugar, todo tenía un aspecto tétrico y cosas relacionadas al vudú se notaban con facilidad, haciendo de aquel lugar uno terriblemente extraño.

-Señor -murmuró Vaggie-, ¿Desea que...llamemos a alguien?

-No hay nadie en el infierno capaz de curarlo...

Husk sonrió con cierta satisfacción, tal vez podría ser libre.

-A menos... -miró a su pareja tendido en la cama, con una expresión de dolor impregnada en cada faccion de su rostro. Con cuidado se subió a la cama y tocó su frente.

-¿Qué, piensa salvarlo? -Husk parecía irritado.

-No quiero que muera.. -beso su mejilla.

-Con todo respeto, ese tipo no se acerca a uno sí no tiene una intención personal.
Lo conozco bien...es capaz de todo con obtener lo que quiere.

-Lo sé -respondió Lucifer al aire-, pero Al no haría eso...no conmigo.
¿Cómo alguien pudo hacerle algo así?

-No es que no se lo merezca -reprocho Vaggie-, es obvio que algo quiere su majestad, y no debe ser algo bueno.

-Largo -pidió el Rey con molestia y al ver qué ninguno se movió, sus ojos se pusieron rojos y sus cuernos aparecieron-, ¡Les dije que se larguen de aquí!

-Señor, solo buscamos protegerlo. No hay nadie que conozca mejor a Alastor que Husk, su alteza y si lo escucha, estoy segura de que...

-No sé los volveré a pedir -sentenció-, así que hagan lo que los dije si aprecian sus vidas.
Me vale un carajo sí son amigos de Charlie o sí eres su novia.

-Señor... -Vaggie cayó cuando la mirada amenazante de Lucifer parecía atravesarle hasta el alma.

Husk la tomó del brazo y la saco de ahí casi a la fuerza.

-Dejalo, no querrá escucharte.

-¡Pero debe saber que ese imbécil no sabe hacer otra cosa que engañar y manipular!

-Aunque se lo digamos, él no nos escuchará. Él podrá no haberle vendido su alma, pero lo sigue y le cree tan ciegamente como un niño a su madre -se encogió de hombros-, ese es su problema.

-Pero Charlie...

-La princesa deberá aprender a no confiar en todos -caminó de regreso a la cantina

-Al... -Lucifer recostó su cabeza sobre el pecho de su amado, soltando un suspiro lleno de preocupación y poco después algunas lágrimas.

Su mano se dirigió con cuidado a la herida y notó que aún emanaba sangre de ella, eso le partía el corazón.

-Hmm -murmuró el demonio moviéndose un poco-, ¿Lu...Luci?

-Aquí estoy -susurro con una sonrisa-, te dije que debías tener cuidado...

-E-Estoy bien -jadeo de dolor-, agh...

Lucifer se incorporó y lo ayudo a incorporarse un poco.

-Se cómo curarte -su tono era algo bajo-, y no acepto un no por respuesta.

-¿De... qué hablas, manzanita?

El Rey se sentó con cuidado sobre las piernas del soberano, quedando en una posición algo comprometedora.
Alastor por inercia lo tomo de la cintura y lo apego, aunque eso le causo ahogar un gemido de dolor.
El gobernante se desabrochó la camisa, dejando al descubierto su torso pálido.

-Wow -fue lo único que pudo decir Alastor antes de lamerse los labios-, S-Sabes...no creo...que...ah...este en condiciones de hacer esto.

-Alto ahí -puso un dedo sobre los labios del soberano-. La sangre de ángel es curativa para los demonios.

-¿Ah sí?

-Sí -le acarició la mejilla-, no quiero que mueras... así que puedes hacerlo -ladeo el cuello-, puedes beber tanto como quieras de mi sangre...

-¿Y sí quiero vaciar por completo todo tú cuerpo? -se inclinó un poco, si respiración chocaba contra el cuello del mayor-, ¿Me vas a dejar?

-Haría lo que sea por ti -besó su cabeza-, antes de que lo hagas -soltó un suspiro cuando la lengua de Alastor recorrió su delicado cuello.

-Hmm -solo pudo emitir.

-¿Hay algo que deba saber?, es que Vaggie y Husk dijeron que tú solo te acercabas sí querías algo.

Mataría a Husk por eso.

-Bueno -dio un beso-, hice un trato con un demonio, me quitó mi alma, pero cuando me acerque a ti... -no, no podía decir la verdad-, cuando me acerque, yo ya estaba enamorado de ti... -mintió-, esa extravagante personalidad tuya me trae loco.

Alastor no le dio más tiempo para formular otra palabra, sus dientes se encajaron en el cuello del Rey, haciéndolo jadear dolor y unas cuantas lágrimas salieron.
El demonio de la radio comenzó a succionar la sangre dorada que emanaba del cuello de su amante. Estuvo así por unos minutos hasta que se separó.

-Eres delicioso -murmuró para después besarlo con desesperación.
Lucifer no se separó, al contrario, lo apego más a él, sus bocas peleaban por ver quién mantenía el dominio de la situación.

Así duraron un poco más, hasta que la falta del aire los separó.

-Ah... -Lucifer temblaba-, ¿Ya duele menos?

-No estoy pensando en eso, sí debo ser sincero -sus dedos acariciaron la piel de su contrario.

-¿Y en qué piensas? -con cuidado comenzó a quitar la gabardina-, ¿Qué es lo que harás?

-¿Es un requisito tener que ser esposa de Adán para poder tenerte?

-No lo sé -beso sus labios, desabrochando la camisa de Alastor-, tal vez.

-Preguntame de nuevo que haré -ordenó sin la estática en su voz.

Un escalofrío lo recorrió-. ¿Qué es lo qué harás..?

-Comeré del fruto prohibido.

Eso fue suficiente para desenchufar el cerebro de Lucifer.
Al poco tiempo se encontraba moviendo las caderas contra Alastor, mientras este mismo lo apegaba más. Se alejo de sus labios solo para poder morder su cuello, repartió besos húmedos, dejo chupetones y mordidas, desde el mentón hasta su pecho.

El Rey soltaba débiles gemidos, definitivamente ni Lilith o Eva lo habían hecho sentir de ese modo. Su cuerpo parecía quemar y solo podía dejarle el camino libre al demonio que tenía bajo él.
Con un poco de esfuerzo logro quitar la camisa de Alastor, delatando entonces la herida de la batalla contra Adán y la más reciente, aunque ambas ya solo parecían marcas, no pudo evitar acariciarlas mientras el soberano repartía mordidas en su pecho, llegando a sus pezones, dónde una mano apretó el derecho y su boca se encargo del izquierdo, arrancándole al fin un gemido que estuvo seguro escucho todo el hotel.

-¡Alastor! -llevó la mano derecha a su boca, mordiendo entonces su palma para evitar ser demasiado escandaloso.

-No, no, su alteza -en su mirada se podía ver el más puro de los deseos-, quiero oírlo -susurro en su oído-, quiero escuchar como sus dulces y refinados labios gritan mi nombre.

-I-Idiota -jadeó haciendo la cabeza atrás.

Sus caderas seguían moviéndose, y no tardó mucho en descubrir el bulto que se había formado entre las piernas de su amado.
Sin muchos esfuerzos bajo su mano hasta el pantalón de Alastor, y con destreza logro desabrochar el cinturón y meter la mano para colarse entre su ropa. Entonces lo sintió, el miembro latente de aquel venado infernal.
Sus manos comenzaron a acariciarlo y Alastor finalmente soltó su pezón para soltar un jadeo lleno de excitación.

-Mira venadito, tú dulce amiguito quiere conocerme.

-Tienes...ah...las manos muy suaves.

-Lo sé, me las cuido mucho -beso sus labios, aumentando el ritmo de sus caricias.

-Majestad...

-¿Sí? -uso un tono inocente en su voz-, ¿Qué pasa?

-Mierda Luci...

-¿Quién está gimiendo el nombre de quién ahora? -sus aires de grandeza hicieron que Alastor riera un poco antes de tomarlo de los hombros y cambiar de posición, dejando a Lucifer bajo él.
-Tramposo -Alastor detuvo la mano del Rey-, ¡Oye!

-Callate -murmuró quitando el restante de la ropa de su contrario, dejándolo totalmente al descubierto.

-E-Espera

-Que te calles.

-No, espera...-trató de alejarlo-, dame un par de segundos al menos, un par de minutos mejor....tiene mucho que yo... -la mano de Alastor le tapó la boca con fuerza, silenciando cualquier sonido que saliera de su boca.

-Tú voz es muy ruidosa -dijo con irritación-, estoy empezando a perder la paciencia -Lucifer jadeo cuando la mano de Alastor viajo entre su pene y su vagina, dando leves caricias a ambos, haciendo que el más bajo comenzará a balbucear estupideces-, carajo, cierra la puta boca -apartó la mano y lo giró con brusquedad, poniéndolo en una posición dónde su pecho quedó pegado al colchón y su trasero elevado.
-Sabes -quitó sus propios pantalones, liberando entonces su miembro totalmente despierto por todos los estímulos que le habían dado-. Sí tanto quieres hablar...

-¿De que hablas? -jadeo Lucifer.

-¿Papá? -toco Charlie del otro lado

-¿Charlie? -ahogo un gemido entre las sábanas cuando el pene de Alastor lo penetró con fuerza y sin preparación.

-¿Están bien?, una de las sombras de Alastor me trajo aquí. ¿Él está bien, necesitas ayuda?

-Ah... -jadeo ante las penetraciones que el demonio le daba-. Sí C-Char... -gimió bajo-, é-él está bien...

-¿Seguro? -trato de abrir la puerta, pero estaba cerrada con llave-, no puedo entrar.

-Yo...

-Siga hablando, majestad -ordenó Alastor con la voz ronca, mientras sus embestidas taladraban el interior del Rey como si quisiera acomodarle las entrañas.

-C-Char...es...estamos bien -jadeó- ¡Ah!

-Ok.. -la princesa se alejo de la puerta al averiguar lo que estaban haciendo-, ¡Iugh! -se escucho que gritaba desde el pasillo.

-Oh majestad -su mano sujeto su cuello, sometiendolo con fuerza-, ¿Quién lo viera?, tan sumiso, tan mío.

Lucifer solo atino a sacar la lengua y puso los ojos en blanco cuando Alastor dio en su punto.
Una de sus manos sujetaba con fuerza las sábanas, mientras otra viajaba entre masturbar su pene o si clítoris.
Definitivamente estaba embriagado de placer.

Antes de que pudiera llegar a su éxtasis, el demonio de la radio saco su miembro y admiro el coño mojado y usado de "su alteza".
Aunque Lucifer se quejó un poco, Alastor lo levanto y se sentó en la cama, invoco sus tentáculos, los cuales sujetaron con fuerza las manos del Rey y lo llevaron hasta Alastor, quién ya se había acomodado con la espalda recargada en la cabecera. Esa sonrisa de cuando había conseguido lo que quería adornaba su rostro, acomodo a Lucifer entre sus piernas y sus manos se aferraron a sus caderas, haciéndolo bajar sin cuidado, causando un grito de placer por parte del rubio.
Sus manos no serían desatadas, y pronto, mientras las manos de Alastor lo obligaban a subir y bajar, uno de los tentáculos penetró su jodido trasero, generando una sensación incomoda en su interior, alcanzando un nuevo nivel de morbo y placer.

-¡Mierda! -chillo del puro placer-, ¡Ah, más... más!

-¿Es qué no te llenas? -mordió su cuello-, pareces una ramera. Usado por casi todos esos agujeros tuyos.

-Perl soy ramera -habló en un tono juguetón, que fue borrado cuando las embestidas incrementaron.

Realmente quería tocarse, sentir que podía alcanzar el éxtasis en poco tiempo, porque siendo él el Rey de las blasfemias, debía admitir que era la primera vez que alguien le hacía una doble penetración y joder, claro que se sentía jodidamente bien.
-«Bendito sea Dios por esto»-, pensó mientras la saliva escurría de su boca.

-Eres mío -beso sus labios, abriéndose paso entre la boca con su lengua, invadiendo y tomando todo lo que podía.

-Sí...ngh...si te corres...podrías embarazarme -confesó apenado, aunque eso Alastor ya lo sabía.

-¿Y cuál es el problema? -jadeo contra el oído del rubio-, ¿No quieres un hermanito para Charlie?

-Ah~ -una sonrisa boba se formó en sus labios al imaginar un bebé producto de su amor.

Pudo apreciar su figura en el espejo que Alastor tenía frente a la cama y pudo notar su expresión de placer, del más puro y embriagante de los placeres que se podían experimentar. La mirada de Alastor se posó sobre el espejo, tenía la mirada digna de un depredador, uno que había conseguido la presa que con tanto esmero consiguió después de una lucha insaciable.
Eso fue todo lo que pudo procesar hasta que su orgasmo lo alcanzó, era la primera vez en mucho tiempo que se corría sin ser tocado mucho del frente. Su propio pene eyaculo y su coño apretó el pene de Alastor, quién se corrió con un gruñido, inundando su interior con su espeso y caliente semen.

Ambos jadearon buscando aire de manera desesperada, buscaban absorber todo el oxígeno posible dentro de las cuatro paredes de la habitación.
Minutos más tarde, el demonio Radio salió del interior del Rey, dejando que el semen escurriera un poco de entre sus piernas, lo recostó con cuidado a su lado, e inmediatamente el gobernante se acurrucó en su pecho.
Alastor acaricio el cabello de Lucifer, haciendo que esté quedara dormido al poco tiempo.

Espero unos momentos y miro sus heridas, estaban completamente curadas y solo quedaban las marcas de lo que pasó.
Pronto, un tirón en el cuello lo hizo notar la correa morada que lo ataba, como poco a poco se quebraba hasta hacerse añicos.

Lo había logrado, al fin era libre.

Buenoooo.
Es la primera vez que escribo algo así (porque soy un virgen de 20 años que tiene más vibras asexuales de las que le gustaría)

En fin, ojalá les gustará mucho, a mí me costó mucho poder escribir esto.
En cuanto a los capítulos que vienen, si aprecian su estabilidad mental, les recomiendo prepararse.
El sufrimiento de Lucio apenas inicia y la verdad, le toca a Alastor la cucharada de su propia medicina (muajajaja)

Estaré atento a sus comentarios y no creo actualizar hasta el miércoles o jueves -porque ya les dí 4 capítulos en 3 días con más de 1500 palabras cada uno (este por ejemplo tiene 2300)-.

Nos vemos en la próxima actualización mis amados pecadores ❤️

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